El Círculo del Silencio señala a la Unión Europea: «Vuestra indiferencia nos mata»
La Delegación diocesana de Pastoral de migraciones denunció la pasividad de los países de la Unión Europea ante los últimos naufragios de embarcaciones de migrantes frente a sus costas.
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Un nuevo Círculo del Silencio tuvo lugar ayer en el paseo Sierra de Atapuerca a pesar de las altas temperaturas para reivindicar una vez más –y ya son 115– los derechos de las personas migrantes. En esta ocasión, con motivo del Día Internacional de las Personas Refugiadas, que tuvo lugar el pasado 20 de junio, el lema escogido fue: «Vuestra indiferencia nos mata». A la cita también acudieron algunos jóvenes de diversas ciudades que están colaborando en el campamento de verano de Atalaya.
En su manifiesto, la Delegación diocesana de Pastoral de Migraciones ha denunciado las últimas muertes en el mar de personas migrantes: en las costas de Grecia se hundió un barco pesquero con la bodega del barco llena de mujeres y niños; se estima que hay desaparecidas entre 200 y 500 personas. «El barco estaba localizado, se sabía el riesgo que corría, y no se actuó a tiempo. Además, los supervivientes han sido aislados para que no puedan hablar con nadie». Por otra parte, frente a las costas españolas, en la conocida como «ruta hacia Canarias», han fallecido más de 80 personas en dos hundimientos. Mientras las bracas permanecían a la deriva, Marruecos y España «discutían de quién eran esas aguas».
Estas muertes contrastan con todos los intentos de rescate que se han sucedido en torno al submarino que intentaba llegar a los restos del Titanic en el que viajaban cinco pasajeros. «Lo cual nos demuestra que hay personas de primera, de segunda… y otras que no son consideradas ni personas», denunciaron en el comunicado.
En lo que va de año, al menos 951 personas migrantes han fallecido en la frontera del sur de España. Estas son las «cifras conocidas de la tragedia», pero las reales, sin duda, «serán mucho mayores». De ahí la elección del lema, porque aunque hay muchas causas en estos hechos –pobreza, violencia en los lugares de origen, las madias, etc.–, la indiferencia de la Unión Europea y de sus estados es muy grave. «No hacemos lo que está en nuestras manos. No cumplimos con la ley del mar. Como mucho, lamentamos las tragedias y las olvidamos al día siguiente. La indiferencia también mata». Por ello, uniéndose al comunicado emitido por los obispos españoles en junio, desde el Círculo del Silencio se reclamaron «unas políticas y leyes que garanticen vías legales y seguras para los flujos migratorios, así como la humanización de los protocolos de salvamento marítimo que priorice la vida de las personas». Además, recordando el periodo electoral, se pidió a los próximos gobernantes que «por justicia y por humanidad, pongan todos los medios necesarios para una mejor protección de las personas y para evitar futuras tragedias».