La Catedral abre la venta de entradas para Stella, la visita nocturna del templo

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«Stella» es una experiencia inmersiva de luz, sonido y videomapping permitirá disfrutar de la Catedral de Burgos como nunca antes se ha visto gracias una innovadora iluminación artística interior de las capillas y espacios litúrgicos. Más de 1.000 personas han podido disfrutar ya de forma gratuita de esta visita nocturna, a la espera que puedan ser más las que se sumerjan en este espectáculo en las próximas semanas. Desde hoy, la Catedral será la encargada de poner a la venta en su página web las entradas a esta experiencia, estableciendo visitas gratuitas para los días 18, 19, 20, 25, 26 y 27 de enero a las 20:30 horas. Transcurrido este período, «Stella» podrá visitarse los viernes y sábados en pases a las 20:30 y 21:45 horas.

 

Para quien desee disfrutar al máximo de la visita, la app «Stella» incluye la audioguía en varios idiomas y detalles de cómo se ha desarrollado el proyecto. El trabajo de documentación ha permitido rescatar una salve inédita del siglo XV, que se escucha por primera vez durante el recorrido. «La visita nocturna de la Catedral permite sentir el espíritu y entender el significado del principal monumento de Burgos como jamás se había presenciado», cuentan desde el Cabildo. Los visitantes accederán a la capilla de la Presentación, la capilla de Santa Ana, la Escalera Dorada, la capilla de los Condestables, el retablo mayor y la nave central, donde se alza el acto culminante del recorrido con el cimborrio como protagonista.

 

El templo gótico de referencia en España se sitúa de esta manera a la vanguardia de la cultura, apostando por unir historia y modernidad con el arte que atesora a lo largo de ocho siglos de vida. Un proyecto que se ha desarrollado gracias a la colaboración de las Fundaciones Endesa y VIII Centenario de la Catedral y que desea impulsar el turismo de permanencia al favorecer las pernoctaciones entre quienes viajan a la ciudad

 

«Stella» muestra el camino por el interior de la Catedral cuando cae el sol. El espectacular videomapping conjuga la narración histórica con música creada especialmente para la ocasión y la luz fundida con las obras de arte del templo. El resultado es una visita que  maravilla a los que han podido admirarla en las primeras dos semanas. Los visitantes destacan la «belleza poética que te lleva a Dios» y «la emoción» que han sentido al vivir esta experiencia, de una hora de duración.

 

Para el arzobispo de Burgos, don Mario Iceta, Stella permite acercarse al templo «desde un punto de vista novedoso y profundo. Stella hace referencia a la virgen María, que es estrella de la mañana. Ella no solo refleja la luz del sol, Jesucristo, sino que también brilla con su virginidad perpetua y su maternidad».

Un círculo de silencio «por un nosotros más grande»

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El paseo Sierra de Atapuerca acogió ayer la primera edición de Círculos de Silencio del recién estrenado 2022. Cerca de 80 personas –entre ellos de forma especial miembros de la Comunidad de Vida Cristiana de Burgos– secundaron la convocatoria de la delegación diocesana de Pastoral de Migraciones, con el que manifestaron su deseo de «detener el naufragio de la civilización» y lograr una sociedad donde todos tengan cabida.

 

A través de un manifiesto, se aseguró que las personas migrantes deben considerarse necesarias en la planificación de salida de la crisis de la pandemia, pues ellas han contribuido a saldar numerosas carencias durante los meses más duros de la crisis sanitaria, cuidando enfermos y manteniendo el movimiento de bienes y servicios. «Las decisiones que tomemos hoy afectarán el futuro de la movilidad humana y también el futuro de la humanidad. Si nosotros no actuamos ahora ¿quién lo hará?», se interrogaron.

 

«Debemos movilizarnos, no sólo por los refugiados y migrantes, sino con los refugiados y migrantes, caminando con ellos en defensa de sus derechos inalienables que les asisten como personas», denunciaron en su escrito.

