Casi recién salida del horno, ayer fue presentada la Exhortación Apostólica Chistus Vivit. El nuevo documento papal fue firmado en el Santuario de Loreto (Italia) el pasado 25 de marzo. De forma oficial fue dado a conocer a todo el mundo el martes 2 de abril y la Facultad de Teología se sumó a esta presentación al día siguiente. En el acto de presentación intervinieron Carlos Izquierdo, profesor de la Facultad y delegado de Pastoral Universitaria y de la Cultura, Cristina Ibáñez, orientadora del Colegio San Pedro y San Felices y miembro del Grupo Parteluz, y Oscar Moriana, delegado de Infancia y Juventud.
Los ponentes destacaron cómo la exhortación recupera la frescura del papa Francisco, un tanto desdibujada en el Documento Final del Sínodo de Obispos sobre los Jóvenes. Se trata de un documento en el que el Papa, de 83 años, se dirige a los jóvenes de tú a tú, invitándoles descubrir la misión a la que Dios les invita. Sin miedos, sin quejas, anima a mirar el momento presente con esperanza porque «Dios siempre va delante y sale al encuentro».
La Exhortación no va dirigida solo a los jóvenes, sino a todo el Pueblo de Dios, invitado a «ser joven». Ser joven no es una cuestión de edad, sino de «un estado del corazón que obliga a la permanente renovación para poder amar». El corazón que ama siempre es joven, sueña, está lleno de proyectos.
El documento se articula en 9 capítulos y consta de 299 números. Es un texto bastante más amplio que el Documento Final, al que se refiere continuamente, y que tiene intención de ser programático para el ejercicio de la pastoral juvenil. El acento recae en la capacidad del joven para discernir la vocación-misión para la que ha sido creado. Quien descubre esta vocación comienza a vivir un apasionante sueño vital en su ámbito cotidiano, especialmente en su familia y trabajo. En clave creyente, esa vocación es una llamada de Dios que capacita al joven que se descubre a sí mismo como «hijo amado de Dios». En ese momento su vocación se convierte en misión para la que cuenta con la ayuda del Espíritu Santo, que le permite sentir que «Cristo vive hoy, es siempre joven y renueva a quien se encuentra con Él».
La Iglesia tiene como misión «ser hogar que ser renueva a sí mismo para poder acoger, escuchar y acompañar a cada joven en el proceso de respuesta». De ahí que sus agentes pastorales deban estar a la altura para ofrecer la formación adecuada, huyendo de todo clericalismo y superando la estrechez de estructuras o trincheras.
Adultos, jóvenes y niños vinculados a Cáritas arciprestal de Gamonal participaron ayer en un encuentro que buscaba promover su integración en la vida cultural y social de nuestra ciudad. Más de doscientas personas, entre agentes, voluntarios y participantes en los distintos programas respondieron a esta iniciativa y tuvieron la oportunidad de descubrir los rincones de la Catedral de la mano de miembros de la Asociación de Guías Turísticos, que les mostraron la Seo gratuitamente. Previamente los participantes en la actividad pudieron calentar motores compartiendo un chocolate en el claustro de la Facultad de Teología.
No fueron los primeros en participar en una actividad de estas características, orientada, en la línea de trabajo de Cáritas, al crecimiento integral de la persona. La pasada semana fue el turno de Cáritas arciprestal de Vega y el próximo martes, 9 de abril, le corresponderá al arciprestazgo del Vena, que visitará, en este caso, el Museo del Retablo.
Desde hace 12 años, la Comisión arciprestal de Pastoral de Migraciones de Aranda viene organizando anualmente una tarde de convivencia de personas de distintos países, bien en el mes de enero (las ocho primeras ediciones), bien a final de curso (desde 2016 para acá).
Así, para este sábado, 6 de abril está previsto el XII Encuentro de Naciones, en la misma sede en que se ha celebrado estos últimos años: el patio y salón de actos del colegio Dominicas. Con esta iniciativa se pretende acercar el conocimiento de las diversas culturas presentes en la ciudad y comarca al pueblo de Aranda y favorecer el encuentro entre personas de distintas procedencias, según pedía el mensaje del papa Francisco en la Jornada de las Migraciones de enero de 2018: acoger, proteger, promover, integrar.
