El sacerdote no es un hombre orquesta, sino el que suscita, sostiene y forma cristianos responsables

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Ayer daba comienzo el XXXVI Simposio de Teología del Sacerdocio en la Facultad de Teología de Burgos. El gran canciller del centro académico y arzobispo de Burgos, don Fidel Herráez, abrió el acto elogiando al Instituto de Teología del Sacerdocio por la elección de tema y los ponentes. Reflexionar sobre el sacerdocio es tarea constante y necesaria. Centrar esa reflexión en el amor y vida del presbítero es elevarlo a la relación con el amor trinitario.

 

Los 60 participantes en la reflexión, muchos de ellos seminaristas, pudieron comprobar el afecto y simpatía del obispo de Barbastro, don Angel Javier Pérez Pueyo, quien disertó sobre el amor a Cristo y la configuración con Él. A partir de la exhortación de san Juan Pablo IIPastores dabo vobis, fue mostrando las diferentes actitudes del sacerdote que ratifican la configuración celebrada en el sacramento del orden. De forma pedagógica, identificó la figura del sacerdote con el funcionamiento de un navegador por GPS que poco a poco se va adaptando en su ser y actuar a la vocación que ha recibido. Dios es el punto de referencia en la navegación. La gratuidad, la donación de sí, el pastoreo, la fraternidad son los cuatro puntos cardinales que orientan al sacerdote en su configuración con Cristo. Concluyó exponiendo el nuevo paradigma de sacerdote que está emergiendo en la actualidad. Se trata de un hombre recio, firmemente creyente, pastor santo que ya no se detiene tanto en la gestión o en la administración de servicios religiosos, sino en la evangelización y cuidado de la gente. Siempre desde el diálogo, la compresión y la empatía.

 

Por su parte, Francisco Pérez Herrero, catedrático de la Facultad de Teología de Burgos y director del Simposio, reflexionó sobre la importancia de la Palabra de Dios en la vida del sacerdote. Como ejemplo puso la figura de san Jerónimo, en el aniversario de su muerte insistiendo que «desconocer las Escrituras es desconocer a Cristo».

 

El simposio continúa hoy y mañana atendiendo a otras facetas de la vida sacerdotal.

«Aislar en la prisión no soluciona los problemas»

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prision pastoral penitenciaria

 

Pastoral Penitenciaria y Cáritas diocesana de Burgos hacen un llamamiento a la sociedad y a la Iglesia a dar «una oportunidad» a las personas que están privadas de libertad y que «quedan excluidas del espacio social». Solicitan «generosidad» a una sociedad que muchas veces da la espalda y niega derechos fundamentales y obstaculiza la integración real de las personas que por distintas circunstancias pasan por la prisión. Asimismo, solicitan a instituciones penitenciarias una mayor implicación para que se creen «procesos efectivos» en la reinserción de estas personas y que se empleen medios, recursos, técnicos y personal para lograr que puedan «volver a la sociedad».

 

Quienes trabajan a pie de campo en el acompañamiento a los presos saben de qué hablan. El delegado de Pastoral Penitenciaria, Fermín González, asegura que el mayor problema que afronta en su trabajo es el de «reconstruir a las personas». De ahí que su misión sea principalmente de «escucha». Una atención que a veces puede llevar meses, pero donde se descubren las «expectativas bloqueadas» que padecen los internos de la prisión y se descubren «faltas de habilidades para asumir sus propias responsabilidades sociales». «Buscamos complicidad con ellos, que se sientan capaces de participar en la realidad social, donde nunca han tenido su espacio», subraya González. «Les ayudamos a creerse capaces de formar parte de la sociedad» pues, ha denunciado, «aislar en la prisión no soluciona los problemas».

 

Desde el programa «Volver a empezar» de Cáritas diocesana y la delegación de Pastoral Penitenciaria se generan procesos de acompañamiento a estas personas para lograr su mejor inserción social. Su trabajo combina componentes espirituales, asesoramiento jurídico y participación en talleres y otras actividades. Solo en el año pasado, acompañaron a 201 personas (más de la mitad de los internos en el Centro Penitenciario), en un proceso que se estructura en tres etapas. La primera –de iniciación– se desarrolla dentro de los cinco módulos de la prisión (179 personas). A esta le sigue el acompañamiento en el programa «Amanecer», con el que a las personas con permiso se les permite hacer vida en un piso de la parroquia de San Esteban con el respaldo de voluntarios y sacerdotes (15 personas), así como algunas salidas terapéuticas (47 personas), como la que realizan por el Camino de Santiago. En la última etapa del proceso, cuando ya adquieren la libertad (26 personas), también se les acompaña posibilitándoles alojo en el Hogar San Francisco.

 

David Alonso, técnico responsable del proyecto «Volver a empezar», ha subrayado algunas de las dificultades que afrontan las personas privadas de libertad, entre las que destaca el estigma social, problemas de salud mental, o la falta de trabajo motivacional desde instituciones penitenciarias. Asimismo, asegura que estamos ante un «problema estructural» que deja fuera de la sociedad a estas personas y que serían necesarios nuevos cauces de justicia restaurativa entre víctimas y agresores.