 

Para ello abogaron «salir de un «nosotros» pequeño, reducido por fronteras o por intereses políticos o económicos, para ir a un «nosotros» incluido en el sueño de Dios, en el que vivamos como hermanos, compartiendo la misma dignidad que él nos da». Un «nosotros» que crece en cada corazón que se atreve a ser samaritano, en cada comunidad cristiana, al desplegar nuestra vocación católica como Iglesia que responde unida a este signo de nuestro tiempo. «Un nosotros, en definitiva, que se hace grande cuando aprendemos a caminar con la sociedad civil, aportando nuestras miradas de fe y la sabiduría de nuestro camino».

El Bautismo: la hermosa puerta de la fe y de la vida

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Dice el evangelista Mateo que los Magos, cuando llegaron a Belén, «vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas lo adoraron». Después, «abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra» (Mt 2,11).

 

Con los Magos de vuelta a sus casas, se cierra la puerta de la Navidad con la fiesta del Bautismo del Señor que hoy conmemoramos. Y, afianzados a los últimos flecos de este tiempo de esperanza que hemos celebrado, la Iglesia nos invita a mirar la humildad de Jesús en Quien la Trinidad se manifiesta.

 

¿Qué tenemos hoy, en nuestras manos de barro, para ofrecerle al Señor? Quizá, en estos momentos en que andamos con los bolsillos colmados de deseos, voluntades y promesas, hemos de cuestionarnos dónde nace el fruto de nuestra entrega y hacia dónde desemboca el cauce de nuestra generosidad. Volvamos –como los Magos– la mirada al pesebre y, mirando al Salvador, digámosle: ¿Qué tengo yo para ofrecerte, Señor? ¿Hasta dónde soy capaz de ir por ti? ¿Qué quieres de mí, Tú, que naces pequeño y pobre en un humilde establo, para traerme la salvación?

 

Con la Epifanía del Señor, esa preciosa manifestación en la presencia descalza de un niño y mediante la cual se revela a todas las gentes, representadas en la mirada de los Magos, hoy celebramos el Bautismo del Señor. Jesús es el camino para alcanzar la plenitud de nuestra existencia. Los Magos marcaron la senda. Ahora, en este devenir de agobios y celeridades, solo hay que caminar para llegar a abrazar Su presencia, para ofrecerle nuestros dones y adorar la serenidad de su mirada; con inmensa alegría, con ardor misionero, con el Evangelio latiendo en nuestras manos, con infinita misericordia, con el oro, el incienso y la mirra de nuestras vidas. 

 

Es hora de avanzar. Al calor del pesebre, es el momento de comenzar el camino de nuevo hasta llegar a Cristo: hasta que inunde de consuelo nuestras manos vacías, hasta ser –en nuestros ojos– la Buena Noticia de Su inmarcesible amor. En el Bautismo fuimos ungidos por el Espíritu Santo, enviados a proclamar la buena noticia a los pobres, a devolver la vista a los ciegos y la libertad a los cautivos, a proclamar el año de gracia del Señor (Lc 4, 16-30). Efectivamente, como en aquel tiempo en Nazaret, hemos de sentarnos en la sinagoga de su amor y ser testigos de cómo se cumple en nuestras vidas ese pasaje de la Escritura. El Bautismo de Jesús fundamenta nuestro ser cristiano, nuestro compromiso como Iglesia servidora, nuestro testimonio como criaturas nuevas e hijos adoptivos de Dios. «El Bautismo es la puerta de la fe y de la vida cristiana», afirma el Papa Francisco. 

 

Una puerta abierta al amor, que nos recuerda que «cuando se lava el Salvador», como reconoce san Máximo de Turín en el siglo V, al referirse al Bautismo del Señor, «se purifica toda el agua necesaria para nuestro Bautismo y queda limpia la fuente», para que «pueda, luego, administrarse a los pueblos que habían de venir a la gracia de aquel baño».

