Recomenzar, en Dios, tras el verano

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Queridos hermanos y hermanas:

 

«¡Él vive! Hay que volver a recordarlo con frecuencia, porque corremos el riesgo de tomar a Jesucristo solo como un buen ejemplo del pasado, como un recuerdo, como alguien que nos salvó hace dos mil años. Y el que nos llena con su gracia, nos libera, nos transforma, nos sana y nos consuela. Es Alguien que vive». Con estas palabras del Papa Francisco recordándonos la experiencia fundamental que sostiene la vida cristiana, recomenzamos las tareas cotidianas después del tiempo estival.

 

Tras este periodo necesario de descanso, nos aferramos a esa esperanza que nunca defrauda, al don de fortaleza, a la ilusión y a la perseverancia: virtudes que brotan para hacernos de nuevo, para levantarnos y volver a empezar, con la confianza que nace en los brazos de Dios para devolvernos la alegría.

 

Y en este nuevo comienzo, Dios se hace presente; en el trabajo, en la familia, en las relaciones y en la vida cotidiana, allí donde hay una sola razón para volver los ojos al Amor infinito e inquebrantable. Siempre desde una actitud de servicio, de fidelidad, de entrega, con una misión grabada a fuego en el hondón del alma: «El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor, a quien me sirva mi Padre le honrará» (Jn 12, 36).

 

Vuelta al trabajo, a la labor, a la tarea del día a día. Decía san Francisco de Asís que los hermanos que saben trabajar, «trabajen y ejerzan el mismo oficio que conocen, si no es contrario a la salud del alma y puede realizarse con decoro». Una manera esencial, sin duda, de apostar por un trabajo decente y comprometido que debe estar en el centro de la vida de la Iglesia. Pero de verdad, y no solo de palabra.

 

El Santo Padre, en su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz de este año, señaló que el trabajo «es un factor indispensable para construir y mantener la paz», pues «es compromiso, esfuerzo y colaboración, y es el lugar donde aprendemos a ofrecer nuestra contribución por un mundo más habitable y hermoso». Que el regreso al trabajo después del tiempo estival sea una oportunidad maravillosa para favorecer dinámicas de sensibilización sobre esta cuestión, que es central en la sociedad, haciendo lo posible para que todos tengan un trabajo digno y estable.

 

Volvemos, también, a la vida en familia, al ecumenismo de sangre y de fe, a ser todos uno (cf. Jn 17, 20-23). Tras estos días de asueto, vividos dentro o fuera del hogar, la rutina exige una normalidad que también es necesaria para vivir este tiempo en familia. Que este reencuentro sea motivo de comunión, hasta que podamos decir, como el salmista, «Ved qué dulzura, qué delicia, convivir los hermanos unidos» (Sal 133, 1).

 

Y regresa, también, la vida cotidiana, con sus relaciones, sus propósitos y sus retos. Una nueva oportunidad para llevar nuestros pasos a una tierra nueva, bañada con las semillas del Evangelio, siendo apóstoles en un mar sin orillas y en una tierra sin horizontes para el Amor. «El mundo necesita el testimonio de vuestra fe, necesita ciertamente a Dios», decía el Papa emérito Benedicto XVI, en la homilía pronunciada en la Misa conclusiva de la Jornada Mundial de la Juventud de 2011.

 

Años después, con el mandato apostólico recibido del Señor (cf. Mt 28, 19-20) inmerso en nuestras vidas, hemos de llevar a Cristo a todos los lugares, testimoniarlo sin vergüenza y con un corazón compasivo.

 

Ahora, cuando retomamos la vida cotidiana y habitual, ponemos nuestra esperanza en la Virgen María. Su rostro, que habita los rincones más sagrados de nuestros corazones, refleja a la perfección la belleza de Dios y su misericordia. Que Ella sea la puerta de la esperanza cuando os cueste retomar el paso, y la entrada a un nuevo amanecer que ahora comienza.

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Félix José Castro Lara, nuevo deán de la Catedral

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Felix Castro Lara vicente rebollo

 

Félix José Castro Lara ha sido elegido esta mañana nuevo presidente del Cabildo catedralicio. Sucede en el cargo a Vicente Rebollo Mozos, nombrado obispo de Tarazona. La elección ha sido ya aceptada por el arzobispo, don Mario Iceta, quien ha trasladado al nuevo deán su felicitación.

 

El nuevo presidente ha desempeñado hasta la fecha el puesto de vicepresidente, por lo que los estatutos del Cabildo obligaban también a renovar este cargo, que ha recaído en Agustín Burgos Asurmendi.

