La tradicional Cena del Hambre reúne a 200 personas en Gamonal

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Bajo el lema de la Campaña de Manos Unidas: “Frenar la desigualdad está en tus manos”, unas 200 personas se congregaron el pasado viernes 10 de febrero en la parroquia de San Juan Evangelista para celebrar la tradicional Cena del Hambre del arciprestazgo de Gamonal.

 

En primer lugar, hubo una interesante charla sobre la explotación laboral en el sector textil realizada por Francesca Petriliggieri, del equipo de Asia del programa de Cooperación Fraternal de Cáritas Española. En su exposición habló de las consecuencias a nivel ecológico y personal que están provocando las industrias textiles y nuestra actitud consumista. Por otro lado dio algunas claves para poder frenar esta situación tan injusta.

 

Después tuvo lugar una sencilla celebración de la Palabra presidida por D. Eduardo Dorado y animada por el coro de la parroquia de la Inmaculada. En la misma se contó con el testimonio de Nina, misionera laica en Mozambique y en Angola, y también con voluntarias de Manos Unidas que explicaron el proyecto con el que va a colaborar toda la diócesis de Burgos. Dicho proyecto está ubicado en Sierra Leona y tiene como destinatarias a las mujeres y niñas vulnerables de Sierra Leona. Busca incrementar la sensibilización acerca de la violencia sexual y de género a través de formación en las escuelas, reformando las unidades de apoyo familiar de la Policía, y dando apoyo y acceso a la justicia a las mujeres y niñas víctimas de violencia. En la celebración se realizó una colecta su financiación que ascendió a 970 euros.

 

El acto concluyó tomando un caldo rico y calentito realizado por voluntarios y voluntarias de la parroquia de San Juan Evangelista, y un buen rato de encuentro y confraternización.

«Dedicar tiempo, compañía y cariño a los enfermos» vale más que cualquier limosna

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Con el lema «Cuida de él» las delegaciones de Pastoral de la Salud de toda España dieron ayer comienzo a su campaña anual, que se prolongará hasta el próximo 14 de mayo, cuando se celebre la «Pascua del Enfermo». Este año quieren poner el foco en el cuidado y la atención de los mayores, a quienes estos agentes de la pastoral quieren acercarse «no con estrategias, sino mejorando las relaciones humanas», tal como afirman desde el departamento de Pastoral de la Salud de la Conferencia Episcopal.

 

La campaña se inauguró también en Burgos coincidiendo con la fiesta de la Virgen de Lourdes. Enfermos y responsables de la pastoral de la salud de la archidiócesis se dieron cita en la parroquia de San Gil Abad para celebrar una eucaristía, presidida por el arzobispo. Don Mario Iceta aseguró en su homilía que «necesitamos profundamente el don del Espíritu Santo» para poder padecer la enfermedad y la ancianidad, para la que «ninguno estamos preparados». «Solo con Dios podemos alcanzar la plenitud de nuestra vida». «Es verdad que la medicina ha avanzado tantísimo, que tenemos numerosos remedios terapéuticos, pero necesitamos siempre esa preparación interior para situar nuestra vida cuando llega la enfermedad, la ancianidad o la discapacidad. No estamos preparados, necesitamos el don del Espíritu Santo para responder a esos desafíos formidables que se presentan en nuestra vida», aseguró.

 

De igual modo, trasladó que esa apertura a la acción de Dios permitirá no solo afrontar la enfermedad en primera persona, sino también cuando la padece algún familiar, pues «cuando alguien enferma, en cierta medida, enferma toda la familia». «Todos nos ponemos en situación de combate para acompañar, dar de comer, acompañar por la noche en el hospital, quién lo vigilará…» E, incluso, esa acción se puede prolongar más allá de los vínculos sanguíneos: «También podemos ofrecer ayuda a los enfermos que no son de mi familia, pues en el Señor todos somos hermanos. Quizás el Señor nos pide compartir lo que tenemos, que no es el dinero, sino nuestro tiempo, la compañía, el cariño. Eso vale más que una limosna, es compartir la propia vida con quien lo necesita». De ahí la llamada que el pastor de la archidiócesis hizo a los presentes de buscar el modo y las personas a las que ayudar en sus dificultades. «Hoy el Señor nos pide ‘cuidar de él’, como hizo el Buen Samaritano con el dueño de la posada. ¿De quién? Veamos quién está a nuestro alrededor, a nuestro alcance», exhortó.

