Se cumplen 25 años desde que la parroquia de la Inmaculada fuera consagrada el 7 de junio de 1992. A pesar de que se abrieron los actos para festejar el aniversario el pasado mes de diciembre con una solemne vigilia, la parroquia se dispone a celebrar los próximos días su significativo cumpleaños con un nutrido programa de actos.
Así, los salones de la parroquia acogen durante estos días una exposición fotográfica sobre sus cinco lustros de vida. Los actos celebrativos contarán también este sábado 27 de mayo un concierto-testimonio del cantautor cristiano Migueli a las 20:00 horas. El jueves 1 de junio, a las 18:00 horas tendrá lugar una fiesta infantil con el Mago Linaje que se desarrollará en el salón de actos del colegio Santa María La Nueva y San José Artesano.
En ese mismo lugar, el sábado 3 de junio se llevará a cabo a las 18:30 horas un «festival de las culturas», un acto celebrativo organizado por el equipo de pastoral de migraciones de la parroquia que contará con folklore y bailes del mundo.
Los actos de celebración se cerrarán con una eucaristía de acción de gracias el domingo 4 de junio a las 12:30 horas, seguida de una comida de hermandad en el patio del colegio Santa María La Nueva y San José Artesano.
25 aniversario
Consagrada e inaugurada como parroquia el 7 de junio de 1992, la parroquia de la Inmaculada es una de las más jóvenes de la diócesis. Destaca edad media de muchos de sus feligreses, la mayoría jóvenes, por lo que es abundante el número de bautizos y niños que se preparan a recibir los sacramentos de iniciación. De estilo moderno, el edificio que constituye este templo combina de forma armoniosa el ladrillo vitrificado, el vidrio y la madera, resultando finalista en el Certamen Nacional de Arquitectura en el año de su construcción. La iglesia está además dotada de una capilla del Santísimo que cuenta con un bonito baptisterio, y varias salas para los trabajos pastorales, junto con un salón multiusos.
Los participantes rezaron el Rosario a la Virgen de las Quintanillas.
Cerca de doscientas personas, procedentes de distintos pueblos del arciprestazgo de Medina, acompañaron el pasado domingo a la Virgen de Las Quintanillas, en el tradicional encuentro mariano arciprestal del mes de mayo. El evento, organizado por el párroco del lugar, Lorenzo Carrillo, consistió en el rezo del santo Rosario, jalonado con moniciones y cantos, así como en una procesión alrededor de la ermita. Al concluir, un aperitivo dio ocasión a los asistentes de saludarse y compartir un rato agradable.
Es la primera vez que la urna de plata con los restos del santo sale de Oña.
El arca que contiene los restos del abad del monasterio de San Salvador de Oña, san Íñigo, viajará a Calatayud –su ciudad natal– después de 1.000 años. Con motivo de celebrar el ingreso del santo como monje benedictino de San Juan de la Peña –donde hizo su profesión religiosa–, la urna de plata que contiene sus retos viajará desde la Villa Condal de Oña a Calatayud el próximo 1 de junio con motivo de las fiestas patronales de ambas localidades.
El recibimiento oficial del arca de las reliquias será en la antigua iglesia de San Benito, casa natal de san Íñigo, donde la ciudad de Calatayud podrá venerar las reliquias del santo abad. Posteriormente, se trasladará a la colegiata del Santo Sepulcro donde se oficiará una eucaristía presidida por el obispo de la diócesis de Tarazona, Eusebio Hernández Sola, y contando con la presencia de las máximas autoridades civiles y militares de la ciudad bilbilitana. Terminado el acto religiosos, los restos de san Íñigo procesionarán por primera vez en la historia por la calles de su ciudad natal.
Las gestiones que se venían desarrollando desde el año 2000 por parte de la cofradía de San Íñigo de la ciudad bilbilitana y la parroquia de Oña han dado su fruto. El pasado mes se trasladó hasta la Villa Condal una representación del Ayuntamiento de Calatayud acompañados de un grupo de la recreación histórica llamado «Alfonsadas» y ambos realizaron un pequeño homenaje al santo. Para este acontecimiento, la parroquia de Oña y el Ayuntamiento de la localidad han fletado un autobús para que los vecinos que lo deseen puedan acudir junto a san Íñigo hasta Calatayud.
Santo
San Iñigo tuvo gran fama como taumaturgo en los siglos de la Reconquista y del esplendor de España. Fue canonizado el año 1163 en el sínodo de Tours, por una bula del papa Alejandro III. Fray Juan de Alcocero, uno de sus discípulos, escribió de él que “no vivió para sí solo, sino para nosotros, porque todo el día estaba él para nosotros; el Espíritu Santo otorga su don de justicia a los más benignos, y concede a los suyos tanta equidad y justicia como gracia y piedad; de ahí que nuestro padre Iñigo guardaba rectitud al examinar lo justo y misericordia al decidir la sentencia”.
El arzobispo de la diócesis, don Fidel Herráez Vegas, ha visitado días atrás la parroquia de San Josemaría Escrivá, la última construida en la ciudad. El objetivo de la visita era conocer bien las realidades de interés pastoral que existen en el ámbito territorial de la comunidad.
Por ser el momento más oportuno, por las actividades escolares, la visita comenzó la tarde del pasado jueves 19 de mayo acudiendo al colegio Campolara, el único centro educativo en los términos de la parroquia. Pudo departir con el equipo directivo y después con padres, profesores y alumnos. Después, ya en la parroquia, se reunió con los consejos de pastoral y económico, donde se interesó por cada uno de los asistentes y del trabajo que realizan. Fue un comienzo de visita «donde el arzobispo se volcó con su cariño y dedicación, que ha supuesto ya el primer impulso a nuestra labor que esperábamos de este tiempo de gracia que supone la visita pastoral», comentan desde la parroquia.
Ayer domingo, el arzobispo dedicó la jornada completa para conocer la vida parroquial, visitando a las tres comunidades religiosas del entorno, en primer lugar. Después celebró la misa estacional. Ya por la tarde, se reunió con todos los que colaboran en distintas actividades parroquiales: liturgia, Cáritas y catequesis.
«Una tarde agradable». Así define la delegación diocesana de Pastoral de Migraciones el desarrollo del encuentro de las Naciones que se celebró el pasado fin de semana en Aranda de Duero y que este año alcanzaba su décima edición.
El objetivo de este encuentro era acercar el conocimiento de las diversas culturas presentes en la ciudad y comarca al pueblo de Aranda de Duero y favorecer el encuentro entre personas de distintas procedencias. Una docena de países han participado en el encuentro, que se ha desarrollado en las instalaciones del colegio Santo Domingo de Guzmán: Rumanía, Moldavia, Bulgaria, Colombia, Honduras, República Dominicana, Perú, Marruecos, Mali, Palestina, España…
Todos los países mostraron a los asistentes al acto sus artesanías y costumbres. También hubo degustación de bocaditos y bebidas de algunas naciones de las cuales hay personas empadronadas en la ciudad, música típica de varios países y una oración intercultural e interreligiosa. Los niños fueron también los protagonistas del encuentro, dado que el lema de la Jornada Mundial de las Migraciones era precisamente «Menores migrantes, vulnerables y sin voz». Ellos participaron en la presentación de cada país y disfrutarán de una gran piñata.