En el corazón del Camino de Santiago

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Queridos hermanos y hermanas:

 

Esta semana hemos celebrado la solemnidad de Santiago apóstol, hermano de Juan Evangelista, hijo de Zebedeo y discípulo predilecto del Señor. Desde que se dejó mirar por Él a orillas del mar de Galilea, formó parte del círculo más íntimo y cercano del Maestro. Tras la crucifixión, el apóstol no dejó de predicar la fe y de dar testimonio del Señor hasta el confín de la tierra.

 

Deseo aprovechar esta efeméride tan significativa por ser el Patrono de España, para recordar que Burgos –ciudad hospitalaria por excelencia del Camino de Santiago– se encuentra en el centro de ese precioso viaje al corazón del apóstol.

 

Solo hace falta rebuscar en la memoria para recordar los 32 hospitales de peregrinos documentados por la historiografía moderna que dan fe de este revelador hecho.

 

Según narran los historiadores, a partir de mediados del siglo XV, los chapiteles que adornan y culminan las torres de la catedral de Burgos se convirtieron en un faro que los peregrinos tomaban como punto de referencia cuando se encontraban a kilómetros de distancia. El Camino de Santiago, la calle mayor de Europa, es un lugar de encuentro y acogida para infinidad de culturas y pueblos. No solo en nuestra ciudad, sino en todos los senderos que conducen a Compostela.

 

¡Qué importante es caminar hacia un rumbo afianzado y hacerse camino para que otros puedan pasar! Caminar, para el cristiano, supone fiarse de las huellas que marcan la senda que ya ha recorrido Jesús, no quedarse pensando en la dificultad del trayecto o en las adversidades que podamos hallar a nuestro paso, sino confiar en que la Providencia llueve esperanzas allí donde más árida permanece la tierra. Cuando el camino y la meta es Cristo, cualquier contratiempo o dificultad se convierten en gracia para experimentar, aún con más fuerza, el abrazo inagotable del Amor.

 

Y no podemos olvidarnos de ser y hacernos camino y senda entrañable para que otros hermanos, a través de nuestros limitados pasos, puedan llegar al corazón de Dios. Para que los cansados y agobiados encuentren, aunque sea entre los retazos de nuestra pobreza, el alivio que Él concede a quienes acuden a su encuentro (cf. Mt 11, 25-30).

 

Y así, fieles a esa gracia que el Padre esconde a los sabios y entendidos y revela a los pequeños, podremos alcanzar misericordia y contarla eternamente, anunciando por todos los caminos y por todas las edades su fidelidad: «Porque dijiste: “La misericordia es un edificio eterno”, más que el cielo has afianzado tu fidelidad» (Sal 88, 2-3).

 

Recuerdo ahora, con especial admiración, a san Juan Pablo II, primer Papa en peregrinar a Santiago de Compostela en tiempo de su Pontificado. Lo hizo en 1982 y en 1989, haciendo de la ruta jacobea una fuente inagotable de gracia, júbilo y bendición. Se convirtió en el primer Papa peregrino que llegaba a la catedral de Santiago para, siete años después, volver a visitar la ciudad con motivo de la IV Jornada Mundial de la Juventud. No puedo olvidar su paso, su ejemplo, su manera de caminar mientras recorría los últimos cien metros que llevan a la catedral para, una vez allí, vestirse con la capa de los peregrinos.

 

Su mirada serena mientras hacía alusión a las raíces cristianas de Europa, su oración contemplativa frente al apóstol Santiago o su inolvidable vigilia con los jóvenes en el Monte del Gozo marcan un antes y un después en lo que se refiere a esta peregrinación de la fe: «Nuestro camino de Compostela significa querer dar una respuesta a nuestras necesidades, a nuestros interrogantes, a nuestra búsqueda y también salir al encuentro de Dios que nos busca con un amor tan grande que difícilmente logramos entender» (discurso de san Juan Pablo II a los jóvenes en el Monte del Gozo, 19 de agosto de 1989).

 

También el Papa Benedicto XVI quiso recorrer estas huellas hasta Compostela y dejarnos un recuerdo imborrable de su paso entre nosotros. Este encuentro con Dios, que hallamos en las grietas del Camino de Santiago, se realiza en Jesucristo. En la esperanza de cada paso, en el esfuerzo de cada segundo, en la lucha de cada día: «Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3, 16).

