La Sierra organiza varios encuentros arciprestales

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Bajo el título «Y la familia, ¿qué tal?» el abogado y padre de familia, Óscar Martínez Saldaña, impartió el pasado viernes una charla de formación para los miembros del arciprestazgo de La Sierra en los salones de la parroquia de Salas de los Infantes. Durante su conferencia, Martínez detalló la importancia de la familia como célula de la sociedad y de la Iglesia.

 

Es una de las muchas actividades que realizan de forma conjunta las parroquias de esta zona de la diócesis. De hecho, para el próximo sábado 1 de diciembre han convocado una nueva cita arciprestal, en este caso un retiro de Adviento a las puertas de comenzar este tiempo litúrgico. Tendrá lugar en el monasterio de Santo Domingo de Silos comenzando a las 11:00 horas y concluyendo con el almuerzo. Para poder participar, es necesario inscribirse en el despacho de las respectivas parroquias.

Un grito que no se pierde en el vacío

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lucia III

 

Los pobres siempre han estado en el centro de la Iglesia, y es por ello que se merecen un día de oración y acción hacia sus necesidades. Con este motivo, se se celebra hoy la II Jornada Mundial de los Pobres, convocada por el papa Francisco para toda la Iglesia Universal. Esta Jornada, sobre la cual podría decirse que es un eco del Año de la Misericordia, tiene varios objetivos, pero se pueden resumir en dos: Por una parte, estimular a los creyentes para que reaccionen ante la cultura del descarte y del derroche, haciendo suya la cultura del encuentro, y por otro lado, que en todo el mundo las comunidades cristianas se conviertan cada vez más y mejor en signo concreto del amor de Cristo por los últimos y los más necesitados. Haciendo referencia a las palabras del salmo «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó», el papa Francisco señala que la Jornada Mundial de los Pobres pretende ser una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío.

 

Es ante jornadas como esta cuando toma especial relieve el trabajo de la Iglesia a favor de los más necesitados, y en esto Cáritas va a la cabeza y abriendo camino. Son muchos los beneficiados por la labor de esta institución, como Lucía da Silva, quien no tiene problema en relatar la gran ayuda que ha recibido en el momento más duro de su vida.

 

Brasileña y residente en Burgos desde hace cinco años, los problemas empezaron cuando a su marido, Mario, le diagnostican un cáncer de pulmón cuya evolución presagiaba el peor de los desenlaces. Por si fuera poco, durante el tiempo en que está en tratamiento, sufre una caída en la calle que le deja en coma, lo que obliga a Lucía a dejar su trabajo para cuidar de él a tiempo completo, ya que no podían contar con ayuda de ningún familiar y solo se tenían el uno al otro. Una situación que se volvió absorbente, dadas las necesidades de cuidados continuos que necesitaba Mario En su piso las cosas no van mejor: La caldera deja de funcionar y la casera le acusa de haberla roto a propósito, por lo que no está dispuesta a repararla.

 

«Entonces conocía a don Javier, párroco de San Juan de Ortega, que nos ha ayudado mucho estando con nosotros en esta fase tan difícil. Gracias a él recurrí a Cáritas para buscar apoyo, y lo encontré. Ellos han sido todo el respaldo que hemos tenido». A partir de entonces, a Lucía se le ofrece ayuda jurídica, psicológica y económica; toda la que pueda necesitar para superar este bache en el que se encuentra. Y desde luego, la intervención de Cáritas llega a tiempo, porque al poco Lucía tiene que enfrentarse a una orden de desahucio que presenta su casera por sorpresa.

 

Respaldo para empezar de nuevo

 

El cáncer de pulmón que padecía su marido terminó empeorando y finalmente acabó con su vida. Lucia en esos momentos se veía viuda, sin trabajo y a las puertas de quedarse sin casa, pero a pesar de todo, podía contar con que no se la iba a abandonar y ras mucho trabajo por parte del personal de Cáritas, en la actualidad ha logrado acceder a un piso de alquiler social y puede empezar a reconstruir su vida.

 

Todo lo que tiene Lucía son buenas palabras para quienes han estado a su lado ayudándole a afrontar esta etapa tan difícil: «Son maravillosos, se ocupan de las personas sin mirar ni sus orígenes ni nada. Solo puedo decir cosas buenas de ellos y el gran trabajo que desarrollan». En sus palabras de agradecimiento salen numerosos nombres, como Almudena o Alfredo, quienes la han acompañado en todo momento y aún siguen a su lado, además de sacerdotes como don Javier, anteriormente mencionado, o don Rafael, de la parroquia de El Rosario, entre otros. Pero Lucia, que es católica y se confiesa «muy mariana», no sólo se queda en agradecimientos hacia las personas que han estado su lado, sino que también extiende su gratitud a quien sabe que no la ha abandonado jamás: «Frecuento la capilla de Adoración Perpetua de la parroquia de San José para rezar», y reconoce que aunque este año complicado no le ha dejado participar en la parroquia todo lo que le gustaría, tiene a la vista recuperar también la actividad en este entorno.

