El reto de convertir la Catedral en un hogar para todos

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idoia larrea

 

«Hace muchos años, alguien me explicó que cuando invitas a alguien a casa hay que trascender la palabra casa, invitas al hogar… La diferencia entre casa y hogar es que el hogar es donde se guarda el calor. Y entiendo que la encomienda del Cabildo es que la Catedral sea un hogar que acoja a todas las personas que, desde distintas sensibilidades, experiencias y expectativas, ya sea desde una dimensión más cultural, ya sea de fe, o con un interés turístico, se acerquen a ella. Es decir, que cualquier persona, tanto las que estamos habitualmente dentro como las que vienen, sientan que entran en un espacio que les da calor, que aporta ese elemento de acogida, de escucha». Así explica Idoia Larrea su misión dos meses después de asumir la gerencia de la Seo burgalesa, un puesto inexistente hasta ahora y que supone coordinar al personal laboral (actualmente son 24 las personas que trabajan en las distintas áreas) y servir de vínculo entre los trabajadores y el Cabildo.

 

Guipuzcoana pero afincada en Burgos desde hace 24 años, prácticamente siempre se ha desenvuelto en el ámbito de lo social: trabajó en la Escuela de Tiempo Libre de la Diócesis de San Sebastián y al llegar a Burgos comenzó a colaborar con la Escuela Diocesana de Educadores de Juventud. En 1997 se incorporó a la empresa privada, en un puesto relacionado con la gestión de personas y de negocio en el que permaneció cinco años, y en ese impasse nació su hijo, lo que le llevó a plantearse la posibilidad de volver al mundo de lo social, porque le permitía conciliar mejor el trabajo con su faceta como madre y porque era un entorno en el que se sentía más cómoda. Así que en 2002 volvió a colaborar con lo que hoy es Voluntared, donde ha trabajado como directora pedagógica hasta el pasado 3 de agosto.

 

Es consciente de que «puede sorprender de primeras» que el Cabildo haya confiado tal responsabilidad a una mujer, aunque considera que «ese discurso lo deberíamos tener superado». «Yo creo que a veces es por el desconocimiento que tenemos por lo que funcionamos con prejuicios o nos hacemos composiciones de lugar que luego no tienen que ver con la realidad. Yo no me siento un elemento raro, me siento incluida en el proyecto, creo que hay una visión compartida… Me siento acogida, acompañada, y estoy viviendo el proceso de incorporación con mucha paz y alegría, lo estoy disfrutando», asegura.

 

Confiesa que por el momento su mayor reto es aprender y «aprender super rápido». «Aquí hay un montón de personas que llevan muchísimos años trabajando, que tienen un talento que han ido desarrollando, con unos conocimientos impresionantes. Muchas cosas están ya organizadas, están ya consolidadas y tengo que ser muy respetuosa con todo eso. Esto es una construcción colectiva, soy como un facilitador, es un enfoque de equipo. No vengo con la receta de nada, yo vengo a aportar», subraya.

 

Reconoce que hay muchas cosas en las que no tiene experiencia: «No he estado nunca en la lógica del turismo ni del patrimonio. Puedo tener sensibilidad, me gusta la historia, me gusta el arte, pero no es de donde vengo, así que el reto es aprender, y en ese proceso de aprendizaje hay tareas que me impongo, como mirar cada día el comportamiento del turismo del día anterior, compararlo con el año anterior para ver cómo vamos evolucionando, me paso a saludar a la gente…».

 

Una de sus funciones es fomentar las relaciones entre el personal de unas áreas y otras, «porque muchas veces la rutina del día no permite generar espacios de encuentro, de diálogo, de saber qué estamos haciendo. Y no solo con respecto al personal laboral, sino que todas las personas que estamos ahí, tanto los canónigos como los trabajadores, nos sintamos parte del mismo proyecto».

