Soñando la fraternidad con san Francisco

por redaccion,

 

san francisco de asis

 

Escucha aquí el mensaje

 

Con la celebración de este Domingo, coincide también la fiesta de uno de los santos más conocidos y queridos de la Iglesia, San Francisco de Asís. Permitidme que hoy nos acerquemos, siquiera brevemente, a este gran santo para acoger las señales de luz que, sin duda, nos dejará para el momento actual. Me uno así a la gran familia franciscana, tan presente en nuestra diócesis a través de las clarisas, que se alegra en esta jornada y que continúa con su obra y su carisma. Precisamente el Papa Francisco ha puesto su mensaje de relieve, al descubrirlo como fundamental en esta encrucijada histórica. Por eso, hoy mismo firmará en Asís su tercera Encíclica con un sugerente e interpelante título: «Hermanos todos». Nos alegrará después leerla y comentarla.

 

Francisco de Asís, como sabéis, vivió en una época compleja, como seguramente lo hayan sido todas las etapas de la historia. Tras una juventud repleta de experiencias humanas, encontró al final la experiencia fundante de su vida: se encontró con Jesús que le llenó el corazón y le propuso una misión atrayente. Abrazando la hermana pobreza, al servicio de los más pobres, fundó una fraternidad de hermanos que recrearan la sociedad desde otras claves y otra ética. Abriendo su corazón a la belleza, en la contemplación del Creador y de lo creado, supo percibir la huella insondable y sutil de Dios en todas las cosas. Su espíritu contribuyó a la renovación de la Iglesia y de la sociedad, aportando así una bocanada del siempre necesario aire evangélico.

 

Estas pequeñas pinceladas de su vida nos sirven para introducirnos en algunas claves importantes, que nos pueden ayudar en estos momentos que vivimos. La crisis que atravesamos, como nos recuerda el Papa Francisco, se convierte en “un momento de elección: es tiempo para elegir entre lo que verdaderamente cuenta y lo que es pasajero, para separar lo que es necesario de lo que no lo es”. San Francisco de Asís optó por lo fundamental, por vivir el Evangelio con radicalidad, de verdad. Fue un gran soñador de sueños no pequeños. Sin embargo, fue capaz de acercar los sueños a la realidad. Porque los sueños se convierten muchas veces en caminos que nos conducen a proyectos y realidades por los que entregarse y trabajar. Soñar a lo grande tiene mucho que ver con la esperanza.

 

En ese sentido, me parece importante que activemos la capacidad de soñar. Os animo también, de la mano de San Francisco, a soñar hoy con una sociedad más fraterna y humana, más compasiva e inclusiva en la que todos nos sintamos hermanos de todos y responsables los unos de los otros. Soñemos con un mundo nuevo, donde reine la armonía entre las personas y la casa común en la que habitamos. Soñemos con un sistema económico diferente, que armonice el necesario crecimiento con el reparto equitativo de los bienes y la riqueza. Soñemos con un trabajo digno que llegue a todos y que respete la dignidad de cada persona. Soñemos con una sociedad que cuida las relaciones y se construye desde una ecología integral que se abre al auténtico desarrollo. Soñemos, abiertos a Dios.

 

Y no nos quedemos solo en los sueños. Hagamos, como San Francisco, lo necesario y lo posible para acercarlos a la realidad. En una sociedad también herida, él fue capaz de animar otra ética que posibilitara edificar desde otros ideales. Embriagado del amor de Dios, sintiéndose previamente amado, se dispuso a construir un camino siempre nuevo: el camino del encuentro y de la fraternidad. De esta manera descubrió que no es posible vivir sin el otro, o peor aún, contra el otro, sino que el camino es vivir con el otro. El otro que es un hermano, especialmente el pobre, el leproso, el necesitado. Amar también lo otro, que no es ajeno a mi vida, sino que es tan cercano como la hermana agua o la hermana tierra y el hermano sol… Y yendo hasta lo más lejos, rompiendo el absurdo, llamar también hermano a quien es mi enemigo, como el hermano lobo…

 

El Papa Francisco en una de sus recientes homilías (30.09.2020), invitó a contemplar y apreciar la belleza de cada ser humano y de cada criatura, porque «cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario» y «cada criatura tiene algo que decirnos de Dios creador». Por este camino, decía, «podremos regenerar la sociedad y no volver a la llamada ‘normalidad’, porque era una normalidad ya enferma, de injusticias, desigualdades, y degrado ambiental antes de la pandemia. ¡La pandemia solo lo ha puesto de relieve!» Hoy sigue presentándose la fraternidad como el camino de nuestros sueños para la reconstrucción de un mundo distinto, más habitable y mejor.

