Merindades celebra un doble encuentro de villancicos
Con el lema «Familia y parroquia, respuesta a la soledad», ayer se celebró la festividad de la Sagrada Familia, con una eucaristía en la Catedral presidida por el arzobispo, don Fidel Herraéz Vegas, quien ante la abarrotada capilla de Santa Tecla prometió que el próximo año podría celebrarse en la nave central con algún tipo de calefacción.
Animados por el Coro de Familias de Cardeñadijo, a lo largo de la celebración se fueron poniendo sobre las mesas de la Palabra y de la Eucaristía los gozos y esperanzas, las tristezas y amenazas a la familia. Miembros de distintos grupos, movimientos y realidades de nuestra Iglesia burgalesa participaron en moniciones, lecturas, peticiones, ofrendas. Matrimonios y personas de parroquias, del Movimiento Familiar Cristiano, de Encuentro Matrimonial, de la Frater, de Pastoral Penitenciaria, de Pastoral de Migraciones manifestaron esa comunión de realidades en torno a la familia.
Don Fidel, en su homilía, destacó que nadie podrá enterrar la familia, y que debemos elevar «nuestra talla», o dicho de otro modo, nuestra coherencia, testimonio y compromiso. Con ello no habrá dificultad social, cultural, económica ni política que apague la llama del amor matrimonial, y seremos faro para otros que dudan, o viven la fragilidad y las dificultades. Dios ha querido elevar a sacramento ese amor entre los esposos, por eso es tan grande y bello.
Se había invitado a los matrimonios que a lo largo de 2018 hubieran celebrado sus bodas de plata, de oro o diamante, y también a los que se han iniciado este año en este camino de amor compartido. Don Fidel les agradeció a todos y cada uno su ejemplo y perseverancia, y animó a los nuevos matrimonios. Antes de las peticiones se hizo un gesto de renovación de las promesas matrimoniales de los asistentes y, al finalizar, el arzobispo saludó personalmente a los que habían celebrado esos señalados aniversarios.
A la salida, el coro de familias de Cardeñadijo ofreció un miniconcierto navideño.
Además de contar con las tradicionales fiestas y cantos de villancicos o la asistencia a la felicitación navideña del arzobispo, los residentes de la Casa Sacerdotal aprovechan estos días para realizar alguna que otra salida a contemplar algunos de los belenes de la ciudad.
La pasad semana, un grupo de 25 personas visitaron el belén monumental que instala cada año en el claustro bajo de la catedral el Regimiento de Transmisiones número 22, con sede en Castrillo del Val.
Por otro lado, algunos de los sacerdotes más jóvenes de la diócesis –los que cuentan con menos de 10 años de ministerio– realizaron una excursión el pasado 26 de diciembre visitando algunos pueblos de la provincia, como Santibáñez Zarzaguda y Montorio. Una jornada de convivencia que repiten cada año en torno a las fiestas de Navidad coordinada desde la Vicaría del Clero.
En la tarde de ayer, coincidiendo con la festividad de la Sagrada Familia, los pueblos que configuran el arciprestazgo de Amaya se dieron cita en la parroquia de Santa Eugenia de Villegas para participar en su certamen navideño de coros. Una iniciativa con solera que comenzó hace ahora 35 años y que se ha extendido por toda la geografía diocesana, teniendo repercusión en otros muchos arciprestazgos.
En el festival celebrado ayer participaron los coros de 20 parroquias de la comarca Odra-Pisuerga, interpretando otros tantos villancicos y cantos navideños: Pedrosa del Príncipe, Hinestrosa, Villasilos, Villadiego, Pedrosa del Páramo, Villandiego, Sasamón, Castrillo de Murcia, Susinos del Páramo, Arenillas de Río Pisuerga, Villanueva de Odra, Villasandino, Yudego, Castrojeriz, Melgar de Fernamental, Guadilla-Salazar-Cuevas, Grijalba, Villaveta y la anfitriona Villegas.
Entonando el popular canto del «Noche de paz» y compartiendo un caldo y chocolate caliente se puso fin a esta más que consolidada jornada festiva.