 

Idoia concluye señalando que trabajar en un entorno como la Catedral la tiene «fascinada». «Es abrumador estar rodeada todo el día de tanta belleza. Pero además, la posibilidad de crear un espacio en el que podamos generar bienestar, me parece un regalo», concluye.

Jornada Mundial de los Pobres

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Jornada pobres

 

Escucha aquí el mensaje

 

Celebramos este domingo la III Jornada Mundial de los Pobres, una invitación que el Papa Francisco dirige a toda la Iglesia, así como a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, para que escuchen la voz dolorida de los pobres. Con esta iniciativa el Santo Padre busca recordar el puesto central que los pobres tienen en el mensaje y en la misión de Jesús, que ha venido a «dar la Buena Noticia a los pobres» (Lc 4, 18). Esta clave fundamental ha de tener su fiel reflejo en la vida de la Iglesia y en el quehacer de cada cristiano. El objetivo de esta Jornada, por consiguiente, no es tanto reflexionar sobre la pobreza o sobre sus dinámicas, sino acercarnos realmente a los pobres desde el convencimiento de que ellos «nos salvan porque nos permiten encontrar el rostro de Jesucristo», ya que Él se ha identificado con ellos.

 

Con motivo de esta Jornada, se organizan actividades que buscan visibilizar lo que es el quehacer ordinario de tantas acciones eclesiales en el mundo de los pobres: yo mismo he visitado estos días la cárcel, donde se encuentran personas carentes de libertad. También en parroquias y arciprestazgos se viven diferentes actos, celebraciones, comidas y encuentros que buscan esa «amistad social» que ha de ser la clave diferenciadora de nuestro quehacer con los últimos. Porque la pobreza no es solo carencia de medios materiales para subsistir; es un estado de debilidad, de dependencia, de subordinación, de privación de otros medios necesarios para una subsistencia humanamente digna.

 

El mensaje que para esta Jornada ha escrito el Papa Francisco lleva un sugerente título: «La esperanza de los pobres nunca se frustrará». Os invito, como siempre, a leerlo y hacerlo vida. Me gustaría detenerme en algunas afirmaciones que en él se contienen, porque nos previene de dinámicas que hoy están muy vivas en nuestra sociedad. Me estoy refiriendo a los fenómenos de aporofobia e invisibilización de la pobreza que se dan en nuestra cultura frente al mundo de la exclusión. Así lo expresa el Papa al afirmar: «Considerados generalmente como parásitos de la sociedad, a los pobres no se les perdona ni siquiera su pobreza. Se está siempre alerta para juzgarlos». Y añade: «Se ha llegado hasta el punto de teorizar y realizar una arquitectura hostil para deshacerse de su presencia, incluso en las calles, últimos lugares de acogida».

 

Estas afirmaciones son ratificadas por el informe FOESSA, recientemente publicado por Cáritas Española. En este estudio se nos previenen de actitudes que van creciendo en nuestra sociedad española y que tienen mucho que ver con el cansancio de la solidaridad, la penalización de aquellas políticas sociales positivas que garanticen derechos, el individualismo creciente… Nos encontramos, cada día más, con una sociedad profundamente desvinculada de estos problemas, que necesita revincularse si quiere afrontar con realismo los retos de la exclusión y de la pobreza.

 

Es este un reto que tenemos como sociedad, y especialmente como Iglesia. Los pobres, desde su profunda religiosidad, y tal y como señala el mensaje, invocan a Dios desde la certeza de no ser abandonados, desde el convencimiento de que Él se convierte en su única esperanza en medio de las injusticias, los sufrimientos y las dificultades de la vida. Un grito que, por otra parte, nunca queda sin ser acogido y escuchado, porque «la acción de Dios en favor de los pobres es un estribillo permanente en la Sagrada Escritura».

