Frandovínez celebra las bodas de plata de don Francisco Pérez González

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Allí nació hace 74 años, fue bautizado y recibió su primera comunión. Tras formarse en los seminarios diocesanos de Burgos, en el Angelicum de Roma y en la Pontificia Universidad de Comillas, fue ordenado sacerdote en Madrid en 1973. Tras ejercer los primeros años del ministerio presbiteral en algunos pueblos de Burgos, fue formador y director espiritual del Seminario de Getafe y del Castrense, antes de ser nombrado obispo por san Juan Pablo II. Desde esta fecha han pasado 25 años y ayer, don Francisco Pérez González volvió a Frandovínez, su pueblo natal, para celebrar con sus vecinos sus bodas de plata episcopales, como ya hiciera el pasado 15 de agosto en la Catedral invitado por el arzobispo, don Mario Iceta.

 

El actual arzobispo de Pamplona y obispo de Tudela (ha sido también obispo de Osma-Soria, arzobispo castrense y director nacional de Obras Misionales Pontificias) estuvo arropado por familiares y amigos de su infancia, que acudieron a la iglesia de San Miguel Arcángel para celebrar la eucaristía. Allí se recordaron los años de infancia del prelado, mientras su padre ejercía el trabajo de herrero en el pueblo y tanto él como sus hermanas acudían a rezar, acompañados de su madre, a la ermita de la Virgen de Viyuela.

María, Reina y Madre del Amor

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Queridos hermanos y hermanas:

 

«La devoción popular invoca a María como Reina. El Concilio Vaticano II, después de recordar la asunción de la Virgen “en cuerpo y alma a la gloria del cielo”, explica que fue “elevada (…) por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores (cf. Ap 19, 16) y vencedor del pecado y de la muerte» (Lumen gentium, 59). Con estas mismas palabras, san Juan Pablo II recordaba –en una audiencia general pronunciada en junio de 1997– el sentido del día que celebramos hoy: María, Reina del universo.

 

Una fiesta instituida por el Papa Pío XII, en 1954, para venerar a María como Reina, tal y como hacemos con su Hijo, Cristo Rey, al final del año litúrgico. Una fecha providencial en la que comprobamos cómo la solemnidad de la Asunción «se prolonga jubilosamente en la celebración de la fiesta de la Realeza de María», como expresa Pablo VI en su exhortación apostólica Marialis cultus. Así, ocho días después de ser asunta al cielo, «se contempla a aquella que, sentada junto al Rey de los siglos, resplandece como Reina e intercede como Madre».

 

María, la Madre de Dios hecho hombre, madre nuestra y sierva humilde, se reviste de fidelidad maternal para poner, en nuestras pobres manos, la confianza filial que tantas veces nos falta y la certeza que nos lleva a abandonarnos a un amor inmarcesible que pone los ojos «en la humildad de su esclava» (Lc 1: 48).

 

María, la Madre de misericordia y la esclava del Señor, viene a ofrecernos el reinado de la bondad de su Hijo. Y lo hace como Reina, abrazada a una corona fabricada con espinas, que no está engarzada con diamantes, ni con oro ni con plata, sino con retazos de Pasión. Un dolor que Ella, desde su maternal amor, hace tan suyo que deja de ser nuestro. Una vida que, desde el momento en el que Dios nos pensó para Él, mora espiritualmente con nosotros; pues, como decía san Germán, «la grandeza de su desvelo por nosotros manifiesta tu comunión de vida con nosotros» (Hom 1: PG 98, 344).

 

María, la Madre del Rey de reyes en el orden de la gracia, resplandece hoy con el corazón eternamente unido en el amor divino al de su Hijo. Ella, discípula entregada y leal, le acompañó hasta el final, participando en la obra de Su salvación, dando vida a un «sí» que le mantuvo fiel hasta el último de sus latidos, al pie de la cruz (Cf. Jn 19:25).

 

La misión de María Santísima es única, pues solo Ella es la Madre del Salvador. Y reinando con Él, se convierte en cooperadora para la liberación del hombre de todo mal, de toda angustia y de todo peligro. Y a nosotros, frágiles discípulos de esta sagrada bienaventuranza, nos pide que cooperemos, también, en la redención para reinar con Cristo.

 

Queridos hermanos y hermanas: que Santa María Reina, quien tiene en sus manos todo el poder como reina de cielos y tierra y, a la vez, posee toda la ternura como Madre de Dios, acompañe siempre nuestras vidas.

 

Mientras, hagamos como los apóstoles antes de recibir el Espíritu Santo el día de Pentecostés, y perseveremos con Ella, a su lado, unánimes en la oración. Su corazón de Madre es el hogar donde nunca nos faltará la ternura y el amor.

 

Con gran afecto, os envío la bendición de Dios.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Fallece el sacerdote Ángel Villasante Ortega

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Ángel Villasante Ortega

 

Esta mañana ha fallecido a los 95 años de edad el sacerdote diocesano Ángel Villasante Ortega, hasta la fecha el sacerdote de mayor edad del presbiterio. La archidiócesis llora su pérdida, se une en oración para dar gracias a Dios por su vida y ponerlo en manos del Padre que le recibe ya para siempre en su casa. También en el dolor por su muerte a su hermana Evelia y a todas sus hermanas y sobrinos.

 

Ángel Villasante nació en Recuenco, en el valle de Losa, el 18 de noviembre de 1925 y fue ordenado sacerdote el 1 de julio de 1951. En estos 70 años de ministerio sacerdotal ha ejercido el sacerdocio como párroco de Ranedo, Promediano, Leciñana, Revilla de Herrán, Cantabrana, Bentretea, Terminón. También fue vicario parroquial de Santa María y del Espíritu Santo de Miranda de Ebro y adscrito de La Anunciación de Burgos.

 

El funeral por su eterno descanso se celebrará mañana día 21 a las en la parroquia de Santa Águeda a las 16:30 horas. Terminadas las honras fúnebres será trasladado a su pueblo natal, donde recibirá cristiana sepultura.

La red Cáritas se moviliza en Haití para prestar ayuda humanitaria a las víctimas del terremoto

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terremoto Haití

 

La red Cáritas se ha movilizado rápidamente para coordinar su respuesta humanitaria urgente a los graves efectos del nuevo terremoto de magnitud 7,2 en la escala Richter que el pasado sábado asoló la zona de Les Cayes y Jeremie, en Haití, y que, según los últimos datos disponibles, se ha cobrado la vida de 1.941 personas, con un total de 9.900 heridos y 136.800 familias, que se han quedado sin hogar.

 

En el terreno, los equipos de la Cáritas local han comenzado a distribuir ayuda de emergencia a los damnificados, a cuantificar el alcance de los daños y a evaluar las necesidades más urgentes a corto y medio plazo, en medio de la incertidumbre y el temor generalizados generados por las réplicas del seísmo que se vienen repitiendo. La respuesta solidaria con Haití ante este nuevo desastre natural por parte de toda la red Cáritas está siendo inmediata y «se unen con profundo dolor para acompañar y apoyar a Haití en esta hora de incertidumbre y dolor».

 

Con objeto de canalizar la respuesta solidaria de los donantes burgaleses hacia las víctimas de este nuevo desastre natural, Cáritas Burgos lanza una campaña de solidaridad con Haití, además de movilizar ya una partida de 10.000 euros de fondos propios. A su vez Cáritas Española ha dispuesto un envío de 100.000 euros para apoyar la ayuda a los damnificados que están prestando los equipos de la Cáritas local.

 

Este nuevo desastre natural golpea a Haití once años después del devastador terremoto que el 12 de enero de 2010 asoló la isla y que causó la muerte a 300.000 personas, dejó sin hogar a más de un millón y provocó el desplazamiento de otros dos millones de haitianos.

 

Durante la última década, la Confederación Cáritas España ha canalizado hacia este país caribeño más de 25 millones de euros, aportados por los donantes españoles a través de la campaña de solidaridad «Cáritas con Haití» lanzada a raíz del seísmo.

 

Para colaborar: Emergencia «Cáritas con Haití Terremoto 2021»

 

La Caixa: ES 87 2100 0097 37 2200203772

Ibercaja: ES 15 2085 4801 20 0330341736

Fiare Banca Ética: ES 38 1550 0001 28 0001579721

Los adolescentes prosiguen su ruta compostelana con las miras puestas en el Encuentro Europeo de Jóvenes

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camino de santiago

 

La delegación de Infancia y Juventud lleva años promoviendo entre los adolescentes de la archidiócesis la realización de varias etapas del Camino de Santiago. En esta ocasión, y dadas las actuales circunstancias epidemiológicas, la ruta escogida abarca las localidades de Astorga a O Cebreiro en unas etapas que se prolongarán del 8 al 10 de septiembre cumpliendo con todas las medidas sanitarias.

 

Por motivos sanitarios, los jóvenes de 12 a 17 años que participen en la actividad, serán hospedados, en régimen de pensión completa, en el Seminario Diocesano de Astorga, con un autobús a disposición que se encargará de acercar al lugar de inicio como de recogida de cada etapa. La ruta se ha programado para concluir el itinerario en O Cebreiro (Lugo), puerta de entrada del Camino en Galicia. El próximo curso, esta actividad se desarrollará en agosto con ocasión de la Peregrinación Europea de Jóvenes que tendrá lugar en Santiago de Compostela, de ahí que la actividad (que comenzó recorriendo en 2016 tierras riojanas) concluya ya en la comunidad gallega.

 

El coste es de 65€, precio que incluye el hospedaje. Los traslados en autobús, prueba de antígenos, entradas, mascarillas y gel desinfectante corre a cargo de la delegación de Juventud.

 

La salida desde Burgos tendrá lugar el 8 de septiembre, miércoles, a las 9:00 de la mañana, desde Plaza España (hay que llevar un bocadillo para la comida del primer día). El regreso, también a Plaza España, está programado para el 10 de septiembre, viernes, sobre las 20:00 horas. La fecha límite para inscribirse es el 3 de septiembre, miércoles, y solo hay 50 plazas disponibles. Para poder participar es necesario inscribirse a través del siguiente formulario.