Fiel custodio del archivo de la catedral

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Matías Vicario lleva al frente del Archivo de la Catedral 40 años. Nadie mejor que él conoce sus entresijos y el verdadero valor de estas otras joyas de la seo, que reflejan no solo la historia sino la mentalidad de todos los tiempos. «Antiguamente al archivo se le llamaba sagrario por la importancia que se le daba a la documentación. Los antiguos lo valoraban mucho», explica el canónigo.

 

Muchos de esos documentos han tenido gran importancia, por ejemplo, como fuente para guiar las sucesivas restauraciones que se han llevado a cabo en el templo. «La mayor obra en la Catedral desde su construcción se ha llevado a cabo en el siglo XXI», subraya, «ya que ha sido una restauración integral, tanto del inmueble como de los bienes muebles». También pueden encontrarse curiosidades, por ejemplo cómo se celebró el VII Centenario: una gran exposición de arte sacro, conferencias, corridas de toros, carreras ciclistas… Entre todas las joyas que alberga el Archivo de la seo, aunque la más conocida popularmente es la Carta de Arras del Cid, destaca el Cronicón Burgense, cuatro hojas que recogen noticias sobre la fundación de la ciudad por Diego Porcelos, sobre la muerte del Cid… Y entre los más antiguos, documentos del traslado de la diócesis de Oca a Burgos, bulas relacionadas con el reconocimiento de la nueva diócesis por el Papa o del momento en que pasa a ser Archidiócesis, en 1574.

 

El Archivo –uno de los más importantes de España– está organizado en diversas secciones, las más importantes las de Volúmenes (legajos que en el siglo XVIII se recopilaron para que no se perdiesen); Libros, con 151 volúmenes manuscritos sobre temas muy diversos; las Actas Capitulares, que recogen los temas que ha tratado el Cabildo desde 1390 hasta hoy; los Libros Redondos, en los que se anota la asistencia de los canónigos a coro desde 1352, documentos sobre la administración de la Catedral, el culto, obras pías, etc.

 

Desde 1994 se realiza una importante labor de inventariado con el apoyo de Caja Círculo. Hay más de 200.00 documentos catalogados a los que cualquier usuario puede acceder a través de internet. «No es que consulten el archivo demasiadas personas, pero sí investigadores de altura, sobre todo profesores de Universidad», apunta Vicario. «Hace meses recibimos la consulta de una inglesa que realizaba su tesis sobre el obispo don Mauricio».

 

La riqueza del «sagrario» de la Catedral no queda ahí, porque se complementa con una gran biblioteca que custodia ejemplares únicos: la Biblia políglota del Cardenal Cisneros (seis volúmenes en hebreo, en griego y en latín), que es una joya de 1517; la Enciclopedia Francesa de 1752, de Diderot y D’Alambert (colección completa de la primera edición), o una colección de «Quijotes», con más de 350 ediciones en 35 idiomas y que se sigue ampliando.

Visita pastoral a la parroquia de Orón

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El pasado domingo 9 de julio, la parroquia San Esteban de Orón acogió la visita pastoral del arzobispo, don Fidel Herráez Vegas. El pastor de la diócesis aprovechó la visita para presidir la celebración de la profesión de votos solemnes de sor Dámaris Mutio Pete (Kenia), que tuvo lugar por la tarde en el monasterio de la comunidad de Madres Agustinas Recoletas de Orón.

 

La visita pastoral del arzobispo se inició con un encuentro fraterno en el pórtico de la iglesia saludando a todos los asistentes, siendo acogido por el párroco. A continuación tuvo lugar un «encuentro de diálogo fraterno» con todas las personas asistentes. El diálogo versó sobre las actividades del consejo pastoral y económico y de las diversas actividades de la parroquia: cursos de Biblia para religiosas y laicas, liturgia, organista, lectores dominicales, catequistas, confirmados, primera comunión, etc. El arzobispo manifestó que se había encontrado muy a gusto en el diálogo con los fieles de la parroquia. Y que la iglesia estaba muy cuidada y era una auténtica joya.

 

El momento central de la visita fue la celebración de la eucaristía. En su homilía, el arzobispo estimuló a los asistentes a seguir transmitiendo la fe con esperanza y confiando en la fuerza del Evangelio. También se tuvo un especial recuerdo por todos los fieles difuntos.

2017 07 13: Resumen de Prensa

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Castilla y León
Povincia

Jóvenes de la diócesis peregrinan a pie al santuario de Fátima

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Los 22 integrantes que han participado en el «Campamento Europa» llegaron ayer a su destino. Después de cinco días caminando hicieron su entrada en el santuario de Nuestra Señora de Fátima, en Portugal, siguiendo una ruta organizada por la delegación diocesana de Pastoral Vocacional en coordinación con el Seminario de San José.

