In memoriam Ángel Bravo Pérez

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La muerte, aunque se espere, siempre es sorpresiva. Así, esta mañana, nos sorprendía la noticia de la muerte de D. Ángel Bravo Pérez, Organista y Maestro de capilla de la Catedral. Un músico de raza ha pasado a la historia aunque su obra, que supera el centenar de melodías, queda con nosotros, seguirá oyéndose cantar dentro y fuera de los muros centenarios de nuestra Catedral.

“Cantaré, eternamente, las misericordias del Señor”… Esto ha sido la vida de D. Ángel, un captar vivencialmente las maravillas de Dios y, luego, plasmarlo, magistralmente, en el pentagrama y, esto, desde el silencio y la humildad que, embellece aún más su música. No era amigo del ruido (¿cómo lo iba a ser?) y la extroversión que rompen la armonía y la paz. Por eso, sus obras, en forma de melodía quizá no han tenido la resonancia que se merecen, pero ahí están, permanentes, como lo clásico, siempre actuales.

Ha sabido poner música a textos de la Sagrada Escritura, s. Agustín: “Tarde te amé…”, Lope de Vega: “¿Qué tengo yo que mi amistad procuras…”, “Pastor que con tus silbos amorosos…” ; Fray Luis de León; Teresa de Ávila…; ha musicalizado la entera Liturgia de las horas… Siempre con una finura y delicadeza que invitan, como debe ser la música religiosa, a interiorizar la palabra para, desde allí y allí, escuchar el eco de la Palabra eterna de Dios.

Burgos, con la muerte de D. Ángel, pierde a unos de esos ilustres que llevaron el nombre de la ciudad más allá de las fronteras, su Coral, Santa María la Mayor ha dado conciertos en diversas catedrales y templos de Europa ; la Catedral, a un Maestro consumado; el Presbiterio, a un sacerdote, admirado, profesor de muchos de los sacerdotes actuales; muchos, además, un amigo delicado, cuidadoso y atento.

¡Descanse en paz, Ángel! Ahora, por fin, podrá contemplar la Belleza y armonía plena a la que su obra intentó aproximar e imitar.

“¡Cantaré, eternamente, las misericordias del Señor!”

¡Descanse en paz!

Jesús Yusta Sainz

2014 05 12 lunes: resumen de prensa

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Sociedad

Los sacerdotes de la diócesis de Burgos celebraron el día de su patrono, san Juan de Ávila:

La ONG de Cooperación al Desarrollo UBU-Bangalore ha organizado en la marcha del Camino de Santiago en la que han participado 180 personas:

 

Ante la temporada de primeras comuniones que empieza, la Iglesia recomienda más austeridad y sencillez para centrar el evento en el sacramento que el niño va a recibir:

 

En el marco de la celebración de su patrona, santa Casilda, Briviesca homenajeó a la Guardia Civil tras los actos religiosos de la jornada:

 

Cultura:

Terminado el VII Ciclo de Cine sobre Prostitución y Trata que las Adoratrices de Burgos han organizado, la web Noticias de Burgos resliza una reseña sobre la película «Tráfico humano»:

 

 

 

Ante las elecciones Europeas

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El 25 de Mayo se celebran elecciones al Parlamento Europeo. El resultado configurará esta institución durante los próximos cinco años. Desde el Departamento de Formación Sociopolítica de la diócesis de Burgos pensamos que es una buena oportunidad para reflexionar sobre la Europa que se está construyendo y la Europa que soñamos.

La colaboración entre las naciones es un elemento positivo hacia la paz y la fraternidad, máxime cuando nos encontramos entre países que estuvieron enfrentados en dos grandes guerras. Por lo que respecta a España, es innegable que los ‘Fondos Europeos’ han beneficiado notablemente a nuestro país y han potenciado su desarrollo en las dos últimas décadas. Estamos en Europa y seguiremos en Europa. No podemos hacer demagogia con propuestas de aislacionismo como en otras épocas.

Sin embargo, constatamos en los ciudadanos un peligroso desinterés por las instituciones europeas (el 54 % de abstención en las últimas elecciones). Aunque nadie duda de su importancia, la lejanía afectiva y efectiva y el creciente descrédito provocado por los representantes políticos, hacen que la idea inicial de ‘un proyecto común europeo’ se perciba como un centro de intereses particulares de burócratas más que de demócratas. Por otra parte, sorprende que los candidatos españoles al Europarlamento no aprovechen su discurso político para explicar a todos cómo se construye el ‘proyecto común de Europa’. Por el contrario, parece que la descalificación se ha convertido en moneda de cambio.

Somos conscientes de la trascendencia que la Unión Europea tiene en nuestras vidas. El 80% de las leyes españolas viene determinado por directrices europeas. Son éstas las que orientan decisiones tan concretas como la subida de la luz o del IVA, el rescate bancario, los recortes en gastos sociales o la política migratoria. El período electoral es una gran oportunidad para informarse y debatir las principales cuestiones socioeconómicas que darán forma a la Unión en los próximos años.

