Escuchar mejor para ayudar más en los peores momentos

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Detectar las fortalezas de quienes afrontan crisis vitales sin sucumbir a ellas y avistar lo que, en similares circunstancias, diferencia a las personas felices de aquellas que no lo son. Esta ha sido una de las principales claves de la primera sesión del curso específico de ayuda en crisis existenciales organizado por el Centro Diocesano de Escucha San Camilo, que se ha desarrollado el pasado sábado 28 de enero en el Espacio Encuentro Valentín Palencia del Seminario de San José.

 

Una treintena de personas, mayoritariamente voluntarios del centro de escucha, se han adentrado en algunos modelos concretos que facilitan la comprensión y acompañamiento de quien demanda ayuda en momentos en los que, por diversas circunstancias, la vida sufre importantes desajustes. Al frente de esta formación han estado los psicólogos Alfonso Salgado, Almudena Duque y Gloria Salgado, profesores e investigadores de la Universidad Pontificia de Salamanca.

 

El duelo y la crisis que se produce en la etapa perinatal (embarazo, parto y postparto) han centrado los ejemplos de esta primera sesión del curso, que el 11 de marzo se completa con otra jornada formativa centrada específicamente en el suicidio. La importancia de orientar la vida hacia unos valores elegidos y personales, de animar a quienes atraviesan crisis vitales a la aceptación (que no resignación) y al compromiso y de apoyarse en las fortalezas de cada persona para impulsar su camino y crecimiento han sido algunas de los mensajes principales de esta primera jornada.

Burgos celebra la fiesta de su patrono San Lesmes

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Como cada año, Burgos ha rendido homenaje a su patrono, San Lesmes Abad, a quien le han dedicado una fiesta por todo lo alto. La celebración de este santo siempre se realiza el domingo de enero más próximo al día 30, por lo que el día 29 los burgaleses salieron a la calle, a pesar de las malas temperaturas y la amenaza de nieve, para disfrutar de todos los eventos que se habían organizado. Además, después de los años marcados por la pandemia, se notaba en el ambiente que toda la gente tenía ganas de volver a celebrar esta fiesta de la mejor forma posible.

 

El día comenzó con un pasacalles amenizado por los Dulzaneiros de Capiscol en los alrededores de la plaza de San Juan, donde posteriormente vino la llamada «Comitiva de San Lesmes», compuesta por peñas, grupos folclóricos, reinas y damas de la ciudad y representantes municipales de Burgos y Loudun, ciudad natal del santo. La misa solemne estuvo presidida por el Sr. Arzobispo D. Mario Iceta con asistencia del Sr. Alcalde D. Daniel de la Rosa. En esta eucaristía el Orfeón Burgalés ofreció unos panes para que fuesen bendecidos y, como manda la tradición, se guardasen en casa.

 

Tras estos actos llegó el reparto de panecillos de San Lesmes, costumbre que el patrono solía hacer entre los más necesitados, acompañados de productos típicos de la tierra. También se realizó el tradicional baile de los Gigantillos, con grupos folclóricos y danzantes de la ciudad como Justo del Río, Los Zagales o Diego Porcelos, entre otros. El día terminó con el concierto de la Banda Ciudad de Burgos en el Teatro Principal.

El reto de contar con agentes de Pastoral Obrera en las parroquias

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La Pastoral Obrera de Burgos tuvo ayer su encuentro anual diocesano. Un acto que ha estado orientado a dar respuesta a las propuestas que se recogieron en el documento final de la asamblea y que son competencia concreta de esta pastoral del trabajo.

 

Con el lema «Pastoral Obrera: acercando el mundo del trabajo a las parroquias», en torno a treinta personas venidas de Burgos, Aranda de Duero y Miranda de Ebro se dieron cita en la parroquia de Santo Domingo de Guzmán para debatir y profundizar sobre la necesidad de contar con agentes de pastoral obrera en las parroquias, como nexo de unión entre las realidades sangrantes que se dan en el mundo del trabajo y las parroquias, para acompañar y acoger a todas las personas que lo necesiten en torno a este ámbito. El encuentro ha contado con la participación del Vicario Pastoral José Luis Lastra y el delegado de Cáritas, Mario Vivanco«Las propuestas que salieron de la Asamblea Diocesana no queremos que se queden solo en buenas intenciones, es momento de meterse en el barro» señalaba en su bienvenida Amaya Muñoz, delegada de Pastoral Obrera.

 

En primer lugar, Susana Castrillejo fue la encargada de situar a los asistentes en torno a la Pastoral Obrera en la Asamblea Diocesana, un «proceso que todavía está vivo y del que tenemos que empezar a recoger los frutos que nos va a ir dando».
Tras este primer momento José Andrés Pérez, presidente de la HOAC en Burgos y miembro del equipo de la Delegación de Pastoral Obrera, ha realizó su ponencia explicando lo que es un agente de Pastoral Obrera y qué se pide a las parroquias en este sentido. Una forma de aterrizar estas propuestas en la realidad, que ha sido completada con las experiencias de los asistentes en el diálogo posterior. Este momento también ha servido para animar a todas las personas presentes a realizar esta labor en sus comunidades parroquiales.

 

El encuentro ha finalizado, a pesar del frío, con un gesto público que pretendía emular cómo la Pastoral Obrera y sus agentes en las parroquias tienen que ser el nexo de unión entre algunas de las situaciones más complicadas que se viven en el mundo del trabajo en la actualidad (los jóvenes, las personas migrantes, las mujeres, los contratos temporales, no llegar a final de mes, la dificultad de conciliar…) y las comunidades parroquiales.

Donde hay vida consagrada, hay esperanza

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Celebrar la Jornada de la Vida Consagrada «pasa, en realidad, por acoger con un corazón dispuesto y confiado la senda que se abre a nuestros pies consagrados cada día de nuestra existencia». Con estas palabras, que son anuncio y testimonio de una vocación –vivida en gratuidad– que exige hacer un alto en el camino para agradecer el don de la vida consagrada, tal y como el Espíritu la va suscitando, los obispos de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada desean mostrar un horizonte nuevo «bajo el signo de la esperanza en Jesús Resucitado».

 

Con Dios, quien hace nuevas todas las cosas (cf. Ap 21, 5), cada mañana nace de un modo distinto. Por eso, caminar, aunque a veces se agoten las fuerzas, supone dejarse sorprender por una esperanza que encuentra su plenitud en la mirada compasiva del Señor. Él no se cansa de hacer camino con nosotros; porque anhela un corazón que no se encierre en sí mismo, porque espera que cultivemos una visión renovada de la vida consagrada.

 

El lema de este año, Caminando en esperanza (que conecta con el Sínodo 2021-2024), alienta a contemplar el talante y el horizonte» de los que se consagran a Dios para «ser cada día apóstoles del reino, levadura en la masa, semilla en la tierra, sal en el mundo y candelero en lo alto. Caminando –explican, desde la Comisión, en su carta– «es un gerundio que hace referencia a una acción continua y persistente, que no se cansa ni se detiene». En esperanza, indica «un modo muy concreto de llevar adelante dicha acción, a través de esta virtud cristiana necesaria para quien desea vivir en marcha y volcado hacia el futuro que hemos de construir todos los miembros de la Iglesia unidos».

 

La vida consagrada «es encontrar a Dios en las cosas concretas». Estas palabras, pronunciadas por el Papa Francisco en la Eucaristía con ocasión de la XXIII Jornada Mundial de la Vida Consagrada, recuerdan dónde nace el latido de tantos hombres y mujeres que deciden consagrar su vida al servicio de Dios y de los hermanos: «La vida consagrada no es supervivencia, es vida nueva, es un encuentro vivo con el Señor en su pueblo». Y en esa llamada a la «obediencia fiel de cada día y a las sorpresas inéditas del Espíritu», descubrimos la visión profética que revela lo que de verdad importa: ver a Dios presente en el mundo, aunque muchos no se den cuenta.

