El Señor de los Milagros de Perú celebró su día en Burgos

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La asociación peruana Hijos del Sol en Burgos organizó un año más la fiesta del Señor de los Milagros en la parroquia de la Anunciación de Burgos, contando con una buena asistencia tanto de peruanos residentes en la provincia como de burgaleses que quisieron acompañarles en tan señalada celebración.  La tarde arrancó con una una misa en honor del Señor de los Milagros, que en Perú se festeja a lo largo del mes de octubre (llamado el «mes morado») con diversas procesiones y actos religiosos.

 

También en esta ocasión la imagen del Señor de los Milagros salió en una breve procesión que tuvo lugar en el interior de la iglesia al comienzo de la eucaristía, aunque se prevé que para el año que viene el cuadro pueda salir a la calle gracias a unas andas que están a la espera de ser incorporadas. El cuadro permanece durante todo el año en el claustro de la parroquia de La Anunciación.

 

 Al evento acudieron peruanos residentes en Salas de los Infantes, junto con otras personas latinoamericanas residentes en esa localidad que forman parte del grupo parroquial de pastoral con inmigrantes. Tras la misa, que fue presidida por Paco Alonso, párroco de la parroquia de la Inmaculada, tuvo lugar aperitivo que favoreció el diálogo distendido entre todos los asistentes.

 

Burgos cuenta con dos nuevos beatos

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beatos silos

«Mártires de Cristo. Testigos de la fe» fue el lema de la beatificación de los monjes benedictinos de Silos (Burgos) que residían en el monasterio de Monstserrat: José Antón Gómez y Antolín Pablos Villanueva, que fueron asesinados junto a sus compañeros Rafael Alcocer Martínez y Luis Vidaurrázaga González.

 

El acto tuvo lugar este sábado a las 11.00 horas,  en la catedral de Santa María la Real de la Almudena. La Eucaristía estuvo presidida por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la congregación para las Causas de los Santos, y concelebró, entre otros, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro Sierra; el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino; el arzobispo de Burgos, Fidel Herráez Vegas, el obispo de Bilbao, Mario Iceta y el administrador diocesano de Osma-Soria, Gabriel Ángel Rodríguez Millán, diócesis natales de los nuevos beatos.

jose anton gomez

El padre José Antón Gómez.

Como preparación a la ceremonia de beatificación, el viernes tuvo lugar un rezo de Vísperas Votivas de San Benito en la iglesia de Montserrat, donde se encuentran las reliquias de los nuevos beatos. Además, el domingo y también en Montserrat, se celebró una misa de acción de gracias presidida por monseñor Osoro.

 

Los actos organizados con motivo de la beatificación de estos monjes benedictinos concluirán el sábado 5 de noviembre con una misa de acción de gracias que se celebrará en el monasterio de Silos, a las 12:00 horas.

Biografía de los beatos

El miércoles 27 de abril de 2016, fiesta litúrgica de Nuestra Señora de Montserrat, el Santo Padre Francisco firmó el decreto de beatificación de los mártires benedictinos del monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos), José Antón y compañeros mártires, que dieron su vida por Cristo a lo largo del año 1936 en Madrid. Los cuatro monjes residían en el priorato de Santa María de Montserrat, que el monasterio de Silos poseía en la capital de España desde 1922.

antolin pablos

El padre Antolín Pablos

José Antón Gómez nació en el pueblo burgalés de Hacinas en 1878 y residía en Madrid desde 1919 en que fue nombrado prior; a él se debe la restauración material de la iglesia de Montserrat y la formación de una pequeña comunidad monástica, dedicada al ministerio propio de su vocación monástica. El 20 de julio de 1936, ante el cariz que tomaban los acontecimientos, disolvió la comunidad y buscó refugio en casa de algunos amigos y finalmente en una pensión. En ella fue detenido el día 24 de septiembre, conducido a la checa de Fomento y fusilado inmediatamente.

 

Antolín Pablos Villanueva era natural de Lerma (Burgos), donde nació en 1871. Estuvo algunos años en las fundaciones que Silos tenía en México, padeciendo allí la persecución zapatista. En Madrid, desde 1919, se dedicó a la investigación histórica. Fue fusilado el 8 de noviembre de 1936 en Soto de Aldovea, junto a cientos de detenidos de la cárcel Modelo.

 

Rafael Alcocer Martínez (Madrid, 1889) era un gran orador y un excelente arabista. Detenido en una librería donde se refugiaba, fue asesinado el 4 de octubre en compañía de otro sacerdote de la diócesis de Sigüenza.

 

Luis Vidaurrázaga González era un bilbaíno nacido en 1901. Estaba en Madrid desde 1928, donde se dedicaba a la dirección espiritual y a las clases de gregoriano. Refugiado en casa de un amigo, fue delatado, detenido y ajusticiado en la noche del 31 de diciembre de 1936.

Los miembros del Apostolado de la Oración celebran en Aranda su encuentro diocesano

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El pasado 29 de octubre, los miembros del Apostolado de la Oración celebraron su tradicional encuentro diocesano. Esta vez eligieron como marco la iglesia de Santa María, en Aranda de Duero, por ser templo jubilar en este Año de la Misericordia.

 

Entre los actos del día figuraron una conferencia a cargo del director del Apostolado de la Oración de la diócesis de Toledo, Pelayo Rodríguez Ramos; imposición de medallas, procesión y eucaristía. La jornada concluyó con una comida de hermandad y un acto eucarístico consistente en el rezo de Vísperas y exposición del Santísimo Sacramento.

