Las parroquias del arciprestazgo del Vena reflexionan sobre la misericordia

por administrador,

 

parroquia san martin de porres burgos

 

En la tarde del pasado sábado, día 16 de abril, la parroquia de San Martín de Porres acogió el encuentro arciprestal de las parroquias de Burgos-Vena en su segunda edición, con el lema «Una Iglesia Misericordiosa». A pesar de la lluvia, un grupo grande de fieles de las quince parroquias que conforman el arciprestazgo reflexionaron sobre las obras de misericordia desde la oración, la formación y un pequeño acto público en la calle.

 

Divididos en cinco grupos, los asistentes rotaron por diversos talleres: «dar de comer al hambriento» (sobre la dimensión socio-caritativa), «enterrar a los muertos» (acompañar en el duelo), «visitar a los presos» (el mundo de la cárcel y la pastoral penitenciaria), «acoger al forastero» (los migrantes y refugiados) y «soportar con paciencia los defectos del prójimo» (la educación de la juventud). Todos los participantes se llevaron como gesto un corazón con un compromiso concreto en el que incidirán en este año de la misericordia.

 

Finalmente, en la calle y tras una tregua de la lluvia, unieron todos las manos para rezar el padrenuestro. Un repique de campanas dio por concluida la primera parte de este encuentro, que continuará el próximo 7 de mayo con la ruta de los lugares de don Valentín Palencia (que será beatificado el próximo sábado día 23) y el encuentro de coros en la iglesia de San Nicolás de Bari.

 

Parroquia de San Martín de Porres

Treinta matrimonios burgaleses celebran el 40 aniversario de «Encuentro matrimonial»

por administrador,

 

<
>

 

Este fin de semana se ha celebrado en Valencia un Fin de Semana Nacional organizado por el movimiento católico «Encuentro Matrimonial». Han participado más de 600 matrimonios de toda España junto a sacerdotes y religiosos. La comunidad de Burgos – Cantabria ha estado representada por 30 matrimonios y 3 consagrados.

 

El lema del encuentro ha sido «Somos enamorados en acción». A través de diversas ponencias los participantes han reflexionado y dialogado sobre el significado de su relación matrimonial para el mundo de hoy, necesitado de testigos del amor y la misericordia de Dios. Además, se celebró el 40 aniversario de la presencia del movimiento en España.

 

El próximo Fin de Semana que se celebrará en Burgos será del 6 al 8 de mayo en Palacios de Benaver. En ella se ofrece a los matrimonios vivir una experiencia de diálogo y comunicación profunda para mejorar en su relación, redescubrir el sueño que un día les llevó a compartir su vida y poder superar las dificultades que la vida diaria plantea en la vida de la pareja. Quien esté interesado puede apuntarse o pedir más información en los teléfonos 628 08 64 56 – 947 238 578 (Fermín y Delia).

«Don Valentín vivió el evangelio llevando la alegría a los más pobres»

por administrador,

 

saturnino lopez santidrian

Saturnino López Santidrián es canónigo de la catedral.

 

Es sacerdote desde 1969. Natural de Hontoria de la Cantera, con tan solo 11 años entró en el Seminario. Tras su ordenación cuando contaba con 23 años, trabajó en la parroquia de San Nicolás de Miranda de Ebro y en El Salvador de Burgos. Después de estudiar durante cinco cursos Paleografía y Archivística en la Escuela Vaticana de Roma, se ha dedicado a la enseñanza de la Teología Espiritual y la Historia de la Iglesia en la Facultad de Teología, donde es profesor desde hace 36 años.

 

Fueron quizás estas dos facetas –su conocimiento de la Teología Espiritual y su afición a la Historia– las que llevaron al entonces arzobispo y quien fuera su vicerrector durante sus años de estudio en la Ciudad Eterna, Santiago Martínez Acebes, a encargar a este canónigo indagar sobre la vida de don Valentín Palencia Marquina, del que «ya se sospechaba que era una persona extraordinaria».

 

Desde entonces, Saturnino López Santidrián se ha convertido en el postulador diocesano de la causa de beatificación del sacerdote burgalés y los cuatro jóvenes que lo acompañaron en el martirio. Un trabajo que le ha llevado «mucho tiempo y dedicación», aunque reconoce que ha sido una labor de investigación que ha desarrollado «con gusto».

Recopilación y estudio

Con la apertura diocesana de la causa de beatificación, en septiembre de 1996, Saturnino emprendió un trabajo de búsqueda y recopilación de diversa documentación sobre la vida de estos burgaleses, llegando a elaborar un amplio material documental con 1.070 páginas que se enviaron a Roma en marzo de 1999. Entre el material entregado a la Congregación de las Causas de los Santos de la Santa Sede, figuraban documentos civiles y eclesiales –partidas de bautismo y confirmación, informes de la curia durante el proceso de formación al sacerdocio de don Valentín, sus expedientes académicos, etc.–, así como recortes de prensa de la época y testimonios de los testigos más directos que aún vivían por entonces.

