La parroquia de San Pedro Regalado de Aranda de Duero nació por decreto del arzobispo don Teodoro Cardenal el 12 de septiembre de 1990, constituyéndose oficialmente el 1 de noviembre de ese año a partir de una desmembración de la parroquia del Patriarca San José.
Se dedicó al santo franciscano Pedro Regalado en el VI centenario de su nacimiento, aunque sus restos se veneran en el cercano monasterio de La Aguilera. Al frente de la Iglesia han estado varios sacerdotes: José Luis de Pedro (1990-2000), Julio Andrés Alonso Mediavilla (diácono en 1992), Gabriel Moreno (1992-1999), Ángel Santamaría (2000-2007), y José Luis Lastra (2007-2015).
En la actualidad, el templo cuenta con unas 4.000 personas en su demarcación y corresponde al actual barrio de «La Estación». La vida de la comunidad se estructura en torno a diversas tareas evangelizadoras, a cuyo servicio están los consejos pastoral y económico, el equipo de Cáritas, el equipo de catequistas, el equipo de la revista, los dos coros, y los grupos de limpieza. Desde el septiembre de 2015, el padre Durarte Costa es el encargado de atender las labores pastorales de la parroquia.
El padre Duarte es misionero portugués, natural del archipiélago de las Azores, y ha trabajado muchos años en Tanzania. Tras cuidar diez y ocho años a sus padres ya fallecidos (su madre murió con 102 años), afronta con alegría e ilusión su nueva misión. «Por primera vez soy párroco en España, con una dinámica distinta a la misión», señala.
Charlas y oración
Durante este año, la comunidad parroquial ha organizado diversos eventos para conmemorar su cuarto de siglo. José Luis de Pedro, primer párroco fundador de San Pedro Regalado, ha organizado unas charlas acerca de los orígenes de la parroquia y ha editado un libro histórico del templo. La hoja parroquial número 60 ha recogido en sus páginas el 25 aniversario con fotos y una reseña explicando los datos históricos del templo. Y además han tenido lugar diversas reuniones entre catequistas y encuentros de oración y reflexión.
El domingo pasado el padre Duarte invitó al arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas, a oficiar la eucaristía de la tarde, misa que fue también concelebrada por todos los párrocos que han servido en el templo. Tras la celebración, todos los asistentes visitaron la exposición fotográfica del primer cuarto de siglo de la parroquia, compuesta por fotografías cedidas por personas del pueblo. Después, pudieron disfrutar en la plaza de un baile de Jotas y un vino español.
El padre Duarte echó en falta a gente de la comunidad, aunque reconoce que ésta es la realidad que hay». Para él, es muy gratificante «ser el párroco de una comunidad pobre de bienes materiales, pero rica en gente que quiere colaborar. Hay personas que llevan 25 años limpiando el templo, o gente que ayuda en el coro».
Así mismo, agradece la implicación de sus feligreses en el 25 aniversario de San Pedro Regalado. «Los mayores de entre 50 y 60 años son los más comprometidos, son los que más frecuentan la eucaristía, limpian el templo, son catequistas o preparan las fiestas. Los jóvenes tienen más dificultad con el compromiso, son también generosos, pero para cosas puntuales», resalta.
Cada uno de los seis sacerdotes que han guiado a los feligreses de San Pedro Regalado, poseen según el padre Duarte, «cualidades y dotes distintas, y la gente los ha acogido bien, con la manera de actuar de cada uno». El párroco de San Pedro Regalado apuesta por un estilo «sencillo, dentro del espíritu del papa Francisco y de nuestro arzobispo, don Fidel. Lo que se va haciendo en la parroquia esta dentro de los parámetros de la Iglesia actual».
San Pedro Regalado
Su festividad se celebra el 13 de mayo. San Pedro Regalado fue un monje franciscano del S.XV que canonizado por sus acciones de caridad, su dedicación a los pobres y sus obras milagrosas.
Nació en Valladolid en 1390. Ya desde muy pequeño mostró devoción por las causas religiosas. En 1403 entró en el convento de San Francisco. A los catorce años se traslada a La Aguilera junto con el religioso Francisco Pedro Villacreces para ayudar a reformar la orden Franciscana de Castilla.
En La Aguilera se dedicó al rezo, al estudio y al cuidado de los pobres. Fue ordenado sacerdote a los veintidós años y a partir de entonces predicó la palabra de Dios por distintos lugares y empezó a ser conocido entre las gentes por realizar diferentes obras y realizar varios milagros de bilocación. En 1746 fue canonizado por Benedicto XIV y declarado patrón de Valladolid. Es considerado patrón de los toreros.