 

El próximo jueves, día en que celebramos la fiesta de la Presentación del Señor, recordamos cómo María y José, fieles a la tradición de su pueblo, entran en el templo con su Hijo a los cuarenta días de su nacimiento. También nosotros, cuarenta días después de la Navidad, somos presentados por nuestra madre,  la  Iglesia,  ante Dios Padre con una sola misión: la de ser todos uno en el Amor (cf. Jn 17, 21).

 

Y lo hacemos, mirándonos en el espejo de Simeón y Ana en esta Jornada que nos recuerda la necesidad de esperanza que tiene este mundo herido y roto por tanta injusticia, guerra e incomprensión. Siendo apóstoles unidos y viviendo un mismo sentir, para que el mundo llegue a poner su esperanza en Cristo. Pues si Él vino a dar la vida «por los hijos de Dios que estaban dispersos» (Jn 11, 52) y derramó su sangre para congregarnos en torno a la Mesa del altar, ¿cómo no vamos a anhelar juntos el Reino que ya se vislumbra en esta tierra fatigada, hasta que nuestros ojos vean la salvación (cf. Lc 2, 30)?

 

Lo hacemos de la mano de las personas consagradas que confían sin desfallecer «aun cuando no tienen, como su Maestro, dónde reclinar la cabeza», tal y como rememoran los obispos en su carta. Porque Dios «es su desde, en y hacia dónde». Por eso, caminan en esperanza «aun cuando no llevan bastón ni alforja ni una capa o túnica de sobra», porque los hermanos «son su con quién». Y acompañan el dolor de sus hermanos, el peso de sus lágrimas y la soledad de sus días más cansados «aun cuando no consiguen más que un par de monedas que echar en la ofrenda del templo», porque los empobrecidos «son su para qué».

 

Queridos miembros de la vida consagrada: la Virgen María, desde esa mirada de eternidad, nos lleva de su mano hasta vuestras vidas para regalarnos el fruto de vuestra entrega. Vuestras miradas, preciado don para el mundo y tesoro impagable de la Iglesia, nos enseñan a ser Pan como ofrenda que se parte y se reparte donde escasean la Fe, la Esperanza y el Amor.

 

Con gran afecto pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Celebración de Santo Tomás de Aquino en la Facultad de Teología

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Como cada año, la fiesta de Santo Tomás de Aquino vuelve a ser un momento de gracia para toda la comunidad eclesiástica, por eso en la Facultad de Teología han celebrado una eucaristía en su honor, recordándole como patrono de todas las universidades católicas. En el público, compuesto en su mayoría por sacerdotes y alumnos del seminario, destacó la presencia del presidente de la Institución Fernán González así como el decano de dicha facultad. Además, este encuentro ha sido presidido por D. Mario Iceta Gavicagogeascoa, Gran Canciller y arzobispo de Burgos.

 

Don Mario en su homilia ha hablado de Santo Tomás empezando con una reflexión en la que decía que «nosotros nos tenemos que preocupar de sembrar, mientras que el crecimiento y el fruto son obra de otro». También ha recalcado que la vida y obra del teólogo son admirables y lo ha citado con la oración que dice: «Concédeme, te ruego, una voluntad que te busque, una sabiduría que te encuentre, una vida que te agrade, una perseverancia que te espere con confianza y una confianza que al final llegue a poseerte».

 

Caben destacar también las palabras de Jose Luis Barriocanal, decano de la Facultad de Teología de Burgos, quién dice que la figura de Santo Tomás es un elemento clave para poder entender los orígenes de la cultura occidental, puesto que era conocido en toda la Europa de siglo XIII por sus enseñanzas en la Universidad de la Sorbona (Francia). Además, dedicó su vida a amar y servir a la verdad, mostrándonos cómo la razón anhela creer y la fe ayuda a entender.