«La buena noticia, la comunicación, están en el ADN de la Iglesia»

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Pregon Semana Santa 2018

 

El periodista burgalés Faustino Catalina abrió ayer la Semana Santa burgalesa con un pregón en el que auguró un futuro viable «siempre que no se pierda de vista su última razón de ser de celebración de una fe, de unas creencias, de una piedad popular más allá de algunas tendencias que cada día ganan terreno en nuestra sociedad en la que se confunden laicidad y laicismo».

 

Según el director de Linterna de la Iglesia e Iglesia Noticia de la Cadena Cope, «no es hora de lamentaciones sino de mirar hacia adelante porque su revitalización y renovación, emprendida con éxito desde hace algunos años, se podrá conseguir si se lleva a cabo a partir del entorno familiar con la transmisión insustituible de sus mejores esencias de padres a hijos, amigos, vecinos o visitantes. Y hacerlo sin caer en el error de compararse con las celebraciones de otras ciudades porque lo importante es cuidar y potenciar lo que tenemos».

 

Una mal entendida laicidad

 

«Jesucristo sigue crucificado hoy, de alguna manera, cuando algunos sectores sociales y políticos se empeñan en suprimir o marginar de la vida pública su huella y su mensaje. Es una mal entendida laicidad que pretende recluir a la iglesia en las sacristías y construir un mundo y una religiosidad a medida, a la carta, en el que no tienen cabida ni lugar no ya solo el cristianismo, sino la historia y la experiencia religiosa. En el mundo de la educación, más de lo mismo, con la pretensión de hacer desaparecer de los planes de estudio la referencia al hecho religioso sin el cual no se puede entender ni comprender la historia y la cultura», denunció el pregonero.

 

Jesucristo sigue crucificado hoy, de alguna manera, cuando algunos sectores sociales y políticos se empeñan en suprimir o marginar de la vida pública su huella y su mensaje.

 

En este contexto, mantuvo Catalina, «la Semana Santa que vamos a celebrar nos interpela. Nos habla de esfuerzo, de entrega, de sacrificio, de algunos términos y planteamientos de vida que parecen abocados a la extinción o el olvido en una sociedad que se ha acomodado a la ley del mínimo esfuerzo, de un mal entendido bienestar social donde sólo hay espacio para los derechos y no para las obligaciones. Una sociedad en la que el consumismo sin límites ahoga la iniciativa y la creatividad mientras, de cara al futuro, no parece haber lugar para la renuncia, para el silencio, para la soledad, para la cruz, que también tiene sus momentos y su lugar en la vida de cada uno».

 

La buena noticia

 

Catalina aludió también al especial compromiso de los profesionales del periodismo con la buena noticia de Jesucristo, «que es fuente de vida, misericordia y perdón y nos propone trabajar por la justicia para construir un mundo más humano, cercano y pendiente de quienes están oprimidos o marginados; nos anima a superar momentos de oscuridad y a ser luz en medio de la noche; nos trae alegría y esperanza para caminar hacia un futuro esperanzador».

 

«La buena noticia, la comunicación, está en el ADN de la Iglesia. El papa Francisco es un excelente comunicador porque habla claro y en cristiano. Nos anima a salir a las calles y periferias; a convertir la iglesia en un hospital de campaña; a construir una iglesia pobre y para los pobres desde una verdadera revolución de la ternura y a comunicar la buena nueva con alegría».

 

El acto, que se celebró en la Catedral con la participación de las dieciséis cofradías y hermandades de la ciudad, se cerró con la intervención de la Coral de Cámara de la Universidad Isabel I que, bajo la dirección de Enrique Yuste, interpretó obras de Mendelssohn, Rheinberger y Bruckner.

La piedad popular: experiencia y anuncio de nuestra fe

por redaccion,

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Cuando ya nos vamos acercando a la Semana Santa, deseo animaros a todos a que nos preparemos para vivirla con una actitud creyente y sincera que nos ayude a descubrir su permanente y profundo significado. En la Semana Santa hacemos memoria de los acontecimientos centrales de nuestra fe. El Misterio del Amor más grande se presenta ante nosotros. Ojalá sean días auténticamente santos que nos ayuden a descubrir el rostro verdadero de un Dios que es Amor y que entrega su vida para que nosotros tengamos «Vida en abundancia» (Jn 10,10).

 

Desde muy pronto, la fe del Pueblo de Dios ha unido a las celebraciones de la Semana Santa cristiana expresiones religiosas populares que, con las características propias de cada tiempo y lugar, reconstruyen lo que aconteció en Tierra Santa hace casi dos mil años. Os invito a participar en las celebraciones litúrgicas de la Catedral o de las parroquias y a asistir a las procesiones que estos días recorrerán las calles y plazas de nuestras ciudades y pueblos, organizadas con esmero y particular piedad y belleza por las distintas Cofradías y Hermandades de nuestra diócesis.

