El Círculo de Silencio llama la atención sobre la situación de los menores migrantes no acompañados

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El paseo Sierra de Atapuerca acogió el 101 Círculo de Silencio para seguir reivindicando los derechos de las personas migrantes. En esta ocasión se recordó la situación que se sigue viviendo en Ucrania y en otros muchos lugares del mundo donde la violencia provoca migraciones forzadas masivas y se ha clamado un «¡No a la guerra! ¡No a todas las guerras!»

 

Una de las preocupaciones que manifestaron es la situación de los menores no acompañados, cuyo objetivo principal es una integración total. «Son niños y adolescentes con las mismas inquietudes, aficiones y esperanzas que el resto de gente de su edad, pero que tuvieron que dejar a sus familias a miles de kilómetros por conflictos en sus países que son completamente ajenos a ellos. «La decisión de emigrar no es fácil para un adulto y menos para un niño; de hecho, muchos han muerto en el intento de llegar a realizar sus sueños de un mundo mejor para ellos y sus familias».

 

Los participantes recordaron que en España residen muchos niños y adolescentes de origen migrante «que son parte de nuestro presente y futuro; son cientos de miles». De entre ellos, en torno a 10.000 no están acompañados por sus familias. La mayoría provienen de los países del Magreb, particularmente de Marruecos y Argelia, pero también llegan menores procedentes del África Subsahariana, en concreto de Mali, Europa del Este y Oriente Medio. Actualmente, con el conflicto ruso-ucraniano tan presente en nuestros días, se encuentran en nuestro país refugiados procedentes de Ucrania, entre ellos al menos 200 menores no acompañados.

 

Después de que se generalizara el uso del término ‘MENA’ en la esfera pública, este colectivo, que es extremadamente vulnerable, «ha sido deshumanizado y criminalizado por personas que aprovechan la desinformación para generar discursos de odio», han denunciado. «Se han difundido diversos bulos como que no tienen ganas de trabajar o que con ellos aumenta la delincuencia, y debemos hablar de ellos como lo que son: adolescentes y niños y niñas en riesgo de exclusión y con su entorno familiar muy lejos sin poder darles apoyo, afecto y seguridad».

 

«Todos nosotros, especialmente los jóvenes, estamos preocupados por la situación de otros niños y adolescentes como nosotros que, por circunstancias en las que ellos no han tenido nada que ver, están en una situación muy precaria. Pero no somos los únicos. El papa Francisco pidió protección para los menores extranjeros no acompañados. Como él, diversas ONGs que trabajan con migrantes y refugiados se han pronunciado sobre este asunto y están ayudando a proporcionar recursos y bienestar a niños, niñas y jóvenes migrantes».

 

«Es nuestro deber como personas reivindicar a aquellos que, por un motivo u otro, son más vulnerables y ayudarles a recuperar su vida, una como la tuya y la mía que se han visto obligados a dejar atrás. Porque todos tenemos derecho a una educación de calidad, a una protección, a vivir en un medio que facilite el pleno desarrollo afectivo, social y personal. En definitiva, que sus sueños, que nuestros sueños, se hagan realidad», concluyeron.

Las jornadas ‘Ciencia y cristianismo’ profundizan en el concepto de «verdad»

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Después de un parón de dos años, se han celebrado en el Cultural Cordón las X Jornadas ‘Ciencia y Cristianismo’ durante los días 4-6 de mayo. Nos tenemos que remontar a 2019 para recordar que la última edición tuvo por título ‘Ecología’ y trató sobre el cambio climático, la justicia ecológica y los movimientos migratorios. Siguiendo con el reclamo de la actualidad, la Facultad de Teología de Burgos y la Delegación de Pastoral Universitaria y de la Cultura de la Diócesis de Burgos han ofrecido un nuevo programa de diálogo entre las Ciencias Humanas, la Medicina y Química, y la Teología, bajo el título ‘Verdad vs verdades’. En la era de la hiperinformación, de la ‘postverdad’, las jornadas se han centrado en la diferencia entre conocimiento, basado en el método riguroso de la investigación, y la opinión, el relato o lo socialmente significativo.

 

La primera, pronunciada por Adelaida Sagarra Gamazo, profesora de Historia de la Universidad de Burgos, se centró en el conocimiento histórico con una ponencia titulada ‘Verdad histórica frente a relato histórico’. Cada vez es más frecuente oír hablar de ‘relato histórico o de narrar la historia’. El conocimiento histórico tiene su propio método de trabajo para acceder a las fuentes. No se trata de construir relatos más o menos comprensibles o agradables, sino de acceder a la verdad de los hechos. Según la Dra. Sagarra, «a veces no se llega conclusiones, sino a inconclusiones porque no se puede acceder a los hechos con el rigor suficiente». Esta humildad del investigador es el mejor antídoto para hacer aflorar la verdad histórica, que siempre es previa y más grande que el investigador, frente a la interpretación sesgada. En momentos de reforma educativa, reivindicó que el conocimiento de la historia permite conocer la propia identidad y previene de construcciones interesadas, marcadas por el paso de los siglos o por el exceso de información actual. Por otro lado, reconoció el éxito de la novela histórica e insistió en la importancia de una adecuada documentación.

