2016 03 14 lunes: resumen de prensa

por administrador,

 

Arzobispado

Carta pastoral del arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas, del domingo 13 de marzo.

 

El arzobispo de Burgos, Don Fidel Herráez asistió el pasado sábado a la misa de toma de posesión del nuevo obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde:

 

El abad de San Pedro de Cardeña, Roberto de la Iglesia, invita en su pregón a vivir la Semana de Pasión en silencio, «para que las palabras no estropeen tanto sentimiento», y con la misma alegría de la infancia:

 

La celebración del Día del Seminario se ha convertido en un reto para los jóvenes que están formándose en Burgos para ser sacerdotes y no solo porque al compartir sus razones puedan despertar una nueva vocación, sino por la forma en la que lo hacen. En 2013 grabaron un vídeo y lo colgaron en internet, en 2014 emplearon a su grupo de rock Pescadores de Hombres para demostrar que hay más Iglesia que la del estereotipo y en 2015 sorprendieron con un musical de producción propia. Para la fiesta del 2016  través de una aplicación, el usuario puede descargar en su teléfono móvil y en tiempo real vídeos con los testimonios de los seminaristas que aparecen en el cartel:

 

Patrimonio

Los desperfectos que  las fuertes rachas de viento ocasionaron en el tejado de la iglesia de Orón hace un mes serán reparados por la empresa que el pasado verano se encargó de cambiar todo el tejado.  El Arzobispado de Burgos se puso en contacto con la constructora, que finalmente ha accedido a reparar los destrozos. Desde la iglesia ya se ha solicitado al Ayuntamiento de Miranda la correspondiente licencia de obras, y se espera que en unas semanas se pueda realizar la reparación:

 

Comienzan en abril las obras de reforma en el Archivo Catedralicio. las obras proporcionarán una sala de trabajo más diáfana y aliviarán el problema d espacio y peso sobre el Corpus:

 

 Actualidad

Las cuatro religiosas de la comunidad del Niño Jesús viven «entre el asombro y la indignación» lo que consideran un «ataque infundado» por el proyecto que prevé la construcción de 17 viviendas en el solar que se liberaría por el derribo de uno de los tres pabellones del antiguo colegio de la congregación, sito entre el paseo de la Audiencia y la plaza de Castilla:

 

El Ayuntamiento abordará una modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para revertir el cambio realizado tiempo atrás sobre la catalogación de la parcela ocupada por el colegio Niño Jesús y restituir la protección con la que contaban los tres edificios que forman parte del mismo, paralizando así el desarrollo del proyecto urbanístico planteado por la congregación de las Hermanas del Niño Jesús:

 

Sociedad

Alimentos, material didáctico, productos sanitarios y de higiene, ropa o juguetes. Son algunos de los bienes que Cruz Roja ha entregado a los 2.430 titulares beneficiados por esta ayuda que se concede en dos casos: familias de uno o dos miembros con ingresos inferiores a 500 euros y entornos familiares con más de tres integrantes y menos de 750 euros de ingresos:

 

 

Formarse en el Seminario: «Cuanto mayor es el desafío, mayor es la gloria»

por administrador,

 

isaac hernando y luis garcía

Luis e Isaac son seminaristas de Burgos.

Tienen 18 y 24 años y, a pesar de su juventud, parece que tienen claro su futuro: quieren ser sacerdotes porque así sienten que se lo pide Dios. Puede resultar extraño que en pleno siglo XXI siga habiendo jóvenes con vocación, pero nada más lejos de la realidad, ellos no se consideran «bichos raros»: «Dios continúa hoy llamando, aunque los miedos puedan echarte un poco para atrás…» Luis García e Isaac Hernando son dos jóvenes que han sentido que Dios les quiere para sí y sirviendo a los demás y, a pesar de las perplejidades que la llamada suscitó en ellos, decidieron secundar la vocación: «No me arrepiento de haber dado el paso –comenta Isaac–,  ahora soy muy feliz porque sé que estoy en las manos del Jefe».

 

A estos jóvenes de la era digital la vocación nos les llegó a través del Whatsapp o de las redes sociales, sino que la sintieron poco a poco en su realidad de cada día. Isaac decidió entrar en el Seminario hace cuatro años, después que el trabajo como catequista y animador de grupos en su parroquia de El Salvador, y la JMJ del pasado 2011 le hicieran descubrir que Dios lo quería para sí. Luis, que ha estudiado en el Seminario Menor desde que cursaba 1º de la ESO, decidió dar el paso al Seminario Mayor cuando diferentes experiencias vividas en 1º de Bachillerato le hicieran descubrir que lo suyo era desgastarse sirviendo a los demás.

 

Ahora su vida se centra en prepararse intensamente para ser un día sacerdotes. Lo hacen en el Seminario diocesano de San José, su «casa», un lugar en el que estudian Filosofía y Teología, conviven con otros jóvenes que han sentido la llamada y donde la oración tiene un papel crucial: «Es un diálogo constante con el Señor; en la oración hablamos con Jesús y le contamos todo lo que nos pasa, lo bueno y lo malo, y así nos vamos pareciendo cada vez más a él». Y es que si un sacerdote es «otro Cristo en la tierra», él debe ser su referente, un modelo al que imitar en el trato y la atención a los demás: «El sacerdote es una persona que siempre está para lo que se le necesite –comenta Luis–, vive siempre para los demás y está disponible las 24 horas del día». Parecida opinión es la que tiene Isaac, para quien un cura «es alguien que lo ha dejado todo para atender a los demás y que con su modo de comportarse da un testimonio de vida y de fe».

 

Esa actitud es la que ellos mismos han visto reflejada en otros sacerdotes y cuyo ejemplo también ha marcado su camino vocacional. En su biografía personal, Daniel Alarcia, Marcos Pérez, y otros curas de la diócesis han sido cruciales para ayudarles a dar el paso hacia el sacerdocio. En un futuro no muy lejano, ellos se serán sus «hermanos» y, aunque están dispuestos a «ir donde nos manden», sí que comienzan a imaginar cómo será su ministerio junto a ellos: «Me gustaría ir por los pueblos, o donde sea, pero con la ilusión de llevar a Jesús a los demás», comenta Luis. E Isaac apostilla: «Me gustaría hacerme presente en medio de la realidad de la gente, de los niños, los padres, la gente mayor, los enfermos… para ayudarles a todos a ser santos».

La vida en el Seminario

El reto que se les presenta a estos jóvenes no es pequeño. Son conscientes de que necesitan formarse duramente para ser un día sacerdotes y aunque parezca que la vida en el Seminario es un «camino de rosas», «no todo es tan fácil». Los horarios, la tensión de los exámenes, la disciplina, la obediencia o las renuncias que hay que asumir forman parte del día a día en aquel edificio del paseo del Empecinado. A Luis, que es el pequeño de la casa, le cuesta un poco eso de los estudios: «Esperas con ilusión prepararte para ser sacerdote y te encuentras con la Filosofía… a veces no entiendes para qué sirve, pero al final te resulta interesante y seguro que es necesaria en nuestra formación». Y revela: «En el Seminario quizás puedes intentar vivir un poco al margen; pero si te implicas, cuesta, y eso al final es muy bonito».

 

Junto a los estudios, la vida en el Seminario y la convivencia con sus «hermanos seminaristas» también es compleja en algunas ocasiones, y hay que hacer lo posible para que la relación sea siempre buena: «En algunos momentos hay que intentar que el morro salga por otro lado y no mostrarte triste delante de los demás; hay que procurar sonreír aunque llore el alma», comenta Isaac. Por su parte, Luis asegura que, aunque «no le cuesta vivir con los demás», siempre hay que soportar con paciencia los defectos de los otros: «A veces molestan las rarezas de los compañeros, pero supongo que mis cosas también molestarán a los demás…»

 

A pesar de las dificultades, la balanza de estos jóvenes se inclina hacia el futuro sacerdotal. Ambos son conscientes de que la vocación exige esfuerzo, renuncia, estudios… porque saben la meta es muy alta, pero «cuanto mayor es el desafío, mayor es la gloria», asegura Luis.

 

Convencidos de que el sacerdocio es el camino que les dará la felicidad, estos jóvenes no dudan en animar a otros a plantearse su vocación: «Yo les diría que no tengan miedo, que den el paso si sienten que Dios les está llamando y se dejen en las manos del Señor», comenta Isaac, «porque si él se empeña, nosotros no podemos escapar. A pesar de los miedos, yo di el paso y ahora soy plenamente feliz».

Con vocación de misericordia

por administrador,

 

El mes de marzo, con la fiesta de san José, nos aproxima al Seminario de manera especialmente cercana y eclesial. Un año más celebramos el  día del Seminario, que en esta ocasión se adelanta a hoy día 13, por coincidir prácticamente la fiesta de San José con el domingo de Ramos.

 

El día del Seminario es una jornada de importancia especial para nuestra Iglesia Diocesana.  Una jornada que tiene varios objetivos. En primer lugar, tomar conciencia, por parte de toda la comunidad diocesana, de la necesidad de sacerdotes amigos del Señor llamados a continuar su misión, y de la urgencia de promover vocaciones en niños y jóvenes que, en el seguimiento de Jesucristo, decidan entregar la vida al servicio de Dios en su Iglesia. Entre todos hemos de realizar un esfuerzo por hacer atrayente entre los jóvenes, con nuestra palabra y nuestra vida, la llamada de Cristo a participar en su Sacerdocio.

 

En segundo lugar, el objetivo de esta jornada es acercar esta realidad del Seminario a nuestra Iglesia de Burgos para que sea suficientemente asumida, conocida y apreciada por todos y cada uno de los cristianos. Para nosotros no deben resultar ajenos ni los 10 seminaristas mayores que están en el Seminario San José, ni los 11 seminaristas menores, ni los 17 seminaristas que están en el Seminario Redemptoris Mater; por el contrario, hemos de verlos como algo propio, como un don de Dios que es preciso agradecer, apreciar y sostener. Repito aquí las palabras que dirigí en la carta enviada recientemente a los sacerdotes: «ambos seminarios, cada uno con sus características específicas, deben ser abiertamente valorados, cuidadosamente acompañados y comprometidamente potenciados por toda la Comunidad diocesana, y de forma especial por los sacerdotes». Seguro que las iniciativas que estos días se promueven nos ayudarán a que este conocimiento redunde en frutos abundantes para nuestro Seminario y,  por lo mismo, para nuestra comunidad diocesana.

 

Y en tercer lugar, esta jornada busca cumplir el mandato del Señor de orar insistentemente para que el Dueño de la mies envíe obreros a su mies. No es, ni mucho menos, el objetivo menor: la fuerza de la oración nos llena de esperanza y nos afianza en la certeza de que Dios es el que mueve los corazones y sigue contando con nosotros hoy y siempre.

 

El día del Seminario, en este Jubileo extraordinario de la misericordia, viene enmarcado por un sugerente lema: «enviados a reconciliar», enviados «con vocación de misericordia», para ser Ministros de la misericordia de Dios en el nombre de Cristo Jesús.  Bajo este lema se combinan dos verdades que están presentes en el camino vocacional: por una parte, indica la fuente de donde nace la vocación y, por otra, muestra la misión de la misma. En efecto, toda vocación nace de la misericordia y está llamada a comunicar esa misericordia. Esta es la experiencia primera que el sacerdote ha vivido: Dios le ha amado y su elección se debe, no a méritos o cualidades personales, sino que es pura gracia y regalo. Desde esa certeza, la vida del sacerdote no consiste sino en configurarse día a día, por la acción del Espíritu Santo, con el propio Jesucristo. En nombre suyo actúa. De ahí que deba hacer suya la misericordia entrañable que caracterizó las palabras y los gestos de Jesús. Como nos recuerda el papa Francisco: «todo en Él habla de misericordia. Nada en Él está falto de compasión». Siguiendo este camino, el sacerdote está llamado a orientar toda su vida y su quehacer desde este horizonte para que «quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios».

 

Este año además, el día del Seminario se celebra en vísperas de la próxima Beatificación del sacerdote diocesano D. Valentín Palencia, cuya vida ya admiráis pero os invito a conocerla  más y mejor. Él fue un sacerdote entregado, especialmente a los más pobres, y, por eso, alcanzó la gloria del martirio. Su vida bien se puede considerar que encarna, de la mejor manera posible, una verdadera vocación de misericordia. Desde ahora me gustaría presentar a este sacerdote, tan de Dios y tan nuestro, como modelo de ministerio para nuestros sacerdotes y seminaristas.

 

Mi última palabra la quiero dirigir hoy a vosotros, seminaristas diocesanos, y a todos los jóvenes: en vuestra vida juvenil descubro las ganas de cambiar el mundo, de transformarlo, de hacerlo diferente. Sabed que el camino mejor para esta meta no es otro sino el de la entrega y la misericordia: es el único que hace renacer a las personas. Por eso, merece hoy la pena una vida entregada y dedicada a Dios en la Iglesia haciendo presente su misericordia. Seguid buscando, confiando, apostando… y no tengáis miedo. Dios os guiará y multiplicará vuestra entrega.