Frenar la desigualdad está en tus manos

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Hace algunos años, por estas mismas fechas, visitaba una misión en un lugar muy empobrecido de África. Al llegar, tras saludar a los misioneros, un cartel que colgaba de una pared de barro llamó poderosamente mi atención. Decía: «La vida pasa para todos, pero no para todos pasa igual».

 

Hoy, cuando celebramos la Jornada Nacional de Manos Unidas, recuerdo aquel momento de una manera especial. Esas palabras, escritas desde un corazón fracturado que llama a la solidaridad, resuenan en mis entrañas como un signo eficaz de la presencia del Señor Jesús en medio de los que más sufren.

 

Para promover sociedades más justas, «no basta con reducir la pobreza y el hambre, o mejorar la calidad de la educación o del medioambiente», sino que «es necesario apostar decididamente por la eliminación de las iniquidades que atentan contra la vida digna de millones de personas». Con esta apuesta, Manos Unidas desea poner en el centro el problema de la desigualdad, que se ha convertido en la mayor amenaza a nivel mundial: «Provoca que millones de seres humanos vivan en la pobreza y mueran de hambre».

 

El lema de este año –Frenar la desigualdad está en tus manos– requiere de unas manos que sumen, que cuenten, que tomen rostro humano y empapen de belleza tantos rostros destrozados por la miseria.

 

Unos 8,7 millones de personas mueren de hambre al año, 24.000 al día, una cada 4 segundos. Y se calcula que al menos una tercera parte fallecen en edad infantil (Save The Children, septiembre 2022).

 

¿Cómo es posible que hoy, en pleno siglo XXI, haya personas que sigan muriendo por carencias básicas y de primera necesidad?

 

Es una pregunta que deberíamos hacernos cada día, cada vez que somos testigos de las agresiones a la dignidad que sufren los pueblos del planeta que viven en exclusión. Y no basta con dejar una ofrenda en la mano de quien busca en tus ojos un motivo para seguir, ni con compartir lo que sobra. Porque todo ser humano «tiene derecho a vivir con dignidad y a desarrollarse integralmente», y ese derecho básico, como señala el Papa Francisco en su encíclica Fratelli tutti, «no puede ser negado por ningún país». En este sentido, «cuando este principio elemental no queda a salvo, no hay futuro ni para la fraternidad ni para la superviviencia de la humanidad» (FT,107).

 

Por eso, hemos de volver el rostro al necesitado, quedarnos allí donde nadie quiera, hacernos comunión en el altar sagrado del hermano empobrecido y ser esa mano buena que sufre con el sufriente, que se dona sin reservas y que, como Cristo, se hace pobre por amor (cf. 2 Co 8, 9).

 

Frenar la desigualdad está también en nuestras manos porque, como confiesan desde Manos Unidas –la organización de la Iglesia en España para la cooperación al desarrollo en los lugares más empobrecidos y excluidos del planeta– «el combate contra la desigualdad solo es posible desde la convicción de que el futuro de las desigualdades no es cosa de otros», sino que «depende de cada uno de nosotros, y está en nuestras manos».

 

Debemos acoger con fuerza entre nuestras manos la mano de quien más sufre. Pero si no hacemos esto, ¿qué estaremos haciendo por el Reino de Dios y su justicia? ¿No son acaso nuestras manos el refugio sagrado y el sacramento vivo donde Cristo se hace presente cada día? Ojalá renovemos continuamente la promesa de «vestir el nuevo hombre, que es creado conforme a Dios en justicia y en santidad» (Ef 4, 25).

 

Como decía aquel cartel que me encontré en la misión africana, la vida no pasa para todos igual. Hoy, le pedimos a la Virgen María que nos ayude a estar más cerca de la fragilidad humana, y logremos construir un mundo libre de pobreza, hambre y desigualdad. Y recordemos que son necesarias nuestras manos para que el Pan de Vida abunde y se reparta en la mesa de toda la humanidad.

 

Con gran afecto pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

Catequesis, talleres y juegos: los niños disfrutan en su encuentro «VEM»

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Un año más –y van nueve–, las delegaciones diocesanas de Catequesis, Pastoral Vocacional y Misiones han congregado a los niños que acuden a catequesis de confirmación en las parroquias a participar en su encuentro anual. El «VEM» se ha convertido en una cita tradicional en el calendario diocesano que no ha cesado desde que se puso en marcha ni siquiera durante la pandemia; una propuesta que invita a los más pequeños a profundizar en tres dimensiones básicas de la vida cristiana, como son las vocaciones, la eucaristía y las misiones, las tres realidades que dan nombre a esta popular cita.

 

Más de 200 niños, procedentes de distintas parroquias de la capital, Aranda de Duero y Miranda de Ebro, se han congregado en el Seminario de San José para participar en el encuentro, que ha contado con diversos talleres distribuidos por edades. Amasando el pan, descubriendo el trabajo de Cáritas y profundizando en la Palabra de Dios, los pequeños de cuarto de primaria se han acercado al sacramento de la eucaristía. Por su parte, los de quinto han escuchado testimonios de cristianos que viven su experiencia bautismal desde el matrimonio, el sacerdocio o la vida consagrada. Por último, los niños de sexto de primaria han disfrutando escuchando las historias contadas por algunos misioneros burgaleses, que les han trasladado su testimonio. Además, los catequistas y sacerdotes que los acompañaban han compartido, además, un momento formativo sobre los retos que plantea a la catequesis las modernas concepciones antropológicas acompañados del teólogo Eloy Bueno de la Fuente.

 

Además de los talleres, los niños también han participado en una gran yincana con pruebas de habilidad y cooperación y en un momento de oración, que ha cerrado la jornada.

El arciprestazgo de Santo Domingo apoya un proyecto de Manos Unidas en Sierra Leona contra la violencia hacia las mujeres

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Esta semana arranca en Aranda la nueva campaña de Manos Unidas con el lema “Frenar la desigualdad está en tus manos”.  Este viernes se celebrará en la iglesia Corazón de María la misa de inicio de la campaña con la participación del Orfeón Arandino y la posterior Cena del Hambre en las instalaciones de los Padres Claretianos. Es el inicio de una programación que presentaba este martes en el salón parroquial de Santa María Micaela Ramos, responsable comarcal de la ONG. Este año la finalidad es recaudar fondos para un proyecto educativo que evite la violencia contra las mujeres en la zona oeste de Sierra Leona El objetivo es aumentar la formación para prevenir y poner fin la violencia sexual y de género a través de acciones de las que se beneficiarán directamente alrededor de 570 personas. El proyecto requiere una financiación de 109.126 euros, de los cuales la comunidad local aporta el 7% y el 93% restante lo asume Manos Unidas. Las voluntarias de Aranda se han propuesto alcanzar al menos 24.000 euros.

 

El acto, celebrado en el salón parroquial de la iglesia de Santa María, contó con el testimonio de Carlos Palacios Moral, que desde hace unos meses es párroco del Patriarca San José, tras su labor como misionero durante los últimos 27 años en el Estado de Bahía, Brasil.

 

Palacios ha referido cómo la ayuda de Manos Unidas hizo factible en su primer destino, en la ciudad de Barroca, la construcción de una escuela en un poblado “kilombola”, facilitando durante todo el año la escolarización de unos niños, que además de la estigmatización de ser descendientes de descendientes de los esclavos negros del siglo XIX, sufrían la desventaja de no poder acudir a clase durante la estación de las lluvias. La ayuda recibida, más la gestión del misionero, y la colaboración de las autoridades locales hizo posible un edificio con innovaciones pedagógicas y constructivas, además de favorecer la alimentación de unos niños desnutridos en un ambiente semidesértico. El sacerdote ha compartido también diversas vivencias por la promoción de la educación de jóvenes de zonas desfavorecidas, de la reivindicación del acceso al agua potable por parte de toda la población, o de la construcción de capillas para comunidades eclesiales.

 

Los colegios de la Vera Cruz, Dominicas, Claret y Castilla colaborarán con el proyecto de Manos Unidas con la celebración este viernes 10 en la Operación Bocata. Las parroquias e iglesias del arciprestazgo sumarán su colaboración este fin de semana con la colecta de las misas del sábado y el domingo. Entre el 11 y el 19 de marzo se llevará a cabo el tradicional mercadillo; habrá dos sesiones de cine el día 21 con la proyección de la película “Trash, ladrones de esperanza” y una velada de actuaciones de música y danza el viernes 25 de marzo con grupos colaboradores como Syriana y Antaño Rock.