 

Proyectos innovadores

 

Para lograr una mejor concienciación en la sociedad, Sara Castro, educadora social, ha presentado su proyecto «Bajo un techo de estrellas», una serie de programas de podcast puestos en marcha a través de UBURadio para «ser altavoz de los problemas de estas personas y que la sociedad los escuche». A través de nueve programas cerca de 20 participantes del programa de Personas Sin Hogar (en el que se incluye el proyecto «Volver a Empezar») dialogan con distintas personalidades del ámbito civil para trasladarles sus problemas.

La Iglesia, factor de concienciación sobre el compromiso político para el bien común

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Ayer miércoles 11 de marzo tuvo lugar en la sede de Jesuitas el XII Encuentro diocesano con políticos organizado por el Departamento diocesano de formación sociopolítica. En esta ocasión se desarrolló en el contexto de la Asamblea Diocesana, y por ello se trataba expresamente de escuchar la imagen que la Iglesia en Burgos ofrece, tanto institucionalmente como en el conjunto de los católicos, con sus luces y sus sombras, así como acoger las distintas propuestas desde el ámbito de la actividad política para que la Iglesia siga prestando un bien a la sociedad en los próximos años.

 

Junto a algunos miembros del Departamento, acudieron representantes de diversos partidos políticos y algunos cristianos presentes en la política desde su compromiso de fe. En un diálogo enriquecedor y fluido se fueron aportando diversas visiones, se debatió sobre si la Iglesia «se mete en política» o no, y sobre todo se coincidió en pedir que la Iglesia sea un elemento de encuentro, de tender puentes entre unos y otros, y un potente factor de concienciación sobre el compromiso público y político de los cristianos para el bien común.

 

Coincidieron todos los participantes en agradecer a la diócesis este foro de encuentro y debate; por parte del Departamento de formación socipolítica se recogerán las aportaciones para hacerlas llegar como propuestas de cara a la Asamblea Diocesana.

Recomendaciones de la Diócesis de Burgos para evitar la propagación del coronavirus

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Ante la situación creada con motivo de la aparición y extensión del coronavirus Covid-19, la Diócesis de Burgos se hace cercana a cada persona y comparte la preocupación común frente a la emergencia sanitaria que está afectando a nuestro país. Hacemos nuestras las medidas preventivas y las diferentes recomendaciones realizadas con fecha 11 de marzo por parte de la Junta de Castilla y León. Siguiendo éstas, se pide a los responsables de las parroquias y entidades religiosas que extremen las medidas higiénicas y sanitarias para evitar, en la medida de lo posible, la extensión de la enfermedad.

 

Muy unidos a lo que las autoridades sanitarias vayan estipulando en el día a día y al igual que están haciendo la mayoría de las diócesis españolas, la Diócesis de Burgos recomienda cuanto sigue para, en la medida de lo posible, evitar situaciones que puedan dar lugar a la propagación de la enfermedad. Medidas que, por otra parte, ya se estaban realizando en muchas de las parroquias:

 

  1. Es conveniente retirar el agua bendita de las pilas que hay en las entradas de los templos y de otros lugares de devoción.
  2. Mantener la indicación de evitar dar la mano y otras formas de contacto físico en el rito de la paz; y recordar que, según lo previsto en las normas, es posible también prescindir de este rito en estas circunstancias, e invitar directamente a la preparación para la comunión.
  3. Que las muestras de devoción y afecto hacia las imágenes, tan propias de este tiempo de Cuaresma y en la próxima Semana Santa, puedan ser sustituidas por otras como la inclinación de cabeza ante las imágenes sagradas del Señor, de su Madre o de algún otro santo de especial devoción. El día de Viernes Santo, en la Adoración de la Cruz, utilícese la segunda forma propuesta en el Misal (cf. El sacerdote toma la cruz y, de pie ante el altar, invita al pueblo a que adore la Santa Cruz en silencio). Es necesario evitar todo tipo de contacto físico con cruces, medallas, escapularios… que ya hayan sido besadas por otros fieles, facilitando, además, una mayor rapidez que evite aglomeraciones innecesarias.
  4. Que los sacerdotes y los ministros extraordinarios que distribuyen la comunión durante la Eucaristía, se laven las manos antes y después de este momento. Se aconseja que tengan para ello un spray o líquido desinfectante en las sacristías y los usen antes de celebrar los actos de culto.

 

La Diócesis muestra, igualmente, su disponibilidad para llevar a efecto lo que dispongan las autoridades sanitarias competentes en lo referente a la organización y celebración de eventos y encuentros.

 

Finalmente, la Diócesis anima a todos los fieles a la oración por la salud pública y por la recuperación de los afectados. Se puede aprovechar en este sentido la oración de los fieles en la Eucaristía y en el rezo de Laudes y de Vísperas.