 

Hoy quiero dirigirme más concretamente a todos los que vais a dedicaros de modo especial a preparar las celebraciones de esos días, porque estáis comprometidos en la diversidad de manifestaciones que dan vida, hondura y colorido a la Semana Santa. Me vienen a la memoria los cientos de cofrades que vais a procesionar durante unas horas en público, pero que ya venís preparándolo a lo largo de muchos meses. Deseo recordar también a quienes vais a realizar representaciones vivientes de la Pasión, por el esfuerzo y la profunda reflexión que lleva consigo. Otros muchos estáis preparando viacrucis, y horas santas, o estáis planificando monumentos y vigilias, o estáis recuperando canciones tradicionales. Cuando observamos esta diversidad de actos y de iniciativas no puedo menos de admirar la fecundidad de la fe para traducirse en formas tan diversas y variadas. Y tampoco puedo dejar de valorar la sensibilidad de tantos creyentes que no sólo viven de modo individual su fe sino que contribuyen con generosidad para que todos nosotros podamos experimentar la riqueza humana y espiritual que procede de la Redención de Cristo.

 

En nombre de toda la diócesis os agradezco vuestro esfuerzo y vuestra constancia. Os felicito por vuestro servicio a la Iglesia y a la sociedad. Os animo a seguir cultivando ese compromiso. En todo ello se muestra la vitalidad de nuestra Iglesia burgalesa. Gracias a tantos de vosotros la fe se hace visible en el espacio público. Y vosotros, más incluso de lo que pensáis, os convertís en apóstoles y en evangelizadores. Sois testigos de que la fe se vive comunitariamente y se encarna en formas culturales que tocan el corazón y enriquecen la imaginación de quienes lo observan. Sabéis también que son muchas las personas que se acercan, especialmente en estas fechas, a las distintas formas y manifestaciones de la religiosidad popular. Pueden llegar atraídos por distintos valores y motivos. Pero, sin duda, la religiosidad popular será para ellas un signo y un vínculo que les una a la Iglesia y a la Verdad cristiana. Deseo recordaros, aunque lo sabéis muy bien, que todo cuanto hacéis recibe su sentido de una fe auténtica y sentida. No dejéis de formaros en la fe y de ejercer la caridad con los más necesitados. Ello contribuirá a la belleza y a la creatividad de lo que hacéis durante los próximos días.

 

Como sabéis también el Papa Francisco alaba enormemente la piedad popular. En ella, dice, está presente una auténtica vida teologal, que llega a denominar «mística popular». Además destaca que es un acto de inculturación de la fe, un gesto evangelizador, porque encarna la fe en la cultura del pueblo sencillo y porque «conlleva la gracia de ser misionera». «Las expresiones de la piedad popular, nos dice en la Evangelii Gaudium, tienen mucho que enseñarnos y, para quien sabe leerlas, son un lugar teológico al que debemos prestar atención, particularmente a la hora de pensar la nueva evangelización» (EG 124-126).

 

Que la gracia de Dios nos ayude para que esta próxima Semana Santa sea para todos una experiencia viva de fe y un testimonio evangelizador. Que acompañemos a Jesús en su camino hacia el Calvario para celebrar también con Él el gozo de su Resurrección.

Nuevos diáconos: «Llamados a servir, no a triunfar»

por redaccion,

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«Habéis sido llamados a servir, no a triunfar». Ha sido la advertencia que el arzobispo de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, ha hecho a los dos jóvenes que esta mañana han recibido la ordenación como diáconos. Diego Luis Diez e Isaac Hernando González han recibido el primer grado del sacramento del orden sacerdotal convirtiéndose en un «signo de Cristo, que no vino a buscar aplausos, sino a servir y dar su vida por nosotros».

 

En una abarrotada iglesia de la Inmaculada y ante la presencia de familiares, amigos, numerosos sacerdotes y diáconos de la Iglesia burgalesa y de otras diócesis vecinas, el arzobispo ha impuesto las manos sobre Diego e Isaac, haciendo que concretaran su vocación bautismal en la «entrega y servicio a la Iglesia y a los hombres» como diáconos. «A veces pensamos que las órdenes sagradas son una vocación especial y no nos damos cuenta de que lo verdaderamente especial es que todos hemos sido ungidos por Dios en el bautismo», ha dicho el arzobispo. «Esta es la primera y más importante vocación que hemos recibido, y el diaconado de estos jóvenes es una concreción de su vocación bautismal». «No desearía imponer las manos para ordenar diáconos a nadie que no hubiera asumido todas las consecuencias de su vocación bautismal», ha revelado.

