El arzobispo, a los sacerdotes jóvenes: «Vuestra misión es ser para los demás»

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Les habló de una «impostergable renovación eclesial» y de convertir las actuales estructuras diocesanas en verdaderos cauces misioneros de nueva evangelización. Se trata no solo de atender a las personas que participan de la vida de las comunidades parroquiales, sino también de ser audaces para encontrar modos de buscar a los que no vienen y de hacerlo «cuerpo a cuerpo, persona a persona». Fueron algunas de las ideas que el arzobispo, don Mario Iceta Gavicagogeascoa, trasladó ayer a los sacerdotes incorporados al presbiterio diocesano en los últimos diez años en una jornada de convivencia que tuvo lugar en el monasterio de Santa Clara de Vivar del Cid coordinada por la vicaría del Clero.

 

El pastor de la Iglesia en Burgos animó a los sacerdotes jóvenes a vivir una constante «espiritualidad misionera» que los haga desplegar su «caridad pastoral» en tensión por darse a los demás. «Lo primero es entregarse a los demás»; «no se trata de pensar qué puede hacer la Iglesia por mí, sino qué voy a hacer yo por la Iglesia». En un tono distendido y respondiendo a algunas preguntas de los neo presbíteros, muchos de ellos ejerciendo el ministerio en zonas rurales, el arzobispo les animó a vivir con ilusión sus primeros años de sacerdocio, buscar modos de mantener relaciones sanas de amistad entre ellos, de aprender a trabajar juntos y no descuidar la vida de oración.

 

La jornada se completó también con la celebración de la eucaristía y un encuentro con las religiosas, que recibían por primera vez la visita del arzobispo. En su homilía, don Mario invitó a los sacerdotes y a las Clarisas a «dejarse modelar por el Señor, que siempre rompe nuestros esquemas», aunque eso conlleve un sufrimiento «del que tampoco nosotros podemos escapar». Con todo, subrayó, «el Señor nos ha elegido para ser felices» y para ello les regala «el verdadero pan del cielo, su carne y su sangre con la que debemos alimentarnos».

Los adolescentes celebran el Jubileo entre actores, juegos y oración

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La tarea no ha sido sencilla pero, por fin, Beatriz de Suabia ha sido capaz de convencer a su esposo, el rey Fernando III, de la necesidad de construir en Burgos un templo gótico siguiendo la estela de las grandes catedrales góticas europeas. Ha contado para ello con unos aliados especiales: más de 150 adolescentes venidos de varios rincones de la archidiócesis que, entre juegos, dinámicas y una visita por los principales rincones de la Seo, han celebrado esta tarde su propio Jubileo.

 

La crisis sanitaria ha obligado a la delegación de Infancia y Juventud a modificar su habitual «noche alternativa» por un formato vespertino que ha tenido su epicentro en la Catedral en el año de su octavo centenario. Procedentes de varias parroquias y grupos escultistas de la capital y de otras zonas rurales, como Salas de los Infantes, Huerta del Rey, Aranda de Duero y Miranda de Ebro, los adolescentes han atravesado la Puerta Santa del Perdón y celebrado el Jubileo con el rezo de una oración en la que ha participado el arzobispo, don Mario Iceta, sin olvidar un recorrido catequético por el templo y varias pruebas de una yincana. Todo, coordinado por grupos de voluntarios de la propia delegación de Juventud, del grupo «Piedras Vivas» y Ronco Teatro.

 

Para el delegado de Juventud, Óscar Moriana, la actividad pretendía ayudar a los jóvenes a «adentrarse en la Catedral a través del juego, el arte, su propia historia y la oración». Con el lema «piedras vivas», los adolescentes han podido descubrir algunas curiosidades del templo y «compartir y vivir la fe» junto a jóvenes de otras parroquias y grupos. Una experiencia que les ayudará a «volver a sus comunidades reforzados para seguir caminando y compartiendo la fe».

 

«¿Qué haces tú?»

 

El arzobispo, por su parte, ha recordado a los adolescentes que ellos también son «piedras vivas» y que «la Iglesia cuenta con ellos»: «Es importante estar juntos y ayudarnos los unos a los otros». «¿Qué puedes hacer tú por los demás, qué puedes ofrecer en el edificio vivo de la Iglesia y la sociedad?», les ha interrogado. «La vida es mucho más apasionante cuando la entregamos a los demás, cuando ayudamos a otros y generamos vida, alegría y esperanza», ha concluido.

«El Señor me preparó en el convento de Burgos y me hizo un regalo, que fue volver a mi país de origen»

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La hermana María Paz llegó al convento de las Salesas de la ciudad Burgos en 1998, cuando contaba tan solo 16 años. Era natural de Guinea Ecuatorial y las religiosas que habitan en este monasterio de la calle Barrantes de la capital, aún recuerdan la emoción que desprendía a su llegada y la generosidad de su madre en todo momento. «Le dijimos que lo pensara bien, que se quedaría aquí para siempre. Pero rápidamente nos dijo que lo tenía claro, que quería conocer a Jesús».

 

Debido a un problema en su pasaporte, años más tarde tuvo que volver a su país de origen. Fue en ese viaje, cuando el obispo guineano de Ebibeyin le propuso fundar allí un monasterio contemplativo. «Deseaban que nuestra congregación estuviese presente en Guinea, había quedado un convento libre y estaban surgiendo nuevas vocaciones entre jóvenes». Se iniciaron los pasos para esta nueva andadura, y en julio de 2016 tres salesas del convento de Burgos partieron junto con María Paz hacia Guinea Ecuatorial.

 

Actualmente, en la comunidad guineana hay ocho hermanas de la misma orden, procedentes de Burundi y una acaba de ingresar recientemente. «En tan sólo cincuenta años han fundado siete monasterios y están surgiendo muchas vocaciones» cuentan. Además, a día de hoy «tienen un grupo de chicas muy jóvenes, que siguen la llamada del Señor y con las que están trabajando la formación».

 

María Paz tenía claro que después de su ingreso en el convento de Burgos, no volvería a Guinea Ecuatorial, pero la propuesta del obispo de instaurar un nuevo monasterio allí, le cambió su rumbo. «El Señor me preparó en el convento de Burgos y me hizo un regalo, que fue volver a mi país de origen».

 

La Congregación de la Visitación de Santa María, cinco años después de la fundación del convento en el país africano, valora con satisfacción «la expansión del Reino de Dios» que han desarrollado. Manifiestan la necesidad de que surjan nuevas vocaciones en el mundo.

Un motor económico y social llamado Iglesia

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impacto economico catedral burgos

 

El impacto de la Catedral de Burgos en la economía y el empleo de la ciudad es significativamente elevado. El templo gótico es un centro de atracción turística que cada año recibe miles de visitantes. Las cifras reflejan que el incremento de la actividad económica se debe en gran parte a los gastos generados por los turistas. En el año 2018, la Catedral de Burgos recibió 373.449 visitas, de las cuales un 88% (328.635) fueron personas no residentes en Burgos (nacionales y extranjeros).

 

Siguiendo la metodología propuesta por PricewaterhouseCoopers, se constata que la presencia de la Catedral generó ese año un gasto en la ciudad de 21 millones de euros, que no se habrían obtenido en su ausencia. De estos gastos fueron receptores distintos sectores, principalmente el de alojamiento, donde los visitantes desembolsaron más de 6 millones de euros (29%). En restauración, los turistas atraídos por la Seo gastaron 4 millones y medio de euros y algo más de 4 en transporte. El gasto medio por visitante fue de 56,60 euros.

 

La existencia de la Catedral contribuye significativamente a la economía burgalesa. En el año 2018 generó una contribución al PIB burgalés de 19,6 millones de euros, lo que supuso un 0,187% del PIB provincial. 

 

Debido a este incremento de la actividad económica, la Seo fue responsable durante ese año de la creación de 485 empleos indirectos a nivel local (0,28% del total de ocupados). A esta contribución al empleo hay que sumar los 23 puestos de trabajo generados directamente por la Catedral entre el personal que atiende al turismo, ahora en erte desde hace más de un año.

 

En 2019, aumentaron ligeramente las visitas a la Catedral hasta un total de 374.686 personas. Sin embargo, como consecuencia del estado de alarma, en 2020 el número de visitantes sufrió un importante descenso. Debido al cierre total o temporal de la Catedral, acogió solamente 83.771 visitas, lo que supuso un desplome del 78% en comparación con el año anterior. 

 

Turismo religioso

 

El valor del patrimonio religioso y cultural es inmenso, y en nuestra provincia contribuye a generar economía. La existencia de la Iglesia provoca encuentros, suscita diversas ceremonias a lo largo del año y beneficia con ello, de manera indirecta, a numerosas personas.

 

En la provincia, la mayoría de los puntos de interés turísticos están asociados con el patrimonio eclesiástico. Un buen ejemplo a destacar son las visitas que registró la oficina de turismo de Lerma en 2019, año en el que se celebraron las Edades del Hombre. La cifra, 39.516 personas, casi duplicó la del año anterior. También, la colegiata de Covarrubias registró un aumento significativo de turistas, promovido por la cercanía de la localidad con la exposición.

 

El monasterio de San Pedro de Cardeña, la colegiata de Santa María la Real de Sasamón o el monasterio de Santa María de La Vid registran miles de visitas cada año. En la capital, junto a la Catedral de Burgos, la Cartuja de Santa María de Miraflores y el monasterio de Santa María la Real de las Huelgas son dos referencias turísticas que este año han contemplado una caída de más del 70% en el número de visitas. Este desplome se ha visto reflejado en distintos sectores.

«Si tuviéramos que vivir otra primavera con las iglesias cerradas, nuestra facturación sería cero»

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La Iglesia católica forma parte ineludible de la sociedad. Su presencia también se refleja en su capacidad para producir no solo un beneficio asistencial de forma directa, sino que también es generadora de empleo y economía en muchos sectores de la ciudad. El turismo religioso, con la Catedral a la cabeza, es el gran motor económico de la provincia. Pero no podemos olvidar que las primeras comuniones, las bodas y las celebraciones familiares, las fiestas y romerías, las peregrinaciones a santuarios y lugares de interés religioso son oportunidades de trabajo para floristas, fotógrafos, hosteleros y restauradores, cuyos negocios irían a pique si la sociedad careciera de la Iglesia católica. De hecho, un año de pandemia ha bastado para que numerosas empresas se hayan resentido en su actividad y facturación. 

 

En la iglesia, siempre flores

 

david ruiz

 

A David Ruiz, propietario de ‘Cultura de Flor’, es fácil encontrarle rodeado de tulipanes, rosas o eucalipto. Sus flores están presentes en múltiples ceremonias religiosas, lo que provoca que su empleo dependa en muchas ocasiones de la actividad de la Iglesia. «En 2020 no hubo ni bodas ni comuniones. El estado de alarma nos pilló en medio de la campaña más fuerte y fue un auténtico desastre. Las floristerías que nos ocupamos de los eventos religiosos tuvimos una caída en la facturación del 70%».

 

«El año pasado, sin bodas ni comuniones, fue un auténtico desastre. La facturación de las floristerías cayó un 70%»

 

En 2018 y 2019, la hermandad de las Tres Caídas de Triana y la del Silencio de Sevilla apostaron por su trabajo para su exorno floral. «Esta ha sido una Semana Santa de nuevo sin procesiones, y también lo hemos notado. Sin embargo, sí que hemos puesto flores junto a las imágenes en el interior de las iglesias». «Vamos retomando el pulso, con motivo del Año Jubilar también decoramos la Puerta Santa de la Catedral».

 

Antes de la pandemia, ‘Cultura de flor’ realizaba decenas de comuniones y unas cincuenta bodas al año. «Las comuniones se han convertido en celebraciones más familiares e individuales. Este año tenemos programadas desde mayo hasta agosto, ya no se concentran solo en 15 días y eso aporta más trabajo».

 

La imagen como recuerdo

 

eliseo villafranca

 

Villafranca fotografía’ lleva fotografiando Burgos desde 1947. Las bodas, comuniones y confirmaciones celebradas en la ciudad suponen un 30% de su facturación total. «Hoy en día, todos los acontecimientos derivados de la Iglesia suponen un 30% de nuestros ingresos. Si este año tampoco hubiese bodas ni comuniones, paralizar ese porcentaje de la facturación supondría el cierre de muchos negocios de fotografía».

 

«Para un comercio de fotografía, el trabajo derivado de actos eclesiásticos puede suponer un 30% de nuestra facturación»

 

La mayoría de las parejas han decidido aplazar las bodas, que han caído incluso un 80% comparado con años anteriores. En 2020, Villafranca ha visto reducido su trabajo un 60%. «La gente prefiere celebrar las comuniones en los pueblos, y eso a nosotros nos perjudica porque hay menos participación en las parroquias», lamenta. De cara a este año han ofertado presupuestos a las parroquias y tienen alguna fecha de boda marcada en el calendario. «La gente está haciendo encaje de bolillos para decidirse. Nosotros vamos a ofertar la opción de retransmitir las comuniones por Youtube». 

 

Turismo y patrimonio

 

sandra puigdomenech

 

«Hay que conservar el patrimonio, porque de la Iglesia nos beneficiamos todos»

 

En 2016 se puso en marcha un proyecto turístico para visitar varios templos de la ciudad. Con una pulsera, se incluía la visita a la Catedral, las iglesias de San Nicolás, San Gil y San Esteban con el Museo del Retablo. Sandra Puigdomenech conoce bien esta iniciativa para la que trabaja a diario en su parroquia, San Gil Abad. «La idea es atraer turismo para que la gente pernocte en Burgos una noche y pueda ser un beneficio económico para la ciudad. Al principio costó que este programa tuviese auge y eso que el coste de la pulsera es de solo 9 euros».

 

Esta joven manifiesta que el estado de alarma ha afectado mucho a la iglesia. «El parón se ha notado a nivel social y económico. La gente por miedo cada vez acude menos a la parroquia y esto se refleja en la disminución de ingresos» cuenta, mientras confía en que aumente el turismo en un futuro. «Es fundamental para muchos sectores, por ello hay que cuidar bien el patrimonio para mostrarlo. Me encuentro mucha gente que piensa que no hay que pagar para ver una iglesia, pero cuesta dinero conservarlo y al final de la Iglesia nos beneficiamos todos».

 

Buen sabor de boca

 

coco comuniones

 

«Si tuviéramos que vivir otra primavera con las iglesias cerradas, nuestra facturación sería cero»

 

La restauración está siendo uno de los sectores más afectados por la pandemia. Aquellos establecimientos que se encargan de la organización de banquetes de bodas o comuniones han visto disminuidos sus ingresos. Es el caso de ‘Coco Restaurante’, cuyo nivel de facturación ha caído: «Hemos perdido un 60% si lo comparamos con otros años» manifiesta Daniel Mata, empresario del grupo.

 

Las comuniones suponen un tercio de sus eventos: «Nos mantenemos en gran parte de bodas y comuniones. La Iglesia, indirectamente, nos aporta mucho trabajo. Es cierto que más de la mitad de las bodas son civiles, pero en el caso de las comuniones eso no es posible y estos actos eclesiásticos suponen un tercio de nuestros ingresos». «Si tuviésemos que vivir otro año con las iglesias cerradas, nuestra facturación sería cero».