«Dios viene a nuestra historia para llenarnos de consuelo y fortaleza»

El arzobispo, don Mario Iceta, ha felicitado la Navidad a la diócesis y ha pedido a los burgaleses «contemplar la maravilla de la encarnación» del Señor, que «todo lo renueva».
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«No podemos acostumbrarnos al misterio de Dios, al disparate que supone que Dios tome nuestro cuerpo, santifique el tiempo y el universo y todo adquiera un nuevo sentido». Es la llamada que don Mario Iceta Gavicagogeascoa ha hecho hoy a los miembros de la curia y a toda la archidiócesis en la que ha sido su primera felicitación navideña como arzobispo de Burgos.

 

Como cada 24 de diciembre, la capilla de la Facultad de Teología ha acogido esta mañana la celebración de una liturgia de la Palabra, aunque esta vez el protocolo haya sido distinto, con mascarillas, menos afluencia de personas, sin el tradicional beso al Niño Jesús y faltos de los polvorones y turrones de otras ocasiones. Con todo, el nuevo arzobispo –aunque «de segunda mano», como ha bromeado– ha garantizado que vivirá su primera Navidad en Burgos «con intensidad» sirviendo a «este magnífico pueblo castellano».

 

Para el pastor de la Iglesia en Burgos, «el Señor viene a santificar lo terreno», haciendo que «nuestro tiempo esté traspasado de eternidad». Por ello, «todo adquiere un sentido nuevo» y es necesario «despertar y contemplar la nueva maravilla de la encarnación, que todo lo llena de sentido, que lleva a cabo una nueva creación». Dios viene así a «habitar en el templo de nuestra carne de un modo admirable»: «Acojamos al Niño Dios en esta noche santa», ha exhortado.

 

El arzobispo también ha querido tener un mensaje de «consuelo» ante quienes están sufriendo las consecuencias más devastadoras de la pandemia, «a los que esta noche echarán de menos a los fallecidos, a los que están en ERTE, a los que no pueden abrir las persianas de sus negocios, a los que no tienen trabajo, a los enfermos». «Solo Dios y su amor nos pueden llenar de fortaleza», ha concluido, pues «todos nuestros anhelos« han sido «destruidos por un virus microscópico». «Que tu venida consuele y fortalezca a los que esperan todo de tu amor», ha dicho momentos antes de impartir la bendición a los presentes con una reliquia del lignum crucis.

 

Por su parte, el vicario general, Fernando García Cadiñanos, ha trasmitido al arzobispo la felicitación navideña de toda la diócesis en un año marcado por una pandemia que ha manifestado «la fragilidad de nuestros nexos». El vicario ha recordado al arzobispo que la diócesis está inmersa en la celebración de la Asamblea Diocesana y el Año Jubilar, un momento «magnífico» que servirá para «afrontar con parresía esta nueva hora evangelizadora».

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