Cáritas: «Un oasis de misericordia que fomenta la cultura de la compasión»
En su mayoría son españoles, mayores de 50 años, sin alfabetizar o cursado los estudios básicos hasta primaria, desempleados de larga duración o nuevas familias que han heredado la pobreza o, en algunos casos, tienen algún tipo de trabajo tan precario que hace que tengan que pedir ayuda. Así es el perfil del usuario que ha acudido a Cáritas Burgos en 2015, que ha visto aumentadas en un 21,40% sus intervenciones –hasta las 68.010– en el último ejercicio. Son los datos más significativos de la memoria que esta institución eclesial ha hecho públicos esta mañana como uno de los últimos coletazos de su campaña con motivo de la fiesta del Corpus Christi.
En total, han sido 13.278 las personas beneficiadas de Cáritas gracias al trabajo que han realizado sus trabajadores sociales y sus 788 voluntarios, extendidos en 64 centros de acogida parroquial diseminados por toda la provincia. Para María Gutiérrez, coordinadora de acción social de la entidad, urge «transformar el modelo económico para que se ponga en el centro a las personas, cree empleo digno y apoye la economía social» y evite así la actual «dinámica del descarte». Y es que, según detalla, la actual crisis económica ha hecho aparecer un nuevo usuario de Cáritas «que se mueve entre la desesperanza y la desmotivación», factores que, si se añaden a que el 62,14% están sin alfabetizar o solo han cursado los estudios de primaria, «hacen mucho más difícil encontrar trabajo y llevan a situaciones de aislamiento».
«Pobreza heredada» y desempleo
A los trabajadores de Cáritas les «preocupa la pobreza heredada», una nueva situación que viven las nuevas familias que, en su origen, ya sufrían situaciones de dificultad. Junto a ellos, destacan cómo el 21,20% de las familias atendidas tienen algún ingreso derivado de su trabajo, un empleo que, sin embargo, «no permite a la gente vivir con dignidad». Además, el 62,5% de las personas atendidas son desempleadas y un 40% acuden a Cáritas demandando empleo.
Según Gutiérrez, la «dinámica del descarte» afecta especialmente a desempleados de larga duración, mayores de 50 años y a personas con problemáticas de salud mental. El 25% de las personas atendidas el año pasado tenía más de 50 años.
Transformar la sociedad
Ante estos datos, Cáritas Burgos apuesta por seguir transformando la realidad a través del compromiso decidido y la creación y fomento de diversos programas y áreas de atención. Para la entidad, es «primordial fomentar el empleo como forma más directa para lograr la integración social», tal como ha señalado Jorge Simón. De hecho, el último año han realizado 60 contratos directos y otros 18 bonificados el año pasado. Al director de Cáritas diocesana también le preocupan las formas de aislamiento social que surgen en el entorno rural, de ahí su respuesta con 23 equipos de acogida desarrollados en varios pueblos de la provincia. Junto a ello, Cáritas también apuesta decididamente por la formación y apoyo a la infancia y adolescencia y a sus programas de personas sin hogar.
Un inmenso trabajo que se lleva a cabo gracias al motor de sus trabajadores y voluntarios, a los que el director de la entidad ha agradecido su entrega. El año pasado, Cáritas invirtió un total de 4.275.277 euros en diversos programas, siendo la acogida en las parroquias el que más dinero ha administrado, seguido por empleo, servicios generales y personas sin hogar. También quisieron mantener su ayuda en cooperación internacional, enviando 330.000 euros a países con extrema necesidad. Del gasto de la entidad, su motor fuerte de ingresos proceden de la comunidad cristiana (el 66%), de convenios, subvenciones, fundaciones y campañas específicas.
Labor eclesial
El arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez, ha querido agradecer todo el trabajo realizado por «todas las personas anónimas que hacen posible Cáritas». Para el pastor de la diócesis, Cáritas es un «oasis de misericordia» en el que se lleva a cabo «una cultura de la compasión», una «tarea ineludible para la comunidad cristiana que celebra la eucaristía».
Para el prelado, «es un error» definir a Cáritas como «una ONG, pues no lo es. Es la misma Iglesia diocesana que sale al paso de los miembros de la sociedad que necesitan una mano amiga», ha asegurado.