Mesa redonda sobre la traducción de la Biblia al español

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Biblia

 

El Aula Magna de la Facultad de Teología acogerá mañana, a las 20 horas, una mesa redonda titulada «La traducción de la Biblia al Español», con motivo del 500 aniversario de la Reforma.

 

En ella participarán Francisco Pérez Herrero, catedrático de Sagrada Escritura de la Facultad de Teología de Burgos, que hablará sobre «Las traducciones de la Biblia en el pasado y en el presente», Carlos López Lozano, obispo anglicano y doctor en Teología, que  expondrá el tema «La traducción y traducciones de la Biblia en el protestantismo»; y José Manuel Sánchez Caro, catedrático emérito de la Universidad Pontificia de Salamanca, quien referirá «La traducción del Nuevo Testamento por Francisco de Enzinas en su contexto histórico, cultural y religioso». Moderará la mesa el vicedecano de la Facultad de Teología de Burgos, José Luis Barriocanal Gómez.

 

Coincidiendo con el quinto centenario de la Reforma, desde el mes de noviembre se está desarrollando en la ciudad un exhaustivo programa de actividades para conmemorar también los 500 años del nacimiento del humanista burgalés Francisco de Enzinas, autor de la primera traducción al castellano del Nuevo Testamento desde el texto original griego. Entre los actos organizados destacan un Congreso Internacional celebrado la pasada semana, exposiciones, un ciclo de cine y varias conferencias.

Don Fidel visita Salas de los Infantes y varias parroquias cercanas

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El arzobispo de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, realizó este sábado una visita pastoral a la zona de Salas, donde la jornada comenzó en esta localidad con una visita a la casa y la comunidad de Hermanas del Niño Jesús Pobre, para a continuación dirigirse a la residencia de mayores Río Arlanza donde pudo saludar a los residentes y a un grupo de Aspanias. Posteriormente, el arzobispo se desplazó hasta las localidades de Arroyo de Salas, Hoyuelos de la Sierra, Terrazas, Monasterio de la Sierra y Castrovido. Allí ha tenido un encuentro con los vecinos y ha visitado los templos.

 

Por la tarde, don Fidel volvió de nuevo a Salas, donde visitó la residencia «Santa María la Mayor» saludando a todos; seguidamente se reunió con el consejo pastoral y económico de la parroquia. A continuación se organizó una asamblea parroquial, donde se pudieron intercambiar impresiones y plantear a don Fidel diversas cuestiones. La visita pastoral concluyó con la misa estacional en la iglesia de Santa María, finalizando con un ágape fraterno en los salones parroquiales.

2017 12 11 lunes: Resumen de prensa

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Cultura

El belén de la catedral ha sido inaugurado en el claustro bajo de la seo:

 

El Consejo de Gobierno ha autorizado la aprobación de un gasto para la licitación hasta el año 2020, de las obras de restauración del trasaltar de la catedral:

 

Actualidad

El temporal de viento y lluvia causa diversos daños en la ciudad, entre ellos, la caída de la figura de san José del misterio de la catedral:

Cáritas inicia una campaña navideña de captación de socios

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caritas socios

 

La cuenta de resultados de Cáritas Diocesana de Burgos arrojó en el año 2016 un déficit de algo más de 350.000 €, y la previsión para este ejercicio también apunta a los números rojos, por lo que la entidad ha decidido reforzar el llamamiento a la sociedad civil para sostener el ritmo de donaciones, aportaciones periódicas y legados que posibiliten el mantenimiento de su actividad. Aproximadamente un tercio de sus ingresos, que el año pasado rondaron los 3,8 millones de euros, proceden de fondos públicos, habitualmente mediante subvención finalista –la que se dirige a financiar alguna actividad concreta-, por lo que el grueso de la financiación recae en las aportaciones personales de los ciudadanos, las transferencias de fundaciones privadas, las campañas que se realizan en las parroquias y los recursos que aporta el resto de la Iglesia directamente.

 

A falta de un análisis más pormenorizado, las causas que han llevado a una disminución de los donativos apuntan a la percepción de la salida de la crisis entre la población. Durante los años más agudos de la recesión se mantuvieron las aportaciones, e incluso aumentaron, lo que permitió sostener el ritmo de ayudas y de intervención y puso de manifiesto una enorme solidaridad en Burgos. Paradójicamente, la mejoría de algunos datos macroeconómicos, como el PIB o la tasa de desempleo, ha transmitido la idea de que lo peor de la crisis ha pasado. Sin embargo, en el caso de Cáritas, el número de personas atendidas apenas ha descendido, y se han incrementado las intervenciones con cada una. Además, según las previsiones de esta entidad, en un gran número de casos harán falta varios años para que se perciba esa mejoría.

 

Esta situación está generando un déficit en la entidad que, si no se ataja, podría convertirse en estructural, obligando a replantearse la continuidad de algunos servicios o la cantidad de ayudas que puede conceder. Por este motivo, desde el 11 de diciembre y hasta el 8 de enero, se ha lanzado una campaña de captación de socios, donantes y voluntarios bajo el lema «Sé parte».

Un ministerio al servicio de la comunidad eclesial

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Se acaba de celebrar en nuestra diócesis el Encuentro Nacional de los Diáconos Permanentes. Es una buena ocasión para honrar su presencia entre nosotros, para agradecer su entrega al servicio de las comunidades cristianas, para valorar el ministerio que ejercen y para fomentar esta vocación en nuestra propia diócesis.

 

En nuestra Iglesia diocesana hay dos diáconos permanentes. También hay algunos miembros de nuestra comunidad que han iniciado un período de discernimiento y de formación con el objetivo de acceder igualmente a la ordenación como diáconos. En más de una ocasión os he hablado de la importancia de los carismas y de los ministerios para la vida concreta de la Iglesia. Gracias a ellos puede realizar su misión y atender a todas las tareas y necesidades. Hoy deseo hablaros de los diáconos permanentes, ya que es una realidad eclesial aún bastante desconocida o infravalorada.

 

Durante muchos siglos en la Iglesia latina sólo se conocía el diaconado como un paso en el camino hacia el presbiterado. Se ordenaban como diáconos solamente los que se preparaban para la ordenación sacerdotal. Por eso sólo actuaban como diáconos unos pocos meses, hasta que llegaban a ser sacerdotes; era, por tanto, un ministerio provisional y transitorio.

 

El Concilio Vaticano II decidió recuperar o reinstaurar el diaconado permanente, tal como se practicaba en los primeros siglos de la Iglesia, admitiendo que (al igual que en la antigüedad) fueran hombres casados. Fue en aquel momento una novedad, pero en realidad es algo profundamente tradicional. ¿Qué pretendía con ello el Vaticano II? Sería un error, como sucede a veces, que se vea a los diáconos como sustitutos de los sacerdotes, como un medio de suplir o de compensar el descenso de vocaciones sacerdotales. Esa visión sería una falta de valoración del ministerio de los diáconos como tal y un modo muy pobre de entender la vida y la misión de la Iglesia, donde todos los carismas son importantes al servicio del pueblo de Dios.

 

El mismo nombre nos revela su sentido y su función. Diácono significa «servidor», «el que sirve». Es por ello el que hace presente y prolonga la misma actitud de Jesucristo que vino no a ser servido sino a servir. La actitud de servicio debe impregnar todas las actividades de la Iglesia y de los bautizados. Pero el diácono, en el seno de cada Iglesia, asume como vocación personal, como consagración de por vida, esa dimensión esencial de la Iglesia.

 

Los diáconos permanentes sirven a la Palabra, al culto litúrgico y a la caridad; pueden predicar, celebran liturgias de la Palabra y son frecuentes sus tareas en la acción social y caritativa de la Iglesia; en algunas ocasiones, se responsabilizan de la pastoral familiar, de la catequesis y de muchas otras tareas. Cada Iglesia concreta debe discernir modos y campos para hacer presente y efectiva esa dimensión de la caridad y del servicio; y, por supuesto, debe agradecer que su acción misionera y samaritana pueda ser más amplia, significativa y eficaz a través del ministerio del diaconado, que Dios regala a su Iglesia. Entonces valoraríamos más el ministerio del diaconado.

 

Os invito por ello, tanto a los laicos como a los sacerdotes a reconocer y valorar el carisma del diaconado permanente, a discernir su presencia en las comunidades eclesiales, a apoyar decididamente a quienes lo hayan recibido. Agradezcamos el esfuerzo de quienes se han consagrado a esta tarea. Y acompañemos la misión del diácono en la Iglesia y en el mundo de hoy. Así se fortalecerá nuestra vida eclesial y seremos signos visibles y testigos más auténticos de Jesús servidor, Él que dijo de sí mismo «Yo estoy entre vosotros como el que sirve» (Lc 22, 24).