 

Finalmente, os invito a recordar la oración de San Francisco y a dirigir al Señor, a lo largo del día, alguna de sus peticiones: «Que donde haya odio, lleve yo el amor. Donde haya ofensa, lleve yo el perdón. Donde haya discordia, lleve yo la unión… Hazme Señor, un instrumento de tu paz».

La Iglesia en Burgos se mueve por el trabajo decente en tiempos de especial precariedad

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Trabajo decente

 

Por sexto año consecutivo, las organizaciones que integran la Iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente (ITD) reivindican y celebran el 7 de octubre la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, para hacer visible la precariedad que sufre el mundo del trabajo, aumentada por la situación de emergencia sanitaria provocada por la pandemia mundial de la COVID-19, que ha puesto de relieve las debilidades estructurales del Estado de bienestar en España y la necesidad del trabajo decente para el desarrollo de una sociedad fraterna. En Burgos, animan la Iniciativa Acción Católica General, Juventud Obrera Cristiana, Pastoral de Migraciones, Pastoral Penitenciaria, Delegación de Familia y Vida, Pastoral Gitana, Secretariado de Trata, Cáritas, Justicia y Paz, Hermandad Obrera de Acción Católica, Encuentro y Solidaridad y Pastoral Obrera.

 

«Esta crisis nos ha enseñado que se puede consumir menos y mejor, que el servicio de aquellos oficios menos valorados, social y económicamente son los que sostienen la vida y el cuidado comunitario», aseguran en el comunicado que han elaborado con motivo de esta Jornada. «La realidad en que nos encontramos está visibilizando las consecuencias de un modelo productivo incapaz de generar empleo con alto valor añadido y marcado por las altas tasas de precariedad laboral. Con empleos que se destruyen, cifras de ERTE y paro disparadas, protección social que no está llegando a quienes tienen derecho (como en el caso del ingreso mínimo vital o la prestación para las empleadas de hogar) y miles de personas sin posibilidad de acceso a la misma por ejercer su actividad en la economía sumergida».

 

«Demasiados empleos considerados esenciales mantienen condiciones laborales tan precarias que algunas veces rozan la vulneración de derechos y muchas la imposibilidad del sostenimiento de la vida. Esto está suponiendo que multitudes se vean abocadas a acudir a los servicios sociales públicos, a los recursos sociales de las organizaciones de la Iglesia o a la ayuda de las comunidades parroquiales y vecinales para poder subsistir. Es aquí donde se ha manifestado la mayor experiencia de solidaridad y apoyo común que hemos descubierto en esta circunstancia tan extraordinaria, una experiencia de unidad en la adversidad que ha hecho que nos movamos por el bien común. Tenemos que valorar el trabajo humano en la medida que nos dignifica como hijas e hijos de Dios, corresponsables con el cuidado de la vida y la creación», añaden.

 

Ante esta situación, los firmantes reivindican apostar por un nuevo sistema productivo capaz de generar empleos con alto valor añadido y que ponga a la persona en el centro, lograr el reconocimiento social y laboral de los empleos esenciales para la vida y que estos tengan unas condiciones laborales dignas que permitan a las personas salir de la pobreza, reconocer el derecho a la protección social sin que esté supeditado a la vida laboral, garantizar que el ingreso mínimo vital sea una realidad para las personas que lo necesitan, dotando a las instituciones de los recursos necesarios para su gestión, y asegurar la percepción del subsidio extraordinario a las trabajadoras de hogar y que se reconozca su derecho a la prestación por desempleo al igual que para el resto de personas trabajadoras.

 

En Burgos, la Jornada se celebrará el miércoles con un breve acto público en la Plaza Mayor a las 19:30 en el que se dará lectura al manifiesto. Seguidamente, a las 20:15 h., se celebrará una vigilia de oración en la Iglesia de la Merced. También han lanzado la propuesta «Nos movemos por el trabajo decente»: se trata de que cada persona salga a andar o a correr con un dorsal que está disponible en pdf para que cualquier persona lo pueda imprimir y llevar a cabo esta acción durante los primeros días de octubre. Se anotarán cuántos kilómetros se han andado o corrido y se compartirá el resultado general por diócesis.

 

Descargar manifiesto completo

 

Trabajo decente

 

2020 10 02 viernes: Resumen de Prensa

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Domund

 

 

VIII Centenario Catedral

 

El COF ha trabajado en dos décadas con más de 30.000 personas

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COF2

 

Han transcurrido veinte años desde que el Centro de Orientación Familiar (COF) iniciara su actividad. En este tiempo, ha trabajado con más de 30.000 personas desde distintos ámbitos, ya sea a través del área de intervención o mediante el de formación y prevención, al que a partir de 2006 se le dio un impulso importante, convirtiéndose en una prioridad. Se trata de un recurso que nació a raíz del Sínodo Diocesano para acompañar a las familias, sean católicas o no, ante las múltiples dificultades y necesidades a las que a veces se enfrentan, desde problemas psicológicos, de pareja o en la relación con los hijos u otros familiares, hasta experiencias dramáticas como aborto, embarazos no deseados o duelos.