 

De la mano del apóstol Santiago, nos ponemos en camino con María, quien –con su sí– abrió un pasaje nuevo a la humanidad. Y le pedimos que nos acompañe y nos sostenga mientras tratamos de hacer camino en esta vida hasta el encuentro definitivo con su Hijo: el Camino, la Verdad y la Vida (cf. Jn 14, 6).

 

Con gran afecto, pido a Dios que os bendiga.

 

+ Mario Iceta Gavicagogeascoa

Arzobispo de Burgos

La ciudad de Burgos recibe a más de 5000 peregrinos de la JMJ

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La plaza del rey San Fernando se ha visto sorprendida por más de 3000 jóvenes que a lo largo de la última semana de julio han atravesado nuestra ciudad con dirección a Lisboa. De Francia, Italia, México, Colombia, Países Bajos, Alemania o Estados Unidos han llegado multitud de cantos religiosos que han animado el calor pegajoso de estos días. Los burgaleses, apostados en las terrazas, identificaban banderas a la vez mostraban perplejidad por el desparpajo y armonía de sus himnos.

 

El lunes 24 fue el día de más concurrencia con más de 1500 jóvenes, en su mayoría franceses de Lyon y de Lille. La Delegación Diocesana de Juventud, coordinadora del alojamiento, y la Fundación Círculo, organizaron un concierto en el patio del Colegio Círculo con la actuación del grupo italiano The Sun Music. Este grupo nació en 1997 y recibió el premio a la mejor banda de música punk de Italia en 2004. Tras una profunda crisis y proceso de conversión a la fe, redescubrieron la música como ‘una misión para comunicar la alegría y el coraje para llenar los corazones de esperanza’.  Su frescura y su permanente interpelación al público hizo que franceses y burgaleses no dejaran de improvisar coreografías y performance, así como de subir al escenario y contribuir a la fiesta.

 

La mayor parte de estos grupos que se dirigen a Lisboa proceden de parroquias o de movimientos eclesiales. Sorprende su alegría, pero especialmente la espontaneidad con la que expresan su fe en mitad de la calle. Es frecuente escuchar sus cantos y aplausos y, acto seguido, verles cómo realizan una gran circunferencia y cantan salmos a media tarde (Vísperas) o al inicio de la mañana (Laudes).

 

El último día que Burgos recibirá peregrinos hacia Lisboa será el lunes 31 de julio con poco más de cien jóvenes. Al regreso de Lisboa, en concreto el día 6 de agosto, está previsto recibir más de 2000 franceses y holandeses que han elegido nuestra ciudad para regresar a su país.

 

Por su parte, 300 jóvenes burgaleses, acompañados por el Arzobispo de Burgos, Mario Iceta,  han viajado a Lisboa para participar en la JMJ el día 6 de agosto. Durante los días previos se alojan en la ciudad de Vagos, al sur de Portugal. Son jóvenes de parroquias de Burgos, Miranda y Aranda o de grupos conocidos como Jesús al Centro, Hakuna o Parteluz.

Fallece el sacerdote Blas Frías Murga

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Blas Frías

 

 

Esta mañana ha fallecido, a los 88 años de edad, el sacerdote diocesano Blas Frías Murga. El funeral por su eterno descanso tendrá lugar mañana jueves, 27 de julio, a las 16:15 horas en la capilla del tanatorio de San José.

 

Nacido el cuatro de abril de 1935, recibió la ordenación sacerdotal el veinticuatro de septiembre de 1960. Comenzó su ministerio en el norte de la archidiócesis, en el valle de Losa, atendiendo los pueblos de Río de Losa, San Llorente y Teza. Años más tarde serviría –también en el norte– a las comunidades cristianas de Gayangos, Cuestahedo, Quintanahedo y Villalázara y, por último, fue coadjutor de la parroquia de San Lesmes, en la ciudad de Burgos.

 

 

El presbiterio diocesano y el arzobispo, don Mario Iceta, lloran su pérdida y rezan a Dios Padre para que acoja en su Reino a Blas. Descanse en paz.

