Don Fidel Herráez visita la parroquia de San Cosme y San Damián

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Durante el pasado fin de semana, la parroquia de San Cosme y San Damián de Burgos ha acogido la visita pastoral del arzobispo, don Fidel Herráez Vegas. A lo largo de dos jornadas, el pastor de la Iglesia burgalesa ha podido conocer la vida de la parroquia a través de un intenso programa de actividades que ha contado con celebraciones litúrgicas, reuniones con diferentes grupos y participación en algunas de las actividades habituales de la parroquia.

 

Así, tras una reunión que mantuvo con los catequistas y jóvenes responsables de Life Teen, la iniciativa de acompañamiento a adolescentes que ha puesto en marcha esta parroquia, el arzobispo no dudó en vestirse de cirujano y preparar un transplante de corazón en la tarde de convivencia preparada para la ocasión, a modo como lo harían los médicos san Cosme y san Damián. Además, don Fidel participó con los jóvenes de la parroquia en el rato de adoración eucarística que mantienen después de sus reuniones.

 

La jornada del sábado se completó, además, con una asamblea parroquial, donde presentaron al arzobispo los principales grupos y actividades que se llevan a cabo en la parroquia; visita a tres enfermos en sus casas y una reunión con los padres de niños de 0 a 4 años.

 

Un domingo en comunidad

 

Ya en la jornada de ayer, el arzobispo pudo percibir el ambiente que se vive en la parroquia en cualquiera de los domingos. Bendijo las nuevas instalaciones del centro parroquial y participó en el aperitivo que, habitualmente, tienen lugar en este espacio tras las misas dominicales.

 

Además de presidir la misa estacional, el arzobispo asistió a varias reuniones a lo largo de la jornada. Así, mantuvo un encuentro con los religiosos y religiosas que colaboran con la parroquia o que ejercen su actividad apostólica en la demarcación de la misma. Igualmente, se encontró con los padres y niños de catequesis y participó en la reunión del consejo de pastoral, economía y nueva evangelización de la parroquia, así como con los  miembros de la pastoral de migraciones y los cofrades del Santísimo Sacramento y Jesús con la Cruz a Cuestas.

 

Dos intensas jornadas que, según indican desde la parroquia, «ha fortalecido la comunidad parroquial», pues «nos hemos sentido realmente animados con el incansable trabajo y alegría de don Fidel».

Servidores «sin reservas»

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Tienen mucho en común. Ambos son burgaleses, han estudiado Magisterio y, tras participar en la JMJ de 2011 en Madrid, decidieron entrar en el Seminario, donde han recibido la formación suficiente para recibir la ordenación. De hecho, el próximo 17 de marzo el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, impondrá sobre ellos las manos recibiendo el primer grado del sacramento del orden y convirtiéndose en diáconos. Diego Luis Diez (29 años) e Isaac Hernando González (26) darán así un paso que califican «decisivo, sin vuelta de hoja» y que les configurará ya con Cristo servidor de cara a su futura ordenación sacerdotal.

 

«Es la antesala del presbiterado», detalla Isaac. Un compromiso con el que «acogemos el don del celibato para servir a todos, teniendo el corazón indiviso, puesto solo en Dios y los demás, a quienes hemos que servir». «También prometemos obediencia», señala Diego, indicando que «nos ponemos en manos de la Iglesia para servir donde ella quiera». A pesar de que se trata de un paso «irreversible, para toda la vida», ninguno de los dos vive el compromiso con miedo, sino que aseguran que es una decisión que toman con «paz» e «integridad».

 

Preparados para servir

 

El servicio es la misión más específica del diácono, cuyo significado en griego es, precisamente, «servidor». Diego desearía que su diaconado fuera «de verdad, no una dedicación momentánea, sino mi misma vida». Eso significa «estar disponible para lo que me necesiten, sin reservarme nada para mí, que es una tentación que siempre hay que superar». Además, dado que el sacramento del orden imprime carácter, estos dos jóvenes saben que la actitud con la que vivan su etapa como diáconos delineará su futuro ministerio sacerdotal. «Lo que viva en este tiempo marcará mi vida de cura», comenta Isaac. Por ello desearía vivir su diaconado como «un compromiso con la gente, para servirlos, escucharlos, acompañarlos, quererles mucho y rezar por ellos». Tras recibir la ordenación, estos jóvenes podrán leer el evangelio en las celebraciones litúrgicas, bautizar, presidir matrimonios y exequias, exponer el Santísimo Sacramento y distribuir la comunión. Además, seguirán llevando a cabo las tareas actualmente encomendadas: terminar la licenciatura en Teología y colaborar en la parroquia de la Inmaculada en el caso de Diego e impartir clases de Religión y atender la pastoral en la zona de Salas de los Infantes en el caso de Isaac.