2016 10 31 lunes: resumen de prensa

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Actualidad

El nuncio del Papa en España impuso el viernes a Fidel Herráez el palio que simboliza la unidad de los arzobispos con su Santidad:

 

Los burgaleses Antolín Pablos y José Antón, el madrileño Rafael Alcocer y el bilbaíno Luis Vidaurrázaga, que fueron asesinados a finales de 1936 por defender su fe cristiana, fueron beatificados el sábado en La Almudena:

Solidaridad

El Hospital San Juan de Dios de Burgos colabora por primera vez con el Banco de Alimentos de la ciudad:

Cultura

La Catedral de Burgos acogerá la intervención de luz de Victoria Coeln “Chromotopia Santa María”, incluida en las actividades paralelas al II Foro de la Cultura en colaboración con el Foro Cultural de Austria y el Cabildo de Burgos:

Historia

Reportaje sobre el primer camposanto extramuros de la ciudad de Burgos, que fue mandado construir por el general Thiebault durante la ocupación francesa en 1809, junto al Monasterio de San Agustín:

Sociedad

El número de defunciones se ha incrementado en algo más del 3 por ciento este año en Burgos:

 

Con motivo de la próxima celebración de ‘Todos los Santos y conmemoración de los Fieles Difuntos’, los próximos días 1 y 2 de noviembre, se celebrarán en el Cementerio Municipal de San José actos religiosos:

 

Los desahucios practicados tanto por ejecuciones hipotecarias como en incumplimientos de la Ley de Arrendamientos Urbanos no paran de crecer en la provincia de Burgos:

 

El Plan de Igualdad, elaborado por el Ayuntamiento y aprobado el viernes, descubrió que hay 5.862 hogares ocupados por mujeres mayores y 1.675 por hombres que viven solos:

 

«Enterrar a los muertos es la expresión de respeto y valoración de la persona»

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Ezequiel Rodríguez Miguel nació en 1954 en el Valle de las Navas, en la pequeña localidad burgalesa de Melgosa, aunque fue en Hontomín donde pasó su niñez. Tras pasar 14 años en Miranda, como párroco de San José de las Matillas y como capellán en el Hospital Santiago Apóstol de esta localidad, se trasladó a Burgos capital, donde desde hace dos años ejerce como capellán de los dos tanatorios que allí se encuentran.

 

En distintas épocas y en todas las culturas se respeta a los muertos y se tienen ritos de despedida por la creencia en un mundo desconocido y espiritual. Sin embargo, hay diferencias notables derivadas del concepto distinto sobre la divinidad en el cristianismo: «En la muerte del cristiano y en sus exequias,- explica Ezequiel- la Iglesia confiesa, celebra y vive la fe en Jesucristo muerto y resucitado. En ellas, se celebra el Misterio Pascual, para que quienes por el bautismo fueron incorporados a Cristo muerto y resucitado, pasen también con Él a la vida eterna».

 

ezequiel

Ezequiel es el capellán de los tanatorios de Burgos desde hace dos años.

Es por esto que enterrar a los muertos es una obra de misericordia presente en este año jubilar. Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales «ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades». «Si en cada una de ellas se pone remedio a una carencia, ¿qué mayor debilidad que nuestra finitud?», expone Ezequiel. «La muerte nos iguala a todos los seres humanos, y no todos tienen la posibilidad de una despedida digna. Pensemos en época de pestes, guerras, pobreza, indigencia». Por eso, desde el amor misericordioso del Padre, la Iglesia, en su predilección por los necesitados, manda despedir con dignidad y respeto a los difuntos. «Hoy en día, una manera de vivir la séptima obra de misericordia corporal es también la participación en el entierro de aquellas personas que han significado algo para nosotros». Y es que enterrar a los muertos era (y sigue siendo) la expresión de respeto y valoración de la persona, «el difunto no queda simplemente olvidado y deja de existir». Todos los cultos a los muertos parten siempre de la creencia de que, de una u otra manera, viven en el mundo del «más allá».

Enterrar y orar                                            

Pero además, la obra de dar entierro a los difuntos va acompañada de otra: La séptima obra de misericordia espiritual, que es «orar a Dios por los vivos y por los difuntos». «Pienso que la oración por los difuntos tiene esta doble vertiente: En primer lugar, es expresión de nuestra vinculación con ellos; de esta forma, reafirmamos nuestra fe en la resurrección y que el amor es más fuerte que la muerte. En segundo lugar, rezamos para que en su tránsito a la otra vida, Dios Padre lo acoja en su Reino. Confiamos que en virtud de nuestra plegaria, el amor de Dios actúa saludablemente en la persona por la que oramos». Por todo esto, para los creyentes son tan importantes las plegarias por los difuntos. La Iglesia ofrece diversas fórmulas, modos y momentos, sobresaliendo la Eucaristía como la oración más perfecta.

 

La liturgia de exequias es por tanto un canto a la esperanza. «Aunque como todos los seres humanos, tenemos miedo a lo desconocido, para los cristianos el amor es más fuerte que la muerte. La fe, que es confianza plena en Dios Padre, mitiga nuestros miedos». Y ante la próxima celebración del día de Todos los Santos, «recordemos que nuestros santos esperaban impacientes este día, el de la muerte. Santa Teresa de Jesús decía: ‘vivo sin vivir en mí / y tan alta vida espero / que muero porque no muero…’ La Iglesia celebra la fiesta de los Santos el día de su muerte, no de su nacimiento porque considera que el día de la muerte es el nacimiento a la Vida».