Corpus Christi en Aranda de Duero: galería fotográfica
Continuando con su visita pastoral a las parroquias de la diócesis, el arzobispo, don Fidel Herráez, se desplazó el pasado sábado hasta la zona de Yudego para conocer los pueblos de esta unidad pastoral.
Comenzó su visita en Castellanos de Castro. Allí tuvo un momento de saludos y charla en el pórtico y, ya en el interior del templo, dirigió unas palabras a los presentes para después rezar por los difuntos de la parroquia. Visitó las instalaciones de la parroquia y el ayuntamiento, donde saludó a la gente. La visita continuó después en Castrillo de Murcia, donde también dialogó con la gente en la iglesia, rezó por los difuntos en el cementerio, visitó el centro de la cofradía del Colacho y la ermita de San José.
Ya en Yudego presidió la eucaristía en la que confirmó a 28 jóvenes. Por la tarde en el salón parroquial tuvo unas palabras con la gente del pueblo antes de partir hacía Villandiego, donde saludó a los feligreses,visitó algunos enfermos y se despidió con un ágape fraterno en el polideportivo, donde siguió saludando a niños y mayores.
Por su parte, el próximo miércoles el pastor de la diócesis dará por concluida su visita pastoral a las parroquias del arciprestazgo de Aranda de Duero. Con tal motivo se reunirá con varios colectivos que trabajan a nivel arciprestal en la capital de la Ribera, como Cáritas, las distintas comisiones arciprestales o Manos Unidas.
Celebración del Corpus Christi:
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El sol abrasador no ha impedido que, un año más, miles de burgaleses hayan salido a la calle para participar en la procesión del Corpus Christi. La ciudad se había engalanado para la ocasión. El olor a incienso, romero y tomillo, las alfombras de pétalos o los diversos altares ubicados en algunas calles del centro histórico anunciaban que por allí iba a pasar la carroza de plata del maestro Suárez portando sobre sí la custodia con el Santísimo Sacramento. Y así ha sido. Pasadas las 12:30 horas y con el repique de las campanas de la catedral de fondo, comenzaba la procesión del Corpus que ha recorrido las calles de la Paloma, Cardenal Segura, plaza Mayor, Santo Domingo y paseo del Espolón. Antes, una abarrotada catedral ha acogido una solemne celebración eucarística presidida por el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas.
Como ha hecho en su mensaje semanal de este domingo, el pastor de la diócesis ha destacado la devoción eucarística de la diócesis, plasmada en numerosas asociaciones y tradiciones como el Curpillos o el Colacho. Una devoción que no puede quedarse en el ámbito privado, sino que debe empujar a los fieles a ejercer la caridad con los más necesitados. En efecto –ha indicado– «la eucaristía nos transforma en el Cuerpo de Cristo para que también nosotros podamos transformar el mundo desde dentro insertando la Vida nueva que nace del Amor». Un ejercicio de la caridad que bien lleva adelante Cáritas diocesana, de la que –ha dicho– «es la expresión de la misericordia de nuestra Iglesia burgalesa».
En el día en que la Iglesia también celebra el día de la Caridad o día de Cáritas, el arzobispo ha asegurado que el ejercicio de la caridad es una «expresión de la misericordia», una «prueba granada de una fe eucarística adulta». Por eso, ha insistido también a los cientos de niños que han recibido este año su primera comunión, que «si el Señor nos ha amado, también nosotros tenemos que querernos mucho y siempre, especialmente a los necesitados».
Junto a los niños de primera comunión, han participado también en la eucaristía responsables y voluntarios de Cáritas, miembros de cofradías y asociaciones eucarísticas y de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, sacerdotes, seminaristas, numerosos fieles y algunos representantes políticos y militares.
La de hoy es una de las fiestas más populares de la ciudad. Son miles las personas que se acercan cada año hasta el Parral para participar en la popular jira que sigue a la celebración, por la mañana, de la eucaristía y posterior procesión con el Santísimo Sacramento por las calles cercanas al monasterio de las Huelgas. Una fiesta eminentemente eucarística, única en la península, donde se entrelazan a la perfección lo sagrado y lo profano.
Así lo ha subrayado el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, en la eucaristía que ha marcado el punto de partida de los actos celebrativos. En el monasterio de las Huelgas, y ante la presencia las religiosas cistercienses, representantes del Ayuntamiento, Junta de Castilla y León, Diputación Provincial y Subdelegación del Gobierno, el pastor de la diócesis ha insistido en su homilía que lo religioso no queda relegado a la esfera privada, sino que forma parte esencial de la vida del cristiano, dando así lugar a tradiciones y culturas populares. Lo realmente coherente -ha dicho- «es unir vida y fe, no sólo hoy, sino en el recorrido de cada día».
El arzobispo ha subrayado en su alocución la «exclusividad de esta fiesta típicamente burgalesa que toma como raíz y fundamento la fiesta del Corpus Christi». En este sentido, ha repasado cómo en torno a la devoción eucarística han surgido otras realidades «amables y queridas» de tipo folklórico que «no tenemos que rechazar, sino valorar por formar parte de la vivencia de la fe».
La eucaristía ha dado paso a la procesión eucarística, en la que el Santísimo Sacramento ha recorrido las calles colindantes al monasterio y ha sido escoltado por danzantes, Gigantillos, Gigantones y el cuerpo militar, que ha portado como es tradición la réplica del pendón de las Navas de Tolosa.
Tras la procesión, la madre abadesa del monasterio ha recibido a las autoridades asistentes al acto, mientras el arzobispo ha bendecido una talla de la Virgen María.