El Monasterio de las Trinitarias de Burgos cumple hoy cien años
San Juan de Mata fundó en Burgos el primer Monasterio de Padres Trinitarios el 14 de marzo del año 1207. Desde su fundación y en obediencia a su carisma redentor hospitalario, el convento tuvo también un hospital a su cargo, que el Papa Inocencio III nombró en 1209 «Hospital de la Trinidad». En ese mismo año y en estrecha relación con el servicio a los cautivos, pobres y enfermos surgen las primeras hermanas (denominadas «freilas» o «beatas»), que habitaban en las dependencias del monasterio de los Padres, hasta que obtuvieron morada propia. El primer convento solo para contemplativas había sido fundado en Avingaña (Lérida) en 1236.
La fundación de Burgos, uno de los primeros de la Orden, data del año 1320. Pero lo cierto es que la comunidad peregrinó por la ciudad por diversos emplazamientos. Primero en la calle la Puebla, luego residió en el actual edificio de Correos de la calle San Pablo (donación del Duque de Sessa), hasta que, obligadas a abandonar el inmueble por la invasión de los franceses (1808-1812) retornan a la calle la Puebla en 1814 y poco tiempo después a una casa cercana al solar del antiguo convento. Finalmente ocuparon el monasterio restaurado el 30 de agosto del año 1829. Nuevamente, la historia será testigo del carácter itinerante de esta comunidad, pues el 14 de noviembre de 1868 la comunidad tendrá que volver a salir como consecuencia de la revolución y destronamiento de Isabel II, hija de Fernando VII, y esto por espacio de siete años, en los que moraron en el convento de las MM. Bernardas. El 13 de noviembre de 1875 volvieron al convento de la Calle San Pablo, propiedad de las Trinitarias durante cuatro siglos, y habitaron en él hasta el año 1917, en que se construyó el convento en su nuevo y definitivo emplazamiento junto a las Carmelitas Descalzas de la Plaza de Santa Teresa.
En 1966, los breves pontificios Perfectae Caritatis y Ecclesiae Sanctae reunieron en una única Orden a todas las comunidades contemplativas de trinitarias (calzadas, descalzas y recoletas), teniendo en cuenta su origen común y su servicio a la redención de las almas. Tomaron el nombre común de Monjas de la Orden de la Santísima Trinidad y de los Cautivos, simplemente conocidas como Trinitarias contemplativas.
La Familia Trinitaria está integrada por los hermanos, las hermanas y los laicos que llevan el nombre de la Trinidad como titular y reconocen como Padre a San Juan de Mata. En la comunión de un mismo carisma, los miembros de la Familia Trinitaria, desde distintas partes del mundo, proclaman la verdadera libertad para los que carecen de ella, promueven la dignidad de los pobres y oprimidos, acogen a los refugiados, emigrantes y transeúntes, ayudan a los más necesitados, anuncian el evangelio en tierras de misión, son solidarios con los perseguidos a causa de su compromiso con el evangelio y ejercen el ministerio pastoral según la índole propia de su carisma.