Lectoras y acólitas: «No queremos ser protagonistas, solo deseamos servir a nuestra parroquia»

por redaccion,

lectoras y acolitas

Mari Carmen, Montse y Tina son lectoras en la parroquia de la Sagrada Familia.

 

A través del motu proprio «Spiritus Domini», el papa Francisco modificaba el pasado 10 de enero un artículo del Código de Derecho Canónico (el 230, §1), estableciendo de este modo que los ministerios de lectorado y acolitado estén en adelante también abiertos a las mujeres y no exclusivamente a los varones, como ocurría desde 1972, cuando Pablo VI reservó para ellos esta función en sustitución de las antiguas «órdenes menores», y considerándolas entonces como un paso más en el camino de preparación para el sacerdocio.

 

Ahora, Francisco asegura admitir a las mujeres a estos ministerios no en orden a la ordenación sacerdotal, sino en función del «sacerdocio real recibido en el sacramento del bautismo», pudiendo por tanto «ser confiados a todos los fieles idóneos, sean de sexo masculino o femenino» mediante un acto litúrgico que los institucionalice. De este modo, como sostiene el motu proprio, se responde mejor a la naturaleza de los carismas y a las necesidades de los tiempos y se ofrece un apoyo oportuno al papel de la evangelización que atañe a la comunidad eclesial.

 

A pesar de la novedad legislativa, lo cierto es que desde tiempo inmemorial son ellas, las mujeres, las que sostienen la liturgia –y no solo– en numerosas parroquias, también en Burgos, presidiendo incluso celebraciones de la Palabra en ausencia del presbítero. Carmen, lectora en la misa de las 13:00 en la parroquia de la Sagrada Familia de la capital, estaría dispuesta a recibir de forma oficial el ministerio que ya desempeña desde hace años: «Ya que lo ejerzo, recibir el respaldo y la bendición del obispo supondrá una gracia más, nos ayudaría más a cumplir con nuestra tarea, sería como una apoyo espiritual». Parecida opinión tienen sus compañeras del grupo de liturgia de la parroquia, para quienes la decisión del Papa es un reconocimiento a lo que ya están haciendo: «Nos lo tomaríamos aún más a pecho porque corresponderíamos a un encargo personal y directo de la Iglesia».

 

Leer la Palabra de Dios en las celebraciones litúrgicas, planchar albas y manteles, regar las plantas, dirigir el rezo del Rosario, pasar el cestillo, llenar las velas de aceite, poner el nacimiento en Navidad o cuidar las plantas de la iglesia son algunas de las numerosas acciones que realizan siempre que pueden. Aseguran que lo hacen no por que las vean, sino como un modo de colaborar con su parroquia, a la que demuestran querer con locura: «Me da resquemor que piensen que lo hago para lucirme o para ser protagonista. La acción litúrgica es de todos, no solo del cura, y nosotras también representamos a todos, a toda la parroquia», subraya Carmen.

 

Suscribe sus palabras Montse, la última en incorporarse al grupo, para quien subir al ambón a leer en la misa supone todavía un esfuerzo, a pesar de llevar ya unos meses haciéndolo: «Voy superando poco a poco los nervios, es difícil ponerse delante de la gente, pero es el modo que tengo de ofrecerme a la parroquia, de devolver y agradecer lo mucho que ella me ha dado». Sin embargo a Tina, la más veterana del grupo, le gusta salir a leer, disfruta colaborando con la parroquia y tiene claro que, si no echan una mano los laicos, la vida en la Iglesia se detiene: «Tenemos que hacerlo, la parroquia es nuestra, no del cura, que siempre está de paso», alerta.

 

Cada semana, y a través de un grupo de WhatsApp habilitado para ello, reciben el aviso de la función que les toca realizar en la liturgia del domingo y que puede oscilar entre proclamar la Palabra de Dios, leer las moniciones o dirigir las preces. Tina, Montse y Carmen se ponen entonces manos a la obra, abren en su móvil la aplicación con las lecturas bíblicas de la semana y las repasan una y otra vez para poder comprenderlas y leerlas en el ambón con la entonación y el significado debidos: «No siempre son fáciles, sobre todo las del Antiguo Testamento», se quejan las tres, de ahí que también agradezcan las sesiones de formación que reciben en el equipo de liturgia, aunque ahora esté un poco parado a causa de la pandemia. Además, entre ellas también se animan. Tina las ha empujado a participar en el grupo y Montse agradece su cercanía y sus consejos: «Es mi maestra y me enseña, me explica cómo hay que hacer las cosas».

