
Jesús Ruiz, José Manuel Madruga y Faustina Hernando, esta mañana en rueda de prensa.
Las cifras demuestran que Burgos está a la cabeza de las diócesis de la Región que más se implican con el mundo de las misiones, no solo en número de misioneros, sino también en la colaboración económica y en los donativos a los mismos. El año pasado, la Iglesia burgalesa entregó a Obras Misionales Pontificias un total de 518.149,41 euros, una cifra que dobla lo entregado por la segunda diócesis del ránking, Valladolid. Datos que este año son superiores a los de ediciones anteriores debido a herencias y legados particulares (292.610,45 euros) que, sumados a los donativos de la campaña del Domund (225.548,96 euros), llegarán a los cinco continentes a través de la delegación de misiones: «La diócesis es muy coherente y consecuente con sus misioneros, existe una gran solidaridad entre los burgaleses con el mundo de la misión y la campaña del Domund sigue teniendo mucha fuerza», ha matizado José Manuel Madruga, delegado de Misiones. Ha revelado sentirse «sorprendido» por la solidaridad que existe entre los fieles de la diócesis. Parroquias como San Lesmes o la Anunciación entregaron el año pasado más de 10.000 euros cada una y San Juan Evangelista, cerca de 6.000.
En cuanto al número de misioneros, Burgos ocupa la segunda posición entre las diócesis españolas superada solo por Madrid. En la base de datos de la delegación de Misiones se contabilizan un total de 735 misioneros. De ellos 86 están en África, 525 en América, 22 en Asia, 1 en Oceanía y 101 en países europeos.
Transmitir amor y recibir el ciento por uno de lo que se da
Su labor consiste en anunciar el evangelio y «dar esperanza y vida» allá donde se encuentren. Tal es el caso de Jesús Ruiz Molina, un sacerdote comboniano natural de Cueva de Roa. Desde hace tres décadas trabaja en África y desde 2005 colabora en una misión en la República Centroafricana. «Allí asistimos a un país destrozado –ha revelado–, en guerra desde 2003 donde lo único que pretendemos es que la Iglesia sea realmente una Madre». En su pequeña parroquia acogen a cerca de 4.000 refugiados e intentan paliar el dolor de quienes sufren las crisis migratorias y los enfrentamientos que surgen entre los pigmeos. «Allí no hay hospitales ni carreteras y hay muchas carencias; es un país desolado y lo único que queremos es devolver la dignidad a este pueblo», asegura.
A pesar de las dificultades, Jesús –que acompaña estos días a su padre enfermo en Burgos– asegura con convicción que regresará a la misión. También tiene en mente hacer lo mismo la hermana Faustina Hernando, una misionera de acción parroquial natural de San Miguel de Pedroso que ha trabajado durante 38 en Venezuela. A pesar de haberse retirado, «mi deseo es volver», relata con fuerza, ya que «el misionero transmite amor y recibe el ciento por uno de lo que da».
«El misionero trabaja mucho y hace lo que nunca se hubiera imaginado: escucha, acoge, consuela, descubre la experiencia de la fiesta y el dolor con los que comparte su vida». Hernando ha vivido el drama de «la violencia y la muerte» en un país que «es rico por su naturaleza, pero sobre todo por sus gentes»
90 aniversario
Este domingo se celebra el día del Domund y la diócesis ha querido hacer públicos los datos referentes a su actividad misionera en el año en que esta campaña cumple su 90 aniversario. Las parroquias de la provincia realizarán este domingo una colecta especial y la delegación de misiones convoca a los burgaleses a una vigilia de oración que tendrá lugar este viernes, a las 20:00 horas, en el monasterio de las Madres Salesas.