Este Departamento, inspirado en la Doctrina Social de la Iglesia y siguiendo las orientaciones de los Obispos Europeos y de la Conferencia Episcopal Española, anima a todos los ciudadanos al compromiso personal para no caer en una visión instrumental del voto. Para que esto no suceda entendemos que ‘participar’ es ‘implicarse de lleno en construir democracia’, a la vez que denunciar las hipocresías democráticas. Desde esta opción nos sentimos responsables de hacer visible nuestro compromiso social, cuya expresión es ahora el ejercicio del voto. Éste debe hacerse desde un horizonte ético puesto en las personas antes que en los mercados. Desde estas premisas, consideramos lo siguiente:

  • Es importante que los aspirantes al Parlamento Europeo muestren sensibilidad y compromiso por la difícil situación de muchos ciudadanos, especialmente los colectivos más vulnerables como los jóvenes, los parados, los discapacitados y los emigrantes. El alarmante crecimiento de ‘nuevos pobres’ exige que el votante busque en el candidato una verdadera vocación de servicio, marcada por la honestidad, la transparencia y la austeridad personal en la gestión de ‘lo público’.
  • Es necesario ir creando una cultura de la moderación y de la solidaridad que inspire la economía social de mercado con un escrupuloso respeto al medio ambiente. Para ello todos debemos aprender a vivir teniendo como horizonte el bien común, siendo conscientes de que debemos vivir con menos para que todos puedan alcanzar un justo reparto de los bienes. La mejor construcción democrática es un mundo mejor para más personas.
  • Es esencial recordar la urgencia de defender los derechos de todos los ciudadanos. La crisis económica ha frustrado las perspectivas de futuro de muchos millones de personas y ha tensado no poco las relaciones entre los diferentes países. Si queremos que el proyecto europeo no descarrile nuestros políticos deberán trabajar por la cohesión solidaria entre los diferentes países y por hacer palpable la esperanza de un futuro mejor a cada ciudadano.

Sabiendo que todo esto es posible y que es responsabilidad tanto de los candidatos como  de todos los ciudadanos, este Departamento anima a una masiva participación ciudadana. Ante la novedad de un Parlamento Europeo con más competencias y el momento crucial por el que atraviesa Europa, el voto comprometido expresa el deseo de tomar conciencia en la construcción de una Europa más justa y solidaria, sobre todo con los países y las personas más débiles y vulnerables.

Jesús es la Puerta

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«Hermanos, ¿qué debemos hacer?» Esa es la pregunta que se hacen las gentes de Jerusalén, tras escuchar la predicación de Pedro sobre la crucifixión de Jesús. Esa pregunta es también la que debe surgir de nuestros corazones después de escuchar la Palabra de Dios.

Pero es también la pregunta que deberíamos hacernos al contemplar el panorama de nuestro mundo. Este mundo nuestro, acribillado por tantos dolores y por tantos errores humanos, hace sufrir a las personas y dificulta el entendimiento social.

Es interesante ver cómo los medios de comunicación airean las noticias de los cambios que va poniendo en marcha el Papa Francisco. Muchos esperan cambios más radicales en los órganos supremos de gobierno de la Iglesia. Y con razón. Pero pocos nos hacemos esa pregunta sobre los cambios que Dios espera de nosotros: «Hermanos, ¿qué debemos hacer?».

UNA REVELACIÓN

Recordamos los versos de T.S. Elliot en Los Cuatro Cuartetos: “En nuestra memoria se oye el eco de unas pisadas, que bajan por el atajo que no hemos tomado hacia la puerta que nunca hemos abierto…” ¿Por qué se habrá aplicado Jesús a sí mismo la imagen de la puerta?.

Jesús se presenta a sí mismo como el buen pastor que conoce a sus ovejas. En el mismo contexto, también se aplica a sí mismo la imagen de la puerta, por la que entra el rebaño (Jn 10, 1-10). “Yo soy la puerta”. ¿Qué significa esta imagen? Bien sabemos que la puerta cierra la casa y su intimidad. Pero también la abre al encuentro con las gentes.

Al revelarse como la puerta, Jesús se presenta como un lugar de encuentro. En Jesús toda persona puede encontrarse con Dios. En Jesús, Dios se nos abre y manifiesta, nos sale al encuentro y nos abre, nos acoge y nos perdona. Con esa pretensión denuncia a tantos falsos redentores que no merecen nuestra confianza y, por eso, no logran franquear la entrada.

Con unas preguntas inolvidables, San Agustín comenta que Jesús se abre como una puerta: “¿Quién es la puerta? – Cristo. ¿Y qué es Cristo? – La verdad. ¿Quién abre la puerta sino el que enseña toda la verdad?” Así pues, los citados versos de Elliot nos advierten del riesgo de perder el encuentro con el que es la Verdad.

