Pablo Recio Montes, Romeo Prisca M’Bo y Víctor López Pelarda están cada vez más cerca de recibir su ordenación sacerdotal. Esta misma tarde, y en una eucaristía presidida por el arzobispo, estos tres jóvenes seminaristas han dado un paso al frente y han hecho público que quieren seguir formándose para recibir en un futuro la ordenación diaconal y sacerdotal. Se trata del «rito de admisión», con el que la Iglesia burgalesa responde afirmativamente la vocación de estos jóvenes y se compromete a ofrecerles los medios necesarios para su formación.
«Es el primer paso que hacemos los seminaristas mayores en el camino al sacerdocio», comenta Víctor, a la vez que afirma que «la Iglesia te acoge y se compromete a formarte para ello». Se trata de un «compromiso público, un paso serio», ya que con el respaldo de la Iglesia «la vocación que sientes se confirma». Así, estos tres jóvenes seguirán formándose para ser sacerdotes en un futuro cada vez más cercano.
A Víctor le parece lógico que la gente «piense que esté loco», pues «no es normal que un joven se plantee dejar de lado los éxitos y querer ser cura, porque uno no lo hace ni por reputación ni por dinero». A él le gustaría ser sacerdote porque quiere «ser de todos y llevar a Jesús a tanta gente que lo necesita». Una vocación que ha ido madurando con el paso de los años, cuando ha descubierto «en la oración, en los demás y en el voluntariado que Jesús me pedía algo más, me pedía ser sacerdote». Una vocación que ha secundado esta tarde «con ilusión» y «algo de vértigo» y que seguirá madurando en los próximos años; un deseo que le hace estar «muy feliz».
Día del Seminario
El rito de admisión ha sido la celebración principal con motivo del día del Seminario, que estos días está de fiesta. Ante la festividad de su patrono, San José, son numerosas las actividades realizadas encaminadas a dar a conocer el testimonio de sus seminaristas y orar por las vocaciones. Si ayer tenía lugar una vigilia de oración, el día de hoy ha reunido a todas las familias de los seminaristas, que tras una breve sesión de formación a cargo del delegado de Pastoral Vocacional –que ha urgido a los padres a fomentar una cultura vocacional en sus ambientes– han compartido mesa y mantel, con una animada sobremesa que ha dado lugar a la eucaristía del rito de admisión.
En su homilía, don Fidel Herráez ha instado a estos jóvenes a aprovechar este tiempo de preparación para el sacerdocio como una ocasión para profundizar en su vocación bautismal, pues la formación sacerdotal no ha de olvidar la llamada primera de todo cristiano a seguir a Cristo.
Intervención del delegado de Cáritas diocesana, Fernando García Cadiñanos.
En un acto institucional realizado ayer con la presencia de la Alcadesa de Lerma, Celia Izquierdo, sacerdotes de la comarca y el equipo técnico y directivo de Cáritas, el director de Cáritas Jorge Simón dio la bienvenida a los cerca de 50 asistentes que acudieron al salón de actos de la Fundación Cajacírculo y, posteriormente, el delegado de Cáritas, Fernando García Cadiñanos, expuso un breve discurso para explicar porqué nació este centro.
El Centro Arlanza surgió del impulso del entonces párroco Óscar Moriana y de la corporación municipal que regía en ese tiempo, con la intención de atender las necesidades de un entorno que no facilitaba el acceso de los más jóvenes a recursos de ocio y de apoyo al estudio. La preocupación por ofertar unas instalaciones donde los chavales con posibles situaciones de riesgo social pudieran ser acompañados, llevó a poner en marcha este centro que luego serviría de acicate para el que se crearía más tarde en Villarcayo.
La técnico del centro, Mónica Martínez, explicó a continuación las necesidades específicas que se atienden y el funcionamiento semanal, con la novedad este año de que acuden niños de tres pueblos del entorno de Lerma. También se leyó una carta escrita por los chavales de primaria que acuden tres días por semana, donde agradecían la disponibilidad de las personas voluntarias y el ambiente que se vive en el centro.
Con un presupuesto anual de cerca de 44.000€, el 60% financiado por Cáritas, el centro realiza numerosas actividades durante el año con las que también se implican en su entorno.
El próximo lunes 20 de marzo las adoratrices dan comienzo a la campaña de sensibilización «Hablando de prostitución y trata», que en esta ocasión contará con dos actividades programadas.
Esta campaña pretende mostrar la realidad que viven las mujeres víctimas de la prostitución, así como las consecuencias del ejercicio de esta actividad y la soledad a la que están sometidas por el estigma social. Arrancará con el X Ciclo de Cine, que se desarrollará durante los lunes del mes de marzo y abril, y cuya entrada es libre. La primera película, que se proyectará este lunes 20 de marzo se titula «En la Puta Vida», mientras que el 27 de marzo será «Joven y bonita» y el 3 de abril, «Mil noches, una boda». Después de cada proyección se realizará un pequeño debate en el que participarán todos los presentes. Todas estas actividades tendrán lugar en el Salón de Caja Círculo de Plaza España 3, a las 19:30 horas.
Miranda de Ebro acogió esta semana su trigésimo ciclo de charlas «La Iglesia en el mundo actual», que como cada Cuaresma presenta un tema a la reflexión de los asistentes. Este año, el tema elegido ha sido la familia, contando para presentarlo con dos ponencias y una mesa redonda de testimonios.
El vicario general de la archidiócesis, Fernando García Cadiñanos, presentó el lunes un análisis sociológico de las familias en la actualidad, apoyándose para ello en la exhortación apostólica postsinodal del papa Francisco, «Amoris Laetitia». Fue desgranando su contenido, a la vez que subrayaba las ideas más relevantes para su análisis.
El martes fue el turno del delegado de familia de Bilbao, Francisco Aldala, que disertó –de una manera muy amena y distendida– sobre las actitudes que el mencionado documento pontificio anima a cuidar en las familias. En este sentido, subrayó la necesidad de un adecuado acompañamiento a la familia, en sus distintas fases de desarrollo.
El miércoles concluyeron las jornadas, con el testimonio de tres familias. Cada una de ellas fue exponiendo, sobre la base de su experiencia, la importancia que la fe y la relación con Dios ha tenido a lo largo de su recorrido personal, matrimonial y familiar. Los primeros en intervenir fueron Jorge Lara y Laura Pérez, delegados diocesanos de familia y vida. Casados desde hace casi veinte años y con cinco hijos, combinan su labor como padres con su trabajo, así como con el reciente nombramiento como delegados e incluso con la militancia en un partido político. Seguidamente hablaron Humberto Muñoz y Graciela García, matrimonio colombiano con cuatro hijos, venidos a Miranda de Ebro hace diecisiete años. Las luces y sombras de su adaptación al nuevo entorno, en el que la fe jugó un papel muy relevante, hilaron un emotivo testimonio, que arrancó incluso un encendido aplauso de los asistentes. Por último, Óscar González y Nuria Díez, un matrimonio palentino aunque afincado en Miranda y con treinta años de recorrido a sus espaldas, glosaron la importancia de tener a Dios como lo primero en sus vidas y de haberlo inculcado así en sus hijos. En este sentido, hablaron de los sucesivos niños que han tenido en acogida, las dos últimas de manera permanente. «De cada acogimiento nos queda el cariño que hemos dado», aseguraron. Todos los participantes hicieron de las tres jornadas una ocasión de acercar a los mirandeses a esta compleja, pero a la vez insustituible realidad, que es la familia.