 

Los años en el Seminario se les han pasado «volando», «no es posible que haya llegado tan rápido». A lo largo de este tiempo, han estudiado Teología, convivido con sus «hermanos seminaristas» y discernido su vocación ante el Sagrario y en compañía de sus directores espirituales y formadores, a los que están muy agradecidos. Además, han sentido el respaldo de sus familias, amigos, parroquias y comunidades religiosas. A pesar de que cuando decidió entrar al Seminario, Diego ya tenía claro que lo suyo era el sacerdocio –«no entré para probar, sino con convicción»–, en estos años «te unes a ese proyecto que Dios ha pensado para ti desde siempre y para siempre», respondiendo así a una vocación de la que el diaconado «es un paso más, pues la respuesta hay que renovarla cada día». Isaac, además, descubre cómo en estos años Dios ha modelado su carácter: «He progresado, cambiado: no soy el mismo. En el Seminario he aprendido a descubrir mis limitaciones, corregir mis defectos y potenciar las virtudes; el carácter se ha moderado y descubres que no todo depende de uno mismo, sino de Dios conmigo», revela.

 

«Aunque no esté de moda, Dios sigue llamando y necesitando sacerdotes santos»

 

Ahora, estos dos jóvenes se preparan para recibir la ordenación diaconal «con una alegría inmensa por dentro». Y a la par que piden oraciones a los lectores de esta revista, animan a los jóvenes que sienten la llamada al sacerdocio a ser valientes y emprender el camino: «Les diría que no tengan miedo; aunque no esté de moda, Dios sigue llamando y necesitando sacerdotes santos. Les aconsejo que hablen con sacerdotes y se dejen acompañar. Si es lo que Dios quiere para ellos, él mismo les dará las facilidades».

Apóstoles para los jóvenes

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Detalle del cartel del Día del Seminario 2018.

Detalle del cartel del Día del Seminario 2018.

 

Apóstoles para los jóvenes. Este es el lema de este año para la celebración del Día del Seminario, que se celebra en torno a la fiesta de San José, llenándonos como siempre de alegría y cariño hacia nuestros seminaristas y su equipo educativo. El lema está en consonancia con el Sínodo de los Obispos que el Papa Francisco ha convocado para octubre de 2018, sobre el tema Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional. A través de este Sínodo la Iglesia quiere abrirse al Espíritu para descubrir cómo acompañar a los jóvenes a fin de que reconozcan y acojan la llamada de la vocación al amor y a la vida en plenitud; y además escuchar las aspiraciones de los mismos jóvenes para ayudarles a percibir en los signos de nuestro tiempo, la voz del Señor que resuena también hoy.

 

La pastoral y atención vocacional corresponde a todos, ¡Quien no reconoce el papel que en el proceso de una vocación tienen los educadores, los catequistas, las familias cristianas! Pero de manera especial os corresponde a vosotros, hermanos sacerdotes de este presbiterio. Permitidme que haga mías las palabras del Papa Francisco a los participantes en un Congreso de Pastoral Vocacional (21, octubre, 2016) y os las dirija con toda mi estima y agradecimiento: «vosotros sois los responsables principales de la vocación sacerdotal y cristiana… Vosotros también habéis experimentado un encuentro que cambió vuestra vida, cuando otro sacerdote os hizo conocer y sentir la belleza del amor de Dios. Haced lo mismo vosotros; saliendo, y escuchando a los jóvenes, con paciencia, podéis orientar sus pasos».

 

En la pastoral vocacional hay que aprender el estilo de Jesús, que pasa por los lugares de la vida cotidiana, se detiene sin prisa y, mirando a los hermanos con misericordia, les lleva a buscar a Dios y a encontrarse con los hermanos. Este estilo de Jesús se puede concretar en tres actitudes: salir hacia el mundo de los jóvenes, compartiendo con ellos sus alegrías y esperanzas, sus tristezas y angustias, escuchando sus historias vitales; mirar con los ojos de un auténtico pastor, sin resultar intruso, con la mirada del discernimiento capaz de ver en la profundidad del corazón; y llamar, esto es, despertar el deseo, mover a las personas a ponerse en camino, atentos a la voz del Señor que es quien llama. Responder con generosidad a la propia vocación es el primer modo de hacer pastoral vocacional.

 

Para todos aquellos que descubren inicialmente una llamada de Dios a ser sacerdotes, nuestra Iglesia diocesana les ofrece el Seminario, que es una comunidad cuyos miembros se encuentran en proceso de formación y discernimiento. Cuando ese proceso termine serán ungidos y enviados por la fuerza del Espíritu para ser auténticos apóstoles, pastores al servicio del Pueblo de Dios. San Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica Pastores Dabo Vobis (nº 41) nos recuerda que «la vocación sacerdotal es un don de Dios que constituye ciertamente un gran bien para quien es su primer destinatario. Pero es también un don para toda la Iglesia, un bien para su vida y misión. Por eso la Iglesia está llamada a custodiar ese don, a estimarlo y a amarlo». En este sentido es de desear que, como nos plantea nuestra Delegación Diocesana de Vocaciones, los seminaristas se sientan acompañados, «mejor acompañados». Que experimenten, por una parte, la necesidad de dejarse acompañar personalmente en el proceso de formación y de discernimiento. Y, por otra, que en cada miembro de nuestras comunidades se despierte la conciencia de sentirse promotor y acompañante del despertar vocacional, con la oración, con la cercanía y con la alegría del Evangelio.

