La mano inocente del obispillo «bendice» a los niños de la ciudad
El Monasterio de las Salesas ha sido, un año más, escenario de la investidura del obispillo, honor que en esta ocasión ha recaído en Ángel Rodrigo del Olmo, un niño de nueve años alumno del Colegio Fernando de Rojas que, como manda la tradición, fue elegido por sus compañeros de la escolanía Pueri Cantores de la Catedral para representarles en el Día de los Santos Inocentes. El obispillo 2018 ha recibido el báculo de su predecesor, Pablo Molina Conde, en una ceremonia en la que ha estado acompañado por su vicario, Hugo de Diego Martínez, y los secretarios David Vicario Herce, Yosef Díez Martín y Daniel Alonso Carretero, y en la que además, han recibido su túnica y su crucifijo cuatro nuevos escolanos.
Nada más ser investido, Rodrigo ha expresado el orgullo de pertenecer a la escolanía y le ha pedido al niño Jesús seguir siempre trabajando con la misma ilusión y el mismo orgullo del primer día, aunque a veces suponga un sacrificio. También ha tenido palabras de recuerdo hacia los niños víctimas de guerras y malos tratos, y hacia los que carecen de un techo. Por su parte, el canónigo de la catedral Javier Rodríguez Velasco, ha recordado que los Pueri Cantores dedican buena parte de su tiempo libre a alabar a Dios con sus cantos y «el que canta y reza, reza dos veces, no solo con vuestras voces sino con vuestras buenas obras: la obediencia a los papás, el trabajo en la escolanía y en el colegio». «A veces es duro, pero todos tenemos que hacer algo en la vida para imitar a Jesús». Además, ha pedido «que los niños inocentes desde el cielo sean un modelo para vosotros y nos sigan acompañando, y sobre todo a vosotros».
«Somos el futuro de la Iglesia y del mundo»
Tras una breve visita a la Residencia de Barrantes, donde han obsequiado a los mayores con sus cantos, el obispillo y su séquito se han dirigido a la Casa de la Iglesia, donde han sido recibidos por el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas. En su breve discurso, el obispillo ha pedido al niño Dios que los niños puedan seguir disfrutando del amor y protección de los mayores, y ha asegurado que en los niños está la solución a lo problemas del mundo, pero que para ello necesitan adultos coherentes que les ayuden en esa tarea. «Somos el futuro de la Iglesia y del mundo», ha sentenciado. También ha hecho mención a los cuatro compañeros que hoy han recibido la túnica y la cruz de madera que los identifica ya como integrantes de los Pueri Cantores. Las nuevas incorporaciones demuestran que la «la escolanía está viva y tiene vida para rato», ha asegurado Rodrigo, cuyo padrino ha sido el canónigo Ildefonso Asenjo, canciller de la curia diocesana.
Por su parte, el arzobispo, que ha alabado las palabras del protagonista del día y se ha congratulado de tener «un colaborador tan estupendo y tan bien preparado», ha correspondido al obispillo recordándole la historia de esta antiquísima tradición instaurada por el Cabildo Catedral en el siglo XVII, y ha confesado que a los diez años él también entró a formar parte de una escolanía, posteriormente se incorporó al seminario, se hizo sacerdote y ahora trabaja al servicio de la diócesis como arzobispo, dejando así en el aire una sugerencia que ha provocado la sonrisa de los pequeños.
Después de abandonar el palacio arzobispal, el obispillo, montado en un caballo blanco y acompañado por su séquito, ha realizado el tradicional recorrido por el centro de la ciudad para visitar al alcalde, Javier Lacalle, y saludar y bendecir desde la Casa Consistorial a todos los niños congregados en la Plaza Mayor. La jornada ha continuado con una visita al Belén del Regimiento de Transmisiones instalado en el Claustro Bajo de la Catedral y una comida de hermandad, para concluir por la tarde con una fiesta de Inocentes.