 

Una vez en Roma, es la Congregación para la Causa de los Santos la encargada de estudiar la documentación presentada y valorar si entre los testimonios aportados hay indicios suficientes para su declaración como beatos. Validaron los documentos presentados el 18 de noviembre del 99, comenzando así un nuevo proceso vaticano que ha dirigido otra postuladora, la doctora Silvia Correale. Tras cuatro años de trabajo, un relator «propone la positio o tesis» argumentando los indicios por los que la Iglesia debería considerar que los cinco burgaleses pueden ser declarados beatos.

 

La positio, entregada el 27 de octubre de 2003, fue estudiada minuciosamente durante los años posteriores por un equipo compuesto por nueve peritos, votando a favor de la misma diez años después, el 11 de abril de 2013. Con el voto a favor de los peritos, la pelota pasó a la comisión ordinaria de obispos y cardenales, quienes aprobaron el proceso por unanimidad en el consistorio de cardenales del último 29 de septiembre. El papa Francisco firmó el decreto de martirio de los cinco burgaleses al día siguiente, el día 30. Con la rúbrica, el proceso finalizaba y don Valentín, Donato, Emilio, Germán y Zacarías están a punto de ser incluidos en el santoral católico.

 

Será el próximo sábado 23 de abril en una eucaristía que estará presidida por el prefecto de la congregación para la Causa de los Santos de la Santa Sede, el cardenal Angelo Amato. Será la primera beatificación que se desarrolle en la catedral en la milenaria historia de la Iglesia burgalesa.

Admiración y agradecimiento

Después de todos estos años de trabajo e investigación, López Santidrián afirma que «tiene devoción» al sacerdote amigo de los niños más pobres de la ciudad: «Me admira su claridad de vida y que desde incluso antes de ser sacerdote, siempre se inclinara por los más desfavorecidos». Para el postulador de su causa de beatificación, don Valentín es «un hombre consecuente y misericordioso que comprendió el verdadero camino del evangelio: llevar la alegría y la Buena Noticia a los pobres».

 

Aunque no lo manifieste abiertamente, se nota que a Saturnino el proceso de beatificación también ha cambiado su vida. Asegura que ha descubierto en don Valentín «una gran personalidad por su vocación sacerdotal y los proyectos de dignificar a la persona y mejorar el ámbito social de aquella época tan complicada». «Quiso mejorar la sociedad desde la base, desde los niños, y contando para ello con jóvenes sencillos y humildes siguiendo la misma metodología de Cristo: abajarse para elevar a los demás». Y apostilla: «Admiro cómo lo hizo de forma sencilla. Y si él lo hizo, todos podemos imitarlo».

 

Seguro que Saturnino vivirá la beatificación de los mártires burgaleses con una especial sensación. «A todas las personas consecuentes y misericordiosas como don Valentín hay que tener gratitud y admiración».

Nuestros nuevos beatos

por administrador,

 

El 23 de abril tendrá lugar en la Catedral, nuestra iglesia madre, una auténtica fiesta de la fe a la que estamos todos convocados. Por primera vez en la historia de nuestra Diócesis tendrá lugar aquí la beatificación de cinco hermanos nuestros, nacidos en nuestra misma tierra: el sacerdote don Valentín Palencia y cuatro jóvenes discípulos y colaboradores suyos: Donato Rodríguez, Germán García, Zacarías Cuesta y Emilio Huidobro. Todos ellos murieron martirizados el 15 de enero de 1937 en el monte Tramalón de Ruiloba (Cantabria) durante la persecución religiosa acaecida en la España de comienzos del siglo XX.

 

En Valentín Palencia y compañeros encontramos un modelo de vida y de fe que nos puede ayudar, en los momentos actuales, a vivir el seguimiento de Jesús con más autenticidad y estímulo. Sin duda que aquellos jóvenes que acompañaron a don Valentín en el martirio, siguieron a su lado en esos momentos difíciles, no solo por su propia convicción, sino porque habían descubierto en aquel sacerdote un referente importante en sus vidas que no podían abandonar en su última hora: su trato amable, su cercanía a los más pobres, sus esfuerzos denodados por sacar adelante el Patronato de San José, su pedagogía activa y motivadora inspirada en el burgalés Padre Manjón, su profunda espiritualidad, su entrega diaria y permanente a todos y cada uno de los niños a él encomendados… No extraña que, contemplando su vida, dijeran de él «que era todo misericordia». Y ante tanta misericordia derramada, ¿cómo no apuntarse también ellos a ese río de misericordia que es el único capaz de transformar el mundo frente a la sinrazón de la violencia?