 

Según explica el Código de Derecho Canónigo, el Cabildo es «un colegio de sacerdotes al que corresponde celebrar las funciones litúrgicas más solemnes» en la Catedral, así como «cumplir aquellos oficios que el derecho o el obispo diocesano le encomienden». De hecho, el nuevo deán destaca el carácter colegial de la institución que ahora comienza a presidir con «actitud de servicio y con total disponibilidad» después de que el pasado mes de julio el arzobispo designara tres nuevos canónigos: José Luis Cabria, Miguel Ángel Díez y Fernando Arce.

 

Castro agradece la confianza depositada en los miembros del Cabildo (22 en la actualidad, solo 11 con derecho a voto), así como el trabajo desarrollado por sus predecesores, Pablo González y Vicente Rebollo, con los que ha compartido el puesto de secretario y vicepresidente, respectivamente, y de los que dice haber aprendido. Asume el cargo «con mucha ilusión» y consciente, dice, de «sus limitaciones». Según indica, deberá presidir la institución con el reto de «resituar el Cabildo y la Catedral después de la celebración del VIII Centenario y la pandemia», a fin de que «siga siendo la Casa Madre de la diócesis y de la sociedad burgalesa».

Miranda de Ebro inicia los actos en honor a su patrona, la Virgen de Altamira

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Altamira

 

Después de dos años de restricciones debidas a la pandemia, Miranda de Ebro recuperará en los próximos días las fiestas en honor de la Virgen de Altamira en todo su esplendor. La tradicional procesión del Santo Rosario, más conocida como «procesión de los faroles», y la ofrenda de flores son algunos de los actos populares que congregarán a los mirandeses un año más para rendir homenaje a su patrona, cuya fiesta se celebra el 12 de septiembre.

 

Los actos de culto han comenzado esta mañana en la iglesia parroquial de Santa María, con la misa aplicada por los cofrades difuntos, y esta tarde, a las 19:30 h., se iniciará la novena. El domingo, a las 8:30 h., saldrá de San Nicolás el Rosario de la Aurora para terminar en Santa María con la eucaristía. Ya el próximo domingo, 11 de septiembre, se celebrarán la ofrenda de flores y poesías a las 18:30 y la procesión del Santo Rosario, que partirá de la Plaza de España y concluirá en el mismo lugar con el canto de la Salve y el baile de la jota. El lunes 12, solemnidad de Nuestra Señora de Altamira, la iglesia de Santa María acogerá la misa concelebrada presidida por el arzobispo, don Mario Iceta, en la que intervendrá el Orfeón Mirandés. Será a las 12:00 h y contará con la asistencia de la corporación municipal.

Comienzan en Aranda los actos en honor de su patrona, Nuestra Señora de las Viñas

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Virgen de las Viñas Aranda de Duero cultos

 

Con la novena en honor de Santa María de las Viñas, Aranda de Duero inicia hoy los actos de devoción a su patrona. Y lo hace de la mano de un nuevo párroco, Francisco Javier Valdivieso Sáenz, hasta ahora rector del Seminario de San José, quien asumirá también las parroquias de La Aguilera y Villalba de Duero y la capellanía de las religiosas de Iesu Communio.

 

Según una antigua tradición, en el siglo XII se encontró en el monte Costaján una imagen de la Virgen procedente del monasterio de Santa María de Lara que había sido escondida para protegerla de las incursiones árabes. La leyenda asegura que la Virgen se apareció a un labrador para decirle dónde habían escondido dicha imagen y señalarle el lugar donde debía construirse una ermita. La imagen fue exhumada y se le comenzó a dar culto en una pequeña ermita levantada, se cree, en el lugar de la aparición. Se desconoce a ciencia cierta si el nombre de Virgen de las Viñas ya lo tenía la imagen cuando se la veneraba en el monasterio de la Peña de Lara, según mantienen algunos historiadores, o se la rebautizó popularmente por haberse aparecido en una viña.

 

Posiblemente la imagen original (que debía de ser de los siglos VII u VIII), se deterioró con el paso del tiempo y, por este motivo, se realizó una nueva que recordaba a la anterior, aunque siguiendo la estética del momento. La que se venera en la actualidad es una talla policromada de aproximadamente el siglo XIV. A sus pies se sitúa la figura de un niño, conocida como «El Mediquín», que rememora uno de los milagros de la Virgen: cuenta la tradición que en época de la peste que asoló la ciudad, Nuestra Señora de las Viñas hizo aparecer a un médico que curó a los enfermos.