Burgos 2021: Comienza la cuenta atrás

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El arzobispo de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, ha participado esta mañana en el balcón de la Casa Consistorial en la puesta en marcha de un marcador que descontará los días que quedan hasta 2021, el año en que la ciudad se volcará en la celebración del octavo centenario de la Catedral. Lo ha hecho junto al alcalde de la ciudad, Javier Lacalle, el presidente de la Diputación, César Rico, el vicepresidente de la Fundación Octavo Centenario, Antonio Miguel Méndez, y el vicepresidente del Cabildo catedralicio, Juan Álvarez Quevedo.

 

El cartel luminoso estará ubicado en la fachada principal del Ayuntamiento, «la casa de todos los burgaleses», como la ha definido el alcalde, y descontará, precisamente desde hoy, los 800 días que restan hasta la entrada del año 2021. «Justo hoy faltan 800 días para el 1 de enero de 2021 y faltan, además, 1.000 para el 20 de julio de 2021, fiesta de la colocación de la primera piedra de la Catedral». Para el Regidor municipal, la iniciativa «no es novedosa, pues otras ciudades han hecho cosas parecidas en otros momentos», pero sí es un «acto sencillo e importante» para ir calentando motores de cara a la celebración del centenario del templo.

 

El arzobispo, por su parte, ha querido trasladar al alcalde su «enhorabuena» por la iniciativa, que será, ha dicho, un «medio eficaz» para «recordarnos continuamente, día a día, este recorrido conjunto que estamos teniendo y que ha implicado a toda la sociedad burgalesa».

2018 10 23 martes: Resumen de prensa

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Voluntarios de Burgos participan en las Jornadas Regionales de Reflexión de Cáritas

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Durante los días 22 y 23 de octubre el seminario diocesano de Ávila acoge a casi 200 voluntarios de Cáritas de toda Castilla y León para reflexionar en torno a la exhortación del papa Francisco Gaudete et exsultate. La mañana del lunes se dedicó a presentar la exhortación, a cargo de Vicente Altaba, delegado episcopal de Cáritas hasta hace unas semanas. Tras un diálogo y puesta en común, las sesiones de la tarde recogieron diversas experiencias y testimonios sobre los caminos de santidad. El día finalizó con una visita a la catedral abulense.

 

Durante la mañana de hoy martes se propondrán diversas acciones a la luz del texto pontificio, tras una ponencia de Mercedes Ruiz-Giménez, experta en cooperación al desarrollo y presidenta de AIETI, la Asociación de Investigación y Especialización sobre Temas Iberoamericanos. A continuación se estudiarán otras experiencias, en este caso de agentes de Cáritas de Santander, Segovia y Ávila. En la clausura intervendrán Antonio Jesús Martín, presidente de Cáritas Autonómica de Castilla y León y Fernando Carrasco, delegado episcopal de Cáritas en Ávila.

 

Entre veintena de representantes de Cáritas diocesana de Burgos, han acudido miembros del equipo directivo y técnicos y voluntarios de las áreas de Acogida, Personas sin hogar y Asesoría Jurídica.

Se publica un libro sobre Marta Obregón, joven en proceso de beatificación

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26 años después del suceso trágico de la muerte de la joven Marta Obregón, el grupo editorial Fonte-Monte Carmelo publica un libro para tratar de responder a las mil y una preguntas que se hicieron y se siguen haciendo muchos burgaleses sobre este suceso. Quién era Marta y quién fue el autor del cruel asesinato de esta joven. Saturnino López Santidrián es el autor de esta obra en la que se sacan a luz datos significativos de la trayectoria de esta joven universitaria, pero no para hacer una biografía novelada de la misma, sino para recoger con precisión documental los distintos momentos –de toda índole– que vivió esta joven en su paso por la vida. Espontánea, alegre, comunicativa, deportista y, sobre todo, llena de inquietudes espirituales, la joven está en proceso de beatificación y la diócesis espera concluir el proceso local para enviar toda la documentación pertinente a Roma.

 

El autor, que además es el postulador de su causa de beatificación, quiere apegarse a la más exigente realidad de los hechos: documentos civiles y eclesiásticos, conversaciones con muchas personas que trataron a Marta, testigos de su pertenencia al Camino Neocatecumenal y de su deseo innato de ser misionera así como las confidencias con otras de sus compañeras de estudios y del Club Arlanza… dan pie suficiente para trazar este boceto de la personalidad de Marta Obregón.

 

Sobre el otro protagonista de esta historia, el autor del asesinato, conocido por entonces como «violador del ascensor» de Valladolid, la sentencia afirma, basándose en la prueba del ADN, que la seguridad de la imputabilidad «es prácticamente del 100/%», al situarse al margen de que otra persona tenga los mismos marcadores genéticos del acusado. Los móviles del crimen y las circunstancias del asesinato ocurrido un 21 de enero de 1992 parecen suficientemente claros y probados. Marta fue asesinada con extrema crueldad por defender la virtud de la castidad. Este es el motivo que ha dado pie a la apertura del proceso de beatificación de Marta.

