«Sin educación no se puede enseñar»: la norma de Andrés Manjón

Fotografía del periódico La Esperanza
«Andrés Manjón fue un pedagogo de finales del siglo XIX y principios del XX que creó una teoría pedagógica y la llevó a cabo en sus escuelas, las escuelas del Ave María, que estaban dirigidas principalmente a la escuela social, porque era un momento en el que había muchos alumnos en una situación muy desfavorecida». Estas son las palabras de María Luisa Peña Manjón, sobrina del sacerdote burgalés, natural de Sargentes de la Lora, quien ha hablado acerca de la vida y obra de su tío y de su dedicación para con los más desfavorecidos de la sociedad del momento.
María Luisa dice que su teoría pedagógica se basa en la interacción del maestro y el alumno para conseguir un mayor desarrollo de las facultades intelectuales y físicas, y de esta forma, educar enseñando. «Sin educación no se puede enseñar, esa era su norma». Esta teoría pedagógica, afirma ella, sigue estando en la actualidad, puesto que «si tratamos de educar al alumno tendremos que formar su voluntad y su carácter, y esto es entonces y ahora, es decir, está en pleno vigor».
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Respecto a la educación que están recibiendo las futuras generaciones, María Luisa cuenta que su tío estaría muy descontento y que le pondría muchos peros al actual modelo, ya que era alguien que criticaba a todo el mundo cuando las cosas no estaban bien, además, siempre tenía que mirar qué es lo que podía hacer para mejorarlas. «El maestro hace a la escuela, y quien educa a un hombre influye en todos sus descendientes, pero el que educa a un pueblo influye en todos sus destinos».
El ya venerable Andrés Manjón se encuentra en proceso de la canonización por haber practicado, en palabras del papa Francisco, las virtudes evangélicas en grado heroico. Sin embargo, para continuar este largo proceso son necesarios más milagros y oraciones, aunque, destaca María Luisa, para muchas personas Andrés Manjón ya es santo.
Su sobrina termina contando el valor que tuvo como escritor, llegando a ser candidato al Premio Nobel de Literatura. «Fue un hombre muy avanzado a su tiempo, un gran intelectual que no solo escribió libros, sino que también fue periodista y escribía en muchas revistas. En ese momento escribía afianzándose en los problemas de la sociedad y en cómo podían resolverse».
La próxima semana, con motivo del centenario del fallecimiento del sacerdote burgalés, se ha organizado un ciclo de conferencias que ensalzará su figura, con la participación de Antonio Almendros, presidente de la fundación Patronato de las Escuelas del Ave María; Andrés Palma, de la Universidad de Granada; Mateo Arias, director de la casa Museo del Padre Manjón y Pablo Celada, de la Universidad de Burgos.