 

Renacidos por el Amor y arraigados a las manos santas de la Virgen María, nos atamos fuertemente las sandalias de la esperanza para salir, anunciar, vivir y alcanzar la misión que el Padre nos confía. El Señor nos consagra mediante el Espíritu y el agua. Y así como Jesús se dejó bautizar por Juan el Bautista en el río Jordán para sumergirse en la historia de pecado de toda la humanidad hasta redimirla, dejémonos ahora transformar por Su mirada mientras el Padre, desde los cielos, nos susurra: «Este es mi Hijo, el amado, en quien me he complacido»  (Mt 3, 13-17).

 

Con gran afecto, recibid la bendición de Dios.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Arranca una nueva Semana de Cine Espiritual

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«Minari» es una de las películas que se proyectarán. Foto: Filmaffinity.

 

Con el lema «Ponte en camino», la delegación diocesana de Enseñanza pone en marcha una nueva edición de la Semana de Cine Espiritual. Y es que el séptimo arte puede ser una «metáfora de la disponibilidad, de lo inesperado, de la meta que se acerca» y que «invita a vivir en salida, proyectados hacia lo que vemos en la pantalla y abrir camino interior», como señalan los organizadores. 

 

Además de las proyecciones para escolares, que visionan y trabajan las películas como una propuesta de la clase de Religión, se han organizado sesiones para el público en general, tanto en Burgos capital como en Aranda de Duero y, con toda probabilidad en Miranda de Ebro, que de momento solo cuenta con sesiones matinales para los escolares. Con las miras puestas en la evolución de la pandemia, en principio el salón de la plaza del Trigo de Aranda de Duero acogerá a las 19:00 horas las proyecciones de «Minari» (martes 11 de enero), «El año que dejamos de jugar» (miércoles 12) y «Cerca de ti» (el jueves 13). 

 

En Burgos, el lugar escogido para proyectar las cintas de esta Semana de Cine Espiritual es el auditorio de CajaCírculo de la calle Ana Lopidana, en sesiones que comenzarán, también, a las 19:00 horas: «Minari» (martes 25 de enero), «El año que dejamos de jugar» (miércoles 26) y «Cerca de ti» (jueves 27). El precio de las entradas es de 3,5 euros y pueden adquirirse en taquilla media hora antes de las proyecciones.

Constituido el consejo de presidencia de la Asamblea Diocesana

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Lucía Ferreras, José Luis Lastra y Eloy Bueno, en el acto de presentación del Sínodo de los Obispos.

 

En la jornada de ayer, el arzobispo, don Mario Iceta, constituía el consejo de presidencia de la Asamblea Diocesana, el organismo que se encargará de coordinar y supervisar el proceso sinodal. Entre sus funciones, destacan la de determinar el número y el contenido de las mesas temáticas, designar los moderadores de cada sesión de trabajo, determinar el modo de realizar las votaciones y decidir algunos cambios que puedan mejorar el buen desarrollo del proceso. Además, asesorará al arzobispo en la consecución de algunas acciones que inicialmente pudieran no estar previstas en el reglamento de la Asamblea. 

 

Nueve personas serán las que conformen este consejo da propuesta de los diferentes organismos diocesanos, que han realizado votaciones en las últimas semanas. Presidido por el arzobispo, el consejo cuenta también con la presencia del vicario de Pastoral, José Luis Lastra, el relator de la Asamblea, Eloy Bueno, y miembros de las comisiones teológico-pastoral y secretaría de la Asamblea: Susana Castrillejo e Ignacio Ruiz. Se suman al equipo, además, dos personas elegidas por el Consejo Diocesano de Pastoral (Juan José Ángel Madrid y Lucía Ferreras), otro del consejo presbiteral (Francisco Javier García Cadiñanos) y una representante de la vida consagrada, elegida por los miembros de Confer, Teresa de Jesús Plaza. 

 

En su primera sesión de trabajo, el Consejo de Presidencia valoró el camino que la Asamblea Diocesana ha recorrido hasta la fecha y se informó acerca de la previsión de las próximas reuniones y días de votación, que se prolongarán de febrero a abril. También se comenzaron a estudiar los contenidos de algunas mesas temáticas y el modo de elegir a los miembros de libre designación que deberán conformar el plenario de la Asamblea.