«La familia cristiana deber ser espacio privilegiado de acogida al necesitado»

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Inauguración 70 SEM3

 

El Aula Magna de la Facultad de Teología de Burgos acogía ayer el acto de inauguración de la 70 Semana Española de Misionología, donde más de 150 personas (hay 95 inscripciones hasta el momento) escuchó las palabras de don Fidel Herráez, arzobispo de Burgos: «Si importantes son los que iniciaron este evento, más aún los que lo continúan después de 70 años. Burgos y la Facultad de Teología se sienten orgullosos de acoger esta edición tan bien preparada en sus temas y en sus actividades. La Iglesia necesita de la familia y merece reflexionar que demanda la familia de hoy a la Iglesia». En estas palabras del Papa Francisco se apoyó D. Fidel para saludar a todos los asistentes, a los que agradeció su trabajo como misioneros, como delegados de misiones o como gente interesada por las misiones. En las jornadas hay participantes de Málaga, Tarragona, Cáceres, Canarias, Tarragona, Pamplona… de todo el territorio español.

 

El saludo del arzobispo introdujo la presentación académica a cargo del decano de la Facultad de Teología, José Luis Cabria: «Es un honor para esta Facultad, que cumple 50 años en el presente curso, acoger esta reflexión teológica y sociológica sobre la familia y la misión». De esta manera destacó la altura de las ponencias, con expertos de seis universidades, y la dimensión vital de las tres mesas redondas.

 

A continuación tomó la palabra del obispo de Bilbao, D. Mario Iceta, quien disertó sobre la dimensión misionera de la familia, a la luz de la exhortación Amoris Laetitia. Este obispo, médico de formación y profesión, presidente de la subcomisión de Familia, mostró el conocimiento tan certero y cercano del Papa en dicha exhortación. Recordó que el texto papal es una reflexión emanada de las consultas a toda la iglesia. Insistió en la importancia del testimonio cristiano de la familia en tantos foros actuales. Sin prepotencia, sin reproche, sino desde la acogida, desde el respeto, pero invocando el ser cristiano y ciudadano. La exhortación es una joya para la familia cristiana. Se trata de una reflexión que pisa tierra y que apuesta por el peso de la familia en todos los campos sociales, especialmente en el educativo y en el de los más pobres: la familia cristiana debe ser espacio privilegiado de acogida al necesitado. ¿Dónde se puede sentir más acogido? De este testimonio de acogida es desde donde surge la vocación de tantas familias; de esas 250 familias misioneras españolas.

 

Tras la conferencia, el arzobispo de Burgos celebró la eucaristía de Santo Tomás Apóstol de India. El color y la música africana, gracias al grupo N’Zassa, puso el broche de oro a la jornada inaugural. Este grupo de música coral aglutina miembros de varias naciones africanas. De ahí su nombre N’Zassa (mezcla).

 

Hoy continúa la semana con dos conferencias teológicas, a cargo de Eloy Bueno de la Fuente (Burgos) y Mª Jesús Hernando (Madrid). Por la tarde, uno de los eventos más esperados, la mesa redonda de testimonios misioneros de tres familias en tres continentes: Africa, Asia y América.

«Renunciamos a nuestro trabajo para ir a la misión»

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El Claustro de la Facultad de Teología de Burgos ha acogido esta mañana la presentación de la 70 Semana Española de Misionología (SEM), que dedicada en esta edición a la «Familia y Misión».

 

Para presentar el tema de la Semana, intervino la familia misionera integrada por Isabel Herrero y Gonzalo Violero, una trabajadora social y un físico que renunciaron a su trabajo para ir a la misión de Arequipa (Perú), donde estuvieron de 2008 a 2014, enviados por los Misioneros Combonianos. Gonzalo lo explicaba así: «Somos voluntarios, no cooperantes. Nosotros vamos y nos quedamos y renunciamos a nuestro trabajo. Cuando volvemos tenemos que empezar una vida de nuevo».

 

Gonzalo e Isabel fueron a la misión con su hijo de un año (que ahora tiene 10), y allí recibieron como un regalo a su hija pequeña (que ahora tiene 8). Isabel reconoce que «vivir los primeros años con tus hijos en un país de misión, con los últimos de los últimos, entraña mucho riesgo».

 

«En Arequipa hemos cogido de todo –continúa Isabel–, y nuestros hijos también. Conocemos a familias que han tenido que volver por problemas serios de salud. En nuestro caso, lo tenemos muy claro. Nuestra vocación es la familia. En la familia surgió la vocación misionera y por eso conocimos a los Misioneros Combonianos. Ahora bien, si hay problemas o riesgo serio, nos volvemos».