Salgamos al encuentro de los pobres

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papa pobres

 

Escucha aquí el mensaje

 

Este domingo se celebra la II Jornada Mundial de los pobres. Se trata de una iniciativa del Papa Francisco, expresada al fi­nal del Ju­bi­leo de la Mi­se­ri­cor­dia, que tiene como finalidad salir al encuentro de los pobres y fa­vo­re­cer una cre­cien­te aten­ción a las ne­ce­si­da­des de los úl­ti­mos, de los mar­gi­na­dos, de los ham­brien­tos. Y eso ¿por qué? Por tres razones fundamentales: en primer lugar, porque en su proximidad descubriremos mejor el Evangelio y la experiencia genuina de la fe; en segundo lugar, porque nos daremos cuenta de la fuerza salvadora de sus vidas ya que los pobres siempre nos evangelizan; y por último, porque el camino de la Iglesia pasa por los pobres y es urgente colocarlos en el centro del mismo.

 

Me alegra enormemente que, en nuestra Diócesis, serán muchas las iniciativas a nivel parroquial y arciprestal que visibilizarán lo que, gracias a Dios, es el sentir habitual de nuestra Iglesia en Burgos. Esta pasada semana he participado en alguna de ellas compartiendo mesa, diálogo, vida y oración con algunas de las personas que son acompañadas por diversas instituciones. Ciertamente en ellas, se manifiesta la presencia de Jesús, que siendo rico se hizo pobre (cf. 2 Co 8,9). «Amar al pobre significa luchar contra todas las pobrezas, espirituales y materiales. Y acercarnos a quien es más pobre que nosotros, tocará nuestra vida. Nos hará bien, nos recordará lo que verdaderamente cuenta: amar a Dios y al prójimo» (Papa Francisco, Homilía Jornada 2017).

 

El Papa Francisco nos ha regalado para esta Jornada un hermoso mensaje que no puedo por menos de aconsejaros su lectura y reflexión. Ha escogido como título las palabras del Salmo 34: «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó». Todo el mensaje se articula sobre tres verbos que resumen la misma acción de Dios y revelan su misericordia entrañable a favor de cada persona. Verbos que también nos pueden ayudar en nuestro camino si queremos hacer una sociedad más humana y una Iglesia más evangélica.

 

El primer verbo es gritar: la historia de la salvación es la historia de acogida del grito del pueblo por parte de Dios. Dios siempre escucha los gritos de aflicción de cada persona porque no le resulta indiferente el sufrimiento humano. Los pobres siguen gritando a los bordes del camino de nuestra sociedad consumista e individualista. Bien podemos decir que hoy estamos rodeados de muchas formas de pobreza, aunque sea necesario desvelarlas. Se trata de un grito que clama justicia y que expresa el dolor concreto de hermanos nuestros. Sin embargo, nuestra sociedad se presenta hoy, en no pocas ocasiones, sorda ante estos gritos. O incluso lejana o con actitudes de rechazo frente «a los que se les considera no solo como personas indigentes, sino también como gente portadora de inseguridad, de inestabilidad, de desorden para las rutinas cotidianas y, por lo tanto, merecedores de repulsa y apartamiento». Hoy es un buen día para preguntarnos si escuchamos y acogemos estos gritos desde la serena certeza de que alejarse de los pobres no es sino alejarse del propio Cristo que se identifica con ellos.

 

El segundo verbo es responder: Dios no solo escucha al pobre, sino que le responde. Su respuesta es siempre «una intervención de salvación para curar las heridas del alma y del cuerpo, para restituir justicia y para ayudar a reemprender la vida con dignidad». Responder al grito de los pobres pasa fundamentalmente por el compromiso. Todos sabemos la dificultad del momento actual donde se ha diluido el compromiso comunitario. Somos más dados a una solidaridad cómoda, indolora y muy reducida a gestos pasajeros. Sin embargo, Jesús nos enseña el valor del compromiso por su pueblo y el horizonte hasta dónde le lleva.

 

El tercer verbo es liberar: la salvación de Dios hacia el pobre le hace experimentar siempre su cercanía liberadora, pues «las cadenas de la pobreza se rompen gracias a la potencia de la intervención de Dios». Pero para conjugar este verbo tenemos que ser conscientes de que la pobreza no es una fatalidad o una mala casualidad sino que tiene sus causas concretas en el egoísmo, el orgullo, la avaricia y la injusticia que anidan en el corazón humano y en el de nuestro mundo. En este contexto resuena bien este propósito para esta Jornada: «cada cristiano y cada comunidad están llamados a ser instrumentos de Dios para la liberación y promoción de los pobres, de manera que puedan integrarse plenamente en la sociedad; esto supone que seamos dóciles y atentos para escuchar el clamor del pobre y socorrerlo» (EG 187).

 

Que la Jornada Mundial de los pobres nos ayude personalmente y como Iglesia a conjugar y hacer vida estos verbos: gritar/escuchar, responder y liberar, como signo concreto de nuestro seguimiento de Jesús.