 

Porque eso es lo que vamos a celebrar con gozo: la misericordia de Dios que se sirve a lo largo de la historia de instrumentos débiles para hacerse presente en el corazón del mundo. Don Valentín y sus compañeros son para nosotros testigos de la necesaria misericordia que estamos llamados a hacer realidad también hoy en nuestra tierra. Esa misericordia de Dios es la que llenó el corazón de don Valentín y de aquellos jóvenes desde el momento de su crismación en el Bautismo: allí quedaron unidos sacramentalmente a Cristo y consagrados al Señor para ser sacerdotes, profetas y reyes y exhalar con sus obras el perfume de una vida santa.

 

Esa misericordia es la que hizo que don Valentín se entregara denodadamente a los niños más pobres de nuestra ciudad, como públicamente fue reconocido en sus diferentes condecoraciones: su voluntad era que todos encontraran en su Fundación un hogar donde tener una educación que les permitiera afrontar el futuro con dignidad y esperanza, desde sus propias capacidades. Esa misericordia es también la que unió aquellas vidas tan distintas: la biografía de cada uno de estos hermanos nuestros, que os invito a conocer, es muy diferente, pero todas quedan vinculadas por su voluntad de ser instrumentos del amor de Dios en favor de los demás desde sus propios carismas: la enseñanza, la música… Y la misericordia es también la que define el momento final de su vida: una muerte ofrecida, perdonando, sin odio hacia sus verdugos, reconciliando y sembrando la paz auténtica que nace del perdón.

 

Esta ocasión ha de servir, como recordamos los Obispos españoles en el documento Constructores de la paz, para «recoger todos la herencia de los que murieron por su fe perdonando a quienes los mataban y de cuantos ofrecieron sus vidas por un futuro de paz y de justicia para todos los españoles». En efecto, la misericordia que es la señal de identidad de esta celebración, debiera contribuir a desear también la justa memoria y dignidad de todos los que perdieron su vida en aquel conflicto fratricida. Por eso, al honrar felizmente a nuestros nuevos beatos, y acogiendo la herencia que nos dejan de perdón y magnanimidad, hemos de compartir y sentir también el dolor de las familias que todavía no han podido hacerlo con sus familiares caídos y desear  que pronto puedan hacerlo.

 

Os invito a todos a participar con alegría en esta fiesta de la fe: es una hora de gracia para nuestra Iglesia y para la sociedad burgalesa. Confiamos ya a la intercesión de los nuevos beatos nuestra Iglesia Diocesana de Burgos: la entrega y el compromiso de sus sacerdotes, el crecimiento de la fe de los niños y jóvenes, la unidad de las familias, la presencia misionera de los laicos, la permanente tarea de ser germen de reconciliación, la atención a los más pobres, la renovación pastoral, el testimonio público de la fe, las vocaciones sacerdotales… Que todos guardemos con cariño la memoria de estos hijos de la Iglesia fieles hasta el martirio, «ejemplos señeros de santidad» por su apertura a Dios y a los hermanos.

Burgos acoge las VI Jornadas de ‘Ciencia y Cristianismo’

por administrador,

ciencia y cristianismo

 

Gracias al desarrollo en algunos campos de investigación biomolecular y bioquímica, se ha conseguido avanzar en la medicina preventiva y curativa. Con los transplantes se puede pensar en una esperanza de vida de más calidad al ralentizar el envejecimiento mediante la sustitución de lo que se deteriora. Pero a la vez que se dan los avances, surgen objeciones éticas tanto a la investigación y creación de un ‘taller de repuestos’ como al propio tratamiento del paciente.

 

La dotación de mejores medios no siempre va unida a la humanización de la terapia. En la enfermedad conocemos hasta qué punto es quebradiza la grandeza del cuerpo humano. Atender esta dimensión integral requiere dotar de equipos multidisciplinares donde la empatía se convierte en la clave para recordar que, aún en la enfermedad, la vida tiene sentido pleno y original. La acción curativa de calidad demanda, cada vez más, el acompañamiento en la enfermedad, en el sufrimiento y en la muerte.

 

A lo largo de tres días, estos aspectos serán analizados desde diversas perspectivas por especialistas en la materia. Así, la ponencia inaugural de las jornadas de «Ciencia y Cristianismo», que tendrá lugar el martes 19, correrá a cargo del doctor en Medicina y especialista en Psicología y Psiquiatría, Diego García Guillén, quien abordará la temática bajo la dimensión filosófica con una ponencia que lleva por título «Persona sana, persona enferma». El martes 20 será el turno de la doctora Blanca López Ibor, quien abordará la temática desde el punto de vista científico, con una ponencia que lleva por título «El progreso en la acción curativa». Y la última de las ponencias, que tendrá lugar el jueves 21, correrá a cargo de Pascual Piles Ferrando, hermano de la Orden de San Juan de Dios, quien bajo la dimensión teológica impartirá la conferencia «Repensar la salud desde la enfermedad, el sufrimiento y la muerte».