 

El libro concluye con tres anexos significativos: algunos escritos de Marta, las palabras de los arzobispos de Burgos tras la apertura del proceso y la cronología de esta joven burgalesa. Todo ello ayudará a entender mejor todos los extremos de esta persona ejemplar de nuestra historia reciente.

 

Presentación

 

El libro se presentará en la Facultad de Teología de Burgos el próximo miércoles 24 de octubre a las 20:00 horas. Además del autor, en el acto participarán la madre de la joven, María del Pilar Rodríguez, la primaria informadora en el proceso de beatificación, María Monserrat AgustíJosé Luis Martínez, del Camino Neocatecumenal, y Pedro Ángel Deza, director de Fonte-Monte Carmelo, editora del libro.

 

Más sobre la vida de Marta Obregón y su proceso de beatificación

Hablan los jóvenes: Por qué nos hemos alejado de la fe

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De izquierda a derecha: Luis Adolfo Gil, Jorge González, David Bravo, Alberto García, María Sedano, Iván Solla, Ana Vargas, Virginia Mozo y Enrique Angulo.

 

Son nueve jóvenes de entre 20 y 27 años, todos ellos bautizados, y cinco de ellos recibieron el sacramento de la confirmación. Están alejados de la Iglesia, aunque dicen seguir creyendo en Dios. Cursan la asignatura «La Iglesia, los Sacramentos, la Moral y su Didáctica» en la Facultad de Educación de la Universidad de Burgos, prácticamente todos con la esperanza de poder acceder en un futuro a un trabajo en la enseñanza en un centro concertado. Incluso alguno no descarta la posibilidad de impartir clase de Religión católica, una asignatura que consideran necesaria pero no obligatoria, y sustituible por la de ética. «Se puede ser buen cristiano y no acudir a la Iglesia», apuntan.

 

No creen en la Iglesia «por un cúmulo de cosas que se han hecho durante mucho tiempo, porque la Iglesia no ha cambiado en 2.000 años», pero se fueron alejando en cuanto abandonaron las catequesis «porque las misas no nos decían nada, las homilías son una repetición de fórmulas viejas que no llegan a nadie, y menos cuando lo que necesitamos son más testimonios, no un lenguaje que nadie comprende». «Lo que uno va buscando es ser mejor persona, y eso no se consigue escuchando ni repitiendo algo que un niño no entiende».

 

La familia, en su opinión, juega un papel fundamental. Muchos de ellos dejaron de participar en la misa de los domingos porque sus padres, en cuanto ellos hicieron la primera comunión y dejaron de ir a catequesis, también la abandonaron. Algunos siguieron vinculados algún tiempo más, por sus abuelos.

 

Diálogo abierto

 

¿Y qué habría que cambiar en la Iglesia para que ellos se acercasen de nuevo? La respuesta no es muy halagüeña. La mayor parte de ellos dice que todo, prácticamente empezar de cero, y en caso de que algo cambiase, opinan que para su generación se ha llegado tarde, pero deberían hacerlo para las venideras.

 

Lo más importante para ellos es que exista diálogo abierto, sobre todo en cuanto a cuestiones que a ellos les preocupan y de las que «no se puede hablar, nos hacen sentir culpables». Citan entre ellas la identidad de género, la moral sexual… Uno de ellos incluso se pregunta: «¿Hay algún pasaje de la Biblia donde Dios condene a los homosexuales?» También cuestionan el celibato obligatorio, algo que consideran «bastante absurdo, porque un sacerdote no va a ser peor por tener una familia». «Casi siempre se posicionan con demasiada rotundidad. Ofrecen poca posibilidad de diálogo, de intercambio de ideas», añade otro de los alumnos.

 

No podía faltar, entre sus opiniones, la repercusión pública de los casos de abusos y otros desmanes que han afectado a la institución en los últimos años. Pero al mismo tiempo, reconocen que la Iglesia realiza una excelente labor social apenas reconocida y que no sabe comunicar. La labor de Cáritas, de los misioneros, de muchos religiosos es muy valorada por todos ellos, pero consideran que no se sabe comunicar y que «hacen más ruido» los escándalos que lo que se está haciendo bien. Uno de los jóvenes propone que en lugar de la homilía tradicional, algún misionero, un voluntario en alguna de las múltiples labores sociales que la Iglesia desempeña, asuma el papel del sacerdote para ofrecer un testimonio que llegue.

 

En resumen, para ellos, la Iglesia «necesita un giro total, porque no se trata de ir a recibir un sermón y a que nos juzguen –apuntilla uno: no juzguéis y no seréis juzgados– sino transmitir unos valores, que es lo que realmente vas buscando cuando entras en una comunidad. De lo que se trata es de ser mejor persona».