 

Después de estos años entregados a la misión, esta familia considera que con sus hijos adolescentes el lugar más idóneo es España, pero añaden «después, Dios dirá».

 

Como Gonzalo, Isabel y sus hijos, otras 250 familias españolas se encuentran actualmente en tierras de misión.

 

El director de Obras Misionales Pontificias, (OMP), Anastasio Gil, ha presentado el origen de la SEM en Burgos, «ciudad misionera por excelencia», y Carlos Izquierdo, profesor de la Facultad de Teología y secretario de la SEM17, desgranó el programa destacando la asistencia de este año, que asciende ya a un centenar de personas.

 

Habrá ponentes de seis universidades españolas y tres mesas redondas en las que participarán familias misioneras que han estado en América, África y Asia; se hablará de la misión en contextos actuales diversos, como separados y emigrantes; y de algunos aspectos de la misión en la familia de nuestra sociedad, como los abuelos, la promoción solidaria y la atención a los matrimonios en crisis a través de los Centros de Orientación Familiar. El coro africano N’Zassa, creado en Burgos en 2010, animará hoy la apertura de la SEM.

 

La Semana Española de Misionología de Burgos, organizada por el Arzobispado de Burgos, la Comisión Episcopal de Misiones y Obras Misionales Pontificias cumple 70 años reflexionando sobre la teología y la acción misionera de la Iglesia. Un año más, la Facultad de Teología de Burgos acogerá esta Semana del 3 al 6 de julio, esta vez en una edición dedicada especialmente a las familias.

2017 07 03: Resumen de prensa

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Local

Los burgaleses homenajearon a Santa María La Mayor con más de 40.000 flores:

 

Sociedad

Órdenes sacerdotales:

 

Provincia

Los «Grupos de Jesús» se consolidan en la diócesis de Burgos

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El 30 de junio tuvo lugar en la Parroquia de San Juan de Ortega el primer encuentro de «Grupos de Jesús». La reunión dejó constancia de que esta iniciativa mundial, iniciada por el sacerdote José Antonio Pagola hace apenas una década y con más de mil grupos por todo el mundo, llegando a países como Nigeria, Suecia o Noruega, ha prendido con fuerza en Burgos.

 

El objetivo de estos grupos es volver a la persona de Jesús, desde la conversión personal y grupal, gracias a una lectura del Evangelio que pretende reproducir los que experimentaron los discípulos que escuchaban al Maestro. Los materiales están recogidos en el libro Grupos de Jesús. El biblista ha creado el hipotético itinerario doctrinal que Jesús trato de explicar, de forma sencilla, a sus discípulos. Para ello, parte de la resurrección y la llamada a los discípulos, tratando de desgranar, por bloques, cada uno de los contenidos más relevantes.

 

El éxito de difusión de estos grupos se encuentra en su método, en el que la lectura atenta y la comunicación prevalecen sobre la clase magisterial. Cada miembro del grupo se anima a compartir en tanto en cuanto ha sentido el impacto y el asombro ante una enseñanza de Jesús desconocida hasta ahora. Algo así como pudieron sentir Pedro, Santiago o Tadeo. En los grupos, Jesús es el Maestro, y, los miembros del grupo discípulos. De ahí que la figura del coordinador sea secundaria e intercambiable.

 

En este momento hay siete grupos consolidados en la diócesis de Burgos: dos en Aranda, uno en Miranda y cuatro en la ciudad. El encuentro del pasado viernes se desarrolló con los grupos de la ciudad. Tres de ellos corresponden a grupos de adultos parroquiales. El más longevo (tres años) se reúne en San Pablo y cuenta con dieciocho miembros. Existe otro en San Antonio Abad, con dos años y siete miembros y, el más reciente, en San Juan de Ortega, con diez miembros. También hay grupo que se reúne en las instalaciones de la Institución Teresiana y que integra a miembros de la propia institución, así como otras personas voluntarias de la pastoral penitenciara o la pastoral gitana.

 

La experiencia de este encuentro dio cuenta del entusiasmo de sus participantes, que constataban sentirse ‘enganchados’ por la causa de Jesús. Gracias a los encuentros semanales o quincenales han recuperado el carácter interpelante y asombroso de la persona de Jesús.

Loado seas, mi Señor, también por los medios de transporte

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Estrenamos el mes de Julio con este primer domingo que la Iglesia dedica a la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico. Se trata de una fecha que viene marcada en el calendario por dos hechos que nos llevan a reflexionar sobre esta realidad. En primer lugar, la proximidad de la fiesta de San Cristóbal, patrono de los conductores; con tal motivo, serán numerosos los lugares, también en nuestra diócesis, donde quienes tienen relación con la carretera engalanarán sus vehículos y celebrarán esta fiesta con la bendición de los mismos y otras actividades religiosas y lúdicas. Junto a esta celebración, en estos días dan comienzo las vacaciones del verano para muchos de nosotros, lo cual incrementará notablemente los desplazamientos, con el uso de los vehículos y medios de transporte que ello comporta. Muchos (soy consciente de que no todos, pues algunos tendrán que trabajar y otros no podrán por motivos económicos o familiares) saldrán a las carreteras lejos de sus hogares, buscando otros sitios donde poder descansar, encontrarse con los amigos o simplemente disfrutar de la naturaleza, el arte o las tradiciones. Ojalá que disfrutemos de este tiempo, que compartamos el aprecio por la vida, propia y ajena, y que logremos entre todos una conducción responsable y segura.

 

«Loado seas, mi Señor, también por los medios de transporte», es el lema que se ha escogido para esta Jornada. Este lema quiere ser una invitación a bendecir y alabar al Dios de la creación por tanta belleza y tantos medios como nos regala, y hacerlo con la sencillez de San Francisco de Asís en el Cántico de las Criaturas. En efecto, vivimos en esta etapa histórica donde las distancias se han acortado como fruto de la técnica y de la sociedad del bienestar. Muchos de nosotros recordaremos, cuando éramos niños, cómo el tener que ir a la capital de la comarca o de la provincia suponía toda una aventura y un esfuerzo ímprobo. Hoy, gracias a Dios, nos podemos desplazar con mucha facilidad, lo que ha acortado las distancias, los tiempos… y, sobre todo, ha acercado las personas, las culturas, los países… Ello ha hecho que podamos salir de nuestro entorno más inmediato para disfrutar y gozar de tantas maravillas como existen en esta casa común que conforma nuestro planeta. El mundo, a través de las comunicaciones, se ha convertido en una pequeña aldea al alcance de todos nosotros.

 

Por ello, nuestra alabanza al Señor, autor de las maravillas de la creación que podemos contemplar en nuestros desplazamientos, hoy se extiende a los medios de transporte que los posibilitan. El cristiano ha de poseer una mirada de fe amplia y profunda que le lleve a tener un corazón agradecido por todo lo que disfruta. También por los medios de transporte que han cambiado y facilitado tanto nuestra vida. Ciertamente que ellos no son obra directa de Dios, como los elementos de la naturaleza, pero también en ellos vemos la mano de Dios que ha depositado en la persona la capacidad de colaborar con Él en su obra creadora, a través del tiempo y de la historia. El hombre ha sabido aplicar la inteligencia, huella de Dios en la persona, a la ciencia y a la técnica para dominar la realidad y facilitar la vida humana. Cuando ésta es bien utilizada, contribuye al desarrollo de las personas y promueve el recto bienestar entre todos.

 

Con nuestra alabanza y agradecimiento al Señor por los medios de transporte que, en distinta medida, todos utilizamos, esta Jornada que hoy celebramos tiene una doble intención u objetivo. Por una parte, es una llamada a evaluar responsablemente nuestro comportamiento como ciudadanos en materia de tráfico. Todos somos, en alguna ocasión, peatones, motoristas, ciclistas o conductores. Todos estamos llamados a compartir ese espacio común que configuran nuestras calles o carreteras. Todos somos testigos de las consecuencias dolorosas para muchas personas y familias de comportamientos incívicos, de distracciones, de imprudencias, de irresponsabilidades. Durante estos días los medios de comunicación nos han alertado sobre los numerosos accidentes que han sufrido varios ciclistas. Todo ello debe hacernos estar mucho más atentos para ser responsables y ejercer también la caridad en el tráfico, dentro y fuera de nuestras ciudades. Una caridad que se visibiliza en actitudes concretas que hoy os quiero recordar: la prudencia, el saber disculpar, el cumplimiento de las normas, la paciencia, el respeto mutuo…

 

Y junto a ello, la Jornada tiene una segunda intención: Acercarnos y valorar, como Iglesia, a tantos hombres y mujeres que tienen en la carretera su medio de vida y que en Burgos sois tan numerosos: camioneros, transportistas, taxistas, conductores de autobuses, de autocares, de ambulancias, bomberos, guardia civil, policía de tráfico, cofradías de san Cristóbal, asociaciones de transportistas… Soy consciente de vuestros problemas y dificultades que hago míos en esta etapa donde el sector del transporte atraviesa una difícil situación. A todos hoy dirijo mi saludo especial y afectuoso, mi bendición y mis mejores deseos en vuestro trabajo. Que San Cristóbal, a quien veneramos con el Niño Dios sobre sus hombros, os acompañe y conduzca a todos por rutas de fraternidad y paz.