El Círculo de Silencio denuncia que estamos pasando de la indiferencia a la hostilidad hacia el inmigrante

En la concentración de ayer no faltó el recuerdo de Mónika Asenova, miembro del equipo de Pastoral de Migraciones de Salas de los Infantes, que fue asesinada ayer.
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Con el lema «De la hostilidad a la hospitalidad», el Círculo de Silencio nº 66 conmemoró ayer la visita del papa Francisco a la isla de Lampedusa, de la que se cumplían seis años, y las palabras de denuncia que pronunció entonces sobre la «globalización de la indiferencia», tras uno de los naufragios que más víctimas supuso en un solo barco: 349.

 

En el manifiesto que se leyó al término de la concentración, se denunció que «algo está cambiando en el panorama nacional e internacional; estamos pasando de la indiferencia a la hostilidad. Y como botón de muestra, varios hechos: Si antes los comentarios contrarios a los inmigrantes no eran “políticamente correctos”, no estaba bien expresarlos en público, a raíz de las últimas campañas electorales en nuestro país han pasado a formar parte del discurso político de ciertos sectores. Si hasta hace unos años la Unión Europea hacía poco por rescatar náufragos en el Mediterráneo pero dejaba actuar a barcos particulares, ahora claramente hay países que impiden a los barcos salvar vidas, los amenazan con multas o detienen a sus responsables. Acaba de suceder en Italia con un barco alemán, y está pasando en Italia y en España con el barco de Open Arms. Si la trágica fotografía de Óscar y su hija Valeria, salvadoreños, ahogados en el Río Bravo entre México y Estados Unidos, ha conmocionado al mundo como imagen de algo que sucede todos los días, al presidente Trump solo se le ha ocurrido decir: “Con un muro levantado, cosa que tendríamos que haber hecho por las malas, ese padre y su hermosa hija se habrían salvado”».

 

«Vamos hacia tiempos difíciles», proseguía el comunicado. «Los que apoyamos y defendemos los derechos de las personas migrantes, de todas las personas, vamos a sufrir con frecuencia incomprensión, críticas, rechazo e incluso hostilidad y persecución. Frente a ello, no debemos crear confrontación, sino mostrar resistencia. Como la de Helena Maleno en Marruecos. Como la de la capitana alemana Carola Rackete en Italia. Como la del español Óscar Camps, fundador de la ONG Open Arms, que ante las amenazas de multas y cárcel ha dicho: “De la cárcel se sale; del fondo del mar, no”. No podemos tener miedo ante los que reaccionan con hostilidad frente a la realidad de tantas personas desesperadas, con grave riesgo para sus vidas. Tomando prestado el título de un folleto de Cristianismo y Justicia, hemos de ayudar a pasar de la hostilidad a la hostilidad. No se trata solo de migrantes; también se trata de nuestros miedos. No se trata solo de migrantes, también se trata de nuestra humanidad».

 

En El Círculo de Silencio se tuvo un recuerdo hacia la mujer asesinada ayer en Salas de los Infantes, Mónika Asenova, integrante de la Pastoral de inmigrantes en dicha localidad.

 

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