Lograr que las familias «sean un faro donde brille la luz de Cristo»

Saúl, Rosalinda y Jorge son los responsables internacionales del MFC.
Rosalinda Campos y Jorge Carillo son los presidentes internacionales del Movimiento Familiar Cristiano (MFC), un movimiento presente en 46 países de los cinco continentes y con más de 120.000 familias entre sus miembros. Junto al consiliario internacional, Saúl Ragoitia, viajan a Estocolmo para participar del 11 al 13 de agosto en el octavo congreso europeo de la confederación internacional de Movimientos Familiares Cristianos, donde se reunirán con representantes de distintos movimientos que trabajan por sostener y mantener la pastoral familiar.
Estos tres mexicanos, responsables internacionales del movimiento desde 2013, han querido hacer escala en Burgos para «saludar a los hermanos del movimiento» y «comunicar a Martín y Loles que han sido elegidos para ser los próximos representantes del movimiento en España». Su mandato entrará en rigor el próximo mes de septiembre, cuando esta institución desarrolle su asamblea nacional.
Para los tres representantes del MFC, la atención a las familias supone un gran reto en la actual pastoral de la Iglesia. «Nuestro propósito es ofrecer herramientas que ayuden a las familias a cumplir con su misión, ser un faro donde brille la luz de Cristo». Por ello, les gustaría que su movimiento creciera y se implantara en cada vez más parroquias, como está ocurriendo en Toledo, cuyos responsables también les acompañan en su visita a Burgos. «No somos la respuesta única ni absoluta a la pastoral familiar», destaca el padre Ragoitia, «pero desde nuestra historia de más de 50 años podemos decir que la nuestra es una propuesta buena, adecuada a los tiempos y fiel al magisterio y la Iglesia».
En este sentido, aplauden los esfuerzos que la Iglesia española está haciendo por favorecer la pastoral familiar. Sin embargo, lamentan que muchas veces se queden en buenos deseos sobre el papel: «La pastoral familiar es un reto y nosotros podemos ser de gran ayuda, evitando duplicar esfuerzos y recelos al pensar que queremos apostar por el movimiento y no por la pastoral de la parroquia».
Por ello, desde el MFC abogan por un proceso formativo continuado siguiendo la dinámica del ver, juzgar y actuar y que aúne la relación y la formación cristiana simultánea de padres e hijos. «Con nuestro proyecto de ‘Solidaridad evangélica’ ofrecemos a las familias un itinerario de formación continuado de tres años con una pedagogía evangélica para ayudar a la misión pastoral y evangelizadora de toda la Iglesia», señalan.
Un proyecto que esperan ver implantado en cada vez mayor número de parroquias a la espera de poder seguir siendo una buena ayuda a la pastoral familiar de toda la Iglesia.