Los niños, protagonistas del Sábado de Pasión en Burgos

La procesión infantil del Amor y la Esperanza ha recorrido esta mañana las calles del centro de la ciudad, donde los más pequeños han portado a hombros la imagen de la Virgen del Socorro.
<
>
Más: galería fotográfica completa

 

Hay cantera, pero hay que cuidarla. Ese parece que es el objetivo que pretende conseguir la procesión infantil que, desde el Sábado de Pasión de 2019, promueve la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores. Un acto que llena de inocencia las rígidas procesiones penitenciales de estos días y en la que los niños repiten los gestos que ven en los cofrades más veteranos, en muchas ocasiones sus papás o abuelos. No en vano, ellos son los que hacen sonar los tambores, acompasan sus pasos a los redobles y portan sobre sus hombros la imagen de la Virgen del Socorro ante los aplausos y la admiración de los adultos.

 

Los pequeños –procedentes de diversas cofradías, parroquias y movimientos y del coro infantil de la Schola Cantorum– se han dado cita en la parroquia de San Gil Abad, donde una sencilla liturgia les ha preparado para la procesión. «Vamos a sacar a Jesús por las calles, vamos a evangelizar como hacía San Pablo», ha reiterado Enrique Ybáñez, el sacerdote que ha presidido la celebración. De allí, y con maestría, han procesionado por la calle San Gil, Avellanos, Alonso Martínez, San Lorenzo –donde han hecho parada en su iglesia, para reforzar la unidad pastoral que existe entre esta parroquia y San Gil– y Arco del Pilar, para regresar de nuevo al punto de salida.

 

Luis Echave tiene 8 años, estudia en el colegio Saldaña y es cofrade de la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos desde hace tres años. En su familia, el sentimiento cofrade parece una constante. De hecho, fue ver cómo su hermano «se lo pasaba bien» en «la procesión de los mayores» lo que le impulsó a alistarse como cofrade: «A ver cómo me va a mí», comenta. La de hoy ha sido la primera en la que ha procesionado de principio a fin, pues en las de años anteriores, debido al cansancio, debía abandonar el desfile «porque era todavía muy pequeño». «Ahora ya soy mayor y puedo aguantar dos o tres horas», puntualiza. De la Semana Santa le gusta el olor a incienso y cumplir con la misión que le encomienden: ir con la naveta junto al turiferario o acompañar al grupo de los niños, explica.

 

Su amigo Bryan Garmón estudia en el mismo colegio, aunque a él le gusta más la música. Pertenece a la banda infantil de la cofradía y toca el tambor a la perfección, después de haber ensayado todos los domingos desde octubre. «Nuestras marchas son difíciles, pero las de los mayores no tanto», revela. Al igual que a Echave también le gusta el olor a incienso y los amigos que hace en su cofradía.

 

La procesión infantil ha sido el tercero de los desfiles procesionales en la ciudad, después de los dos de anoche. Esta tarde, a las 19:00 horas, una procesión penitencial recorrerá las calles de la barriada Juan XXIII y a las 22:00 partirá de la iglesia de San Cosme y San Damián la procesión de Nuestra Señora de las Angustias.

Comentarios

Los comentarios están cerrados para esta noticia.