Un modo diferente de vivir la muerte

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2014 11 16 mensaje arzobispo de Burgos pdf

 

Brittany Maynard era una chica norteamericana de 27 años. Le habían diagnosticado un tumor cerebral y tomó la decisión de morir ingiriendo fármacos letales en una situación que ella presentaba como “ideal”. Y colgó en la red esta decisión. A partir de este momento comenzó a ser titular de prensa durante varias semanas. Las redes sociales no cejaron de decirle “ánimo”, para que diera el paso anunciado. Y, efectivamente, lo dio. Las redes sociales siguieron jaleándola. Más todavía los partidarios de la eutanasia. En cambio, las organizaciones pro-vida de los Estados Unidos han alertado de que la presentación “amable” del suicidio de Brittany puede suscitar un efecto de imitación y respaldar a los que propugnan legislaciones eutanásicas. Algunos expertos en cuidados paliativos piensan que puede incidir negativamente en personas que consideran que sí es digna su vida de enfermo. Porque, si es verdad que algunos enfermos prefieren anular el dolor por vía de suicidio asistido, no es esa la única opción ni la más frecuente.

Sin entrar a valorar la conciencia de Brittany ni otras circunstancias, lo que está claro es que no se puede decir que el suicidio asistido sea la solución para los enfermos terminales. Porque la medicina no puede ir contra la vida sino que ha de servirle de ayuda y apoyo.

Nadie niega que en el último tramo de la vida las limitaciones y el dolor suelen ser compañeros inseparables. Para una sociedad materialista e individualista no tener salud, capacidad intelectual y libertad de movimientos hace a una persona inútil e improductiva. Más aún, la convierte en un peso muerto que obliga a gastar en ella lo que habría que invertir para mejorar la vida de los sanos y productivos. Por absurdo e incomprensible que parezca, algún político europeo ya ha planteado privar de la seguridad social a las personas de setenta años.

Nuestra sociedad materialista no puede entender que la dignidad de la persona no está en que tengas o no tengas salud o capacidad intelectual y física sino en la misma persona. Toda persona tiene dignidad por el simple hecho de serlo. ¿Quién se atrevería a decir que una persona con dinero es más digna que otra que sea pobre, que un jugador de élite tiene más dignidad que un minusválido o que un chico con síndrome de Down es menos digno que un premio Nobel?

Además, ya se sabe a dónde nos lleva legislar para casos concretos y extraordinarios. Lo que sucede en Holanda, Suiza o Luxemburgo es muy esclarecedor. La eutanasia comenzó como práctica muy restrictiva y hoy es una forma de ir eliminando personas. De hecho, algunos ya están sacando a sus familiares fuera de esas naciones, porque cuando llevas a tu madre o a tu padre al hospital no sabes ya lo que va a pasar allí, ya que es el propio médico el que decide si debe vivir o morir. Cuando los hombres usurpamos el puesto a Dios y legislamos sobre la vida y la muerte lo estropeamos todo.

Los estándares materialistas sostienen que sólo hay calidad de vida cuando hay vitalidad física, salud, movilizad. Quienes tenemos una concepción trascendente de la vida y, en especial, quienes somos cristianos sabemos que toda persona es imagen de Dios y posee una dignidad que nada ni nadie puede violar. Ya hemos visto a dónde nos ha llevado la legislación abortista y a dónde nos ha conducido montar la economía poniendo el centro en la ganancia y no en la persona. No introduzcamos más cultura de muerte, aunque la disfracemos del pomposo título de “muerte digna” (eutanasia). Lo que va contra la dignidad de la persona siempre es indigno de la persona. La solución no es la eutanasia sino los cuidados paliativos y el respeto a la dignidad inviolable de la persona humana.

Segunda sesión del aula de Doctrina Social de la Iglesia

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El próximo lunes 17 de noviembre tendrá lugar la segunda sesión del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia, organizada por la Comisión de Pastoral Obrera del arciprestazgo de Aranda. Será a las 8 de la tarde en los dos grupos habituales.

 

En continuidad con el curso anterior, se seguirá abordando la exhortación del papa Francisco “La alegría del Evangelio”, especialmente en todo lo relacionado con la doctrina social. En el grupo de la parroquia de Santa Catalina se tratará el comienzo del capítulo 4º, relativo a “La dimensión social de la evangelización”; el ponente, como en ocasiones anteriores, será Fernando García Cadiñanos, profesor de Doctrina Social en la Facultad de Teología de Burgos. Mientras, el grupo de la Casa de la Iglesia (plaza los Tercios) comenzará con el capítulo 1º y hablará de “La transformación misionera de la Iglesia”, ayudado por Juan Ochoa Santamaría, superior de los padres claretianos.

