Arranca en Aranda el primer curso de formación en tiempo libre para jóvenes de la Escuela Diocesana Voluntared
Aranda acogerá durante los próximos fines de semana el primer curso de la Escuela Diocesana Voluntared para formar a jóvenes como monitores y monitoras de ocio y tiempo libre. Esta actividad se estrena en Aranda con cerca de una veintena de jóvenes de entre 16 y 21 años que invertirán varios fines de semana entre febrero y abril en formarse para poder ponerse al frente de actividades de tiempo libre. El día 18 de febrero comenzará en los salones parroquiales de la iglesia de Santa María la primera de las sesiones presenciales, después de una primera toma de contacto telemática a comienzos del mes de febrero. A esta primera parte teórica quienes participan dedicarán 150 horas, durante las que abordarán cuestiones de campos diversos, desde la psicología, a la legislación, técnicas lúdicas, de programación y evaluación o educación para la salud y el medio natural.
Tras esta primera mitad del curso llegará una segunda parte en la que la teoría tendrá que aplicarse a la práctica. Serán otras 150 horas que no solo complementarán la formación de los participantes, sino que también revertirá en servicio al arciprestazgo de Santo Domingo: aproximadamente la mitad de los participantes en este curso desarrollarán sus prácticas en el campamento de verano promovido por el arciprestazgo y cuya organización está ya muy avanzada. Se celebrará en Espinosa de los Monteros y está previsto que puedan disfrutar de él niños y niñas desde los 9 a los 12 años.
Álvaro Zamora, sacerdote responsable de la pastoral juvenil en el arciprestazgo de Santo Domingo se muestra esperanzado en que este curso contribuya a ofrecer alternativas de ocio que cambien el estilo que parece imponerse como única opción entre los jóvenes de la edad de los participantes. Además, confía en que también suponga una riqueza para las parroquias arandinas, que podrán contar con estos jóvenes que ahora se forman en posteriores actividades y proyectos. El también agradece que la Escuela Diocesana ponga a disposición de otros territorios fuera de la capital burgalesa sus recursos, puesto que quienes imparten el curso se trasladarán a Aranda cada fin de semana. “Este es un trabajo en equipo y a nivel de diócesis” indica Zamora. “Y es de agradecer poder utilizar herramientas que nos ofrece la propia Iglesia para la educación de nuestros jóvenes en buscar ocio alternativo para los propios monitores y para que ellos mismos puedas ofrecer a los adolescentes y niños de Aranda su ejemplo y testimonio. Que hay mucho más que se puede hacer que salir a la calle y pasar frío. Con ellos podemos hacer grandes cosas”.