 

El microbiólogo leonés Estanislao Nistal Villán (CEU San Pablo, Madrid) se centró la investigación científica sobre el SARS Coronavirus 19, en una lección titulada ‘Verdad científica vs pseudociencia’. Los dos años de pandemia han propiciado multitud de foros de divulgación científica con expertos advenedizos. En muchos casos se ha vendido como ciencia el ‘sentido común’ o la ‘opción por lo más natural’. El ponente desmintió cualquier posibilidad de creación del virus de la pandemia actual en laboratorio. Son los grandes avances precedentes sobre el estudio de la gripe, los que han permitido conocer esta nueva cepa de forma tan rápida y prescribir los medicamentos más eficaces. Explicó por qué en un primer momento se optó por la cloroquina para pasar después a fármacos más acertados con los problemas respiratorios.  Igualmente, aludió a los diferentes tipos de inmunidad y cómo contribuyen a ella la variedad de vacunas en el mercado. Lograrlas en tiempo record responde tanto a los conocimientos tan avanzados sobre la gripe como a una colaboración internacional de científicos hasta ahora no conocida. Insistió en la importancia de la ‘salud global’ como nueva política sanitaria a tener en cuenta por las sucesivas mutaciones de los virus.

 

El rector de la Universidad Pontificia Comillas (Madrid), Dr. Enrique Sanz Giménez-Rico, acercó la reflexión al campo religioso con una ponencia titulada ‘Verdad revelada y verdad comunicada’. El experto en Antiguo Testamento analizó cómo los contenidos de la fe se basan en la revelación de Dios y en la experiencia humana de encuentro con la divinidad accesible. El jesuita, que vivió su infancia en Burgos, presentó varios ejemplos de la vida de Moisés, de los profetas y del Evangelio, para ayudar a comprenderlos en su verdadero contexto. Demostró que el acceso a los textos con el rigor científico permite un conocimiento universal y válido para todas las culturas. De ahí que textos como la parábola del Hijo Pródigo tengan tanta actualidad. La verdad religiosa, la verdad de Dios es verdad humana.

 

Las jornadas tuvieron una notable afluencia de público, superando los cien asistentes cada día. La organización pone a disposición de los interesados la grabación de las ponencias a partir del día 16 de mayo en la Facultad de Teología, c/ Martínez del Campo 10.

Las parroquias de San Juan de Ortega peregrinan hasta la Catedral

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El pasado sábado, las parroquias de las distintas unidades pastorales de San Juan de Ortega se dieron cita para celebrar el día del arciprestazgo y peregrinar, en el Año Jubilar, hasta la Catedral. Tras la irrupción de la pandemia, era la primera vez que el arciprestazgo realizaba una acción conjunta desde su reconfiguración en 2019, tal como recordó el arcipreste, Eduardo Cámara.

 

El Seminario de San José fue el punto de partida del encuentro. Tras compartir un café, por el escenario del espacio de encuentro «Compañeros de Valentín Palencia» desfilaron representantes de cada unidad pastoral compartiendo poesías, cantos y diferentes actuaciones. No faltó el recuerdo a los sacerdotes que servían estas tierras y que en este tiempo han fallecido. También hubo un grito deseado: «Para la guerra, nada», que cobra especial atención ya que entre los participantes y en el público se hallaba una familia de refugiados ucranianos acogida en una de las parroquias.

 

Finalizado el acto festivo, tuvo lugar la peregrinación hasta la Catedral. Los presentes realizaron el itinerario jubilar propuesto, atravesaron la Puerta Santa del Perdón y participaron en la eucaristía. «Con ganas, ilusión y las debidas precauciones, las gentes de este arciprestazgo compartieron la vida y la fe, caminando sinodalmente como familia de san Juan de Ortega», detallan los coordinadores del acto.

Monaguillos: servidores «hasta el infinito y más allá»

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Cuarentena monaguillos y monaguillas se reunieron el pasado sábado en el XXXII encuentro diocesano de monaguillos, que tuvo lugar en el Seminario de San José. Procedían de diversas parroquias de Burgos ciudad y otras de la provincia. El arzobispo, don Mario Iceta, los saludó al comienzo del encuentro, agradeció su servicio y les animó a perseverar e invitar a otros amigos a servir en el altar.

 

La jornada contó con una representación teatral a partir de diversos cuadros referentes a la llamada a la misión. Los juegos catequéticos ayudaron a profundizar en el servicio que realizan los jóvenes acólitos. La mañana concluyó con la celebración de la eucaristía. Tras el aperitivo en el patio del Seminario, la tarde se dedicó a una gran yincana con diversas pruebas, un acto mariano en el mes de mayo, y una rifa-concurso con reparto de diversos premios y recuerdos.

