Chavalería con muy buena onda: así es la radio de San Pedro y San Felices

El colegio diocesano es pionero en el uso de la radio como herramienta formativa. Los alumnos entran en contacto con los micrófonos ya desde Educación Infantil, cuando aún no han aprendido a leer.
Rosalía Sánchez con los niños de «Infantil al ataque».

Rosalía Sánchez con los niños de «Infantil al ataque».

 

Nada como la inocencia y la espontaneidad de un niño para enfrentarse a lo que para cualquier adulto representa un reto en toda regla: ponerse delante de un micrófono como si tal cosa. La Radio Escolar del colegio diocesano San Pedro y San Felices es una cantera de pequeños comunicadores que, desde los tres años, comienzan a adentrarse en la magia de las ondas. Emiten en directo alrededor de tres horas a la semana en el dial 107 de FM y sus programas pueden escucharse desde cualquier lugar del mundo online, a través de la página web del centro.

 

Esta experiencia, que tiene su origen en el pionero Radio-Club Escolar fundado en 1985 el profesor Fortunato López (el primero ubicado en un centro educativo), es una de las señas distintivas del colegio diocesano, que apostó hace muchos años por esta actividad como herramienta para desarrollar en los alumnos competencias comunicativas y habilidades sociales de forma divertida y muy motivadora.

 

Aprender a comunicar

 

Los chavales, ya desde Educación Infantil, tienen contacto con los micrófonos. En el estudio de radio hablan de los proyectos en los que están trabajando en el aula, de fechas importantes del calendario, de libros y poesía y, por supuesto, también de noticias de actualidad.

 

Los benjamines son los que más lo disfrutan y los que «no se cortan nunca», asegura Rosalía Sánchez, coordinadora del aula de radio junto con Iván Isla. Cada martes, un grupito de alumnos de entre tres y cinco años sube al estudio para emitir Infantil al ataque, «que es como la referencia de la radio del cole». Obviamente trabajan sin guion porque la mayoría de ellos aún no sabe leer. El resultado es un espacio muy espontáneo y divertido, donde a veces hay que poner orden porque todos quieren hablar al mismo tiempo.

 

Según van creciendo, las cosas se complican un poco porque se van a haciendo más conscientes de que hablan para mucha gente y «les va entrando la vergüenza». Así que ya en Primaria (su programa se llama Primaria en el aire) toca tomárselo en serio y dedicar tiempo a preparar los contenidos. «Para ellos es una actividad lúdica, algo divertido, pero que tiene de trasfondo todo ese aprendizaje: detrás de un programa en directo hay una preparación. Tienen que buscar una información, seleccionarla, trabajar en grupo, ponerse de acuerdo entre ellos, elegir una sintonía… Hay un montón de trabajo importante para cualquier edad pero que se les presenta de una forma muy atrayente. Conseguimos hacer cosas que el aula no te permite hacer y trabajar aspectos que en clase resultarían muy arduos», explica Rosalía.

 

Precisamente porque requiere trabajo, cuesta más implicar a los alumnos mayores (Secundaria y Bachillerato), más «atados» por el temario del curso, «aunque se están poniendo las pilas». Algunos de ellos participan en el taller de radio que se desarrolla los lunes como actividad extraescolar y guían a los más pequeños. Se ha dado algún curso en el que en la «plantilla» del programa que realizan, Chiquiondas, participaba desde un chiquitín de primero de Primaria hasta alumnos de Bachillerato. Actualmente la mayoría de los comunicadores estudian 5º de Primaria y cuentan con sección propia en el programa: agenda cultural, cocina, deportes, efemérides, curiosidades, ecología y hasta rutas de senderismo. También hacen un guiño a la interactividad lanzando una adivinanza que puede resolverse a través de las redes sociales, en las que también está presente la radio escolar.

 

En los años de emisión de este espacio tampoco han faltado entrevistas a personajes variopintos: profesores, sacerdotes, familiares, músicos o deportistas. Y cuando tratan temas de actualidad, subraya la coordinadora, no llevan un recorte de prensa: ellos redactan sus propias noticias.

 

Los padres también son partícipes de la actividad y cuando se les ha requerido (por ejemplo para leer libros ante el micrófono), han respondido con entusiasmo y no han faltado voluntarios. Y es que la radio escolar es un proyecto de todo el centro (profesorado, familias, alumnos) y para los chavales, «un premio», concluye Rosalía.

Comentarios

Comentarios: 1

  1. Chelo

    Me parece una iniciativa estupenda, que los niños aprendan la importancia de los medios.de comunicación y a diferenciar lo real de lo inventado, para no dejarse manipular.