Campaña para rehabilitar templos

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2014 08 10 Mensaje arzobispo de Burgos pdf

La dinámica de todos los grupos humanos lleva consigo que haya unos lugares en los que reunirse para planificar y llevar a cabo las actividades de sus miembros. Así se explica que existan espacios donde se reúnen las Peñas deportivas o culturales, los emigrantes de una determinada región o los jubilados. Las comunidades cristianas no son ajenas a este dinamismo. De hecho, desde los primeros siglos hasta hoy, en todas las diversas geografías y situaciones han construido sus iglesias y/o ermitas. Nuestra diócesis da buena cuenta de ello, pues incluso cuando las parroquias son modestas, nunca falta una iglesia en la que la comunidad cristiana se reúne para celebrar los actos de culto habituales y los diversos sacramentos que ritman el camino de su vida: el bautismo, la primera comunión, el matrimonio y las exequias.

Como la diócesis de Burgos tiene una larga historia, es notable su extensión y muy grande el número de parroquias, en estos momentos posee un riquísimo patrimonio histórico-artístico diseminado en toda su geografía. A veces, ese patrimonio se encuentra en poblaciones con poquísimos habitantes y sin posibilidad de hacer frente a su conservación. Actualmente son muchos los casos en los que concurren las tres circunstancias: iglesia necesitada de conservación, población escasa y pocos recursos.

Para subsanarlo, desde hace años se organiza la campaña Pro-Templos, que organiza la diócesis. Esta campaña complementa el convenio “de las goteras” que con la diputación, las parroquias, los ayuntamientos, voluntarios y antaño también la Junta de Castilla y León, llevan a cabo cada año. El año pasado se realizaron 26 intervenciones, con un importe de 500.000 euros y siguen su curso otros 26 templos en los que se está actuando gracias al convenio entre la diócesis y la diputación en los que se ha invertido, con la ayuda de ayuntamientos y parroquias, 800.000 euros.

Entre los templos recuperados se encuentran los de Cogollos, Dobro, Cidad de Ebro, Atapuerca, Castrovido, Escalada, Madrigalejo del Monte, Ircio, Castrillo de Mota de Judíos, Coruña del Conde, Valdezama…

Este año, el objetivo se centra en la iglesia de Villatoro. El templo presentaba enormes grietas debido a problemas en la cimentación, además de una cubierta en mal estado. Los vecinos de la localidad habían visto que su iglesia era precintada y se cerraba al culto por los problemas señalados. En este caso, la campaña trata de devolver el templo a las acciones litúrgicas de su comunidad.

Quien conozca, aunque no sea más que someramente, la diócesis, habrá advertido que hay ruinas que no pueden esperar y que una intervención a tiempo es la única forma de recuperar y conservar edificios que hemos heredado de nuestros mayores y que tenemos que transferir a las generaciones venideras.

Hemos ganado mucho en sensibilización hacia nuestro patrimonio artístico. Tenemos que seguir por ese camino. A todos nos enorgullece, por ejemplo, las Edades del hombre que la Iglesia de Castilla y León puede ofrecer sin interrupción a propios y extraños. Hace un siglo hubiera sido impensable soñarlo. Por eso, en los momentos de crisis, como puede ser el nuestro, en reconfortante y estimulante abrirse a horizontes de futuro. Con la ayuda y con la ilusión de todos seguiremos conservando y, si es posible, mejorando la herencia histórico-artística de nuestros templos. Este domingo, 10 de agosto, día de la Campaña Pro-Templos, es una nueva oportunidad para nuestra cooperación. También económica.

«Gratitud y altruismo» para salvar Rioseco

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Diversos voluntarios trabajan en el monasterio. Fotos de monasterioderioseco.com.

Diversos voluntarios trabajan en el monasterio. Fotos de monasterioderioseco.com.

 

El estado «triste y lamentable» en el que se encontraba hace apenas ocho años el monasterio de Santa María de Rioseco nada tiene que ver con el actual. «La maleza acumulada con el paso de los años, las piedras de sillería robadas y los altares expoliados» llevaron a Juan Miguel Gutiérrez Pulgar y a un grupo de feligreses de las parroquias del valle de Manzanedo y de la zona de las Merindades a trabajar por salvar aquel emblemático lugar. Desde hace algunos años, la iniciativa se institucionalizó y esta ha sido ya el cuarto año en el que un nutrido grupo de voluntarios ha trabajado durante esta última semana para adecentar el lugar.