 

En su homilía, el pastor de la Iglesia burgalesa ha pedido a los nuevos diáconos responder a su vocación, pues han sido «elegidos para servir y amar»: «toda vuestra vida no se puede entender si no es desde el amor». «Ser diácono no es un título especial o una promoción humana», ha advertido. «Quizás en otros tiempos sí pudo ser así. Pero hoy, gracias a Dios, ya no es así». La ordenación «no tienen nada que ver con el poder humano, sino con el servicio y la entrega de amor. No se trata de símbolos de honor, sino de cargos de servicio», ha insistido.

 

Iglesia «servidora y martirial»

 

Además, don Fidel ha insistido en que su ordenación está «al servicio de la comunidad». En efecto, ha dicho, la vida cristiana no se puede vivir de modo aislado, pues eso sería un «cristianismo tarado». «Vuestra entrega está al servicio de la comunidad, para continuar en ella la obra salvadora de Dios».

 

En parecida línea se ha manifestado también el obispo auxiliar de Baangassou, don Jesús Ruiz Molina, quien también ha concelebrado en la ceremonia. Testigo de una guerra «incivil» en República Centroafricana, el prelado burgalés ha pedido a los nuevos diáconos vivir su ministerio en favor de una Iglesia «samaritana, servicial y martirial», como la que él acompaña en su episcopado.

 

Por su parte, los nuevos diáconos han agradecido el respaldo de sus amigos, familiares, formadores del Seminario y Facultad de Teología, sus parroquias de origen y en las que han realizado su trabajo pastoral. A todos ellos han pedido oraciones, «porque les harán mucho bien».

 

Más: galería fotográfica de la celebración

Villagarcía de Campos acogerá el próximo encuentro regional de catequistas

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La localidad vallisoletana de Villagarcía de Campos reunirá el próximo 14 de abril a catequistas de la región del Duero-Iglesia en Castilla, en una jornada de convivencia y formación en la que, de la mano del vicario de evangelización de la diócesis de Calahorra-Logroño y delegado de catequesis, Víctor Manuel Jiménez López, se abordará el tema «Catequesis y Familia».

 

El encuentro regional, con una orientación no solo formativa, sino celebrativa y también lúdica, incluirá una visita a Urueña, la Villa del Libro, y opcionalmente, al Museo-Colegiata de Villagarcía. Como alternativa, un taller de canciones y gestos para el catecismo Jesús es el Señor. La salida desde Burgos está prevista para las 8,30 horas desde la iglesia de Nuestra Señora de La Antigua, Plaza España, 8,35, y San Agustín, a las 8,40.

 

Para asistir a esta jornada es necesario inscribirse antes del 11 de abril, bien llamando al teléfono 617548299 (Rafael Casado), por email [email protected], o en la Casa de la Iglesia, de lunes a viernes de 11 a 13 horas.

Nota de prensa: La diócesis celebra el Día del Seminario con la ordenación de dos diáconos

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El arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez Vegas, presidirá mañana sábado la solemne eucaristía en la que los jóvenes Diego Luis Diez (29 años) e Isaac Hernando González (26) recibirán la ordenación como diáconos. Se trata del primer grado del sacramento del orden sacerdotal, con el que estos dos seminaristas prometerán ya obediencia al obispo y se comprometerán a vivir en celibato durante toda su vida.

 

Tras la ordenación, Diego e Isaac podrán leer el evangelio en las celebraciones litúrgicas, bautizar, presidir matrimonios y exequias, exponer el Santísimo Sacramento y distribuir la comunión. Además, seguirán llevando a cabo las tareas actualmente encomendadas: impartir clases de Religión y atender la pastoral en la zona de Salas de los Infantes en el caso de Isaac y terminar la licenciatura en Teología y colaborar en la parroquia de la Inmaculada en el caso de Diego.

 

Será precisamente la parroquia de la Inmaculada (Calle Pedro Poveda Castroverde, 1) la que acoja la celebración de ordenación a las 11:00 horas de mañana. Será uno de los actos centrales con los que la diócesis celebrará el Día del Seminario, que se desarrolla este domingo en toda España.

 

En los dos seminarios de Burgos se forman en la actualidad 44 seminaristas. En el Seminario Mayor de San José conviven ocho seminaristas burgaleses, dos riojanos, uno de Soria y otros dos procedentes de Burundi (África). En el Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater Santa María la Mayor estudian once seminaristas, a los que habría que sumar otros cinco que están trabajando ya en la misión. En el Seminario Menor de San José estudian quince jóvenes: once son burgaleses y cuatro riojanos.

 

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