 

«Jesús se rodeó de mujeres y ellas fueron las únicas que estuvieron al pie de la cruz. Él siempre las tuvo en cuenta pero la Iglesia ha sido siempre un poco bastante varonil, las ha aceptado a duras penas…»

 

Las tres lectoras valoran positivamente el paso dado por el Santo Padre, un modo de reconocer el trabajo silencioso de las mujeres, siempre presente en la historia de la Iglesia desde sus orígenes: «Jesús se rodeó de mujeres y ellas fueron las únicas que estuvieron al pie de la cruz», recuerdan. «Él siempre las tuvo en cuenta pero la Iglesia ha sido siempre un poco bastante varonil, las ha aceptado a duras penas…», indica Tina un tanto resentida mientras recuerda que, como norma general, son pocos los varones que colaboran de forma directa con sus parroquias y comunidades.

 

«Si el papel de la mujer ha cambiado en la sociedad, ¿por qué no dentro de la Iglesia?», se pregunta Carmen, para quien las féminas siempre han sido un pilar fundamental de la vida eclesial. «Somos más y más decididas», indican, mientras recuerdan que «no desean ser diaconisas», sino servir a la Iglesia pues, para ellas, «esto no es un trabajo, sino un servicio». Un servicio que desempeñan con diligencia y cariño; un servicio que podrán realizar desde ahora no solo de propia iniciativa, sino también como una solicitud directa de esa Iglesia a la que aman.

La clase de Religión nos enraíza en la verdad de nuestro ser

por redaccion,

 

Queridos hermanos y hermanas:

 

¿Por qué debe estar en la escuela la asignatura de Religión? ¿Y por qué apuntar a los niños y a los jóvenes a Religión? Son dos cuestiones a las que me gustaría brevemente responder.

 

Algunos piensan que la formación religiosa en la escuela es un privilegio o un añadido especial a la formación humana, cultural, científica o tecnológica. Otros, simplemente, se quedan en la superficie y consideran que una educación integral no debe incluir una dimensión religiosa y moral que, para nosotros, los creyentes, es decisiva para el diálogo entre la fe y la razón, para promover el respeto entre todos y para entender las raíces de nuestra existencia y de nuestra historia.

 

Decía el Papa emérito Benedicto XVI que «eliminar a Dios de la enseñanza significa romper el círculo del saber». Y no le faltaba razón. Porque Dios es connatural al ser humano. Y ciertamente, no podemos apagar la dimensión trascendente y religiosa que habita en el corazón de toda persona que solo anhela vivir en paz.

 

Una educación integral, que abarca todas las dimensiones del ser humano, también su dimensión transcendente, nos abre las puertas hacia un conocimiento verdadero y armónico de la realidad, nos sitúa adecuadamente en ella como un don y una misión. Una educación que incluya la dimensión religiosa del ser humano, nos impulsa hacia una misión en la construcción de una sociedad habitable, que responda a las ansias más profundas del corazón humano. Asimismo, da respuestas actuales a los desafíos del presente, teniendo una mirada preferencial por los más necesitados y vulnerables. Y, por supuesto, invita a responder a tantas preguntas que surgen en la mente y corazón de niños y jóvenes que buscan el sentido primero, actual y último de sus vidas.

 

¿De qué serviría acumular conceptos, disciplinas y temarios si olvidamos educar la mente y el corazón? Se constata que en determinados campos se plantea, de modo erróneo, la asignatura de Religión como si fuera algo ajeno a la identidad cultural, moral y religiosa de la persona y de nuestra sociedad. Y, si esto pasa, el bien común deja de echar sus raíces donde le es propio, que es en la dignidad del ser humano imagen y semejanza de Dios.

 

El Papa Francisco, en su discurso a los participantes en la plenaria de la Congregación para la Educación Católica en 2014, dijo que la educación católica «es uno de los desafíos más importantes de la Iglesia, dedicada hoy a realizar la nueva evangelización en un contexto histórico y cultural en constante transformación». Unas palabras, desde luego, certeras para un momento tan importante como el que ahora vivimos. Porque la educación católica es un escenario de diálogo intercultural, un signo de acogida, un arte que tiene como fundamento a Quien instituyó el mandamiento principal del amor; es la raíz donde crecen frutos de compasión infinita, hasta alcanzar la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4, 13).

 

Por eso, padres y madres, responsables y custodios de la educación de vuestros hijos: está en vuestras manos continuar el compromiso que adquiristeis el día de su Bautismo. La clase de Religión aporta las razones fundamentales para la vida. Y qué mejor herencia para ellos que cimentar cada uno de sus latidos en Quien es la Verdad que nos hace realmente libres.

 

Con gran afecto, recibid mi bendición.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Un encuentro online divertido y participativo

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Vocación, eucaristía y misión son los tres ejes que dan nombre al encuentro «VEM» que reúne cada año a los niños que participan en las catequesis de 4º, 5º y 6º de primaria en la archidiócesis. Este año, a causa de la pandemia, el formato del encuentro se ha adaptado para lograr que los chavales se reunieran en pequeños grupos en sus respectivas parroquias y participaran de forma virtual en un nutrido programa de divertidas actividades en común que han posibilitado impulsar la dimensión diocesana en cada uno de los 16 grupos inscritos en el que este año se ha llamado «i-VEM».

 

Una veintena de voluntarios, entre técnicos y presentadores, ha posibilitado una emisión en YouTube de más de 2 horas y media de duración en directo. A través de la pantalla, los grupos participantes han tenido que ir completando un total nueve pruebas (desde amasar el pan a disfrazarse como curas o monjas, hacer un regalo para los misioneros o ubicar en el mapa distintos países, entre otros), dando debida cuenta de sus logros y aciertos a través de un grupo de WhatsApp habilitado para ello. Junto a las pruebas, el programa se ha completado con testimonios de seminaristas, religiosos y familias y el propio arzobispo, don Mario Iceta, que se han conectado a la emisión a través de distintas plataformas digitales.

 

Además, los niños han ganado su «jubileo» en este Año Santo de la Catedral, al ingresar de forma virtual en el templo gótico y rezando la oración del Año Jubilar.

 

Enrique Ybáñez, delegado diocesano de Pastoral Vocacional y uno de los organizadores de este ciber encuentro junto con las delegaciones de Catequesis y Misiones, destaca la ilusión del equipo que ha posibilitado la emisión, desde los que han estado detrás de las cámaras a los que debían recibir las respuestas y computar los votos de las pruebas, que ha ganado el equipo de la parroquia de San Juan Bautista.

 

«Hemos logrado que los niños vuelvan a sus parroquias por otro motivo que no fuera el simple hecho catequético o litúrgico; una oportunidad de que los niños se reunieran fuera de la actividad habitual, algo que hacía tiempo que no habíamos podido hacer a causa de la pandemia», subraya Ybáñez. Destaca el «interesante formato» logrado, que ha posibilitado un «encuentro diocesano interactivo y divertido», donde los chavales no solo han seguido en directo una emisión, sino que han podido participar a través de pruebas y retos. Una muestra más de que internet y las tecnologías de la información y la comunicación no están reñidas con la evangelización en las parroquias.

 

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El Papa nombra obispo a un profesor de la Facultad de Teología

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Luis Marín de San Martín

Foto: lavozdigital.es.

 

La Santa Sede ha hecho público esta mañana el nombramiento de Luis Marín de San Martín, OSA, y profesor invitado de espiritualidad en la Facultad de Teología de Burgos, como subsecretario del Sínodo de los Obispos, elevándolo al mismo tiempo a la sede titular de Suliana.

 

S.E. Mons. Luis Marín de San Martín nació el 21 de agosto de 1961 en Madrid (España). Hizo sus primeros votos en la Orden de San Agustín el 5 de septiembre de 1982 y sus votos solemnes el 1 de noviembre de 1985. Fue ordenado sacerdote el 4 de junio de 1988. Se doctoró en Sagrada Teología por la Universidad Pontificia Comillas de Madrid. Ha ocupado varios cargos, entre ellos: formador del Seminario Mayor Tagaste, Los Negrales (1996-1999), consejero provincial (1999-2002), prior del Monasterio de Santa María de La Vid (2002-2008); profesor de Teología en los Centros agustinianos de Los Negrales, San Lorenzo del Escorial y Valladolid; desde 2004 es profesor invitado en la Facultad de Teología del Norte de España en Burgos en los cursos de Licenciatura en Espiritualidad. Es archivero general de su Orden, asistente general de los agustinos y presidente del Institutum Spiritualitatis Augustinianae.

 

Junto al agustino, el Santo Padre ha nombrado también como subsecretaria para el mismo sínodo de los obispos a la rvda. Sor Nathalie Becquart, Xavière, ex directora del Servicio Nacional para la Evangelización de la Juventud y las Vocaciones de la Conferencia Episcopal de Francia.

«Educarse para educar»: escuela de padres en formato online

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escuela de padres

 

‘Encuentro y Solidaridad’ ha retomado la escuela de padres «Educarse para educar», puesta en marcha justo hace un año y que tuvo de interrumpirse a causa de la pandemia. El tema tratado en el último fin de semana de trabajo fue «cómo corregimos a nuestros hijos». Los asistentes valoraron positivamente esta iniciativa, muy necesaria en estos tiempos.

 

La escuela está abierta a padres, madres o educadores con ganas de aprender y de compartir. Para poder participar en las próximas reuniones virtuales programadas, basta con escribir un email a [email protected].

 

Esta escuela de padres se complementa con un blog en el que se ponen a disposición de quienes lo requieran distintos materiales de los temas que se abordan en las sesiones del curso. El mismo, está coordinado por expertos en educación y pedagogía y padres de familia: Belén Marijuán (maestra de primaria y psicopedagoga) y Francisco Rey (profesor de secundaria), padres de cuatro hijos, y Laura Pérez (enfermera) y Jorge Lara (abogado), padres de cinco hijos.