 

«Durante la primera semana completa del mes de agosto nos juntamos alrededor de cien personas para devolver la dignidad a este lugar», comenta Juan Miguel quien, además de ser el sacerdote con más parroquias a su cargo de la diócesis, se encarga de coordinar los trabajos de rehabilitación. Quitar la maleza que se acumula entre las viejas columnas y capiteles, volver a enterrar huesos abandonados, adecentar y recuperar los sillares de los antiguos muros son algunos de los trabajos que se han realizado este año.

 

La idea surgió hace más o menos un lustro. Cuando Gutiérrez Pulgar conoció aquel monasterio cisterciense, construido en el siglo XIII y abandonado el siglo pasado a su suerte, «se le cayó el alma a los pies». Decidió entonces, con ayuda de amigos de la zona, crear un grupo de voluntarios y este año ha conseguido reunir a más de 130 personas que han trabajado durante una semana en medio de «un ambiente fabuloso», como lo califica. «Aquí no hay distinciones; ninguno se cree superior a los demás ni por cuestión de edad, ni ideologías o lugar de procedencia. Se respira gratitud y altruismo», comenta. Allí cada uno ha tenido su trabajo, que se ha desarrollado «con total libertad» y sostenido por los potajes de las voluntarias, «que nos preparaban el café o el almuerzo».

 

Una semana de trabajo que concluye hoy con la celebración del «día del voluntariado», donde el plato fuerte será la celebración de la eucaristía celebrada en uno de los viejos altares recuperados para la ocasión. En el calendario, fijada ya la fecha del próximo año, cuando Juan Miguel y su equipo esperan volver a crear comunidad para salvar Santa María de Rioseco.

 

Caritas Miranda pone en marcha un proyecto de inserción laboral en una huerta ecológica

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Caritas diocesana en Miranda de Ebro firmaba ayer con el Ayuntamiento de esa ciudad la cesión de un terreno de 35.000 metros cuadrados para su utilización por parte del programa de empleo de Cáritas, que buscará la integración de personas en paro de larga duración o con escasos ingresos. El acuerdo incluye además la aportación por parte del Ayuntamiento del vallado de la finca y la instalación del sistema de riego, además de una ayuda de 20.000€ anuales para la promoción del proyecto que consistirá en la creación de una huerta ecológica.

 

El programa de empleo de Cáritas Miranda ha comenzado ya esta semana el periodo de formación en agricultura ecológica y emprendeduría que incorpora a 22 personas, 2 de ellas con discapacidad, en esta primera fase.  Esta formación financiada por Cáritas, cuenta con profesionales agrónomos que facilitarán la parte teórica y práctica sobre cultivo ecológico, productos de la huerta, riego, condiciones medioambientales, etc. Cada año, irán incorporándose nuevas personas al proyecto que tiene una duración de 3 años.

 

Los productos que surjan de las diferentes campañas de recogida, irán en un primer momento para el autoconsumo de las familias que se vinculan al proyecto. En una segunda fase se pondrán a la venta. El tercer año el programa prevé impulsar la acción emprendedora promoviendo la creación de una cooperativa o la búsqueda de nuevos terrenos para la independización de aquellas personas que quieran lanzarse como autónomos.

 

Cáritas, de la mano del Ayuntamiento, apuesta así por un nicho de empleo novedoso en un sector que está abriéndose paso. Entienden que este modelo promueve un empleo de arraigo, el consumo de cercanía, la recuperación y activación de la tierra que pueda quedar en desuso y, al tratarse de proyecto ecológico, la apuesta por una forma de sostenibilidad medioambiental.

 

La firma se realizó en el Ayuntamiento y a ella acudieron la teniente alcalde en funciones, Laura Torres, el delegado de Cáritas Burgos, Óscar Moriana, y el coordinador de acción social de Cáritas Miranda, José Manuel.

 

2014 08 07 RP: Presentación de la campaña «Pro-Templos»

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Mantener vivos los templos, responsabilidad de todos (Vicente Rebollo Mozos, ecónomo diocesano)

El próximo domingo, 10 de agosto, la diócesis volverá a celebrar una nueva edición de su campaña “Pro-Templos”. Se trata de una jornada especial, que pretende invitar a los burgaleses a reconocer y valorar su rico patrimonio artístico religioso y colaborar económicamente en el sostenimiento de los templos de toda la provincia.