 

Ambos grupos están abiertos a los asistentes habituales del Aula de la Doctrina Social de la Iglesia y a cuantas personas interesadas quieran participar. Se comenzará también este mes a recaudar dinero para el gesto solidario que en esta ocasión irá destinado a la ONG claretiana PROCLADE.

 

2014 11 14 RP: Presentación día de la Iglesia diocesana

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Esta mañana se ha presentado en rueda de prensa la jornada de la Iglesia diocesana. En ella han participado Álvaro Tajadura, responsable de comunicación del arzobispado de Burgos; Vicente Ruiz de Mencía, miembro del consejo diocesano de economía, y Vicente Rebollo Mozos, ecónomo diocesano. La rueda de prensa ha dado respuesta a tres preguntas: qué somos, qué hacemos y con qué lo hacemos.

Reproducimos a continuación el dossier informativo facilitado a los periodistas asistentes al acto.

¿QUÉ SOMOS? Una diócesis que desea ser cada vez más transparente (Álvaro Tajadura)

El próximo domingo 16 de noviembre, se celebra el día de la Iglesia diocesana, una jornada que pretende dar a conocer la labor que llevó a cabo la diócesis de Burgos a lo largo del año 2013 y cómo administró sus recursos económicos para lograrlo. En este sentido, la diócesis quiere apostar, año tras año, por un mayor ejercicio de comunicación, intentando ser cada vez más una “casa transparente, una casa de cristal”, donde todo el trabajo que realiza la diócesis sea accesible a todos los burgaleses.

A este respecto, la campaña de este año quiere hacer hablar a las cifras. Quizás parezcan números fríos, pero son números que hablan de vida, que manifiestan que la Iglesia burgalesa está viva y que lleva a cabo, también hoy, un inmenso trabajo pastoral, asistencial, educativo y cultural. Además, la panorámica global de este año, está más ajustada a la realidad sobre la labor que realiza la Iglesia en Burgos, ya que se ha querido incluir en las cifras los datos aportados por otras instituciones eclesiales que trabajan en Burgos y no están directamente relacionados con la administración diocesana.

La diócesis de Burgos cuenta con una superficie de 14.022 kilómetros cuadrados, en los que viven un total de 371.248 personas, de las cuales 334.972 se declaran católicas, según datos del INE. Son estas las personas que hacen posible que la Iglesia católica pueda realizar una labor específica en la provincia burgalesa atendiendo a todo tipo de personas con cualquier necesidad en sus 1.003 parroquias y 347 centros pastorales (que incluyen centros parroquiales, ermitas y santuarios).

Entre los datos estadísticos de la diócesis en 2013, figuran un total de 1.289 catequistas, 884 misioneros (seguimos siendo la segunda diócesis con más misioneros de España, después de Madrid), 1.143 religiosas profesas, 259 religiosos y 418 sacerdotes. Todo ello sin contar a los innumerables voluntarios que realizan todo tipo de tareas en la Iglesia burgalesa.

¿QUÉ HACEMOS? En 2013, uno de cada siete burgaleses fue acompañado por la Iglesia en sus necesidades básicas (Vicente Ruiz de Mencía)

54.823 personas fueron atendidas a lo largo de 2013 gracias a la labor asistencial y caritativa de la diócesis. Eso significa que la Iglesia burgalesa acompañó el año pasado a casi uno de cada siete burgaleses, subrayando con ello no sólo la necesidad asistencial de la población burgalesa, sino también la respuesta que la diócesis intenta dar a cada una de ellas. Casas para ancianos, atención a personas sin hogar, asesoramiento a personas inmigrantes, apoyo al empleo y atenciones médicas han sido las actuaciones más significativas que la Iglesia ha prestado a la sociedad burgalesa a lo largo del último ejercicio.

Junto a ello, no podemos olvidar tampoco la ingente labor cultural y educativa que realiza la Iglesia en la provincia burgalesa. Guarderías, jardines de infancia y colegios que imparten cursos en primaria, secundaria y bachillerato, educan a más de 24.000 alumnos. Junto a ellos, hay que añadir la labor educativa en el mundo de la juventud a través de la escuela diocesana de tiempo libre, que el año pasado aprobó 334 títulos de monitor y coordinador de tiempo libre.

Las cifras hablan de necesidad. Si uno de cada siete burgaleses ha sido atendido por la Iglesia, significa que son muchos los que necesitan ayuda asistencial, reflejo de la actual crisis que estamos padeciendo. Son muchos los que esperan la ayuda de la Iglesia. De ahí que también se haga un llamamiento a la participación burgalesa en la colecta del próximo domingo. Una colecta que también ha menguado sus ingresos en los últimos años. Y es que la Iglesia tampoco se escapa de la crisis y los burgaleses priorizan sus donativos, lógicamente, en función de sus necesidades más básicas.