El Consejo Pastoral Diocesano celebra la primera sesión de este curso

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El Seminario de San José ha acogido esta mañana la primera reunión del Consejo Pastoral Diocesano de este curso, en la que entre otros asuntos se ha tratado el plan de pastoral para dinamizar la conmemoración del octavo centenario de la Catedral y se ha reflexionado sobre la conveniencia de institucionalizar la realización de un gesto público de solidaridad como Iglesia.

 

Tras aprobarse las actas de la sesión anterior, el vicario de Pastoral, José Luis Lastra, ha explicado cómo se ha tenido en cuenta la revisión intermedia del Plan pastoral diocesano a la hora de elaborar las prioridades del presente curso. Asimismo, el Consejo ha hecho una valoración de las dos jornadas diocesanas celebradas recientemente: la de formación (28 de septiembre) y el encuentro pastoral (27 de octubre).

 

El primero de los dos grandes temas que se han abordado en la asamblea ha sido la realización de un gesto público anual de carácter diocesano, una acción prevista en el Plan pastoral 2016-2020, dentro del objetivo tercero, titulado «Comunidades de discípulos misioneros que dan testimonio y construyen el Reino en nuestro mundo de hoy»: «Realizar gestos públicos de solidaridad como Iglesia, y participar en otras iniciativas en favor de la dignidad de las personas». Los miembros del consejo han mostrado su conformidad con la conveniencia de llevar adelante esta propuesta y han aportado diversas sugerencias al respecto.

 

«Feliz cumple»

 

Asimismo, el vicario general, Fernando García Cadiñanos, ha presentado la propuesta del itinerario pastoral para celebrar el VIII Centenario de la Catedral, un proceso que, en torno al lema «Feliz cumple» nos involucre a todos como Iglesia diocesana.

 

Desde el marco pastoral teológico elaborado expresamente para este acontecimiento, el objetivo es que la efeméride sirva para crecer en diocesaneidad, en el sentido de unidad de toda la Iglesia en torno a su obispo, avanzar en la organización eclesial, descubrir la Catedral como signo especial de eclesialidad/diocesaneidad (en las celebraciones, encuentros, acogida, iniciación cristiana…), profundizar en la importancia de que cada cristiano se sienta y perciba como piedra viva en un organismo eclesial, despertar el ánimo misionero en nuestra Iglesia y abrir vías de diálogo con la cultura y la creación cultural. Tras la presentación del plan, se ha abierto un amplio debate en el que el arzobispo, don Fidel Herráez Vegas, ha respondido a las preguntas y sugerencias de los participantes.

 

Para concluir, la delegada diocesana de Apostolado Seglar, Lucía Ferreras, ha informado brevemente sobre el congreso nacional de laicos que la Comisión Episcopal correspondiente está preparando para 2020, y que tendrá una fase de preparación diocesana, y el delegado diocesano de Misiones, Ramón Delgado, ha avanzado los preparativos del Octubre Misionero 2019.

Homenaje a la patrona de Ecuador en Burgos

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quinche

 

Como cada año, en el tercer sábado de noviembre, los ecuatorianos de Burgos homenajean a su patrona, la Virgen del Quinche. Será a las 12:00 horas cuando se celebre hoy una eucaristía en su honor en la parroquia de San Pablo. A continuación tendrá lugar la tradicional procesión, un acto que no deja indiferente a ningún vecino del barrio, ya que la talla mariana es precedida por una comitiva formada por niños y adultos, que bailan al paso de la Virgen con coloridas y alegres vestimentas. Posteriormente, los presentes podrán participar en la celebración de una fiesta en los salones parroquiales, donde disfrutarán de un espacio de convivencia. Esta celebración ha estado, además, precedida de una novena.

 

La celebración de este año está organizada por la misma parroquia de San Pablo y priostes de la Virgen, y en esta jornada se venerará una imagen de esta famosa Virgen cuya historia comienza en 2001, cuando una familia ecuatoriana la trae desde su país. Aunque la primera eucaristía en honor de esta advocación mariana se celebró en la parroquia de San Gil, pero la imagen no se quedó en esta iglesia, y pasado un tiempo, se estableció en la parroquia de San Pablo, donde fue colocada en la capilla donde permanece hasta el día de hoy.

 

La Virgen de Ecuador

 

En Ecuador, cada mes de noviembre miles de devotos de la Virgen de El Quinche peregrinan hasta el Santuario, ubicado a 60 kilómetros de Quito, para «agradecerle o pedir un favor especial», ya que a ella se atribuyen infinidad de milagros y favores  que se retratan en algunos lienzos y placas que los devotos cuelgan en una pared de la iglesia. Las peregrinaciones se realizan desde hace más de de cuatro siglos, cuando la Virgen fue trasladada desde Oyacachi, donde los indígenas ya la rendían culto, a El Quinche. La imagen, de unos escasos 62 centímetros de altura y tallada en madera de cedro, fue coronada canónicamente en 1943. En 1958 el papa Juan XXIII declaró el santuario Basílica Menor, y en 1985, la iglesia de Roma declaró al Quinche Santuario Nacional del Ecuador.