Una delegación del Senado de la República Checa, compuesta por cinco parlamentarios y el vicepresidente de la Cámara Alta, además del embajador en España, Ivan Jančárek, visitó ayer la Catedral de Burgos. Allí pudieron familiarizarse con las actividades de conmemoración del VIII Centenario del templo y del Año Jubilar concedido por el Vaticano. Los senadores checos, acompañados por el vicepresidente de la Diputación Provincial, Lorenzo Rodríguez, fueron recibidos por el arzobispo de Burgos y presidente de la Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021, Mario Iceta Gavicagogeascoa; el vicepresidente de esta entidad, Antonio Miguel Méndez Pozo; el deán de la Catedral, Vicente Rebollo; el delegado territorial de la Junta de Castilla y León, Roberto Saiz; y la directora general de la Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021, Piluca Gil.
La delegación del país centroeuropeo recorrió la Seo castellana con la explicación del presidente del Consejo Asesor del VIII Centenario, René Payo. Esta visita coincidió con la festividad de San Fernando, monarca que fundó la Catedral de Burgos el 20 de julio de 1221.
El próximo domingo, 5 de junio, se clausura el Año Jubilar que la Santa Sede concedió a la Catedral de Burgos con motivo del VIII Centenario de la colocación de su primera piedra y que fue prorrogado a causa de la emergencia sanitaria. Para hacer balance de los eventos celebrados, del número de peregrinos acogidos y presentar los actos de clausura, que contarán con la presencia del número tres del Vaticano, mons. Edgar Peña Parra, la oficina de Información del Arzobispado de Burgos invita a los medios de comunicación a participar en una rueda de prensa. Tendrá lugar mañana miércoles 1 de junio a las 10:00 horas en la Casa de la Iglesia. En ella intervendrán:
Mons. Mario Iceta Gavicagogeascoa, arzobispo de Burgos
D. Agustín Burgos Asurmendi, canónigo responsable de la recepción de peregrinos durante el Año Santo
Dª. Marta Allende, coordinadora de los actos de clausura del Año Jubilar
Ehsan Ullah Khan, el luchador paquistaní que liberó a Iqbal Masih, ha estado durante esta semana en Burgos logrando importantes compromisos para avanzar en la lucha contra la esclavitud infantil. Organizada por Encuentro y Solidaridad y por el foro de diálogo cristiano-musulmán, la agenda de esta anciano luchador ha estado repleta de eventos y encuentros. Además de impartir charlas en cuatro colegios de la ciudad y una charla pública en la sede de Cajarcírculo de Plaza de España, Ehsan se reunió con la vicerrectora de Relaciones Internacionales de la UBU para consolidar la colaboración de la misma en la Fundación Iqbal Masih que se va a crear desde la Universidad de Salamanca. Una de las concreciones de dicha colaboración podría ser la publicación del libro que el propio Ehsan está escribiendo.
Por otro lado, tuvo lugar una reunión con el subdelegado del Gobierno, Pedro Luis de la Fuente, que se ha ofrecido a ser el puente de contacto con una Red Iberoamericana por los derechos humanos que se acaba de constituir, además de intentar ponerle en contacto con los responsables de algunos ministerios, como los de Igualdad, Cultura o Asuntos Exteriores.
Otra de las reuniones tuvo lugar en el Ayuntamiento. Aunque el alcalde, Daniel de la Rosa, tuvo que ausentarse, en la conversación con los concejales Lola Ovejero y Javier Gil se dialogó la posibilidad de instalar una estatua en homenaje a Iqbal Masih, o poner su nombre a una calle o colegio. En esta linea el Ayuntamiento seguirá colaborando en la celebración del 16 de Abril como día Internacional contra la Esclavitud Infantil. Una petición especial de Ehsan Ullah Khan ha sido que desde el Ayuntamiento se envíe una carta al Gobierno y Embajada de Pakistán para pedir que pueda regresar a su país y continuar allí la labor que venía haciendo contra la esclavitud infantil.
El último de los encuentros institucionales tuvo lugar el viernes 27 con la visita al arzobispo, don Mario Iceta Gavicagogeascoa, que se centró en el apoyo al proceso de beatificación de Iqbal Masih que se está planteando comenzar en su diócesis de origen.
Estamos viviendo los últimos compases del Tiempo de Pascua. Hemos participado de muchas maneras en el año jubilar que el Santo Padre concedió a nuestra Archidiócesis con ocasión del octavo centenario de nuestra catedral. El próximo domingo, solemnidad de Pentecostés, viviremos la clausura de este año jubilar. A las cinco de la tarde comenzaremos con un festival de música con grupos procedentes de toda la provincia. Y a las siete y media de la tarde celebraremos la Eucaristía de clausura. El Sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, Monseñor Edgar Peña Parra, presidirá la celebración a la que estamos convocados todos los que formamos esta querida Iglesia burgalesa. Os invito vivamente a participar de este evento singular que dejará una huella imborrable en nuestras vidas y en nuestras comunidades. Que la alegría de este tiempo jubilar quede sellada por el Espíritu Santo que ha animado también el transcurso de nuestra Asamblea diocesana que vivirá en esta jornada su gozosa culminación.
Este domingo, solemnidad de la Ascensión del Señor, celebramos la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. Con el lema Escuchar con los oídos del corazón, la Iglesia destaca el papel indispensable de la comunicación para la vida plena: «Hay una buena noticia que debe ser comunicada y conocida para el bien de todos», tal y como proponen los obispos de la Comisión Episcopal para las Comunicaciones Sociales de la Conferencia Episcopal Española.
La buena noticia siempre es Jesús, y el camino para alcanzar la palabra adecuada siempre es el amor. Y, para ello, necesitamos aprender a escuchar, dejarnos tocar por la palabra de aquel que viene a nuestro encuentro en busca de un corazón generoso y de una mirada amable que sostenga su cansancio.
Escuchar es un verbo decisivo «en la gramática de la comunicación» y una condición imprescindible «para un diálogo auténtico», exhorta el Santo Padre para esta Jornada. En verdad, «estamos perdiendo la capacidad de escuchar a quien tenemos delante, sea en la trama normal de las relaciones cotidianas, sea en los debates sobre los temas más importantes de la vida civil».
El Evangelio es una llamada constante al corazón del otro, un camino empapado de servicio, un legado inmarcesible de amor. Pero el ardor evangelizador necesita una comunicación profunda, inseparable, real. Los cristianos hemos de comunicar la Verdad de una manera sana, delicada y constructiva. Pero esto solo es posible si escuchamos con los oídos del corazón, si despertamos nuestros sentidos a las necesidades de quienes nos hablan, si oímos a Dios en las voces laceradas de los hermanos.
Decía san Pablo que la fe «proviene de la escucha» (Rm 10,17). Una escucha paciente, afable y compasiva que «corresponde al estilo humilde de Dios», como recuerda el Papa Francisco, que «permite a Dios revelarse como Aquel que, hablando, crea al hombre a su imagen; y, escuchando, lo reconoce como su interlocutor». Dios ama al hombre: «Por eso le dirige la Palabra, por eso “inclina el oído” para escucharlo».
Y, para ello, es necesario escuchar a Dios en el silencio, que es una manera admirable de comunicar. Así lo enseñaba Santa Teresa de Calcuta cuando confesaba que «en el silencio Él nos escucha y habla a nuestras almas», pues «en el silencio se nos concede el privilegio de escuchar su voz». Y aunque sus tiempos y sus modos no son siempre los nuestros, hemos de vaciarnos de nuestras cosas para poder comunicarnos con Él; y, desde Él, a nuestros semejantes.
Esta Jornada preserva la necesidad que existe en la Iglesia de escuchar. Asimismo, nos recuerda que «no se comunica si antes no se ha escuchado», y que «no se hace buen periodismo sin una profunda capacidad de escuchar con el corazón», revelan los obispos de la comisión para las comunicaciones sociales.
Queridos comunicadores: le pido, de manera especial, a la Virgen María por vosotros, para que infunda su gracia sobre vuestros oídos, vuestras voces y vuestras manos, para que –en medio de las dificultades– podáis escuchar con los oídos de Dios hasta poder hablar con el eco compasivo de Su palabra.
Con gran afecto, os deseo un feliz domingo de la Ascensión.
Aturdidos por lo insólito de la estampa, muchos burgaleses y foráneos se han preguntado hoy qué sucedía. Al escuchar dulzainas y ver trajes regionales, algunos elucubraban que se trataba de una suerte de ensayo para los próximos Sampedros. Otros, que era una procesión que no se pudo hacer en Semana Santa a causa de la pandemia. Otros, una especie de Rosario de la Aurora… aunque por la tarde. La procesión extraordinaria con la imagen de la patrona de la archidiócesis que ha recorrido esta tarde las calles del centro de la ciudad ha aglutinado muchos de estos elementos: folclore, bandas de cornetas y tambores y avemarías. La Catedral, que ha acogido durante su Año Santo a miles de personas, ha querido de alguna forma devolverles la visita sacando a la calle la talla de la Virgen que dio origen a la construcción del templo: Santa María, la Mayor de Castilla.
El acto, organizado por el Cabildo, ha estado presidido por el arzobispo, don Mario Iceta, y ha contado con la participación de las hermandades y cofradías de la ciudad y las agrupaciones musicales de San Fernando y del Santísimo Sacramento y Jesús con la Cruz a Cuestas. Miembros de la cofradía de las Siete Palabras han sido los encargados de portar a hombros la imagen de la patrona, que ha salido de la Catedral bajo una lluvia de pétalos, los bailes del comité de folclore Ciudad de Burgos y los aplausos de las numerosas personas que inundaban la plaza de Santa María y que han jalonado todo el recorrido, que ha discurrido por el casco histórico con el rezo del Rosario hasta volver a la Seo, donde se ha entonado el canto de la Salve Popular.
Era la primera vez que la imagen de Santa María la Mayor salía a la calle durante el mes de mayo. Habitualmente es homenajeada en una ofrenda floral durante las fiestas de San Pedro y San Pablo y en el mes de agosto, coincidiendo con la solemnidad de la Asunción de María. En el mes mariano por excelencia, y a falta de una semana para la clausura del Año Santo, esta procesión extraordinaria ha sido el modo en que la archidiócesis ha querido rendir homenaje a su patrona.
El Año Jubilar concedido con motivo del VIII Centenario de la Catedral será clausurado el próximo 5 de junio en una eucaristía que presidirá a las 19:30 horas el número tres del Vaticano, Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Al concluir la misa, el arzobispo firmará el documento final de la Asamblea Diocesana. Como conclusión a estos dos grandes acontecimientos diocesanos, la plaza de Santa María acogerá desde las 17:00 horas una celebración con varias actuaciones y en la que quedará representada toda la archidiócesis en sus diferentes sectores de la pastoral y sus territorios.