 

Antes de la despedida hubo ocasión de citar a la chavalería para el próximo torneo de futbito San José, que tendrá lugar el próximo sábado 4 de junio, y a los tradicionales campamentos de monaguillos en Gallejones de Zamanzas, del 18 al 24 de julio. Todos los participantes salieron alegres con la ilusión de anunciar a Jesús… «hasta el infinito, y más allá», como rezaba el lema del encuentro.

 

El Buen Pastor y las vocaciones al ministerio sacerdotal

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Hoy celebramos el Domingo del Buen Pastor, una jornada que nos invita a orar –de manera especial– por los sacerdotes que nos acompañan en el camino de la vida y por las vocaciones sacerdotales: para que el Señor suscite en el corazón de muchos jóvenes ese deseo de consagrarse a Él para que, a Su modo y desde sus frágiles manos, Jesús siga pastoreando su Iglesia; y para que generosamente respondan a su llamada a configurarse con Él en el ministerio sacerdotal.

 

«Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas» (Jn 10, 11). Jesús es el Buen Pastor, la puerta por la que se entra en el rebaño; y las ovejas escuchan Su voz, confían en Él sus vidas y lo siguen. Es una prueba de fe, y también de amor. Él, quien «no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos» (Mt 20, 28) da su vida, una y otra vez, por nosotros. Y solo nos pide que estemos a Su lado, que no abandonemos Su redil y que escuchemos Su voz que nos orienta firmemente en el camino de nuestra existencia.

 

Este precioso día que Dios nos regala trae a nuestra memoria la generosidad de tantos sacerdotes de Jesucristo que, a diario, derraman su vida allí donde el Padre ha edificado una morada con sus nombres. Pastores que dan la vida por sus fieles, que salen al encuentro de todos, que portan a Dios por los caminos más intransitables, que no descansan y están siempre disponibles, que se ofrecen como Cordero de Dios y que velan para que encontremos el camino que Jesús viene a mostrarnos.

 

Jesús nos cuida en su Iglesia. Por eso, hoy conmemoramos un domingo «de paz, de ternura y de mansedumbre», porque «nuestro Pastor nos cuida», tal y como recordaba el Papa Francisco en una homilía pronunciada un día como hoy, en mayo de 2020. «Cuando hay un buen pastor que hace avanzar, hay un rebaño que sigue adelante. El buen pastor escucha, conduce y cura al rebaño», revelaba el Santo Padre, con esa «ternura de la cercanía» de quien conoce a la perfección a cada una de sus ovejas y la cuida como si fuera única, «hasta el punto de que cuando llega a casa después de una jornada de trabajo, cansado, se da cuenta de que le falta una, sale a trabajar otra vez para buscarla y, tras encontrarla, la lleva consigo sobre sus hombros» (cf. Lc 15,4-5).

 

Os invito, en este día, a orar por esos sacerdotes santos que, en silencio y pese a sus limitaciones, en medio de la confusión y sin hacer ruido, se han desgastado y se desgastan por vosotros. Ojalá podamos acompañarlos y cuidarlos en el servicio que prestan en favor nuestro. Son pastores, a imagen del Buen Pastor, que acompañan hasta que el dolor del otro se haya ido del todo, hermanos que permanecen en silencio ante el herido el tiempo que haga falta, compañeros que predican la Palabra a tiempo y a destiempo (2 Tim 4, 2), y nos ofrecen diariamente el Amor incomparable de Dios que nos da vida en el altar.

 

«Llamaré a la oveja descarriada, buscaré a la perdida. Quieras o no, lo haré. Y aunque al buscarla me desgarren las zarzas de los bosques, pasaré por todos los lugares, por angostos que sean», proclamaba san Agustín en su Sermón 46, 2. 14. El obispo de Hipona, un apasionado de la verdad y de la belleza, confirmaba así cada sentido de su vocación: «Derribaré todas las vallas; en la medida en que me dé fuerzas el Señor, recorreré todo. Llamaré a la descarriada, buscaré a la perdida. Si no quieres tener que soportarme, no te extravíes, no te pierdas».

 

Si Jesús se deja tocar es para convertir a sus discípulos –que estaban desconcertados tras su entrega en la cruz– en testigos de la resurrección. Y a nosotros nos concede la gracia de testimoniar que esas heridas del Señor son signos de esperanza y de salvación.

 

En este mes de mayo lo ponemos todo en las manos de la Madre del Buen Pastor. Ella nos enseña a entregarnos cada día. Y a Ella le pedimos por las vocaciones al ministerio sacerdotal, para que siga llamando a muchos jóvenes a prolongar el ministerio de Cristo buen pastor, sacerdote y testigo de la verdad.

 

Danos, Señor, el agradecimiento que nunca abandona a su Pastor. Y que siempre podamos decir, a la luz del Salmo 22: «El Señor es mi pastor, nada me falta» (v.1).

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos