«La Iglesia siempre nos ha abierto las puertas en momentos de incertidumbre»

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James Castro casa de la iglesia burgos

James, frente a la Casa de la Iglesia, donde es actualmente conserje.

 

Desde el pasado 5 de mayo James Castro es el nuevo conserje de la Casa de la Iglesia. Tomaba el relevo de Rafael López, quien antes de su jubilación le enseñó los secretos de este edificio, en pleno corazón de Burgos y que alberga los principales servicios de la curia y la pastoral diocesanas desde hace poco más de una década, cuando el antiguo palacio arzobispal de la calle Eduardo Martínez del Campo fue sometido a una reforma integral. 

 

A sus 56 años, James solo tiene palabras de agradecimiento a la Iglesia, que «siempre nos ha abierto las puertas en tantos momentos difíciles y de incertidumbre». Y es que, tras varios años buscando un futuro mejor, él, su mujer, Luz, y su hija Juanita parecen haberlo encontrado en Burgos gracias al respaldo de numerosos cristianos, y de forma especial del arzobispo, don Mario Iceta, con quien viven y comparten mesa siempre que lo permite la apretada agenda del prelado: «Es una persona muy humana y muy buena», comenta con aplomo, sabedor de que gracias a él hoy pueden sonreír un poco más a la vida.

 

Y es que la situación que vivían James y su familia en su Colombia natal era ya «insostenible». La complicada economía y «la alta violencia que allí se vive a diario» hicieron que «sí o sí» buscaran una alternativa. Hace seis años, y gracias a un contacto común con el entonces obispo de Bilbao, Luz vino a trabajar al cuidado de la madre y la tía de don Mario. James llegó un par de años más tarde, acompañado de su hija. Recaló en Baracaldo, donde encontró trabajo reparando diferentes iglesias y realizando tareas de mantenimiento y fontanería en varios pisos. «Aprendí mucho en esos años», comenta, aunque el euskera y el estrés de vida de una gran ciudad como Bilbao no fueron fáciles al comienzo. Sus otros dos hijos, Jon Sebastian (de 29 años) y Juan Pablo (de 26), aún están en Colombia, si bien de ciento en viento se acercan a España para pasar unos días en familia. 

 

Trabajo en Burgos

 

Tras la designación de don Mario como pastor de la Iglesia en Burgos, James y su familia se trasladaron también a la ciudad. Juanita se matriculó en el colegio diocesano San Pedro y San Felices y Luz siguió atendiendo a la madre y tía del arzobispo. Y James tomó las riendas de la conserjería de la Casa de la Iglesia: «Mi tarea es cuidar de la Casa, ayudar a su mantenimiento; procurar que todo esté en orden», explica. Además, entre sus competencias figuran atender la portería, responder al teléfono, controlar el correo y recibir a las personas que por allí recalan necesitando algún tipo de servicio. 

 

Desde su trabajo en el que puede considerarse el ‘corazón’ de la archidiócesis, contempla una Iglesia servicial y una ciudad, Burgos, «mucho más católica, tranquila y limpia» que la gran Bilbao. Constata cómo en la Casa de la Iglesia «todo funciona bien» y que las personas que allí trabajan «atienden a los que llegan de la mejor manera posible». Él también quiere contribuir a este buen hacer. Y en ese empeño pone su sonrisa, todavía conociendo los nombres de los sacerdotes y los numerosos pueblos de la provincia y todos los vericuetos de ese gran edificio. «Quiero ayudar a resolver los problemas que trae aquí la gente».

Crecer en el amor es caminar en santidad

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Queridos hermanos y hermanas:

 

El Señor nos eligió a cada uno de nosotros y escribió en su corazón nuestros nombres «para que fuéramos santos e irreprochables ante Él por el amor» (Ef 1, 4). Una llamada al amor, es decir, a la santidad que va ligada, por añadidura, a la alegría y la entrega en la vida ordinaria, para que seamos testigos valientes del Evangelio allá donde la llama de la fe se encuentre insegura, sofocada o en ruinas.

 

La alegría del cristiano «no es la emoción de un momento o simple optimismo humano», sino «la certeza de poder afrontar cada situación bajo la mirada amorosa de Dios, con la valentía y la fuerza que proceden de Él». Con estas palabras, pronunciadas hace justamente un año por el Papa Francisco, conmemoramos la preciosa fecha que celebramos este martes: la festividad de Todos los Santos.

 

Este día ponemos sobre el altar, junto al Cuerpo y la Sangre del Señor, a los santos conocidos que ya interceden desde los jardines del Cielo y a los santos anónimos que, de manera silenciosa y entregada sembraron y siembran la plenitud del Evangelio en los terrenos más variados de la vida cotidiana.

 

En este sentido, conviene volver la mirada a tantos santos que nos preceden, hombres y mujeres de corazón sencillo que escribieron –con la tinta de sus propias vidas– las páginas más bellas de la historia sagrada: testigos vivos que fueron hilvanando, con amor, confianza y humildad, cada uno de sus versos.

 

Y no solo ponemos el recuerdo en los santos que la Iglesia tiene inscritos en el libro sempiterno de su historia, sino también en los de la puerta de al lado: hombres y mujeres que, desde la bondad de sus miradas y corazones, deciden escuchar –en lo más hondo de su ser– la voz delicada del Espíritu de Dios y ponerla en práctica. Estos se dejan encontrar, una y otra vez, por el amor del Padre para, así, vivir las Bienaventuranzas como una profecía de una humanidad nueva que desea vivir en clave de santidad.

 

En lo profundo del castillo interior siempre hay Alguien más, recordaba una y otra vez santa Teresa de Jesús. Ella, la incansable andariega del Amor, decía que «el Espíritu Santo, como fuerte huracán, hace adelantar más en una hora la navecilla de nuestra alma hacia la santidad, que lo que nosotros habíamos conseguido en meses y años remando con nuestras solas fuerzas». Y es ahí, en los brazos del Espíritu, donde debemos poner nuestra confianza para abrazar la santidad a la que Dios nos llama. Y hemos de hacerlo sin desfallecer, a la manera de Dios, con los ojos puestos en Cristo como punto de partida de todo el proceso de nuestra vida (cf. Hb 12, 9).

 

La santidad es un camino del que hemos de aprender cada día. ¿Cómo? En primer lugar, recibiendo y dejándonos transformar por el amor de Dios. Y, después, en ese amor, dándonos del todo, sin dejarnos nada por hacer si en medio de la tarea está el amor que se hace servicio y entrega. De este modo nos damos cuenta de que la santidad se refleja en el rostro de Dios que, colmado de belleza, sale a nuestro encuentro en la vida ordinaria, en el pan nuestro de cada día, en esos terrenos difíciles de transitar donde, en ocasiones, sobrevive velado el mensaje siempre lleno de vida y esperanza de Jesucristo.

 

El Santo Padre, en su encíclica Gaudate et exultate, propone un camino para celebrar este día de Todos los Santos. Esta es la senda: «Ser pobre en el corazón, esto es santidad. Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad. Saber llorar con los demás, esto es santidad. Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad. Mirar y actuar con misericordia, esto es santidad. Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor, esto es santidad. Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad. Aceptar cada día el camino del Evangelio, aunque nos traiga problemas, esto es santidad» (GE, 3).

 

Ponemos este día en las manos de la Bienaventurada Virgen María y le pedimos que, a la luz del Magníficat, ponga en nuestros ojos esa mirada de Madre buena que «derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes» (Lc 1, 52). Que el Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia, donde superamos la barrera del dolor y de la muerte, nos abra el corazón hasta el extremo, hasta que podamos comprender que solo la entrega cotidiana por vivir en santidad es garantía de verdadera felicidad.

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga y os deseo un feliz día de Todos los Santos.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

La Fundación VIII Centenario de la Catedral recupera la actividad ‘Castrojeriz a la luz de las velas’

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La iniciativa de la Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021 de iluminar Castrojeriz con 5.000 velas, prevista inicialmente para el pasado 24 de julio, se realizará finalmente el próximo sábado 29 de octubre. Se trata de un evento enmarcado en los actos de conmemoración de los ocho siglos del templo gótico y dentro de la línea de trabajo de realzar el tramo burgalés de la ruta jacobea.

 

‘Castrojeriz a la luz de las velas’ tendrá en la calle Real de la localidad castreña su eje principal, desde la plaza del Fuero hasta la iglesia de San Juan, pasando por las plazas Mayor y de la Concha. Los cirios comenzarán a encenderse a las 20.00 horas y permanecerán así hasta las 22.30 horas. Quienes quieran participar en esta actividad y encender una candela dispondrán de cerillas gratuitas para poder hacerlo.

 

También habrá varias actuaciones musicales. En la plaza del Fuero se situará el Grupo Luber, que realizará cuatro pases de veinte minutos. Esta formación, que cuenta entre sus miembros con profesores con titulación superior, atesora 24 años de experiencia con su violín, flauta travesera, guitarra, teclado y voces.

 

El otro punto musical será la plaza de la Concha, donde Mario Andreu, cantautor influido por los ritmos americanos y el pop-rock británico, ofrecerá tres recitales de cuarenta minutos cada uno. Mario Andreu ha tocado recientemente en el Festival Tribu, en el ciclo ‘Kilómetro 0’ del Museo de la Evolución Humana, así como en los certámenes LIF La 8 y UBULive.

 

Esta actividad estaba prevista para el pasado 24 de julio, con motivo de la noche de Santiago, pero debido a las condiciones meteorológicas y a la situación de la provincia aquel día se suspendió. No obstante, se mantuvo el concierto de violín neotradicional castellano que ofreció Blanca Altable, iluminada por velas led. Esta iniciativa sigue la estela de ‘La Catedral a la luz de las velas’, que la Fundación VIII Centenario de la Catedral. Burgos 2021 organizó en septiembre de 2019 y que fue todo un éxito de participación, con más de 30.000 burgaleses recorriendo las calles del casco histórico alto bajo la mágica estampa producida por el titilar de las velas.

 

Castrojeriz, localidad reconocida como Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico, es una villa relevante del Camino de Santiago francés, con siete albergues. Uno de los iconos de este trazado, el convento de San Antón, se halla a solo dos kilómetros del núcleo urbano. Los peregrinos recorren el pueblo escoltados por su castillo  y lo abandonan al llegar a la iglesia gótica de San Juan, levantada por Gil de Hontañón, y que responde a una etapa de prosperidad y de fuertes relaciones comerciales de importantes familias castreñas, como los Castro-Mújica y López-Gallo, con Italia y los Países Bajos, principalmente.

Para Cáritas, la brecha digital deja «sin cobertura» a las personas sin hogar

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Entre enero y septiembre de 2022, Cáritas Burgos ha atendido en el programa de Personas sin hogar a 1.052 personas, de los que 851 corresponden a la capital, 219 a Miranda y 139 a Aranda, y que han sumado más de 8.000 intervenciones en total. David Polo, responsable del programa, ha ofrecido estos datos dentro de la presentación de la campaña Nadie sin hogar 2022, que aboga por que se reconozcan «los derechos humanos de todos, a una vivienda, pero también a la salud y a la cobertura social». Tras una exposición de las líneas generales, que se agrupan bajo el lema «Fuera de cobertura», Mario Vivanco, delegado de la entidad católica, ha pedido un «esfuerzo sostenido para que, como se pide en esta campaña, no permitamos que se queden fuera». Desde el Centro de Integración Social (CEIS) de la Fundación Lesmes, Pilar Martínez, su coordinadora, ha explicado que «en nuestro centro hemos atendido a 58 personas, con una estancia media de 16 meses -muy superior a la de 2021-, y con una media de usuarios mensuales de 31».

 

En el perfil de los atendidos por Cáritas destaca la elevada presencia de hombres (90,7%) y el predominio de nacionales (58,3%). A estos, por nacionalidad, les siguen los procedentes de Europa, el 13,31%, los 156 del norte de África y Oriente Medio, los 56 del resto de África y los 67 de Hispanoamérica. Por edad, los menores de 36 años suponen un porcentaje cada vez mayor de los atendidos, y en número han sido 247. Para Polo, las carencias más graves del colectivo de Personas sin hogar son «además de la vivienda, las que tienen que ver con la atención adecuada de los problemas de salud mental, donde no hay recursos residenciales, y la insuficiencia de las prestaciones». Como ejemplo, ha citado un caso en el que «después de ocho meses de solicitudes y papeleo, el usuario recibió un Ingreso Mínimo Vital de 77 euros mensuales». Por otra parte, la brecha digital supone que «la dificultad para realizar trámites ante las administraciones publicas sea otro de los mayores obstáculos a los que se enfrentan».

Miranda de Ebro acogerá el próximo Encuentro Diocesano de Pastoral

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La última Jornada Diocesana de Pastoral se celebró en 2019, antes de la pandemia. 

 

Entre las propuestas aprobadas por la reciente Asamblea Diocesana figura la de celebrar el Día de la Iglesia Diocesana con un encuentro en clave sinodal, además de que periódicamente se celebre algún encuentro con estas características sobre un tema monográfico y en un formato más sencillo (nn. 145 y 152 del documento final).

 

Oído el parecer del Consejo Diocesano de Pastoral y una vez superadas las restricciones de la pandemia, la vicaría de pastoral retoma la celebración del Encuentro Diocesano de Pastoral, cuya última edición se desarrolló en 2019 y con la que se dio inicio, precisamente, a la Asamblea Diocesana. El encuentro contará con un nuevo formato y en un emplazamiento diferente a la capital. Miranda de Ebro ha sido el lugar escogido para celebrar este encuentro, con la idea de ir alternando otros en la ciudad de Burgos y algunos en la provincia. En esta ocasión se desarrollará el sábado 5 de noviembre, en el marco del día de la Iglesia Diocesana, comenzando a las 10:45 y concluyendo en torno a las 17:30 horas.

 

El programa propuesto incluye una oración en la iglesia de Santa Casilda y la presentación de varias experiencias en torno a las unidades pastorales. Después, y tras un paseo por el casco viejo para conocer alguno de sus rincones, la iglesia de Santa María acogerá la celebración de la eucaristía, presidida por el arzobispo, don Mario Iceta. La jornada contará también con comida en el colegio de la Sagrada Familia y una fiesta final en el parque Antonio Machado. 

 

Para facilitar la participación, se fletarán autobuses con salidas desde Aranda de Duero, Lerma, Burgos, Briviesca, Quintanar de la Sierra, Salas de los Infantes, Espinosa de los Monteros, Villarcayo, Medina de Pomar y Trespaderne. Es necesario inscribirse a través de las parroquias, en el teléfono 608 909 120 o en vicariapastoral@archiburgos.es antes del 1 de noviembre.