El pueblo burgalés arropa al que ha sido su pastor
La misa de acción de gracias por el ministerio de don Francisco Gil Hellín ha contado con cientos de fieles que han querido arroparle en esta despedida oficial. Amigos, conocidos, jóvenes, familias, religiosas y religiosos, familiares, laicos agradecidos… todos ellos han llenado la catedral para mostrar su apoyo y cariño al que ha sido hasta ahora el pastor de la diócesis.
Entre los asistentes, se encontraba Begoña, una mujer que conoce a Gil Hellín desde hace tiempo: «He querido asistir a este evento porque he coincidido con él en actos de Acción Católica, en Cáritas, en Manos Unidas… es una persona cercana y encantador siempre que se ha reunido con nosotros y no podía faltar en este día para venir a decirle adiós».
También los jóvenes han estado presentes en la ceremonia. Entre ellos encontramos a Marie, Rosa y Jorge. Marie, francesa que reside en Burgos, tiene buenos motivos para estar presente: «En 2010 don Francisco me confirmó, fue un gran día para mi y para mi fe. Antes de venir a Burgos no era practicante, pero aquí descubrí la fe y el día de mi confirmación fue el más bonito de mi vida. Para mí es importante estar aquí. Siempre me he sentido apoyada y guiada por él como pastor». Rosa, por su parte, cuenta que don Francisco también le confirmó, «fue un día importante para mi como creyente y un paso que me marcó, por eso he querido venir a despedirme, porque ha sido nuestro obispo y durante estos trece años ha sido muy acogedor, el obispo de todos los burgaleses… y eso se nota en la gente que ha venido». Jorge añade que «era importante una representación joven, ya que ayer estuvo con nosotros en la oración joven que celebramos cada mes. Nos dijo que para él estaremos lejos, pero cerca, y por eso nosotros no hemos dudado en venir a acompañarle hoy».
María Rosa Martín, religiosa, comenta que «por el hecho de ser obispo durante tantos años, quiero expresar mi agradecimiento por todo lo que ha trabajado durante toda su trayectoria en Burgos».
Antonio, otro de los fieles que no ha querido perderse la eucaristía, dice que ha estado presente «en numerosas misas presididas por don Francisco, y esta, que es especial por ser de las últimas en las que va a estar presente en Burgos, no podía dejarla pasar».
Juancho, que pertenece al movimiento Scout Católico en Burgos, cuenta que como parte de la Iglesia, «en estas cosas hay que estar». «Somos una parte más de este rebaño, y quería agradecerle sus esfuerzos, sus errores y sus aciertos. Todos hacemos cosas bien y cosas mal, en cualquier caso, hay que agradecérselo todo».
Andrés, un laico, comenta que ha venido en señal de cariño: «Este hombre nos lo ha dado todo. Me ha hecho mucha ilusión verle tan humano como es él, y que lo ha demostrado cuando casi se le saltan las lágrimas».
Las familias, a quienes don Francisco les ha dedicado tanta atención, también han acudido a despedirse. Almudena ha venido con sus hijos para «agradecerle todo lo que ha hecho por la diócesis de Burgos, ha sido un buen pastor. Nos ha cuidado y nos ha guiado». Itziar, que ha acudido junto a ella, destaca su sensibilidad hacia las familias y su forma de ser, «natural y cordial». «Se acerca a cada persona. Además me ha gustado todo lo que ha dicho durante la misa, porque ha transmitido doctrina, pero de una manera muy humana y cercana. Su labor pastoral me ha ayudado mucho». Uno de los niños que vienen con ellas, Santiago, cuenta que va al preseminario, y que quería estar en esta misa porque «don Francisco venía muchas veces al preseminario, es muy majo y me cae muy bien, por eso he querido estar aquí para despedirme de él».