Curando nuestro patrimonio

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A casi ocho metros de altura y ubicada en la hornacina que normalmente ocupa una talla de la Asunción de María, Sara Tablada supervisa el trabajo de nueve alumnos de la universidad bilbaína de Leioa que cursan el grado de conservación y restauración de bienes culturales. Encaramados a un laberinto de andamios, los jóvenes se afanan en recuperar el retablo mayor de la iglesia de Hontoria de la Cantera, una obra barroca del siglo XVIII que ha acumulado polvo y se ha ennegrecido por el humo de las velas. «Hemos aspirado y ahora están asentando las policromías. Irán bajando por cuerpos y al final daremos barnices para proteger el retablo», explica la profesora. Además, los estudiantes recuperarán en el Taller Diocesano de Restauración, ya en la ciudad de Burgos, las tallas de la Virgen, san Miguel, san Pedro y san Pablo que aloja el monumento, junto a otros seis angelotes.

 

«Había muchísimo polvo; en algunas zonas hasta tres centímetros que hemos quitado a palazos y eliminado con rasqueta», explica Itxaso Ortega, que tras la experiencia vivida el año pasado restaurando un Cristo de Los Balbases «más grande que ella», este verano repite prácticas en la provincia de Burgos. «Es una maravilla, una pasada. Las prácticas me permiten estar con algo de verdad, con un retablo muy, muy grande, de mucha altura. Para la formación de cada uno es una cosa muy interesante» y diferente, comparado con los pequeños objetos que restauran en la facultad de Bellas Artes entre varios alumnos. «Esto impone mucho, exige mucho respeto». 

 

Itxaso y sus otros ocho compañeros se alojan durante este verano en la residencia San Jerónimo. Tras desayunar en el Seminario, se desplazan en coches hasta Hontoria, donde trabajan durante todo el día entre disolventes, adhesivos, pinceles y algodones. Tienen hasta el 28 de julio para recuperar el conjunto y con el paso de los días, como explica su profesora, el miedo se va convirtiendo en rutina y a final de mes los jóvenes serán unos expertos restauradores del patrimonio cultural. 

 

Estas prácticas permiten al Taller Diocesano de Restauración no sólo abaratar costes, sino que el trabajo de recuperación de bienes muebles siga siendo una realidad. Creado en 1984 como uno de los pioneros del país, a lo largo de estos 39 años ha permitido la recuperación de unos 400 retablos de los más de 5.000 con que se estima cuenta la archidiócesis. Su director desde entonces, Antonio García Ibeas, sostiene que la restauración del patrimonio es una prioridad, pues supone «conservar el legado de nuestros antepasados» y mantener con vida «las imágenes que tanto han venerado». «A la gente de nuestros pueblos les hace ilusión ver a su Virgen, a su san Juan o a su san Miguel bien cuidados, limpios y restaurados».

 

Escucha el podcast completo aquí:

 

Referente nacional

 

El Taller de Restauración nació por iniciativa del entonces arzobispo, don Teodoro Cardenal Fernández. El objetivo, recuperar los retablos que la archidiócesis había rescatado de pueblos abandonados o semi abandonados y que se expondrían en un museo ubicado en la iglesia de San Esteban. Tras las reticencias de los primeros años, poco a poco se fueron recuperando y exhibiendo los conjuntos con la aceptación de sus vecinos, convirtiéndose en un referente nacional. 

 

García Ibeas recuerda la admiración de los vecinos de Abajas cuando vieron restaurado el retablo de su iglesia, del que ni los más ancianos del lugar recordaban haber visto nunca en su esplendor. Antes de que él y su equipo llegaran a la iglesia, «hacía más de 80 años que el retablo se había caído». Las hornacinas estaban dispersas por distintos lugares, algunos relieves colgados entre los muros del ábside y las tallas de madera, sobre la cajonera de la sacristía. El armazón se almacenaba debajo del coro, acumulando humedad. «Recuperar el retablo fue como hacer un auténtico puzzle», rememora. Sólo una mujer veterana fue capaz de reconocer su retablo de entre todos los expuestos en el Museo de San Esteban, gracias a un relieve que se asomaba en una esquina de su foto de bodas.