 

La realidad del Seminario y de nuestros seminaristas nos mueve a valorar el gran regalo que supone su vocación al sacerdocio. Sí. Demos gracias a Dios por nuestros queridos seminaristas, al igual que por sus familias, parroquias, comunidades, educadores del Seminario y Delegación de Pastoral Vocacional. Ya sabéis que conviven en el Seminario Mayor de San José 8 seminaristas burgaleses, 2 riojanos, 1 de Soria y 2 de Burundi (África); en el Redemptoris Mater hay 11 seminaristas y 5 en misión. Y en el Seminario Menor, 11 burgaleses y 4 riojanos. Pidamos al Señor, especialmente el domingo 18 y el día de San José, que siga llamando a jóvenes cristianos para servir a la iglesia y a la sociedad a través de la vocación sacerdotal. Es un motivo de esperanza que nuestros amigos Diego e Isaac vayan a recibir el sábado 17, en la parroquia de la Inmaculada, el diaconado –ministerio del que ya os hablé en otra ocasión– para nuestra Iglesia burgalesa. ¡Que el Espíritu nos siga bendiciendo con sus vocaciones, carismas y ministerios!

El octavo centenario de la Catedral: una oportunidad evangelizadora

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catedral burgos

 

Arciprestes de la ciudad, representantes del Cabildo Catedralicio y de diversas delegaciones diocesanas y los vicarios general y de pastoral se dieron cita ayer en la Casa de la Iglesia. El objetivo, sentar las bases para aprovechar el próximo centenario de la Catedral como una oportunidad evangelizadora para toda la diócesis.

 

Sin menoscabar el trabajo que desde hace meses viene realizando la Fundación «Octavo Centenario Catedral. Burgos 2021» y sin pretender ser una contraposición a sus acciones, la diócesis quiere aprovechar también este momento para revitalizar la vida de las parroquias y comunidades de la provincia.

 

Según el vicario general, Fernando García Cadiñanos, el octavo centenario de la Catedral «no solo debe servir para mirar con agradecimiento al pasado, sin para proyectarnos hacia el futuro y crecer en todo lo que significa la Catedral para nuestra Iglesia diocesana». Así, los asistentes a la reunión de ayer (Cabildo, delegaciones de Enseñanza, Catequesis, Infancia y Juventud, Cultura,  Liturgia, Medios de Comunicación) comenzaron a esbozar cómo la diócesis puede aprovechar el cumpleaños del templo para fortalecer la vida de las comunidades cristianas. «El octavo centenario tiene que servir como punto de encuentro de todos los cristianos pero también como centro de evangelización», señala Cadiñanos. En este sentido, la diócesis pretende «crear una programación que nos ayude a crecer en la labor misionera y evangelizadora de nuestra Iglesia de Burgos», apoyando los demás actos culturales y de promoción de la ciudad que estén relacionados con el aniversario de la seo.

 

A la espera de mantener próximas reuniones, en el encuentro de ayer se sentaron algunas líneas sobre las que trabajar, así como prever qué otros organismos y departamentos diocesanos deben formar parte de este grupo de trabajo pastoral.

Mujeres en el Museo del Retablo, una iniciativa original para fomentar el conocimiento del patrimonio

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Museo Retablo

 

El Museo del Retablo celebró ayer el Día Internacional de la Mujer con una original iniciativa cuya finalidad última fue poner el valor el propio museo y en general el patrimonio artístico burgalés: visitas temáticas guiadas y gratuitas que se centraron en las mujeres representadas en la colección permanente de la iglesia de San Esteban.

 

Así, los participantes se acercaron a la historia y contexto de diversas figuras femeninas, desde la Virgen María y su madre, santa Ana, hasta otras más desconocidas por el público, mártires como santa Catalina de Alejandría o mujeres de gran cultura como Santa Eulalia o la misma Santa Catalina, teólogas, científicas…Los visitantes también tuvieron ocasión de conocer los diversos oficios que desempeñaban las mujeres (parteras, plañideras, donantes) y el motivo de su presencia en las piezas artísticas que alberga el museo.

 

La actividad fue organizada por el propio museo y la organización Patrimonio para Jóvenes, una organización sin ánimo de lucro cuya finalidad es concienciar a los jóvenes a través de la formación en la protección y conservación del arte y el patrimonio.