Una jornada para que los adolescentes descubran las obras de misericordia

por administrador,

 

<
>

 

El colegio de los Sagrados Corazones, los bajos del Ayuntamiento, la plaza de Santa María, la hoy fría ribera del Ebro, el ropero de Cáritas o la huerta ecológica de la ciudad de Miranda han sido algunos de los escenarios a través de los cuales los adolescentes de la diócesis se han acercado a las obras de misericordia. Dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, visitar a los enfermos, dar posada al peregrino, visitar a los presos, enterrar a los muertos: todas las obras de misericordia corporales han estado presentes en una gran yincana que ha dado cuerpo al encuentro que la delegación diocesana de Infancia y Juventud organiza para escolares de ESO cada año.

 

Más un centenar de adolescentes venidos de Burgos y Miranda han participado en la jornada de hoy en este encuentro que, bajo el lema «Dios se con-mueve» ha querido acercar a los jóvenes la labor que realiza la Iglesia en favor de los más necesitados y excluidos de la sociedad. A lo largo del día, los participantes han combinado los momentos de convivencia y amistad con otros lúdicos y de oración. Tras la presentación de la jornada en la iglesia de Santa María y el gran juego de la mañana, los adolescentes se han desplazado hasta la iglesia de San Nicolás de Bari, donde han comido y tenido un breve encuentro de oración. De allí se han dirigido hasta la parroquia de Santa Casilda, donde ha culminado el encuentro con una gran feria en la que los chavales han podido participar en varias pruebas de habilidad.

 

Con estos encuentros, la delegación diocesana de Infancia y Juventud busca que los chavales participen en actividades conjuntas, descubran que no están solos en su itinerario de fe y puedan pasar momentos de convivencia y diversión, «abrir la posibilidad a cada adolescente a tener una experiencia con otros chavales de su misma edad para que la vida de la Iglesia no sea una vida de libros y plasma sino una vida real en el contacto de tú a tú».

El monasterio de Oña, a vista de pájaro

por administrador,

 

san salvador oña

El «drone», en el claustro del monasterio.

El Cristo románico, el fresco de Santa María Egipciaca, la cúpula de Juan de Colonia, los Panteos y el claustro gótico de Simón de Colonia… como nunca se habían visto. La iglesia abacial del monasterio de San Salvador de Oña se puede disfrutar  ahora desde un ángulo  inédito.

 

Un drone ha grabado el monasterio de San Salvador desde esta original perspectiva que permite admirar la belleza natural del Monasterio de San Salvador de Oña y la riqueza del patrimonio cultural e histórico de la iglesia abacial del monasterio.

 

Los contenidos son accesibles para todo el mundo en la web www.monasteriodeoña.com. Además de la imágenes capturadas por el drone se puede disfrutar de una importante galería fotográfica de toda la Iglesia Abacial de San Salvador. El objetivo es acercar al turista esta maravilla desconocida aún para muchos.

Siglos de historia

La iglesia del Monasterio de San Salvador es el monumento que dota de personalidad y grandeza a la villa oniense. Han pisado sus baldosas reyes de ayer y hoy, políticos y también profesionales de la televisión, el cine y el teatro.

 

El monasterio fue fundado en el año 1011 por el conde castellano Sancho García, nieto de Fernán González, para el retiro de su hija Trigidia. Su yerno, Sancho III el Mayor de Navarra, se lo encomendó a los benedictinos, guiado por el abad Iñigo. Como monasterio benedictino se mantuvo hasta la Desamortización de 1836. La Compañía de Jesús lo ocupó de 1880 a 1967, año en que lo adquirió la Diputación Provincial de Burgos.

 

San Salvador de Oña fue uno de los cenobios con mayor número de monjes y una de las más ricas abadías españolas a lo largo de toda la Edad Media y Moderna. En el siglo XIV dependían de él más de 150 iglesias y de trescientos pueblos. En su conservación han colaborado administraciones con el Estado y la Junta. En su puesta en valor está jugando un papel muy especial la recreación histórica El Cronicón de Oña que se viene representando desde hace más de 25 en el interior de la iglesia. Todo un lujo para los sentidos.