 

Servicio profesional

 

En 2005, el Taller se ubicó en la calle San Francisco y, desde 2012, las instalaciones se han cedido a la empresa Batea, que trabaja en la restauración de los bienes muebles de la archidiócesis. De esta manera, el Taller de Restauración rehabilita ahora monumentos por toda la geografía burgalesa. En cuanto a las obras de rehabilitación del patrimonio, éstas se centran principalmente en problemas de humedad o la invasión de la carcoma: «Hay que tener en cuenta que muchas iglesias apenas se abren diariamente, haciendo que sean insuficientes las corrientes de aire y el ambiente húmedo sea el caldo de cultivo propicio para la carcoma. Con una ventilación adecuada se evitarían muchos males», explica.

 

Otro de los problemas a los que están habituados en el Taller de Restauración es corregir los males ocasionados por gente que, de buena fe, ha querido cuidar de su patrimonio sin saber muy bien cómo hacerlo: «En muchos pueblos han querido limpiar las imágenes de sus santos usando elementos inadecuados, como el agua o sopletes de aire que han desgastado las policromías y eliminado los revestimientos de oro», lamenta. «Pero para eso también estamos nosotros, para asesorar y realizar tratamientos preventivos para evitar que se extienda la carcoma».

 

«Los retablos tienen función cultual, pero también cultural por el trabajo de tantas personas que han intervenido en ellos. Esa fue la razón prioritaria de la creación del Taller y del Museo del Retablo». A la hora de intervenir en este tipo de monumentos es necesario primero haber «cuidado la jaula», es decir, que la arquitectura del edificio esté libre de peligros, que no haya humedades y que muros, bóvedas y demás paramentos estén consolidados y libres de goteras. Lamenta que para la rehabilitación de inmuebles existan ayudas y que las destinadas a la restauración de los muebles sean más escasas. Aún así, aplaude el compromiso de parroquias, ayuntamientos, fundaciones y alguna que otra subvención: «Hay que hacerlo por nuestros antepasados y por la gente que nos sucederá en el futuro».

La burgalesa Marisol García, elegida presidenta de Frater España

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frater

 

Alrededor de 60 miembros de Frater –Movimiento especializado de Acción Católica en el mundo de la discapacidad– de toda España se dieron cita el pasado mes de julio –del 5 al 9– en Segovia para celebrar su Asamblea General. Representantes de 15 diócesis y 4 equipos de zona se reunieron en estas jornadas de convivencia y reflexión bajo el lema «Reunidos para seguir haciendo caminos de Fraternidad». Desde Frater Burgos asistieron la responsable diocesana Teresa Rodríguez y el consiliario diocesano, Aurelio Peña. 

 

En el marco del actual proceso sinodal que vive la Iglesia impulsado por el papa Francisco, la Asamblea estuvo precedida de un tiempo de debate y discernimiento a la luz de la ponencia impartida por Felipe Bermúdez, miembro de FRATER Las Palmas, sobre la «Misión y tarea de FRATER en el momento actual de la sociedad y de la Iglesia. Retos y oportunidades». En ella se señalaron propuestas específicas y líneas de acción, a modo de hoja de ruta, para el futuro inmediato: como la necesidad de seguir trabajando por una sociedad inclusiva y solidaria con el mundo de la discapacidad, y por una Iglesia más evangélica y comprometida.

 

La asamblea, a tenor de sus Estatutos, renovó su Equipo General. Marisol García, de la archidiócesis de Burgos, fue elegida presidenta general para un periodo de cuatro años (2023-2027), una nueva responsabilidad que afronta «con ilusión». El resto de equipo que le acompañará a la tarea es: María Rosa Pedról, de la diócesis de Solsona; Basi Martín, de la diócesis de Segovia; y Josep María Llusiá, de la Diócesis de Vic.

 

Sínodo de los Obispos

 

Además, en el transcurso de la Asamblea General se produjo una importante noticia para los miembros de Frater: el papa Francisco ha designado al presidente general saliente Enrique Alarcón, de la Diócesis de Albacete, como miembro de pleno derecho –con voz y voto–, para su participación en la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se celebrará en Roma del 4 al 29 de octubre de 2023.

 

Este nombramiento supone la continuidad del proceso de la Consulta Especial para las Personas con Discapacidad promovido por el Vaticano a través del Dicasterio de Laicos, Familia y Vida. Un proceso que se inició en abril de 2021 y que culminó con la elaboración de un documento sobre las necesidades y reivindicaciones del mundo de la discapacidad. Este documento fue entregado a la secretaría del Sínodo y al papa Francisco.