 

Con esa filosofía nació esta campaña hace ya ocho años en pleno mes de agosto, cuando los pueblos de la provincia se inundan de vecinos y donde pueden contemplar, en sus templos, el legado de fe que les dejaron sus mayores. Un legado que merece ser conservado y, en el peor de los casos, recuperado.

 

Vicente Rebollo, ecónomo de la diócesis, subrayará, además, cómo los templos son los principales lugares de culto de los cristianos y, como tal, es un deber para ellos mantener y adecentar los mismos. Por otro lado, es innegable el aspecto cultural ligado a estas obras arquitectónicas, por lo que conservarlas redundará también en el bien patrimonial, histórico y cultural de muchos de los pueblos de la provincia.

 

Precisamente, como es una tarea que atañe a todos los cristianos, el lema escogido para la edición de este año es “Pueblos y ciudad por nuestros templos”, haciendo hincapié en la solidaridad de todos los cristianos de Burgos por mantener todos lugares de culto de la provincia, con independencia del templo que suelan frecuentar.

 

La conservación del patrimonio, de las mayores inversiones económicas de la diócesis (Vicente Ruíz de Mencía, miembro del consejo diocesano de economía)

 

Mantener en pie los templos de toda la diócesis es una tarea compleja que requiere grandes inversiones económicas. En los últimos años, y con la llegada de la crisis, las aportaciones de entidades privadas en el sector han caído considerablemente. No obstante, la diócesis de Burgos, la Diputación Provincial y la Junta de Castilla y León siguen colaborando para restaurar los templos más deteriorados de la provincia burgalesa.

 

A lo largo de los últimos ocho años, se han invertido un total de 12.101.822,57 euros en la rehabilitación de algunos de ellos. Del total del dinero, la aportación que han hecho las parroquias de la diócesis ha sido de 3.028.637,87 y 3.816.459,21 lo aportado desde el arzobispado. La Diputación y la Junta de Castilla y León han aportado, entre ambas entidades, 5.256.529,49 euros.

 

La inversión que hace la diócesis en su inmenso patrimonio es, por tanto, enorme. Allí donde no llegan las subvenciones ni los convenios con las administraciones se pide la colaboración especial de los cristianos a través de la colecta “Pro-Templos”. Una colecta que, en tiempo de crisis, también ha disminuido. En la última colecta, la de 2013, se recaudaron 40.960,56 euros, mientras que en las de 2011 y 2012 las aportaciones ascendieron a 50.849,24 y 49.454,38 respectivamente.

 

Por ello, Vicente Ruiz de Mencía, miembro del Consejo diocesano de Economía, volverá a exhortar a los cristianos de Burgos en su compromiso con sus lugares de culto y pedir un nuevo esfuerzo económico por mantener en pie el rico patrimonio cultural y religioso que encierran las iglesias de toda la diócesis.

 

Medio centenar de templos intervenidos en 2013 (Fermín Ángel González López, miembro de la comisión diocesana de templos y casas parroquiales)

 

En total, han sido 51 los templos intervenidos en la diócesis a lo largo del año pasado. Templos que presentaban imperfecciones de diversa índole y que han llevado a mantener trabajos de mejora en los tejados, cimentación y la consolidación de bóvedas o muros.

 

Es de destacar los trabajos llevados a cabo en Albillos, Brazacorta, Cabañas y Matalindo, Cabezón de la Sierra, Cogullos, Congosto, Cubo de Bureba, Dobro, Entrambosríos, Escalada, Fuentebureba, Melgosa de Villadiego, Panizares de Valdivielso, Quintana del Pino, Rupelo, San Martín de Losa, Villafría, Villarmero o Villaute. Todas ellas por la urgencia de intervenir a fin de garantizar su estabilidad, para conservar el edificio en condiciones mínimas de poder ser usado para las actividades pastorales, o para recuperarlos estando ya prácticamente cerrados.

 

En estas fechas se están ejecutando obras en Arroyuelo, Berberana, Marmellar de Arriba, Palazuelos de Muñó, Quintana del Pino. A continuación se comenzarán los trabajos en Santa Cruz de Andino, Villafranca Montes de Oca, Vallejo de Manzanedo, como más importantes.