 

La peregrinación comenzó Praia de Quiaios y ha pasado por playas, montañas, ciudades y carreteras y han llegado hasta el santuario mariano. Allí participaron en la procesión de las antorchas y de la misa esta tarde. Mañana viernes partirán el viaje de regreso tras celebrar nuevamente la misa en el santuario.

 

El campamento Europa es una más de las muchas iniciativas que la delegación de Pastoral Vocacional en coordinación con el Seminario San José organiza para ayudar a discernir las diversas vocaciones en los jóvenes.

Jesús Ruiz Molina, 35 años con África y para África

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JesusRuizMolina

 

Nacido en La Cueva de Roa, aunque criado en Miranda de Ebro, Jesús Ruiz Molina es aficionado a leer, pasear, a la pintura, a la fotografía y, no podía ser de otro modo, a viajar. Estudió Teología y Filosofía en Burgos, trabajó 15 años en Chad y, tras dedicar un tiempo a formar misioneros laicos en Granada, desembocó en la República Centroafricana, en una zona selvática fronteriza con los dos Congos.

 

Desde muy pronto, este padre comboniano tuvo muy claro qué es ser misionero: «Es aquel que ha encontrado una alegría y quiere compartirla con los demás; y para compartirla, tiene que salir, tiene que ir a la frontera, estar con un pie dentro y otro fuera». Ese sería, en su opinión, el misionero, y para ello tiene que dejar su país, abandonar su cultura, sus certezas, «ponerse un poco a tiro para que los otros, los de fuera, puedan entrar».

 

«El misionero es alguien que se hace vulnerable. No va con certezas, y lo primero, tiene que aprender, aprender a comer, a hablar su lengua, a saludarse, aprender a estar con la gente. Se pasan muchos años aprendiendo y nunca se acaba«, aseguraba. «Primero, aprender, y luego, exponer la alegría que nos da el Evangelio. Ese es el motivo de nuestra misión, compartir aquello que nos ha dado vida a nosotros». «Yo siempre he insistido mucho: no hemos ido a bautizar. Yo no he ido a bautizar ni a hacer adeptos. Hemos ido a compartir la vida de Jesucristo».

 

Anunciar el Evangelio en medio del terror

 

El panorama al que se enfrenta el nuevo obispo auxiliar no es nada halagüeño. La República Centroafricana (un país un poco más grande que España, aunque con solo cinco millones de habitantes) es el primer o segundo por la cola en índice de riqueza y dese marzo de 2013, en que se produjo un golpe de estado apoyado por mercenarios islámicos financiados por Arabia Saudí y Quatar, es hoy un país completamente devastado, sin ejército, sin escuelas, sin funcionariado, donde las matanzas masivas son habituales y las iglesias han tenido que acoger hasta a 4.000 refugiados («no son cristianos católicos, pero es gente que está sufriendo»), explicó.

 

A pesar de la visión que han proyectado los medios de comunicación, «no es una guerra de religión. Es una guerra de pobreza», aclaró. «La violencia que se ha desatado en Centroáfrica es a causa de una miseria extrema. Frente a las hordas musulmanas, los que se llaman cristianos, que no lo son, con el rosario al cuello y con el machete en la mano… Ha habido unas matanzas terribles. Pero ahí estamos, en esa situación, diciendo: es posible vivir juntos. Hemos trabajado por la cohabitación juntos, musulmanes y cristianos, y ahí estamos, en esa labor de levantar al hombre de la pobreza  y de poder vivir juntos».

 

Obviamente, ha sentido miedo muchas veces y ha pasado muchas noches sin dormir (todas las misiones fueron arrasadas y todo el mundo huyó, «hemos sido los únicos que nos hemos quedado en la misión», confesó), pero la fuerza del Evangelio le sigue dando fuerzas cada día. «Yo creo que el Señor da la fuerza cuando vas en nombre de Él y sin ningún arma».

 

El nuevo obispo auxiliar tiene una visión mucho más amplia de la Misión. ¨«Yo salí geográficamente, mero la misión no es un salir geográfico, es un salir de mi posición. Yo creo que aquí en Burgos se puede salir, salir a los que están al límite, a los que están fuera. Yo veo en la televisión muchas realidades muy duras y si la Iglesia no estamos en esas realidades no somos misioneros».

 

«Yo siempre digo a mis cristianos (y lo comprenden muy bien): ¿cuántos meses se queda el niño dentro del vientre de la madre? Nueve meses. ¿Y si se queda más, qué pasa? Padre, ser muere, el niño se muere. Pues es lo mismo con la fe. Una fe que se queda dentro de nosotros se muere. Si la fe no la damos, se muere».