¿CON QUÉ LO HACEMOS? La Iglesia, en bien de las personas, no puede realizar recortes (Vicente Rebollo Mozos)

Uno de los objetivos de la campaña del día de la Iglesia diocesana es mostrar a los burgaleses el modo en que la diócesis ha administrado sus recursos económicos. Administrar, porque no es un dinero propio, sino algo que fieles, instituciones y otros organismos le han confiado para repercutir en el bien de la sociedad en general y en el suyo propio. Así, año tras año, los responsables de la economía diocesana hacen esfuerzos por mostrar con mayor claridad el balance de sus cuentas. En este sentido, y aunque no sean gastos que se gestionen directamente por la administración del arzobispado, se ha querido incluir en el balance económica los costes de los centros educativos de la diócesis. Así se tiene una idea más completa de la actividad económica de la Iglesia en Burgos.

Por ello, en la cuenta de ingresos, cobra especial peso lo aportado por subvenciones públicas corrientes (algo más de 12 millones), que junto con las remuneraciones por servicios y las aportaciones de instituciones diocesanas suman casi el 63% de los ingresos. Las otras grandes partidas económicas proceden de la asignación tributaria del IRPF y de las aportaciones voluntarias de los fieles de la diócesis, como legados, donativos y suscripciones. El total de ingresos ascendió a 31.069.680 euros.

En cuanto a la partida de gastos, destacan de forma especial la retribución al personal seglar que trabaja en centros educativos y otros organismos diocesanos y los casi 9 millones de euros destinados a acciones pastorales y asistenciales. La retribución del clero supone el 15% de los gastos diocesanos y la rehabilitación y conservación del patrimonio el 13%. El total de gastos sumó los 31.417.303 euros.

Al cierre del ejercicio económico 2013, la diócesis presentaba un déficit cercano a los 350 mil euros y que se afrontarán con el superávit de años anteriores. Así, los responsables de la economía diocesana señalan que la Iglesia burgalesa no puede quedarse al margen de la crisis económica actual y no puede permitirse el lujo de realizar recortes en su labor pastoral, educativa y asistencial. 

Uno de cada siete burgaleses fue acompañado por la Iglesia en sus necesidades básicas

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iglesia diocesana

Esta mañana se ha presentado en rueda de prensa la campaña del Día de la Iglesia Diocesana 2014.

 

El próximo domingo 16 de noviembre, se celebra el día de la Iglesia diocesana, una jornada que pretende dar a conocer la labor que llevó a cabo la diócesis de Burgos a lo largo del año 2013 y cómo administró sus recursos económicos para lograrlo. En este sentido, la diócesis quiere apostar, año tras año, por un mayor ejercicio de comunicación, intentando ser cada vez más una “casa transparente, una casa de cristal”, donde todo el trabajo que realiza la diócesis sea accesible a todos los burgaleses, tal como han explicado esta misma mañana en rueda de prensa responsables diocesanos de comunicación y economía.

A este respecto, la campaña de este año quiere hacer hablar a las cifras. «Quizás parezcan números fríos, pero son números que hablan de vida y manifiestan que la Iglesia burgalesa está viva y que lleva a cabo, también hoy, un inmenso trabajo pastoral, asistencial, educativo y cultural», ha señalado Álvaro Tajadura, responsable de comunicación del arzobispado.

 

Y las cifras hablan de una diócesis de Burgos cuenta con una superficie de 14.022 kilómetros cuadrados, en los que viven un total de 371.248 personas, de las cuales 334.972 se declaran católicas, según datos del INE. Son estas las personas que hacen posible que la Iglesia católica pueda realizar una labor específica en la provincia burgalesa atendiendo a todo tipo de personas con cualquier necesidad en sus 1.003 parroquias y 347 centros pastorales. Además, entre los datos estadísticos de la diócesis, figuran un total de 1.289 catequistas, 884 misioneros (la segunda diócesis con más misioneros de España, después de Madrid), 1.143 religiosas profesas, 259 religiosos y 418 sacerdotes. Todo ello sin contar a los innumerables voluntarios que realizan todo tipo de tareas en la Iglesia burgalesa.

infográfico iglesia diocesana jpgAmplia labor asistencial y educativa

Todos ellos hicieron posible que, solo en el año pasado, fueran atendidas en sus necesidades básicas un total de 54.823 personas. Eso significa que «la Iglesia burgalesa acompañó el año pasado a casi uno de cada siete burgaleses», tal como ha recalcado Vicente Ruiz de Mencía, miembro del consejo diocesano de economía. Casas para ancianos, atención a personas sin hogar, asesoramiento a personas inmigrantes, apoyo al empleo y atenciones médicas han sido las actuaciones más significativas que la Iglesia ha prestado a la sociedad burgalesa a lo largo del último ejercicio.