 

La mayor parte de las familias demandan la intervención del COF por problemas de pareja (el 43%, un porcentaje que se ha mantenido estable durante estos veinte años). La otra gran demanda es la relación entre padres e hijos, que ha pasado del 30% en la primera década a un 38% en la actualidad. La gran mayoría de las parejas que atiende el COF están casadas, bien canónica o civilmente, aunque han descendido tres puntos en los últimos cinco años. Por el contrario, ha habido un pequeño aumento de familias en las que los padres están separados o divorciados.

 

La mujer sigue demostrando más decisión a la hora de buscar ayuda (en el 36% de los casos es ella la que acude sola, al menos a la primera entrevista), pero hay que destacar que la situación ha ido cambiando desde que el COF inició su andadura: el número de parejas que acuden juntas desde la primer entrevista ha pasado de un 21% en la primera década a un 30% de media en la actualidad.

 

Durante estos 20 años algo más de la cuarta parte de las familias han sido atendidas por un orientador familiar, y en el resto han intervenido otros especialistas, en la mayoría de los casos un terapeuta familiar. Esto, al menos en parte, ha estado condicionado por la disponibilidad de los técnicos: durante los primeros quince años se disponía de un orientador familiar con dedicación plena, mientras que actualmente solo hay un profesional contratado a media jornada como psicólogo especializado en Terapia Familiar.

 

El COF ha realizado recientemente un estudio de resultados para evaluar la eficacia de sus servicios y la percepción que las personas atendidas tienen de ella. La investigación parte de un cuestionario que se ha realizado a cerca de 300 familias, el 22% atendidas en el Área de Intervención. De ella se desprende que para el 63% de los usuarios el problema se resolvió en parte durante las entrevistas que tuvieron con el COF y un 13% respondieron que el problema ser resolvió completamente. Además, en general, las consultas en el Centro fueron para el 54% muy útiles, para un 38% algo útiles y solo un 8% las consideró poco útiles. Por último, el 87% de las personas atendidas manifestaron que estaban muy satisfechas con la atención recibida. Hay que reseñar que en los dos últimos años ha habido un aumento significativo de la derivación de casos desde los recursos públicos: centros de acción social, juzgados, centros educativos, sistema sanitario….

 

Formar y prevenir

 

Uno de los puntos fuertes del COF, y sobre todo a partir de 2006, es la Formación y Prevención, área de la que se han beneficiado desde esa fecha hasta ahora 16.689 adolescentes que han recibido educación afectivo sexual, 6.433 padres y madres que se han formando en habilidades parentales, 2.881 personas en relaciones de pareja y 443 educadores y otros especialistas, además de 2.514 que se involucraron en otras actividades.

 

La actividad formativa del COF se desarrolla en cuatro bloques. El primero de ellos es la formación a formadores y capacitación de los profesionales que trabajan con las poblaciones diana, que se ha concretado en la organización y colaboración en diferentes cursos: Curso Base de Educación Afectivo-Sexual, impartido por el Instituto Desarrollo y Persona; Manejo del Duelo, organizado con Voluntared; Aula de Formación Familiar de la Cátedra Francisco de Vitoria de la Facultad de Teología; Formación de Monitores de Reconocimiento de la Fertilidad; La Escucha en la relación de ayuda; y cursos de capacitación para formar especialistas de Proyecto Raquel (un itinerario de sanación y reconciliación después de un aborto) y de Proyecto Ángel (un programa destinado a acompañar mujeres ante un embarazo imprevisto o en dificultad), ambos impartidos por la asociación Spei Mater.

 

Igualmente, pone un gran énfasis en la prevención de futuros conflictos de pareja y la preparación ante un futuro compromiso, labor que se ha realizado de la mano de la Fundación Esperanza y Vida, en cuyo Patronato participa el Arzobispado de Burgos, y el Instituto Desarrollo y Persona e la Universidad Francisco de Vitoria. A través de ellos se ha llegado  34 centros educativos de la provincia y a otras entidades que lo han solicitado.

 

Completan este bloque de actividad la formación a parejas mediante conferencias, mesas redondas y talleres solicitados por diversos arciprestazgos y parroquias colaboración con el servicio diocesano de formación prematrimonial y la formación a padres y madres a través de talleres de habilidades parentales, conferencias, mesas redondas, debates, etc. en toda la provincia.