 

Recomendaciones particulares para el Arciprestazgo de Miranda de Ebro

 

Con respecto a las medidas extraordinarias tomadas por la Junta de Castilla y León en el territorio correspondiente al Arciprestazgo de Miranda de Ebro, en las que se suspende la concentración de personas en los actos litúrgicos hasta el día 26 de marzo, la Diócesis de Burgos indica lo siguiente:

 

  1. Se trata de medidas extraordinarias y puntuales de carácter preventivo que buscan evitar aglomeraciones de personas que puedan favorecer la transmisión del virus. La Diócesis de Burgos las acoge con actitud de responsabilidad hacia la tutela del bien común que deben de garantizar las autoridades públicas en la consciencia de que, para evitar el contagio, se exigen medidas también drásticas.
  2. Evítese toda aglomeración en la celebración de las Eucaristías tanto dominicales como diarias. Para ello, aunque las celebraciones se puedan mantener como de costumbre, se recomienda a los fieles no participar masivamente en las mismas, sino que lo hagan a través de los medios de comunicación (radio o televisión). En ese sentido, aunque es evidente que la misa por radio o televisión de ninguna manera sustituye la participación directa y personal en la asamblea eucarística, puede contribuir en estos momentos extraordinarios para la conveniente celebración del Día del Señor.
  3. Pospónganse todas las celebraciones litúrgicas que supongan la concentración de personas que no sean estrictamente urgentes (bodas, celebraciones jubilares…).
  4. En la celebración de funerales y exequias, evítese también la concentración de personas. Para ello, se recomienda que únicamente participen en la celebración litúrgica los familiares más allegados.
  5. Se anima, no obstante, a la apertura de las iglesias parroquiales y no parroquiales para la oración personal de los fieles, más importante si cabe en esta situación.
  6. Se suspenden las catequesis y los encuentros con niños y adolescentes. Igualmente, es conveniente posponer todo tipo de encuentros y reuniones masivas.

 

Burgos, 11 de marzo de 2020

El 74º Círculo de Silencio denuncia la vulneración de derechos en las fronteras

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El último Círculo de Silencio convocado por la delegación de pastoral de migraciones se denunció la vulneración de Derechos Humanos que está sucediendo entre Grecia y Turquía, con el lema «Basta ya de violar los derechos en las fronteras». En el manifiesto que se leyó ante los presentes en el Paseo de Sierra de Atapuerca, se recordó que desde el año 2012, Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas, Redes y CEDIS vienen sumando esfuerzos para liderar una estrategia conjunta de presencia pública orientada a dar voz a un modelo alternativo de desarrollo en el que las personas empobrecidas sean las protagonistas. Esta iniciativa ha recibido el nombre de «Enlázate por la Justicia».

 

La lectura reflejó que desde la organización del acto se ve con enorme preocupación la sentencia de la Gran Sala del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, de fecha 13 de febrero de 2020, que ha desestimado la demanda de dos personas contra España. «Esta sentencia supone un brutal retroceso en el reconocimiento de los derechos humanos de los migrantes, así como una ostensible disminución de la protección que este mismo Tribunal tenía reconocida a estas personas en situación de vulnerabilidad. Ante esta sentencia manifestamos, en primer lugar, que deslegitima el concepto operativo de frontera que maneja el Ministerio del Interior: reconoce que los demandantes habían entrado en territorio español, por lo que se les debía aplicar el ordenamiento jurídico de nuestro país y el de la Unión Europea, también en lo que respecta a sus derechos humanos. Así, las autoridades españolas no pueden pretender que quienes han saltado la valla sin pasar la línea de contención de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado no hayan entrado en España»

 

El manifiesto continuó apuntando que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos reconoce que todo procedimiento de expulsión, devolución, inadmisión de entrada o rechazo en frontera tiene que respetar unas garantías mínimas: identificar a la persona, conocer sus circunstancias personales y darle la posibilidad de solicitar protección, poniendo a su disposición servicios de defensa letrada y de interpretación. Cuando se devuelve, rechaza, expulsa… a varias personas en grupo, se produce una expulsión colectiva, contraria al ordenamiento europeo de Derechos Humanos. «Apoyamos el comunicado de la Unión Progresista de Fiscales en el que consideran que la sentencia parte de una premisa errónea, ya que muchos inmigrantes de hecho no pueden acceder a vías legales (oficinas de asilo en la frontera, representaciones diplomáticas y consulares en sus países de origen) por su inexistencia o inoperancia y masificación».

 

La concentración concluyó con las últimas palabras del manifiesto, declarando que la mirada va más allá de las fronteras españolas y se dirige a la frontera de la Unión Europea con Turquía: «No puede ser que las políticas de algunos países utilicen a los refugiados como moneda de cambio. No puede ser que Grecia suspenda durante un mes la ley de asilo, y la Unión Europea apoye esta decisión. No puede ser que la policía utilice una fuerza desmedida contra quienes se acercan desarmados. No puede ser que haya muertos y heridos en la frontera de la Unión Europea entre personas que huyen de una guerra buscando salvar su vida. No puede ser que nos olvidemos de que, en las fronteras, también y siempre hay que respetar los derechos humanos. Por ello, todas las personas y organizaciones aquí presentes exigimos un cambio radical en las políticas españolas y europeas de modo que acabe la represión que provoca muerte y desesperación, y se facilite ejercer de modo efectivo el derecho de asilo».