 

Junto a ello, en la rueda de prensa se ha querido subrayar también la ingente labor cultural y educativa que realiza la Iglesia en la provincia burgalesa. Guarderías, jardines de infancia y colegios que imparten cursos en primaria, secundaria y bachillerato, educan a más de 24.000 alumnos. Junto a ellos, hay que añadir la labor educativa en el mundo de la juventud a través de la escuela diocesana de tiempo libre, que el año pasado aprobó 334 títulos de monitor y coordinador de tiempo libre.

Una Iglesia sin recortes

Uno de los objetivos de la campaña del día de la Iglesia diocesana es mostrar a los burgaleses el modo en que la diócesis ha administrado sus recursos económicos. «Administrar, porque no es un dinero propio, sino algo que fieles, instituciones y otros organismos le han confiado para repercutir en el bien de la sociedad en general y en el suyo propio», tal como se ha encargado de aclarar el ecónomo de la diócesis, Vicente Rebollo. Así, año tras año, los responsables de la economía diocesana hacen esfuerzos por mostrar con mayor claridad el balance de sus cuentas. En este sentido, y aunque no sean gastos que se gestionen directamente por la administración del arzobispado, se ha querido incluir en el balance económica los costes de los centros educativos de la diócesis. Así se tiene una idea más completa de la actividad económica de la Iglesia en Burgos.

 

Por ello, en la cuenta de ingresos, cobra especial peso lo aportado por subvenciones públicas corrientes (algo más de 12 millones), que junto con las remuneraciones por servicios y las aportaciones de instituciones diocesanas suman casi el 63% de los ingresos. Las otras grandes partidas económicas proceden de la asignación tributaria del IRPF y de las aportaciones voluntarias de los fieles de la diócesis, como legados, donativos y suscripciones. El total de ingresos ascendió a 31.069.680 euros.

 

En cuanto a la partida de gastos, destacan de forma especial la retribución al personal seglar que trabaja en centros educativos y otros organismos diocesanos y los casi 9 millones de euros destinados a acciones pastorales y asistenciales. La retribución del clero supone el 15% de los gastos diocesanos y la rehabilitación y conservación del patrimonio el 13%. El total de gastos sumó los 31.417.303 euros.

 

Al cierre del ejercicio económico 2013, la diócesis presentaba un déficit cercano a los 350 mil euros y que se afrontarán con el superávit de años anteriores. Así, Rebollo ha señalado «que la Iglesia burgalesa no puede quedarse al margen de la crisis económica actual y no puede permitirse el lujo de realizar recortes en su labor pastoral, educativa y asistencial».

Colaboración de todos

Las cifras hablan de necesidad. Si uno de cada siete burgaleses ha sido atendido por la Iglesia, significa que son muchos los que necesitan ayuda asistencial, reflejo de la actual crisis que estamos padeciendo. Son muchos los que esperan la ayuda de la Iglesia. De ahí que también se haga un llamamiento a la participación burgalesa en la colecta del próximo domingo. Una colecta que también ha menguado sus ingresos en los últimos años. Y es que la Iglesia tampoco se escapa de la crisis y los burgaleses priorizan sus donativos, lógicamente, en función de sus necesidades más básicas. 

 

2014 11 14 viernes: resumen de prensa

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Actualidad

Dentro de las 128.000 personas que en Castilla y León sufren pobreza severa, según constata el VII Informe sobre exclusión y desarrollo social en España (Foessa), y que ayer fue presentado por Cáritas:

 

 

 

 

El misionero y periodista Rafael Armada, que ha trabajado en Liberia, Kenia, Sudáfrica y Sierra Leona, habló ayer de la paz y su reverso, de los conflictos en el continente negro y sus causas:

 

El fundador de Mensajeros de la Paz visitó Burgos para sensibilizar sobre los colectivos en situación de especial necesidad material o emocional:

 

Las Edades del Hombre

La cifra de visitantes de ‘Eucharistia, la última muestra de ‘Las Edades del Hombre’ clausurada el lunes en Aranda de Duero, no convence al editor de Siloé Arte y Bibliografía, Juan José García:

 

La Fundación de Las Edades del Hombre tendrá que sufragar por sí misma la mitad de los 300.000 euros del coste que supuso la ampliación de la muestra a dos sedes: