La muerte no sabe de días. Al amanecer de este Martes Santo, D. José ha muerto. Esta vez, la Pascua, para él, no será en la esperanza, sino en la realidad. Su muerte, iniciada el día del Bautismo hoy encuentra su sentido.
D. José, un sacerdote, entregado a la Causa del Evangelio, nos ha dejado. Nacido en Terminón, pronto iba a hacer 87 años, fue ordenado en 1952. Sus primeros pueblos allá, en el Valle Tobalina (Villaescusa, Plágaro y servs., más tarde en Castrojeriz, Miranda de Ebro, el Cementerio de Burgos… En todas partes donde ha estado ha dejado la huella de su mucho saber, su bien hacer y su muy bien saber estar. Fiel, leal, auténtico, cuidadoso en los pequeños detalles, esos que tanto se agradecen, impresionante la belleza de su letra de amanuense medieval, consecuente con sus ideas.
La ilusión y alegría con que vivía su sacerdocio era contagiosa. Allá donde estuvo suscitó vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, hizo que muchos jóvenes se interrogaran y se plantearan seguir a Jesús de cerca. Hoy, D. José, podrá sentirse orgulloso, si es que allí se puede hablar en estos términos…, buenl, lo cierto es que varios sacerdotes, agradeciendo a D. José el despertar y el cultivo de su vocación, le presentarán al Padre como él hizo con tantos en sus parroquias y en el Cementerio donde asombraba la dignidad con que hacía este servicio, trasmitiendo esperanza y paz.
D. José, descansa en paz. Un ruego, tú, que en este mundo, tanto te preocupaste de nuestro seminario, continúa, ahora, en este empeño.
Óscar Moriana, delegado diocesano de Cáritas, explica algunos paneles de la exposición.
Caritas Diocesana inauguraba esta misma mañana la exposición “Almas de construcción masiva”, con la que reconoce el trabajo realizado por tantas personas a lo largo de sus cincuenta años de historia. La exposición, que se ha instalado en la sala Valentín Palencia de la catedral y podrá contemplarse hasta el 15 de junio, contiene quince paneles en los que se hace un recorrido puntual por los acontecimientos más significativos para la organización y que dan idea de la evolución que se ha producido en este tiempo. En el acto de inauguración han participado el arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, el delegado episcopal de Cáritas, Óscar Moriana, y su presidente, Jorge Simón.
Desde que naciera el Secretariado diocesano de la caridad en 1943, Cáritas ha ido desarrollando distintas iniciativas, pasando por las cocinas de caridad, la constitución jurídica de Cáritas diocesana, las tómbolas que tuvieron lugar durante más de 20 años, hasta numerosos eventos que han entrado a formar parte de la historia de esta ciudad; eventos todos ellos recogidos en la muestra. El recorrido permite al visitante tener una perspectiva del medio siglo de historia de Cáritas que ha crecido de la mano de las necesidades de las personas más excluidas de la sociedad burgalesa. Un vídeo realizado por Aitor de la Cámara cierra la exposición. Contiene testimonios de personas que llevan muchos años realizando voluntariado en la institución y de técnicos que ofrecen una visión del trabajo realizado.
Los visitantes tendrán acceso a un folleto explicativo en el que han colaborado voluntariamente dos periodistas de la ciudad para ofrecer dos relatos, uno recreado y otro cronológico, que permiten sumergirse en la exposición y llevarse una información detallada de la historia de Cáritas.
Cinco jóvenes recibieron en la mañana de ayer los ministerios laicales de lector y acólito.
La capilla del Seminario diocesano de San José acogió, el pasado sábado 17 de mayo, la ceremonia litúrgica en la que seis jóvenes recibieron los ministerios laicales de lector y acólito.
El arzobispo de Burgos, Francisco Gil Hellín, presidió una celebración en la que recibió el ministerio de lector Pablo Andrés Rodríguez, seminarista del Redemptoris Mater de Burgos. Junto a él fueron instituidos acólitos Luis Renedo y Eduardo María Pérez –ambos seminaristas diocesanos- y Enrique Díez y David Jiménez, estos últimos candidatos a recibir el diaconado permanente.
En su homilía, Gil Hellín les animó a ser testigos valientes del evangelio y a prepararse, a través de estos ministerios, a las órdenes sagradas que un día recibirán. Así lo asume Eduardo María, para quien el acolitado supone un paso más en su camino hacia el sacerdocio: “La mayor riqueza del sacerdote es la eucaristía; y ser acólito significa estar más cerca del Señor, sirviéndolo en el altar; será sin duda una óptima preparación en mi camino hacia el sacerdocio”, declara sonriente.
El lector es quien lee la palabra de Dios en las celebraciones litúrgicas y se compromete a vivirla. El acólito es instituido para el servicio al altar y para ayudar al sacerdote y al diácono. Con la recepción de estos ministerios, estos jóvenes están más cerca de recibir el sacramento del orden.
5 varones fueron los que en esta ocasión recibieron los ministerios laicales. 4 acólitos (Eduardo, Luis, David y Enrique) y 1 lector (Pablo). Una nueva alegría para nuestra diócesis. Aquí os dejamos el vídeo resumen del evento: