«Pedid al Señor que sea un obispo sencillo»

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«Pedid por mí para que sea un hermano servidor y sencillo entre vosotros». Ha sido la petición que el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, ha hecho en la tradicional felicitación navideña a los burgaleses en las horas previas a la Nochebuena. Ha sido en una sencilla celebración de la Palabra que ha reunido a decenas de personas en la Facultad de Teología en una «constatación gozosa de que nos queremos».

 

El pastor de la Iglesia burgalesa ha hecho balance de sus dos años de ministerio episcopal en la diócesis. Transcurrido este tiempo, don Fidel ha revelado que «os siento, de verdad, como mi familia» y que las muestras de cariño recibidas hacen que «me sea más fácil serviros».

 

«El Señor me ha encomendado esta Iglesia diocesana como mi familia y mi esposa, y yo sería mal esposo si no viviera este amor». En este sentido, el prelado ha solicitado a los presentes pedir por él «para que sea lo que tengo que ser, un hermano vuestro que os sirve como un obispo humilde, sencillo». En el marco de la Navidad, don Fidel ha revelado que le impresiona la «humildad y sencillez» de todo lo que rodea estos días, el establo, los pastores, y que esa sencillez es la que desearía vivir en su propio ministerio episcopal.

 

Por su parte, el vicario general, Fernando García Cadiñanos, ha trasladado al arzobispo en nombre de los miembros de la diócesis los deseos de una santa Navidad, con el anhelo de ser una Iglesia en la que se viva «el servicio desinteresado y generoso».

 

Al finalizar el acto, el arzobispo ha dado a besar la imagen del Niño Jesús y ha felicitado personalmente la Navidad a los presentes.

Concluye la restauración de la capilla del Corpus Christi

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La Fundación Caja de Burgos, la Obra Social La Caixa y el Cabildo de la Catedral han culminado la restauración de la capilla del Corpus Christi, la última de toda la seo que quedaba por recuperar, gracias al convenio suscrito hace dos años, mediante el cual las dos primeras entidades han aportado conjuntamente 200.000 euros, mientras el Cabildo ha contribuido con 60.000.

 

La intervención ha afectado únicamente al interior de la capilla (tanto la portada como las fábricas exteriores y la cubierta ya habían sido restauradas anteriormente), incluyendo sepulcros, carpintería, rejas y vidrieras. Los trabajos se han centrado, por tanto, en la limpieza, consolidación y puesta en valor de todos los elementos arquitectónicos, escultóricos, pictóricos y bienes muebles. La restauración ha logrado solventar las patologías que afectaban a la capilla: acumulación de suciedad, depósitos de polvo cohesionados, eflorescencias de sales, descomposición del rejuntado de los morteros en las fábricas, fracturación de la piedra por oxidación de anclajes metálicos, pérdida de elementos ornamentales y deterioro de policromías, entre otros. Igualmente se ha recuperado la imagen original de la bóveda, que presentaba fingidos antiguos, según ha explicado el arquitecto que ha dirigido los trabajos, José Manuel Álvarez.

 

La capilla luce ahora más esbelta, pues se han eliminado cajoneras y algunos cuadros que se ubicarán en otros lugares del templo. Además, la obra se ha completado con la creación de una nueva vidriera alusiva a la eucaristía, obra de Enrique Barrio, y la colocación en este espacio de la réplica del Santo Cristo que sale en procesión en la Semana Santa burgalesa.

 

Ubicada en el claustro alto de la catedral, la del Corpus Christi es una capilla que data del siglo XIV y destaca por ser la antesala al archivo catedralicio y a la sala capitular y por haber albergado hasta ahora una de las piezas más misteriosas de la seo, el cofre del Cid, que provisionalmente se ha trasladado al claustro.

 

Colaboración continuada

 

Dentro de los sucesivos convenios suscritos desde 1987 con el Arzobispado de Burgos para la para la restauración de la Catedral, la Fundación Caja de Burgos ha llevado a cabo, entre otras intervenciones, la recuperación de las galerías oeste (finalizada en 2011) y norte (2012) del claustro alto de la seo. Por su parte, la colaboración también de La Caixa ha hecho posible la restauración de las galerías sur y este.

 

Desde 1987, cuando se inició la colaboración de Caja de Burgos con la Diócesis, Caja de Burgos ha invertido más de 6,5 millones de euros para la conservación, estudio y difusión del patrimonio catedralicio y diocesano. Gracias a estas aportaciones se han realizado diversas actuaciones, como la restauración de la sillería del coro de la Catedral, una intervención integral en la nave mayor y la recuperación del claustro bajo y adecuación como área de interpretación.

«Tengan mucho o poco, en Navidad todo se comparte»

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misionera guatemala

 

La hermana Consuelo Pozo es religiosa del Amor de Dios y procede de Valluércanes. Ha pasado 27 años en México como misionera, y en la actualidad desarrolla esta labor en Guatemala, donde lleva ya nueve años. Allí vive en La Blanca, un municipio perteneciente al departamento de San Marcos, un lugar que «produce muchos plátanos» y en el que «siempre es verano». Trabaja en la guardería Padre Usera, que fundó al llegar al país, y tratan de combatir la desnutrición infantil.

 

Consuelo cuenta que la celebración de la Navidad pilla a los niños guatemaltecos en plenas vacaciones escolares, equivalentes a las vacaciones de verano de los niños españoles y que abarcan los meses de noviembre y diciembre. No hay celebración de Reyes para ellos, pero sí reciben regalos en el Día del Niño, que es el 1 de octubre.

 

Sin embargo, las navidades sí tienen un marcado carácter familiar, y las principales celebraciones se llevan a cabo antes de la Nochebuena y la Navidad, con la fiesta de Las Posadas.

 

Consuelo explica que nueve días antes de la Navidad se recuerda el recorrido que realizaron María y José para alojarse en alguna casa que les diera cobijo ante el nacimiento del Niño Jesús. «Se utilizan unas andas sobre las que se colocan las figuras de ambos, y se hace una procesión durante la cual las imágenes se presentan en diversas casas (cada día visitan una), ya seleccionadas por las hermandades que organizan Las Posadas». La casa elegida como «posada», que está decorada para la ocasión, acoge a todos los que participan en esta fiesta, y en el interior «se medita la Palabra de Dios, se cantan villancicos y se rescatan los valores de la familia». Se ofrece un café y un pan dulce, o tamales y ponche según el poder adquisitivo de la familia que reside en la casa: «Tengan mucho o poco, en esta reunión todo se comparte y se realiza una convivencia».

 

Pasada la fiesta de las Posadas, llegan la Nochebuena y la Navidad, que las familias celebran en su propia casa. La Misa del Gallo tiene lugar a las 19:00 horas, ya que «las calles son peligrosas por la noche, por lo que es mejor asistir pronto». La Nochebuena merece una gran celebración, y se lanzan fuegos artificiales, que vuelven a estar presentes también en Nochevieja. El periodo navideño concluye el 25 de diciembre, con la Navidad, y al día siguiente se vuelve a hacer vida normal.

 

En cuanto a elementos típicos de estas fechas, Consuelo cuenta que también se decora el hogar con el árbol de Navidad y el belén, aunque este último «no está siempre presente». Y al igual que en otros países, el pavo también se convierte en el alimento más destacado, seguido del pollo y los tamales, un plato que se prepara a base de masa de maíz.

Una Navidad familiar para que nadie se sienta solo

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A la izquierda, sor Lali y José Luis, un voluntario. A la derecha, sor Lourdes y sor Ángela.

A la izquierda, sor Lali y José Luis, un voluntario. A la derecha, sor Lourdes y sor Ángela.

 

 

Está claro que la Navidad es época de familia, de pasar juntos hermanos, padres, abuelos, hijos y nietos estas fechas tan significativas. Pero no todos tiene la suerte de contar con un hogar y una familia que le arrope durante las fiestas, y se enfrentan a una situación en la que el desamparo y la soledad cobran fuerza. Sin embargo, ante esta realidad, la Casa de Acogida de San Vicente Paúl, gestionada por las Hijas de la Caridad en la calle Saldaña, abre sus puertas (como todos los días) para que estas personas puedan disfrutar del calor familiar.

 

La Casa de Acogida trabaja durante todo el año dando cobijo a unas 40 ó 50 personas, pero en Navidad ven como estas cifras aumentan considerablemente, llegando a ser unas 70. Allí son atendidas por seis religiosas y un buen grupo de voluntarios, unos 50, que, claramente, no coinciden todos al mismo tiempo. Voluntarios que son de oro, y que no dudan en prestar su ayuda y colaboración incluso en los días más señalados, como la Nochebuena, la Navidad o la Noche Vieja.

 

Sor Ángela, una de las hermanas, explica que tratan de crear un clima familiar y acogedor, y desde luego que lo consiguen. «Intentamos darles todo el ambiente familiar que podemos. La familia es insustituible, pero para muchos la familia no existe, y es aquí donde pasan la mayor parte del tiempo, y más en estas fechas. Acuden en busca de calor y compañía, y saben que aquí lo van a encontrar».

 

A la Casa de Acogida llegan en Navidad perfiles de personas muy variados, también de distintas religiones, como son los musulmanes, pero todos son respetuosos. «Nosotros ambientamos toda la casa con decoración y detalles navideños. Vivimos la Navidad cristiana, y el misterio, con sus protagonistas, está muy presente. Cuando todos nos reunimos, comentamos porqué estas fechas son importantes para nosotros y qué es lo que estamos celebrando. Al igual que durante el resto del año hacemos gestos como por ejemplo, la bendición de la mesa, y dejamos a la libertad de cada uno el participar o no según sus creencias, en Navidad pasa lo mismo».

 

Villancicos, teatro y cena navideña

 

Hoy comienzan los festejos con una celebración que los propios participantes han preparado. Se trata de una representación teatral de carácter navideño en el que se realizará  una introducción, una oración y se cantarán villancicos, además de transmitirse un mensaje de Navidad. Y ya entrando en fiestas, el día 24 procuramos hacer una cena muy especial y bien preparada. Sor Lourdes, que está al frente de la Casa como superiora desde septiembre, explica que esta cena consiste en unos entrantes «a base de jamón, de langostinos, espárragos, y fritos. Después les ofreceremos de primero un consomé y dorada de segundo. De postre podrán disfrutar de un flan con helado y una bolsita con dulces navideños. Y como aquí no pueden beber alcohol, les daremos Coca-Cola». Pero antes de la cena, el ambiente navideño vendrá de la mano (o más bien las voces) de un coro, que acompañado de acordeón y otros instrumentos, cantará villancicos y animará a los participantes a unirse.

 

No hay niños presentes, pero sí muchos «muy jovencitos», según sor Ángela, de poco más de 20 años. y aunque algunos, jóvenes o no, presenten una actitud de indiferencia en estos días o de poca implicación, «agradecen a su manera estar aquí».

 

Los Reyes Magos también son generosos son quienes pasan la Navidad en la Casa. Sor Lali cuenta que el 6 de enero reciben una bolsa llena de regalos destinados a cubrir sus necesidades básicas: «Cuentan con productos de aseo de todo tipo, como jabón, champú, pasta y cepillo de dientes, peines, además de ropa interior y otros productos que puedan necesitar». No son los únicos regalos que reciben en estas fechas, ya que «en Nochebuena reciben un regalo muy especial por parte de la Caixa, que participa trayendo zapatos nuevos. Viene una partida grande y cada uno elige los que mejor le vienen o más le gustan».

 

Cuando se pregunta a las hermanas qué tipo de necesidades tienen las personas que acuden a la Casa de Acogida, la respuesta es «todas». Muchos llegan derivados desde Cáritas, con quien se coordinan perfectamente, además de con el resto de servicios sociales. Entre los principales problemas que presentan los usuarios de la Casa, están los mentales. «Es consecuencia en la mayoría de veces de las drogas. Antes se morían por una sobredosis, pero ahora, gracias a que hay tratamientos, pueden salvar la vida, pero la cabeza queda tocada para siempre», comenta sor Ángela. También hay personas que han tenido una vida normal, hasta que aparece un problema, «una ruptura en la familia que provoca que esta quede desestructurada y que queden a la deriva». Para todos ellos, sea cual sea su origen, la Casa de Acogida les abre las puertas para que puedan disfrutar de una Navidad de verdad: celebrando el nacimiento de Dios y acogidos en familia.

 

2017 12 22 viernes: Resumen de prensa

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