El acto comenzará a las 17:00 h. y contará con la presentación de diversos países con sus artesanías y costumbres, degustación de bocaditos y bebidas típicas de algunas naciones de las que proceden personas empadronadas en Aranda, músicas tradicionales y una oración intercultural e interreligiosa.
En torno a una docena de países han confirmado su asistencia colocando un puesto: Rumanía, Bulgaria, Colombia, Honduras, Venezuela, Argentina, Perú, Marruecos, Togo, Mali, España… El encuentro está abierto a todas aquellas personas que se quieran acercar, de cualquier nacionalidad y edad.
La Oficina de Información del Arzobispado de Burgos y la Fundación Las Edades del Hombre convocan a los medios de comunicación a participar en una rueda de prensa en la que se presentarán las obras que la diócesis de Burgos aportará a la exposición «Angeli», que se desarrollará los próximos meses en Lerma.
En la rueda de prensa participarán:
Fernando García Cadiñanos, vicario general de la diócesis de Burgos
José Enrique Martín, secretario técnico de la Fundación Las Edades del Hombre
Juan Álvarez Quevedo, delegado diocesano de Patrimonio y comisario de la exposición «Angeli»
Baudilio Fernández-Mardomingo Barriuso, delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Burgos
La rueda de prensa tendrá lugar mañana jueves, 4 de abril, a las 10:30 horas en el salón de actos de la Casa de la Iglesia (Calle Eduardo Martínez del Campo, 7). Duración aproximada: entre 20 y 25 minutos.
Palabras como intensidad, comunidad, Iglesia, alegría, sonrisas, celebración, oración, servicio, cariño y cercanía pueden definir a la perfección la visita del arzobispo, don Fidel Herraéz Vegas, el pasado sábado a las comunidades del valle de Valdivielso. La jornada comenzaba con la oración y el saludo a los fieles en la ermita de la Virgen de la Hoz. Este acto daba el pistoletazo de salida para visitar diferentes pueblos como Valdenoceda, Quintana de Valdivielso –donde fue entrevistado por una radio local– El Almiñé, Puentearenas, Quecedo, Arroyo y Hoz de Valdivielso. En todos ellos el obispo saludó tanto a bebés, niños y jóvenes como a adultos y ancianos y compartió con ellos palabras cercanas de ánimo y agradecimiento. No se fue sin hacer una oración por los difuntos de cada localidad y una fotografía para ilustrar el momento.
Pasado el mediodía, don Fidel presidió la Eucaristía en el templo de Población de Valdivielso, que estaba totalmente lleno de fieles del Valle. A continuación le esperaban alrededor de ochenta vecinos de los distintos pueblos en Condado de Valdivielso para compartir una comida popular. Ya por la tarde visitó la iglesia de Toba y subió a la ermita de la Virgen de Pilas, donde se celebró un acto mariano. Completó la intensa jornada visitando cinco pueblos de la Merindad de Castilla Vieja: Incinillas, Villalaín, Bisjueces, Barruelo y La Aldea.
El domingo, el arzobispo conoció de cerca el valle de Manzanedo y a sus gentes. Después de un café recién hecho en Cidad de Ebro para comenzar la jornada, don Fidel visitó las localidades de Vallejo, San Miguel de Cornezuelo –donde quedó fascinado por su templo románico– y Argés, cuya iglesia ha sido reconstruida con la ayuda de los vecinos. Entre localidad y localidad también tuvo tiempo para disfrutar de la rica naturaleza de la zona. A mediodía el arzobispo llegaba a Rioseco, donde le esperaban voluntarios implicados en el proyecto de recuperación de este antiguo monasterio cisterciense para recorrer sus muros y vistas en una visita guiada y compartir con él lo que supone en la zona este trabajo que une a tantos vecinos. Allí don Fidel plantó un olivo que representa la paz y esa unión de las personas en busca de un objetivo común.
Para concluir la visita a este valle, se celebró la Eucaristía en la parroquia de Manzanedo y a la salida se compartió un pequeño aperitivo para tener un momento cercano y alegre con don Fidel. Antes de emprender el viaje de regreso a Burgos compartió familiarmente la comida con un grupo de vecinos del valle.