 

Esta acción de Dios que genera esperanza en la vida de los pobres es una provocación a nosotros: «Él ha inaugurado el Reino, pero nos ha confiado a nosotros, sus discípulos, la tarea de llevarlo adelante, asumiendo la responsabilidad de dar esperanza a los pobres (…). De esto depende que sea creíble nuestro anuncio y testimonio». «El compromiso de los cristianos, con ocasión de esta Jornada Mundial y sobre todo en la vida ordinaria de cada día, no consiste solo en iniciativas de asistencia que, si bien son encomiables y necesarias, deben tender a incrementar la plena atención que le es debida a cada persona que se encuentra en dificultad».

 

Por eso es tan importante toda la acción que la Iglesia realiza en favor de los pobres a través de tantas iniciativas en las que trabajan especialmente religiosos y voluntarios. Pero, sobre todo, es fundamental que nuestra opción por los últimos no sea una apariencia con más o menos gestos puntuales, sino nuestra seña de identidad como Iglesia, como comunidad que quiere acoger y vivir al estilo de Jesús. Seguro que la Asamblea Diocesana que nos disponemos a vivir nos ayudará a descubrir, con la ayuda de Dios, esta clave renovadora.

Adolescentes y jóvenes se dan cita en una «noche alternativa»

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Más de 250 adolescentes y otros 40 jóvenes se dieron cita ayer en el colegio Jesús María para participar en una nueva edición de la «noche alternativa», una actividad que promueve la delegación diocesana de Infancia y Juventud con el objetivo de que los miembros más jóvenes de las distintas parroquias de la diócesis «puedan compartir la fe de una manera divertida y alegre».

 

La iniciativa, que lleva años celebrándose, supone, en palabras del delegado diocesano, Óscar Moriana, un «apoyo al proceso que estos chavales siguen en sus parroquias» y que posibilita que puedan conocer otras realidades y comprobar que hay más jóvenes que, como ellos, siguen un itinerario de fe en sus respectivas comunidades.

 

Con el lema «Comprometidos con el Reino», la edición de anoche disfrazó a los adolescentes de Rodrigo Díaz de Vivar y doña Jimena, que tuvieron que superar varias pruebas de una yincana con el objetivo de buscar a los buenos «seguidores del Rey». Tras la cena, los adolescentes participaron en una oración en la que «depositaron sus coronas a los pies del Señor» expuesto en la custodia.

 

También en Aranda y Miranda

 

Los jóvenes mayores de 18 años, por su parte, tuvieron también su «noche alternativa», en la que conocieron las principales líneas maestras de la programación de la delegación de juventud para este año, sin olvidar su momento de oración y su cena.

 

El evento tuvo, además, ediciones paralelas en la parroquia de San Nicolás de Miranda de Ebro –donde participaron una treintena adolescentes– y la de Santo Domingo de Aranda de Duero.

 

Más: galería fotográfica

Un acto público para visibilizar los rostros de la pobreza

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Ni el intenso frío ni la lluvia, que dio una tregua justamente durante la hora que duró el acto, impidió que ayer un centenar de personas respondiera a la llamada del departamento de Formación Sociopolítica de la diócesis a participar en un gesto público con motivo de la Jornada Mundial de los Pobres.

 

Desde el lema de la Jornada («La esperanza de los pobres nunca se frustrará»), se fueron presentando cinco realidades de pobreza en Burgos relacionadas con migraciones, trabajo, trata, sin techo y cárcel. Para visibilizar cada una de ellas, dos intervenciones: una experiencia, o datos, o reflexiones sobre las causas de esa pobreza concreta, y una experiencia de esperanza, de que se puede superar esa pobreza. Entre la presentación de las cinco realidades, hubo música, canciones y algunos textos extraídos del mensaje del Papa para esta jornada. Para finalizar, se depositaron unas velas en el suelo junto a fotos y textos que denunciaban las causas de la pobreza. Y como colofón, se repartió un caldo bien caliente para aliviar los 2º de temperatura ambiente.

