Éxito de asistencia en el taller de tango para matrimonios

Todas las plazas quedaron cubiertas en esta actividad destinada a mostrar este baile como metáfora del matrimonio.
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Las expectativas no quedaron defraudadas en absoluto para los organizadores del taller de tango organizado por la delegación de Familia y Vida, y las catorce parejas que se apuntaron a esta actividad de escucha en el matrimonio a través del baile manifestaron las ganas de repetir la experiencia.

 

Los participantes descubrieron el tango como baile popular, del pueblo, lejos del tango de exhibición que quizás sea más conocido. Este baile – explicaron Chusa Pérez y Ezequiel Merlo, quienes impartieron el taller- tiene dos elementos fundamentales: el abrazo y la improvisación. El abrazo como signo del compromiso, de responsabilidad, y la improvisación como manifestación de la libertad. Y a partir de estas básicas nociones, según explican desde la delegación de Familia y Vida, «empezamos a practicarlas, a utilizar nuestro cuerpo como lenguaje, a tomar conciencia de él, de sus tensiones, de cómo moverse, con nuestro ritmo, para luego aprender a reconocer el cuerpo de la pareja, el acercamiento, el abrazo. Ahí empezamos a aplicar el tango como metáfora del matrimonio». Continúan explicando que «el tango requiere un consentimiento libre de los dos y fiel: una vez empezado el baile hay compromiso de acabarlo. El abrazo entre los bailarines marca el espacio de intimidad y respeto entre ellos, sin rigideces, con firmeza y con flexibilidad. Ese consentimiento mutuo se renueva a cada instante, y exige el escuchar y escucharse, para no pisar y no empujar ni tirar del otro. Uno puede llevar el rol de guiar, pero se avanza juntos, no a remolque, se propone y se acepta el siguiente paso, en una compenetración sin palabras, ni gestos, pero íntima y profunda, fluida y confiada. Si hay algún error, no tiene uno sólo la culpa, ha faltado escucha por parte de los dos, se para y se empieza de nuevo, sin aspavientos, aprendiendo del error, buscando ahondar en esa comunión».

 

Para las parejas participantes, fue una experiencia con una metodología que, sin necesidad de muchas explicaciones, les ayudó a desarrollar una capacidad fundamental en el matrimonio, aplicable luego a tantas dimensiones del mismo: «El diálogo, la sexualidad, la relación con los demás, con los hijos, con la sociedad. La escucha es sin duda un eje a profundizar, así que si hay demanda se organizarán más talleres como éste, además de otras actividades o cursos como, las ITVs, el curso de Relación de Ayuda que empieza en breve, o la jornada de comunicación de la belleza del matrimonio».

Comentarios

Comentarios: 1

  1. Chusa y Ezequiel

    Muchas gracias a Jorge y Laura, los responsables de organizarlo por ser tan valientes y aventurarse con propuestas nuevas que tienen mucho que aportar. O eso creemos…. Para los interesados: nos podeis encontrar en http://www.concorte.com


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