Los catequistas de la diócesis, llamados a la tarea «misionera»
Esta tarde se ha desarrollado en el Seminario de San José el encuentro diocesano de catequistas, que bajo el lema «Catequistas, discípulos misioneros», ha congregado a unos 120 participantes procedentes de diversas parroquias.
El evento ha comenzado con la intervención de José Luis Lastra Palacios, vicario de pastoral, quien ha recordado que este encuentro se enmarca dentro de los objetivos diocesanos fijados hace unos años y que tienen como meta la tarea misionera para una continua conversión. Además, también ha destacado el importante papel que ejerce el «libro blanco» de orientación de iniciación cristiana publicado por la diócesis y dirigido a catequistas. En este libro se recogen sugerencias sobre la confirmación, se insiste en los equipos de vida, en el carácter integral de la catequesis y se apunta al acompañamiento de jóvenes y niños que se inician en la fe. Tras esta intervención, el arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez, ha saludado a todos los participantes y ha agradecido su presencia, recordando a los catequistas que son «pueblo de Dios en camino, y mediadores para que esos niños, jóvenes y mayores puedan encontrarse con Él». Seguidamente, Rafael Casado, delegado diocesano de catequesis, ha animado a todos a participar en una oración conjunta con la que daba comienzo el encuentro.
Qué aporta la fe hoy
A continuación ha tenido lugar la ponencia de Juan Luis Martín Barrios, director del Secretariado de Catequesis de la Conferencia Episcopal [puedes escuchar el audio más abajo]. Su intervención ha arrancado preguntando qué aporta la fe a los hombre y mujeres de este siglo, lo cual detalló claramente en tres puntos: «Creer en Jesucristo hoy ayuda a vivir unificado, a poseer una armonía interna frente a tanta gente que vive dispersa, que piensa una cosa, siente otra y hace otra diferente; también ayuda a vivir en hondura todo lo que acontece, le relación con el cónyuge, con los hijos, la educación integral…frente a tanta gente que vive en al superficialidad. Y además, ayuda a vivir desviviéndose, que es contrario al egocentrismo que reina». Añadió que en todo ser humano está la impronta de Dios, «que se refleja en la palabra, la sexualidad, que nos da la capacidad de amar, y el trabajo, que da la capacidad de transformar. Y resulta que estas tres realidades tan hermosas están siendo masacradas».
La ponencia continuó desgranando las dificultades de ser discípulo misionero en el mundo actual, tales como el materialismo, que crea un mundo de «comodidad, autoglorificación y solitariedad», frente a los cuales se ha de contraponer la llamada a la renuncia, la humildad y la solidaridad; y otras dificultades como el relativismo y el egoísmo, que llevan a una sociedad secularizada, autosuficiente, utilitarista y hedonista. Ante todo ello, Martín Barrios ha hecho un llamamiento a la alegría, «un bien escaso que consta de cuatro principios: saber para qué vivimos, tener esperanza en el futuro, querer de verdad a la gente y ser queridos por ella. En el caso de los creyentes, los componentes de la alegría están en saber que Dios nos ama, contar con la fuerza para amar, tener la dicha de ser amado y saber que la vida no es una pasión inútil, sino que en su origen y su final está Dios».
Para concluir con su ponencia, Martín Barrios ha resaltado también los rasgos de espiritualidad de los catequistas como discípulos misioneros: «Esta ha de ser una espiritualidad de confianza, no de optimismo, una confianza que brota de la esperanza. También ha de ser una espiritualidad de fidelidad, no que busca el éxito, y que aprende y enseña a orar».
Experiencias a través de las parroquias
Posteriormente los catequistas han podido participar en talleres y grupos de trabajo variados en los que se han abordado diferentes temas, vividos según experiencias de los catequistas y su parroquia de procedencia. Así, los catequistas de la parroquia de San Juan de Ortega han dado a conocer la importancia de que estos participen en otros ámbitos aparte del grupo de catequistas en el que ejercen su labor, para que su vida cristiana pueda crecer; mientras que la parroquia de San Pedro y San Felices ha expuesto la preocupación por que las familias queden al margen de la catequesis que se imparte en las parroquias. El grupo de la parroquia de Cardeñadijo ha destacado lo necesario que es ofrecer continuidad para después de la confirmación y así continuar fortaleciendo la fe de quienes están en proceso de iniciación cristiana, y por su parte, la parroquia de Nuestra Señora del Rosario ha dirigido su taller a los monitores y animadores de despertar religioso, «una etapa que aunque no es propiamente catequesis, sí es de educación cristiana, y en la que tiene mucha importancia el primer anuncio». La implicación de toda la comunidad parroquial en la formación cristiana es un tema que ha sido abordado por la parroquia de San Fernando , que ha señalado que esta tarea, la de formar, no puede caer únicamente en los catequistas, mientras el resto de la comunidad se desentiende. Además, la parroquia de San Juan Bautista ha tratado el tema de las misas con niños o las misas de familias, ya la del Buen Pastor de Miranda de Ebro ha expuesto la atención que los grupos de catequistas procuran a los propios catequistas, abordando dimensiones de su ser e identidad.
Tras los talleres, todos los presentes han asistido a una oración compartida que ha tenido lugar en la capilla del centro de estudios. Durante la misma se han expuesto ideas y conclusiones que se han tratado en los anteriores talleres.
Pedro García Vicente
5 mayo, 2018 en 17:51
Soy catequista de confirmación en San Antonio Abad estuve con el grupo de Miranda me gustó mucho toda la tarde y también lo que dijo don Fidel sobre la formación continua del cristiano que nunca cesa hacerlo muchas gracias por todo Pedro García
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Esther
9 mayo, 2018 en 21:50
Un rato, excelentemente organizado por los centuriones, al mando de D.Rafa, que nos fue implicando según íbamos llegando, da gusto con que cercanía hace todo.
Un rato para compartir, con cafecito incluido, introducidos por Martin Barrios, declamando los primeros parrafos de su estupenda y profunda ponencia, dejando patente su gran afición al teatro. Gracias
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