UNA INVITACIÓN

Pero Jesús no se limita a revelarse a sí mismo como “la puerta”. Nos indica un itinerario y nos invita a recorrerlo para poder acercarnos a él:

  • “Quien entre por mí se salvará”. Jesús es la vida y la paz, la fuente de la reconciliación y la raíz de la esperanza. En el mundo hay otras vías y otras puertas posibles, pero algunas de ellas nos desvían del camino hacia la verdad.
  • “Quien entre por mí se salvará”. Jesús es la puerta. Quien entra por él podrá entrar y salir y encontrará pastos abundantes. Algunas veces pensamos que Jesús impide nuestra libertad, cuando en realidad es el acceso a la verdadera vida.
  • “Quien entre por mí se salvará”. Jesús es una puerta que no tiene cerrojos. Podemos acercarnos a él o ignorarlos. Pero sólo la puerta de la verdad, que es Jesús resucitado, nos abre al camino que nos lleva al banquete de la vida.

Señor Jesús, tú eres la puerta que nos abre al misterio de Dios. Tú nos abres la posibilidad del encuentro con nuestros hermanos. Y tú nos abres a la esperanza de nuestra propia realización. Bendito seas por siempre, Señor. Amén.

José-Román Flecha Andrés

¿Quiénes fueron Juan XXIII y Juan Pablo II?

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20140511 mensaje del arzobispo pdf

El pasado 27 de abril Roma era una inmensa plataforma festiva. Plazas, calles y paseos estaban atestados de gente venida de todas las partes del mundo. No era para menos, porque era la primera vez en la historia en que dos Papas eran declarados santos por la Iglesia. Yo tuve la inmensa suerte de estar allí presente y palpar la alegría y el entusiasmo de hombres y mujeres de todas las clases y edades, muchos de ellos jóvenes.

Mucho se ha escrito y mucho se seguirá escribiendo en torno a los dos nuevos santos: Juan XXIII y Juan Pablo II. Entre otros motivos, porque todavía viven muchas personas  que les conocieron, especialmente a san Juan Pablo II. Y, sobre todo, porque han sido dos Pontífices muy queridos por el pueblo cristiano. Juan XXIII es conocido, sobre todo, porque convocó el Concilio Vaticano II apenas fue elegido Papa. Juan Pablo II pasará a la historia como el gran defensor de la vida del no-nacido y de la familia, y el Papa de los jóvenes. Sin embargo, ninguno de los dos se agota en esas características, pues su personalidad humana, cristiana, sacerdotal y episcopal tiene muchas facetas. Señalemos alguna

San Juan XXIII era el cuarto hijo de una modesta familia de trece hermanos. A los 11 años fue al seminario y cuando tenía catorce comenzó a escribir unos apuntes espirituales que no interrumpiría nunca, y que han sido publicados en “Diario de un alma”. Cuando tenía 24 años fue ordenado sacerdote y tuvo como primer destino ser secretario del obispo de Bérgamo, y profesor de Historia, Patrología y Apologética en el Seminario. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial fue movilizado como sargento de sanidad y luego nombrado capellán castrense en hospitales militares de retaguardia y coordinador de la asistencia espiritual y moral a los soldados. En 1921 fue llamado a Roma por el Papa Benedicto XV y, unos años después, el Papa Pío XI lo nombró Visitador Apostólico para Bulgaria y, más tarde, Delegado Apostólico en Turquía y Grecia. Pío XII le nombró Nuncio en París y luego Cardenal Patriarca de Venecia. Tras la muerte de este Pontífice fue elegido Papa. Su pontificado apenas duró cinco años, pero fueron suficientes para demostrar que el que se pone completamente en las manos de Dios, hace cosas grandes. Incluso excepcionales y del todo desproporcionadas. El Concilio Vaticano II, convocado cuando tenía 78 años, es la mejor prueba.

San Juan Pablo II ha roto todos los esquemas. Su pontificado fue el tercero más largo de la historia, el primer pontífice que recorrió el mundo entero y se hizo presente en todos los ambientes y situaciones, el papa que revalorizó el papel de la mujer en la sociedad y en el mundo, el defensor intrépido de la vida y de la familia, el impulsor sin igual del amor y devoción a la Virgen, el baluarte inexpugnable contra el comunismo marxista, el que fue elegido papa cuando todavía no tenía sesenta años y no siendo romano, cosa que no ocurría desde hacía varios siglos, el renovador de la Iglesia, el hombre a quien Dios le pidió todo: su madre cuando era un niño, y su hermano y su padre en plena juventud, quedándose en esta vida sin nadie de la familia. Por si fuera poco, fue herido mortalmente por un asesino a sueldo y salvado milagrosamente por la Virgen de Fátima. Con razón se habla de san Juan Pablo II el Magno.

Los burgaleses tenemos una deuda de gratitud especial con estos dos Papas, que nos obliga a ser muy amantes e imitadores suyos. Juan XXIII, “el Papa Bueno”, tiene un busto junto a la parroquia de Fátima; Juan Pablo II, a la entrada de la Facultad de Teología por la calle Martínez del Campo.

Si tuviera que recomendar una faceta en la que destacar en nuestra imitación a estos dos nuevos santos sería la del amor a la Virgen. Uno y otro fueron devotísimos de nuestra Señora. Recojamos su herencia.