 

De los tres años que se lleva realizando la Jornada de los Pobres, es la primera vez que el Departamento ha realizado un acto público de este tipo. Aunque no es lo más importante de esta Jornada (el Papa insiste más en el encuentro directo con las personas empobrecidas), se consideró oportuno visibilizar también en la calle esta realidad.

 

El departamento de Formación Sociopolítica está integrado por varias organizaciones de la Iglesia en Burgos y delegaciones diocesanas: Cáritas, CVX, Encuentro y Solidaridad, Justicia y Paz, Institución Teresiana, Hermandad Obrera de Acción Católica, Jesuítas, Delegación diocesana de Pastoral Obrera, Pastoral de Migraciones, Pastoral Gitana, Pastoral Penitenciaria y Pastoral Universitaria.

Diario de Burgos edita un álbum de cromos de la Catedral con motivo de su VIII Centenario

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Diario de Burgos distribuirá el domingo 24 de noviembre un álbum de cromos creado con motivo del VIII Centenario de la Catedral de Burgos. Esta obra reflejará el estado actual del templo gracias a 150 cromos y 10 láminas de fotografías exclusivas, que incluirán imágenes realizadas este año con la ayuda de drones. Esta iniciativa de Diario de Burgos y la Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021 cuenta con el patrocinio de Cajaviva Caja Rural y Naturgy.

 

El álbum consta de 72 páginas a todo color y se editarán 20.000 ejemplares. Asimismo, se imprimirán 2,5 millones de cromos, que estarán disponibles en los quioscos a partir del domingo 24 a un precio de 0,80 euros. Cada sobre contendrá seis cromos. En cambio, las láminas se podrán conseguir de forma gratuita con Diario de Burgos cada domingo, desde el 1 de diciembre hasta el 2 de febrero.

 

Se trata de una obra de divulgación, pero también «rigurosa», tal y como ha resaltado Raúl Briongos, director de Diario de Burgos, en la presentación del álbum que ha tenido lugar esta mañana en la capilla de los Condestables de la Catedral castellana. El objetivo es «conseguir que los padres, los niños, los amigos se junten» e intercambien cromos en los patios de los colegios o en la plaza Mayor y que «los jóvenes conozcan la Catedral», ha explicado Enrique del Rivero. Él fue quien ideó esta iniciativa «entrañable» en tiempos en los que impera lo digital y suyos son los textos que articulan esta obra, diseñada y maquetada por José Luis García Ubierna y coordinada por Alfonso Alonso. 

 

«La luz de la Catedral por la mañana no necesita filtro»

 

«La riqueza que te encuentras en la Catedral es un problema para el fotógrafo. Lo primero que tienes que hacer es simplificar». Así se ha expresado Alberto Rodrigo, jefe de Fotografía de Diario de Burgos y uno de los especialistas que el periódico tiene en retratar catedrales, junto a Miguel Ángel Valdivielso. Partieron del trabajo que realizaron hace una década para el libro La Catedral de Burgos. Ocho siglos de historia y arte y a las 10.000 imágenes de archivo han sumado su trabajo de los últimos meses para captar la nueva imagen del templo, lo que les ha obligado a montar andamios, utilizar drones y madrugar mucho: «La luz de la Catedral por la mañana no necesita filtro».

 

Los fotógrafos consideran «un lujo» haber podido moverse por los triforios y las escaleras de caracol de la Seo, aunque debían ceñirse a un guion «exigente» que pedía imágenes «muy específicas». Rodrigo no tiene dudas del éxito de esta iniciativa: «La fotografía es el lenguaje más fácil para todos».

 

En la presentación también han participado el deán de la Catedral, Pablo González Cámara, y el vicario general de la diócesis de Burgos, Fernando García Cadiñanos, que ha resaltado el carácter «popular» de esta iniciativa.

 

Aunque los álbumes se repartirán de manera gratuita, aquellos que no puedan hacerse con uno, podrán adquirirlo en las oficinas de Diario de Burgos a un precio de 3 euros. Las láminas atrasadas también se podrán comprar posteriormente.